I Samuel 25 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 44 versitos |
1 En tanto murió Samuel, y todo Israel se reunió para llorarle, y fue sepultado en su casa en Rama. David bajó al desierto de Maón.
2 Había en Maón un hombre muy rico, cuyos bienes estaban en el Carmel; tenía tres mil ovejas y mil cabras. Hallábase en el Carmel para el esquileo de sus ovejas."
3 Llamábase el hombre Nabal, y su mujer Abigaíl; era una mujer de mueho entendimiento y muy hermosa, mientras que él era un hombre duro y malo; era del linaje de Galeb."
4 Supo David en el desierto que Nabal estaba de esquileo,
5 y le mandó diez mozos a los que dijo: “Subid al Carmel e id en busca de Nabal; y después de saludarle de mi parte,"
6 le habláis de esta manera: La paz sea contigo, con tu casa y con cuanto tienes.
7 He sabido que estás de esquileo. Pues bien, tus pastores han estado tiempo con nosotros; nunca les hemos hecho ningún mal ni les ha faltado nada del ganado mientras han estado en el Carmel."
8 Pregúntales a ellos y te lo dirán. Que hallen, pues, gracia a tus ojos estos mozos, ya que llegamos en un día de júbilo. Da, pues, a tus siervos y a tu hijo David lo que halles a mano.”
9 Cuando llegaron los hombres de David y en nombre de éste repitieron todas sus palabras, se quedaron esperando;"
10 pero Nabal les respondió: “¿Quién es David y quién el hijo de Isaí? Son hoy muchos los siervos que andan huidos de su señor.
11 ¿Voy a tomar yo mi comida y mi bebida y el ganado que he matado para mis esquiladores para dárselo a gente que no sé de dónde es?”
12 Los servidores de David, dando media vuelta, tomaron el camino y se tornaron, y, una vez llegados, repitieron a David lo que Nabal les había dicho.
13 Entonces David dijo: “Cíñase cada uno su espada.” Ciñéronsela, y se ciñó también David la suya, y salió con unos cuatrocientos hombres, dejando doscientos custodiando el bagaje.
14 Uno de los criados de Nabal fue a decirle a Abigaíl, su mujer: “David ha mandado del desierto unos mensajeros a saludar a nuestro amo, que los ha tratado duramente.
15 Siempre esas gentes se mostraron buenas con nosotros y nunca nos molestaron ni nada nos faltó de nuestros rebaños cuando estábamos en el campo.
16 Antes nos servían de defensa de noche y de día todo el tiempo que estuvimos con ellos guardando el ganado.
17 Mira tú lo que has de hacer, porque la pérdida de nuestro amo y de su casa es segura, y es tan malo, que no se le puede hablar.”
18 En seguida Abigaíl tomo doscientos panes, dos odres de vino, cinco carneros ya preparados, cinco medidas de trigo tostado, cien atados de uvas pasas y doscientas masas de higos secos, y, haciéndolo cargar todo sobre asnos,
19 dijo a sus criados: “Pasad vosotros delante, que yo os sigo.” Nada dijo a su marido;"
20 y cuando, montada en su asno, bajaba por lo cubierto del monte, se encontró con David y su gente, que bajaban frente a ella.
21 David se había dicho: “Muy en vano he guardado yo todo cuanto ese hombre tiene en el desierto, y he hecho que nada de lo suyo le faltara; me ha pagado mal por bien."
22 Que castigue Dios a su siervo David si de aquí al alba queda con vida un solo hombre en todo lo de Nabal.”
23 En cuanto Abigaíl se dio cuenta de la presencia de David, bajóse del asno y, echándose ante David rostro a tierra,
24 se prosternó a sus pies y le dijo: “Caiga sobre mí, señor, la falta. Deja que te hable tu esclava y escucha sus palabras.
25 No haga cuenta mi señor de ese malvado de Nabal, porque es lo que su nombre significa, un necio, y está loco. Yo, mi señor, no vi a los que mi señor envió.
26 Y ahora, mi señor, como vive Yahvé, que te ha preservado Yahvé de derramar sangre y tomar por tu mano la venganza, ojalá que todos tus enemigos y cuantos te persiguen sean como Nabal.
27 Ahí tienes este presente que tu sierva trae a mi señor; que se reparta entre la gente que sigue a mi señor."
28 Perdona, te ruego, la falta de tu sierva, pues, de cierto, Yahvé hará a mi señor casa estable, ya que mi señor combate los combates de Yahvé, y no vendrá sobre ti el mal en todo el tiempo de tu vida.
29 Si alguno se levanta para perseguirte y buscar tu vida, la vida de mi señor estará atada en el haz de los vivos ante Yahvé, tu Dios, y la de tus enemigos será volteada dentro de lo cavo de la honda.
30 Cuando Yahvé haga a mi señor todo el bien que le ha prometido y le haga jefe de Israel,
31 no sentirá mi señor el remordimiento de haber derramado sangre inocente y de haberse vengado por su mano. Cuando, pues, Yahvé favorezca a mi señor, acuérdate de tu esclava.”
32 David dijo a Abigaíl: “¡Bendito Yahvé, Dios de Israel, que te ha mandado hoy a mi encuentro!
33 ¡Bendita tu sabiduría y bendita tú, que me has impedido hoy derramar sangre y vengarme por mi mano!
34 De otro modo, ¡vive Yahvé, Dios de Israel, que no me dejó hacer el mal! si tú no te hubieras apresurado a venir a mi encuentro, que de aquí al alba no le hubiera quedado a Nabal hombre vivo.”
35 David recibió de la mano de Abigaíl lo que ella había traído, y le dijo: “Sube en paz a tu casa; te he oído y he acogido tu petición.”
36 Volvióse Abigaíl a casa de Nabal. Hallábase éste sentado a un gran banquete, como de rey, y estaba enteramente ebrio. Nada le dijo ella, ni poco ni mucho, hasta ser de día;"
37 pero a la mañana, cuando ya había digerido el vino, le contó su mujer lo que había pasado, y el corazón se le quedó como muerto, como una piedra.
38 Unos diez días después, Yahvé hirió a Nabal y murió éste.
39 Cuando supo David la muerte de Nabal, se dijo: “¡Bendito Yahvé, que ha defendido mi causa contra el ultraje que me hizo Nabal e impidió a su siervo hacer el mal! Yahvé ha hecho que la maldad de Nabal recayera sobre su cabeza.” Después mandó mensajeros a Abigaíl para proponerla que quería tomarla por mujer.
40 Llegados a casa de Abigaíl, en el Carmel, los mensajeros la hablaron de esta manera: “David nos envía a ti para decirte que quiere tomarte por mujer.”
41 Ella se levantó y, postrándose rostro a tierra, dijo: “Que tu sierva sea una esclava para lavar los pies a los servidores de mi señor.”
42 Levantóse luego Abigaíl y, montando sobre su asno, acompañada de cinco de sus mozas, siguió a los mensajeros de David, y fue su mujer.
43 David tomó también por mujer a Aji-noam, de Jezrael. Una y otra fueron mujeres de David.
44 Saúl había dado su hija Micol, mujer de David, a Paltí, de Galim, hijo de Lais.

