Ver contexto
Pero él, ¿no está guardado
junto a mí, sellado en mis tesoros?
(Deuteronomio  32, 34) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

הֲ‎(הֲ)

Hebrew|hᵃ|[interrogative]

Part-of-speech: interrogative particle
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ac.aa] [460]
[ה] [GES1804] [BDB2020] [HAL2030]

לֹא‎(לֹא)

Hebrew|lō-|not

Part-of-speech: negative particle
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3808] [l.ab.aa] [1064]
[לא] [GES3708] [BDB4137] [HAL4092]

ה֖וּא‎(הוּא)

Hebrew|hˌû|he

Part-of-speech: personal pronoun
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1931] [e.aw.aa] [480]
[הוא] [GES1856] [BDB2078] [HAL2078]

כָּמֻ֣ס‎(NLG)

Hebrew|kāmˈus|store

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle (passive)
Verbal stem: qal


[H3647] [k.bt.aa] [992]

עִמָּדִ֑י‎(עִמָּד)

Hebrew|ʕimmāḏˈî|company

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H5978] [p.dj.aa] [1640b]
[עמד] [GES5905] [BDB6527] [HAL6451]

חָתֻ֖ם‎(חָתַם)

Hebrew|ḥāṯˌum|seal

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle (passive)
Verbal stem: qal


[H2856] [h.hb.aa] [780]
[חתם] [GES2754] [BDB3097] [HAL3071]

בְּ‎(בְּ)

Hebrew|bᵊ|in

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[b.ab.aa] [193]
[ב] [GES855] [BDB923] [HAL939]

אֹוצְרֹתָֽי‎(אֹוצָר)

Hebrew|ʔôṣᵊrōṯˈāy|supply

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H214] [a.fl.ac] [154a]
[אוצר] [GES210] [BDB225] [HAL236]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



32. El Cántico de Moisés.
E sta composición rítmica nos canta la historia de las relaciones entre Yahvé e Israel y viene a resultar un alegato acusatorio contra el pueblo elegido, que no supo corresponder a las bondades de su Dios. Cantado por los ministros del santuario y por el pueblo, sería una invitación continua a la penitencia y al retorno hacia Yahvé.
Es un poema didáctico más que lírico. La tesis es la especialísima providencia de Yahvé con su pueblo al formarlo como nación y la infidelidad de Israel, merecedora de los mayores castigos. Se ha supuesto que tiene una distribución coral de estrofas: dos coros alternativamente las van cantando, intercalando otras comunes a ambos coros. Así, pues, hay una distribución de estrofas y antiestrofas. El conjunto parece obra de un salmista de la época sapiencial, que por ficción literaria o seudonimia lo atribuye a Moisés, forjador, de la teocracia hebrea.

Introducción: Fidelidad de Yahvé (1-4).
1Escuchad, cielos, y hablaré,
y oiga la tierra las palabras de mi boca.
2Caiga a gotas, como la lluvia, mi doctrina.
Destile como el rocío mi discurso,
como la llovizna sobre la hierba,
como las gotas de la lluvia sobre el césped.
3Porque voy a celebrar el nombre de Yahvé.
¡Dad gloria a nuestro Dios!
4¡El es la Roca! Sus obras son perfectas,
todos sus caminos son justos;
es fiel y no hay en El iniquidad.
Es justo, es recto.


El poeta apostrofa a los cielos, poniéndolos como testigos mudos de las grandes verdades que va a proclamar. Es una introducción solemne y enfática para centrar la atención en torno a las alabanzas de Yahvé por sus obras portentosas. Sólo los cielos y la tierra son dignos de escuchar sus palabras de glorificación de Dios y de acusación contra Israel1. Como la lluvia y el rocío son recibidos ansiosamente por la tierra sedienta, así sus palabras deben ser acogidas por sus oyentes (v.2). Como la lluvia y el rocío siembran de riqueza la tierra, dando óptimas cosechas y frutos, así las palabras del poeta sagrado han de producir óptimos frutos de salvación y de arrepentimiento. Su doctrina debe discurrir suavemente, a gotas, para empapar las almas de sus destinatarios2.
Después de esta bella y ampulosa introducción, el poeta proclama el tema de su composición: celebrar el nombre de Yahvé (v.3), sus manifestaciones gloriosas en la historia de Israel. Y, llevado de su entusiasmo, invita a sus oyentes a proclamar la gloria de su Dios. El estilo es salmódico y épico a la vez. Los rasgos enérgicos y las insinuaciones delicadas se entrelazan en un conjunto poético lleno de armonía y de inspiración. Yahvé es la Roca, es decir, el castillo roquero, el refugio seguro de Israel en todas sus tribulaciones. Es inconmovible, porque está revestido de sus atributos intocables: perfección, justicia, fidelidad y rectitud. Sus obras, sobre todo las obras de Dios para con Israel, son la manifestación clara de. estos atributos. Su perfección se. revela en el mundo con sus maravillas, y su justicia y rectitud aparecen en el gobierno de la humanidad, y especialmente en la historia de Israel, y su fidelidad brilla en el cumplimiento de las- antiguas promesas para con su pueblo.