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Introducción a I Samuel

Times New Roman ;;; Riched20 5.40.11.2210;

Samuel.

Introducción.
En las Biblias hebraicas modernas, los dos libros de Samuel (a y b) siguen al de los Jueces. En un principio formaban ambos un solo libro, como lo demuestra la nota masorética final y la que figura en 1 Sam 28:23, con la advertencia de que dicho pasaje está en la mitad del libro. Su división en dos se generalizó a partir de la edición de Daniel Bomberg (Venecia 1517). De la unidad primitiva dan testimonio Orígenes (PG 20,581), San Jerónimo (PL 28, 598) y otros. En la versión de los LXX, los libros son llamados Primero y Segundo de los Reinos, cuya calificación final rechaza San Jerónimo, diciendo: Non enim multarum gentium regna de-scribit, sed unius israelitici populi (Lc., 599). El santo Doctor prefiere que se diga libro de los Reyes, no de los Reinos. Los LXX escribieron los libros de Samuel en dos rollos, aproximadamente de la misma extensión, uniéndolos a los de los Reyes, con el título genérico de Primero y Segundo de los Reyes. La Vulgata siguió la clasificación de los LXX, distinguiendo cuatro libros de los Reyes. De ahí que el I y el II de Samuel del texto hebraico corresponden al I y II de los Reyes en los LXX y Vulgata. El concilio Tridentino adoptó la división jeronimiana, que siguen todavía algunos autores. En las páginas que siguen distinguimos entre I y II de Samuel y I y II de los Reyes. Llámanse libros de Samuel por la antigua creencia (Baba Bathra 15a) de que los escribió el profeta Samuel, cuya obra completaron los profetas Gad y Natán, o por el lugar preeminente que ocupa Samuel en la institución monárquica de Israel.

Texto.
Los dos libros fueron escritos originariamente en hebreo, cuyo texto ha llegado defectuosamente hasta nosotros. Las narraciones paralelas con el libro de las Crónicas, a partir de 1 Sam c.31, y la confrontación del texto de 2 Sam c.22 con el Sal 18 ponen en evidencia que el texto no ha sido corrompido sustancialmente 1.

Versión Griega.
El texto griego de Samuel se ha conservado en los códices Vaticano (B) y Alejandrino (A), corregido este último conforme al texto original hebraico. Luciano revisó el texto, cuyo trabajo publicó Lagarde en 1883. En el presente estado de cosas, la confrontación del texto hebraico con el griego es necesaria para llegar, en lo posible a restablecer el texto primitivo. A veces la versión de Luciano permite la reconstrucción de un texto hebraico mejor que el maso-rético. ¿Cuál de los dos textos, hebraico o griego, ha de preferirse? No existe unanimidad entre los autores. Ñ. Á. Ç. de Boer2 concede poco valor al texto griego para reconstruir el texto hebraico primitivo. Peters sostiene la tesis opuesta 3. En la cueva cuarta de Qumrán (49 Sama) se han encontrado restos de todo el libro de Samuel en estado bastante perfecto de conservación. Su texto está estrechamente emparentado con la recensión atestiguada por los LXX. Otro manuscrito de Samuel (495amb) representa un texto similar al de los LXX. Su texto se remonta probablemente a últimos del siglo III a.C.4 Lo más prudente es estudiar en cada caso el texto y ver y discernir qué lección se acerca más al original 1 hebraico.

Vulgata.
Los libros de Samuel fueron de los primeros que San Jerónimo tradujo del hebreo. Tiene algunas lecciones propias (1 Sam 15:4; 17:18; 30:20; 2 Sam 2:6, etc.), que deben tenerse en cuenta para la crítica textual. El texto consonantico y la escritura defectuosa del manuscrito hebraico empleado hicieron que no siempre lograra San Jerónimo una traducción feliz.

Contenido
En el contenido de los libros de Samuel caben distinguir cuatro secciones o partes. En la primera (c.1-v) se fija la atención en la figura de Samuel.
Dos personajes resaltan en la segunda sección (c.8-1s): Samuel y Saúl. El primero había envejecido, y sus hijos no seguían los caminos del padre, por lo que Israel pidió a Samuel un rey para que nos juzgue, como todos los pueblos (8:5). El profeta se resiste en un principio; pero, ante la indicación de Yahvé, accedió a sus deseos (c.8). A causa de su desobediencia, Saúl es rechazado por Dios (c.15). De Saúl y David se ocupan los capítulos 16-31 del libro I de Samuel. Saúl y su hijo mueren sobre los montes de Gelboé en guerra con los filisteos (31:1-13). David les dedica un canto fúnebre (2 Sam 1:1-27). De David se interesa exclusivamente la sección cuarta (2 Sam 2:1-20:35). Al final del libro van unos apéndices (c.21-24). Se refiere la muerte de los descendientes de Saúl en Gabaón (21:1-14); las hazañas de algunos valientes de David (21:15-22). Sigue un cántico de acción de gracias (22:1-51) y el oráculo de David (23:1-7). Se enumeran los laureados del rey (23:8-39). Acaba 1 libro con la noticia sobre el censo del pueblo, que Dios castigó con tres días de peste (24:1-16). David alza un altar en la era de Areuna el jebuseo (24:17-25).

Composición Literaria.
Una lectura superficial del libro o libros de Samuel no revela las anomalías de composición que ofrece. Fijando la atención, se observa entre unos textos y otros algunas divergencias notables (1 Sam 16:14-23 y 17:55-58). Unos son favorables a la monarquía (1 Sam 0:9; 10:1-16; c.11) y otros contrarios (1 Samc.8; 10:17-24; c.12). Los primeros representan la tradición de Guilgal o Caígala, y los segundos la de Masfa. Las narraciones dobles son varias: dos veces entra David en palacio (1 Sam 16:14-23 y 1 Sam 17:1-18); dos veces huye de la corte (1 Sam 19:12 y 21:1); dos veces le intenta matar Saúl (1 Sam 18:10-11 y 19:9-11); dos veces interviene Jonatán en favor de David (19:1-17 y 20:8-10; 18-39); dos veces es traicionado David por aquellos a quienes protege (1 Sam 23:1-13 y 23:19-28); dos veces se dice que Dios reprobó a Saúl (1 Sam 13:8-15 y 1 Sam 15:10-26). Algunas frases no están en armonía con el resto del libro. Por ejemplo, en 1 Sam 7:13 se afirma que los filisteos no volvieron más contra la tierra de Israel, lo que difícilmente se ajusta con 9:16; c.13-14; 30-31. Según 1 Sam 15:35, no volvió Samuel a ver a Saúl hasta el día de su muerte, pero se encuentran en 19:22-24. Otros ejemplos podrían aducirse.

Fuentes.
Conforme a la costumbre antigua oriental, los autores semitas utilizaban diversos documentos o aducían diversas tradiciones anteriores sin mencionarlas explícitamente. Una sola vez cita el autor el libro de Jaser (2 Sam 1:18), citado también por el autor de Jos 10:12, de donde copió el autor el canto fúnebre que pronunció David en honor de Saúl y Jonatán. En el libro, pues, se plantea el problema de las citas implícitas.
El autor sagrado ha manejado en su composición un amplio material, escrito y oral, a veces heterogéneo, llevado por el ideal de poner de relieve más bien los caminos que siguió Dios para llevar a término sus designios que de avalar siempre con su autoridad cada uno de los pormenores que aparecían en las fuentes que utilizaba.
La existencia de los diversos materiales utilizados aparece del estudio desapasionado de las siguientes secciones: 1) Crónica de la sucesión (2 Sann c.9-20), de la que dice E. de Meyer que es una historia verdadera 9; 2) Historia de Samuel (1 Sam c.1-1); 3) Orígenes de la realeza (1 Sam c.8-15); 4) Noticiario sobre Saúl (1 Sam 13:16-14:46); 5) David en la corte de Saúl (1 Sam 16:14-17:58); 6) Luchas entre Saúl y David (1 Sam 18:1; 31:25); 7) David rey (2 Sam 1:1; 8:18) 10.
La honradez del autor, su misma conducta de airear los diversos textos y dispares tradiciones acerca del período histórico que estudia, son una garantía de que escribe una historia verdadera empleando métodos distintos a los de la historiografía moderna. Los libros de Samuel se presentan exteriormente como una compilación de escritos y tradiciones en torno a los orígenes de la monarquía. Este acontecimiento trascendental en la historia de Israel debió sin duda de apasionar a todos los que se vieron envueltos en él y a su posteridad. El autor sagrado a veces yuxtapone las diversas tradiciones, otras veces las combina, las resume, amplía, etc.

Autor y data de Composición.
En los libros de Samuel se hallan muchos elementos antiguos, contemporáneos algunos de los mismos hechos. En los tiempos posteriores a David se escribió mucho sobre él y se comentaron las incidencias que le llevaron al trono y su actuación en el mismo. Hacia los años que siguieron inmediatamente a la caída de Samaría se generalizaron las especulaciones en torno a la memoria de David. El desastre del reino del Norte era una ocasión propicia para poner de relieve las promesas relativas a la continuidad de la dinastía davídica en el trono. Los reyes de Israel perecieron por haberse olvidado de Yahvé y no haber seguido el camino que les trazó David con su conducta. En tiempos de Ezequías hubo gran actividad literaria encaminada a desempolvar recuerdos antiguos y estudiar las causas que provocaron la dispersión de Israel entre los pueblos. Esta primera colección de noticias sobre la naciente monarquía recibió su forma última, con influencias deuteronomistas, en los días inmediatos al exilio o durante el mismo. Junto a los ríos de Babilonia medita el pueblo judío sobre el pasado de la nación, que, a la luz del castigo reciente, aparece como una continuada transgresión del pacto concluido en otro tiempo en el desierto n. El trabajo deuteronomista en los libros de Samuel fue de escasa importancia (1 Sam c.7 y 12; 1 Sam 4:18; 2 Sam 2:10-11; 5:4-5). En este tiempo pudo el autor obtener una visión panorámica de la historia de Samuel, Saúl y David y de las etapas que condujeron a éste al trono de Judá y de Israel. El exegeta católico podrá estrujar más o menos la letra del texto, pero no puede poner en duda, a la ligera, la historicidad sustancial de los libros de Samuel. Tenemos en los libros de Samuel una historia religiosa popular; pero aun con métodos y formas de decir y narrar antiguas y populares puede escribirse historia verdadera. En estos libros, como dejamos anotado, prevalece el elemento religioso. El hagiógrafo trata de inducirnos a observar la obra de Dios en los acontecimientos, cuyas causas humanas sabe él describir con viveza y realismo. Justamente, este mismo realismo, y sobre todo la imagen de David, en la que nos dejó dibujado no tan sólo sus nobles y altas cualidades, sino también sus debilidades, constituyen los elementos que nos dan la garantía de la credibilidad de su obra histórica 12.

Los libros de Samuel en el marco general de la historia.
El período comprendido entre Samuel y David no tiene contactos con los grandes imperios del antiguo Oriente. Egipto y Asiria duermen dentro del límite de sus fronteras. El pueblo más peligroso para Israel eran los incircuncisos, los filisteos. Fueron ellos los instrumentos de la justicia divina para castigar los pecados de Helí y de sus hijos (1 Sam 4:10-21). La expansión de los filisteos hacia el este despertó en Israel la idea de la unidad entre las tribus C0n una autoridad central que las aunara. Por lo mismo, el pueblo pidió a Samuel un rey que saliera al frente de ellos para combatir sus combates (1 Sam 8:20).
Al lograrse la unificación de Judá y de Israel en la persona de David, alcanzó Israel un poderío militar que bien pronto debían experimentar los enemigos fronterizos. Los filisteos fueron rechazados y sus ciudades puestas bajo el control de David; algunos mercenarios filisteos formaron parte de la guardia real. En el interior acabó con los islotes cananeos. Los árameos, amonitas, moabitas y edomitas le fueron tributarios. Con Tiro mantuvo David relaciones comerciales, pero no es posible señalar cuándo se produjeron estos puntos de contacto, porque no ocupaba todavía Hiram el trono de Tiro en los primeros años del reinado de David sobre Israel.
Esta falta de contacto con los pueblos e imperios de los alrededores dificulta la fijación cronológica de algunos puntos álgidos de esta historia. A falta de datos concretos, se procede a base de conjeturas. Hacia el año 1030, Saúl fue proclamado rey; entre los años 1010 y 970 reinó David. La arqueología no se opone a estas fechas, antes bien las confirma en líneas generales. Esta despreocupación por la cronología es un rasgo peculiar de la antigua historiografía semita.

Contenido doctrinal.
No para halagar a los historiadores han entrado los libros de Samuel en el canon bíblico. Encierran ellos un mensaje religioso, destinado en primer lugar a los israelitas, y después a sus herederos espirituales, los cristianos. Los libros anuncian las condiciones y las dificultades del establecimiento del reino de Dios sobre la tierra13. Yahvé es el Dios de Israel y su único rey; el monarca que elija el pueblo debe ser el representante de Dios en la tierra y el instrumento del que se servirá Dios para obrar grandes cosas. En ambos libros aparecen los atributos de Dios. Por medio de sus profetas se comunica a los hombres. Desde su infancia fue Samuel su confidente. Durante toda su vida manifestóse Samuel como defensor acérrimo de los derechos del yahvismo, no temiendo oponerse al mismo rey y echarle en cara su ingratitud para con Dios, que lo había elegido. Fue el profeta Natán el encargado de retransmitir a David la noticia de que la hegemonía prometida a la tribu de Judá se realizaría en su familia: Permanente será tu casa para siempre ante mi rostro, y tu trono estable por la eternidad (2 Sam 7:16). Yahvé se compromete a adoptar como hijos a los descendientes de David para ejercer por ellos su realeza sobre su pueblo. La monarquía, que a Samuel parecía contraria a la teocracia, se convierte en vehículo de ideas mesiánicas. Los profetas presentan a David como tipo del Mesías, y, una vez realizadas las profecías, los apóstoles hacen resaltar que las promesas hechas a David se han cumplido en el hijo de David por excelencia (Mc 10:47-48; Mt 15:22). San Pedro afirma la ascendencia de Jesús del rey David (Act 2:30; Mt 1:1; Lc 2:4). Con David se abren gloriosas perspectivas para Israel, haciendo surgir en el corazón de todos los hombres de buena voluntad la esperanza de un Mesías Salvador.
Fue David de carácter magnánimo, caritativo y misericordioso. Más que fijarnos en el lunar que suponen sus pecados de adulterio y homicidio, debemos considerar su fe, su arrepentimiento y sumisión a la palabra de los profetas. El autor del libro de las Crónicas tiende un velo piadoso sobre un pecado que David expió cumplidamente. En adelante, la conducta de los reyes de Judá y de Israel es juzgada tomando como punto de referencia la conducta de David. El pueblo pidió a Samuel les diera un rey como las otras naciones (1 Sam 8:20); pero no siendo Israel como los pueblos paganos, tampoco podía ocupar su trono un rey pagano, sino un vicario o representante de Yahvé. Ahora bien, fue David el prototipo de reyes teocráticos, que no se enorgullece de su cargo, antes bien se reconoce a sí mismo indigno representante de Dios sobre la tierra. El alma de David se transparenta en la colección de Salmos que se le atribuye, que alimentan todavía hoy la piedad de millares de fieles.


1 Para las cuestiones de crítica textual consúltese: P. Dhorme, Les livres de Samuel: Et. Bibliques; A. Fernández, Breve introducción a la crítica textual del A. T. (Roma 1917): Ídem, I Samuel 1-15. Crítica textual (Roma 1917); M. Rehm, Textkritische Untersuchungen zu den Paralleltexten der Samuel-Konigsbücher und der Chronik (Münster 1937).
2 Research in to Text of I Samuel 1-16 (Amsterdam 1938).
3 Beitrage zur Text und Literarkritik sowie zur Erklarung der Bücher Samuel (Fribur-
4 J. Milik, Dieci Anni di scoperte nel Deserto di duda (Marietti, 1957) 19.
5 W. O. E. Oesterley-Th. Robinson, An Introduction to the Books of the Oíd Testament (Londres 1949) 88; A. lods, Histoire de la Littérature hebraíque et juive depuis les origines jusqu'á la ruine de l'état juif (135 aprés J.G.; París 1950) 121-124.
6 Einleituns m das Alte Testament (Tübingen 1956).
7 Otras Concepciones Vigentes Se Encuentran Exp Lioros Sacros Veteris Testamenti (Roma 1958) 172-174; Bonn1936, 4-Rrr C. Kuhl. Die Enstehung Des Alten Uestas En Â. Mariani, Introiuctio In Ê. A. Leimbach, Die  Üchei Samuel Testaments (Berna 1953) 146-147.
8 L'aspect Reügfie De La Royante Ment Et Dans Les Testes Mésopotamiens
9 Die Israeliten Und Ihre Nachbar
10 Ntroducíion: A La Bibíe (Tourna Israélite. L·'Instituí Ton Monarchique Dans l'Ancien Testa-(Roma 1954) 89-112. Stamme (Halle 1906) 485. I 1957) 4I5SS.
11 De Vaux, Israel: DBS 762.
12 J. Schildenberger, Géneros Literarios De Los Libros Del Antiguo Testamento: Los Géneros Literarios De La Sagrada Escritura (Barcelona 1957) 131-132; M. Buber, Die Erzahlung Von Sauls Konigswahl: VT 6 (1956) 113-173; Ch. Keely, An Aproach To The Books Of Samuel: CBQ. 10 (1948) 254-270; A. Schulz, Erzahlungskunst In Den Samuelbüchern: Biblische Zeit-Fragen, XI 6-7 (Münster 1923).
11 De Vaux, Les Livres de Samuel 16,,


Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

I Samuel 25,1-44

Muerte de Samuel (25:1).
1 En tanto murió Samuel, y todo Israel se reunió para llorarle, y fue sepultado en su casa en Rama. David bajó al desierto de Maón.

Anticipadamente se da la noticia de la muerte y sepultura de Samuel. De este hecho se habla nuevamente en 28:3. Dice el texto que fue sepultado en el sepulcro de su casa en Rama. La expresión en su casa debe tomarse en sentido amplio de sepulcro familiar, que se encontraba en las afueras de la población, en una necrópolis (28:3; 1Re_2:34) o en un patio o jardín contiguo a la casa. Debe excluirse la sepultura bajo el pavimento, ya que, según Num_19:14, la casa hubiérase contaminado de manera permanente con la presencia de un cadáver en los sótanos. No señala el texto sagrado la duración de los días de luto por Samuel, que acaso fueron siete. Tampoco indica la edad que tenía al morir; por varios datos del texto se deduce que era de avanzada edad (Num_8:1). Debía ser así, por cuanto Dios premia con una vida larga a los que fielmente le sirven. Con su muerte desaparecía una figura señera en Israel. Samuel gozó de mucho prestigio en la tradición israelita, tanto que Jeremías (Num_15:1) lo compara a Moisés por su poder de intercesión, y el autor del Eclesiástico canta profusamente sus gestas (Num_46:13-20). Lo primero que aparece en Samuel es su acendrado yahvismo. Movido por el celo de Dios, luchó contra los filisteos, que amenazaban la independencia de la heredad de Yahvé; se opone, en cuanto le fue posible, a la institución de la monarquía, por considerarla como un atentado al dominio absoluto de Yahvé, único y supremo rey de Israel. Guando, por inspiración divina y por la voluntad popular, vióse constreñido a ungir a Saúl por rey de Israel, le recuerda que su poder viene de Dios, que sus atribuciones están limitadas, recortadas por la voluntad divina; que el rey es, en fin, un representante del verdadero rey de Israel, Yahvé. Al desviarse Saúl del camino recto, no temió Samuel echarle en cara su infidelidad, sacrificando sus simpatías personales a los intereses de Dios. Samuel fue un hombre austero, severo consigo mismo y con el prójimo. Quiere a Saúl, le aconseja, intercede por él y, a pesar de sus descarríos, no le abandona jamás en sus oraciones. A Samuel cupo la suerte de ungir como sucesor de Saúl a un hombre según el corazón de Yahvé (Num_13:14). En el Martirologio romano se recuerda su fiesta el 20 de agosto.

Negativa de Nabal (Num_25:2-17).
2Había en Maón un hombre muy rico, cuyos bienes estaban en el Carmel; tenía tres mil ovejas y mil cabras. Hallábase en el Carmel para el esquileo de sus ovejas. 3 Llamábase el hombre Nabal, y su mujer Abigaíl; era una mujer de mueho entendimiento y muy hermosa, mientras que él era un hombre duro y malo; era del linaje de Galeb. 4 Supo David en el desierto que Nabal estaba de esquileo, 5 y le mandó diez mozos a los que dijo: Subid al Carmel e id en busca de Nabal; y después de saludarle de mi parte, 6 le habláis de esta manera: La paz sea contigo, con tu casa y con cuanto tienes. 7 He sabido que estás de esquileo. Pues bien, tus pastores han estado tiempo con nosotros; nunca les hemos hecho ningún mal ni les ha faltado nada del ganado mientras han estado en el Carmel. 8Pregúntales a ellos y te lo dirán. Que hallen, pues, gracia a tus ojos estos mozos, ya que llegamos en un día de júbilo. Da, pues, a tus siervos y a tu hijo David lo que halles a mano. 9Cuando llegaron los hombres de David y en nombre de éste repitieron todas sus palabras, se quedaron esperando; 10 pero Nabal les respondió: ¿Quién es David y quién el hijo de Isaí? Son hoy muchos los siervos que andan huidos de su señor. 11¿Voy a tomar yo mi comida y mi bebida y el ganado que he matado para mis esquiladores para dárselo a gente que no sé de dónde es? 12Los servidores de David, dando media vuelta, tomaron el camino y se tornaron, y, una vez llegados, repitieron a David lo que Nabal les había dicho. 13 Entonces David dijo: Cíñase cada uno su espada. Ciñéronsela, y se ciñó también David la suya, y salió con unos cuatrocientos hombres, dejando doscientos custodiando el bagaje. 14 Uno de los criados de Nabal fue a decirle a Abigaíl, su mujer: David ha mandado del desierto unos mensajeros a saludar a nuestro amo, que los ha tratado duramente. 15 Siempre esas gentes se mostraron buenas con nosotros y nunca nos molestaron ni nada nos faltó de nuestros rebaños cuando estábamos en el campo. 16 Antes nos servían de defensa de noche y de día todo el tiempo que estuvimos con ellos guardando el ganado. 17Mira tú lo que has de hacer, porque la pérdida de nuestro amo y de su casa es segura, y es tan malo, que no se le puede hablar.

Según el texto griego, marchó David a Maón; según el masorético, a Farán. Por el contexto prevalece la lección de los LXX, por encontrarse Farán (Gen_21:21; Num_10:12; Num_10:12.16) al sur del Negueb y del mar Muerto, mientras que Maón (Num_23:25) no estaba lejos de Engaddi ni del Carmel, de que habla el texto a continuación. Por los contornos de Maón vivía un hombre muy rico llamado Nabal, del linaje de Caleb (Jos_15:13; Jue_1:12), con propiedades y mucho ganado. Por otra parte, él, como indicaba su nombre (nabal = necio, bruto, estúpido), carecía de virtudes personales y cívicas. Supo David que Nabal había subido al Carmel para el esquileo de las ovejas (Gen_38:12). El esquileo duraba muchos días, durante los cuales se organizaban fiestas a las que acudían familiares y amigos (2Sa_13:23-55). Con esta ocasión asistían también los pobres, que comían hasta saciarse. También David pensaba beneficiarse de aquella fiesta para proveer al sostenimiento de sus hombres. En su petición hicieron constar los enviados que, a pesar de la escasez de alimentos y de convivir con los pastores de Nabal, nunca se apropiaron indebidamente de alguna res. Por lo mismo, lo que le pedían era una recompensa por su buena conducta durante el año. Nabal se desató en improperios e injurias contra David y los suyos, calificándolos de rebeldes, de haraganes, que huían del yugo del rey. A1 enterarse David del recibimiento que hizo Nabal a los suyos, se indignó y marchó contra él con cuatrocientos hombres para vengar su honor. La actitud de Nabal puede explicarse, o porque temía a Saúl, recordando lo de Nob, o porque era partidario decidido de su método de gobierno.

Sale Abigaíl al encuentro de David (2Sa_25:18-31).
18En seguida Abigaíl tomo doscientos panes, dos odres de vino, cinco carneros ya preparados, cinco medidas de trigo tostado, cien atados de uvas pasas y doscientas masas de higos secos, y, haciéndolo cargar todo sobre asnos, 19 dijo a sus criados: Pasad vosotros delante, que yo os sigo. Nada dijo a su marido; 20y cuando, montada en su asno, bajaba por lo cubierto del monte, se encontró con David y su gente, que bajaban frente a ella. 21 David se había dicho: Muy en vano he guardado yo todo cuanto ese hombre tiene en el desierto, y he hecho que nada de lo suyo le faltara; me ha pagado mal por bien. 22 Que castigue Dios a su siervo David si de aquí al alba queda con vida un solo hombre en todo lo de Nabal. 23En cuanto Abigaíl se dio cuenta de la presencia de David, bajóse del asno y, echándose ante David rostro a tierra, 24se prosternó a sus pies y le dijo: Caiga sobre mí, señor, la falta. Deja que te hable tu esclava y escucha sus palabras. 25No haga cuenta mi señor de ese malvado de Nabal, porque es lo que su nombre significa, un necio, y está loco. Yo, mi señor, no vi a los que mi señor envió. 26Y ahora, mi señor, como vive Yahvé, que te ha preservado Yahvé de derramar sangre y tomar por tu mano la venganza, ojalá que todos tus enemigos y cuantos te persiguen sean como Nabal. 27Ahí tienes este presente que tu sierva trae a mi señor; que se reparta entre la gente que sigue a mi señor. 28 Perdona, te ruego, la falta de tu sierva, pues, de cierto, Yahvé hará a mi señor casa estable, ya que mi señor combate los combates de Yahvé, y no vendrá sobre ti el mal en todo el tiempo de tu vida. 29Si alguno se levanta para perseguirte y buscar tu vida, la vida de mi señor estará atada en el haz de los vivos ante Yahvé, tu Dios, y la de tus enemigos será volteada dentro de lo cavo de la honda. 30Cuando Yahvé haga a mi señor todo el bien que le ha prometido y le haga jefe de Israel, 31 no sentirá mi señor el remordimiento de haber derramado sangre inocente y de haberse vengado por su mano. Cuando, pues, Yahvé favorezca a mi señor, acuérdate de tu esclava.

Apresuróse Abigaíl a deshacer el entuerto de su marido. David, con un contingente de hombres armados, se dirigía al Carmel. En el camino hizo David un juramento (2Sa_3:17; 2Sa_14:44; 2Sa_20:13), en virtud del cual recae sobre la persona que lo profiere el mal que desea a otro en caso de no ponerlo en práctica. De ahí que las palabras a los enemigos de David, que trae el texto masorético, deben considerarse como una glosa de un escriba, deseoso de evitar que cayeran sobre David los efectos de una maldición que, al no ponerla en práctica, debía recaer sobre él. Al final del v.22 se lee que no dejará David con vida de la casa de Nabal ni al que mea en la pared, frase usada repetidamente en la Biblia (1Re_14:10; 1Re_16:11; 1Re_21:11) que no debe entenderse de una distinción entre hombre y mujer ni entre el niño y el joven, que cubre sus pies al hacer esta necesidad (1Re_24:4), sino del perro. Con esta expresión quiere el autor expresar que David no dejará con vida a ninguna persona y animal que pertenezca a la casa de Nabal. Es de notar, dice Ubach, que la palabra hebraica mashtin, el que orina, se ha conservado en la palabra castellana mastín, que designa una raza canina.
Abigaíl, cuyo nombre significa mi padre es alegre, pide disculpa por la conducta de su marido, impío y malo (Isa_32:5). Abigaíl habla en términos claros del reinado de David y de la permanencia de sus descendientes en el trono, tal como le prometió más tarde el profeta Natán (2Sa_7:12).
En un saquito como en el de la mirra de la esposa de los Cantares (Can_1:12) guarda Dios a los que ama, conservando su vida; a los condenados a muerte los lanza lejos, como con una honda. Los judíos suelen grabar sobre sus tumbas las cinco letras iniciales t s n b h del versículo: Que su alma se guarde en el cofre de la vida, que corresponden a la inscripción cristiana R. I. P. La imagen mencionada es análoga a la del libro de la vida (Sal_69:29; Isa_4:3; Dan_12:1).

Abigaíl regresa a su casa (Dan_25:32-38).
32 David dijo a Abigaíl: ¡Bendito Yahvé, Dios de Israel, que te ha mandado hoy a mi encuentro! 33¡Bendita tu sabiduría y bendita tú, que me has impedido hoy derramar sangre y vengarme por mi mano! 34 De otro modo, ¡vive Yahvé, Dios de Israel, que no me dejó hacer el mal! si tú no te hubieras apresurado a venir a mi encuentro, que de aquí al alba no le hubiera quedado a Nabal hombre vivo. 35 David recibió de la mano de Abigaíl lo que ella había traído, y le dijo: Sube en paz a tu casa; te he oído y he acogido tu petición. 36 Volvióse Abigaíl a casa de Nabal. Hallábase éste sentado a un gran banquete, como de rey, y estaba enteramente ebrio. Nada le dijo ella, ni poco ni mucho, hasta ser de día; 37pero a la mañana, cuando ya había digerido el vino, le contó su mujer lo que había pasado, y el corazón se le quedó como muerto, como una piedra. 38 Unos diez días después, Yahvé hirió a Nabal y murió éste.

Quedó David satisfecho de la acción de Abigaíl y reconocido por las muestras de veneración y simpatía que le había manifestado. David tendrá en cuenta la petición que le ha hecho Abigaíl. Al regresar la mujer a su casa, contó a Nabal lo sucedido, muriendo éste a los pocos días fulminado por un ataque de apoplejía, cumpliéndose lo del v.29 de que Dios le arrojó a la región de los muertos como piedra lanzada por la honda.


Abigaíl, mujer de David (25:39-44).
39 Cuando supo David la muerte de Nabal, se dijo: ¡Bendito Yahvé, que ha defendido mi causa contra el ultraje que me hizo Nabal e impidió a su siervo hacer el mal! Yahvé ha hecho que la maldad de Nabal recayera sobre su cabeza. Después mandó mensajeros a Abigaíl para proponerla que quería tomarla por mujer. 40 Llegados a casa de Abigaíl, en el Carmel, los mensajeros la hablaron de esta manera: David nos envía a ti para decirte que quiere tomarte por mujer. 41Ella se levantó y, postrándose rostro a tierra, dijo: Que tu sierva sea una esclava para lavar los pies a los servidores de mi señor. 42Levantóse luego Abigaíl y, montando sobre su asno, acompañada de cinco de sus mozas, siguió a los mensajeros de David, y fue su mujer. 43 David tomó también por mujer a Aji-noam, de Jezrael. Una y otra fueron mujeres de David. 44 Saúl había dado su hija Micol, mujer de David, a Paltí, de Galim, hijo de Lais.

No debe interpretarse el texto en el sentido de que se alegró David de la muerte de su enemigo; únicamente quiere decir que acató la voluntad de Dios al quitar de en medio al enemigo de su causa. Decide David tomar a Abigaíl por esposa, a lo que accede ella gustosamente, tras unas palabras protocolarias que expresan un sentimiento de humildad. La mujer de David llamábase Ajinoam (14:50), natural de un pueblecito llamado Yezrael (Jos_15:55-56), de los alrededores del Carmel, en el desierto de Maón. Ahora entra también en casa de David Abigaíl; las dos esposas reaparecen en 27:3; 30:5. Ya hemos visto que, paulatinamente, de la monogamia se pasó en Israel a la poligamia 1. En una sociedad en que se admitía la poligamia, se consideraba como señal de poderío y de riquezas el tener un harén numeroso. Cuando David reinaba en Hebrón tenía ya seis mujeres (2Sa_3:2-5), que aumentaron con el tiempo (2Sa_5:13; 2Sa_15:16; 2Sa_16:21-22). Saúl retiróle su hija Micol (2Sa_18:20-27), que entregó por mujer a un hombre llamado Paltí (en 2Sa_3:15 es conocido por Paltiel), de Galim, al norte de Jerusalén, a un kilómetro al oeste de Anata (Isa_10:30). Los dos nombres, Galim y Lais, reaparecen también juntos en el citado texto de Isaías. Con el matrimonio con Abigaíl ganaba David para su causa al clan de los calebitas, que habitaban en la rica y piadosa ciudad de Hebrón (Jos_15:13-19; Jue_1:12-15), y se apoderaba de una hacienda considerable. Este matrimonio le asegurará además un refugio incondicional todas cuantas veces tenga que huir de las iras de Saúl y le proporcionará un contingente de hombres que apoyarán su encumbramiento en el trono de Israel.