Infidelidades de Israel (5-6).
5Indignamente se portaron con El sus hijos,
generación malvada y perversa.
6¿Así pagas a Yahvé, pueblo loco y necio?
¿No es El el padre que te crió,
el que por sí mismo te hizo y te formó?


Pero1 cuan lejos está Israel de responder a lo que le pide su Dios! Es siempre el pueblo sin sabiduría, necio, rebelde, de dura cerviz, que desconoce a su Dios, que no sabe apreciar los favores de que le colmó con solicitud paternal. La liberación de Egipto y la revelación de la Ley le constituyó como pueblo santo, aparte de todos los demás, como posesión o heredad suya. Frente a la rectitud, justicia y fidelidad de Yahvé está la perversidad, estulticia y rebeldía de Israel como nación. No supo responder a su vocación de nación santa y pueblo sacerdotal3. Yahvé no es sólo su Dios, sino su Padre. El profeta Isaías echa en cara a Israel su estulticia, ya que las bestias conocen a su dueño, y, en cambio, Israel no reconoce a su Señor4. En Isa_63:16 se resalta el carácter paternal de Yahvé: Tú eres nuestro Padre; Abrahán no nos conoció, y nos desconoció Israel, pero tú, ¡oh Yahvé!, eres nuestro Padre, y Redentor nuestro es tu nombre desde la eternidad. Malaquías echa en cara a Israel su ingrata e insensata conducta: El hijo honra a su padre, y el siervo teme a su señor. Pues si yo soy vuestro Padre, ¿dónde está la honra que me tenéis? Y si soy vuestro Señor, ¿dónde el temor que me mostráis?5 La larga historia de Israel desde Egipto constituye el mejor comentario de estas palabras del deuteronomista.

Las Larguezas de Yahvé para con su Pueblo (7-14).
7Trae a la memoria los tiempos pasados,
atiende a los años de todas las generaciones;
pregunta a tu padre, y te enseñará;
a tus ancianos, y te dirán:
8 Cuando distribuyó el Altísimo su heredad entre las gentes,
cuando dividió a los hijos de los hombres,
estableció los términos de los pueblos
según el número de los hijos de Israel.
9Pues la porción propia de Yahvé es su pueblo,
su lote hereditario es Jacob.
10Le halló en tierra desierta,
en región inculta, entre aullidos de bestias;
le rodeó y le enseñó,
le guardó como la niña de sus ojos.
11Como el águila que incita a su nidada
revolotea sobre sus polluelos,
así El extendió sus alas y los cogió,
y los llevó sobre sus plumas.
12Sólo Yahvé le guiaba;
no estaba con El ningún dios ajeno.
13Le subió a las alturas de la tierra,
le nutrió de los frutos de los campos,
le dio a chupar miel de las rocas,
y aceite de durísimo sílice.
14La nata de las vacas y la leche de las ovejas,
con la grosura de los corderos y los carneros,
de los toros de Basan y de los machos cabríos.
Con la flor de trigo bebiste la sangre de la uva,
la espumosa bebida.


El poeta, inspirado, invita al pueblo a mirar hacia atrás, a los orígenes, antes que Israel existiera como nación, cuando Yahvé preparaba la formación de su pueblo. Los padres y los ancianos, testigos de la tradición, podrían decir a la generación presente lo que sabían ellos de los orígenes, cuando Dios distribuyó la tierra entre los descendientes de Noé6, asignando a cada familia una región7. Dios, el que había salvado a Noé del diluvio, constituyéndole en segundo padre de la humanidad, realizó esta nueva obra, mostrando en ella su corazón de padre para con la descendencia del patriarca, con quien había hecho su alianza8. Como se dice en Eze_19:5, todos los pueblos son de Dios, pues El los creó, pero Israel es su escogida heredad, y para él escogió desde entonces la tierra que le destinaba, la tierra que desde tantos siglos antes había prometido a los patriarcas para dársela a sus descendientes. Esta predestinación es la primera muestra del amor paternal de Yahvé hacia Israel9.
El hagiógrafo pasa en silencio la estancia de los israelitas en Egipto y su liberación milagrosa, presentándonos al pueblo en el desierto en medio de muchos peligros de fieras que le rodean y en total abandono10. El Señor le rodea de su protección y le guarda como la niña de sus ojos, y a la manera del águila, que enseña a sus polluelos a volar, Yahvé toma a los israelitas sobre sus alas para introducirlos en la tierra prometida. Y en esta obra maravillosa y providencial no tomó parte ningún dios extraño, sino que todo fue obra de Yahvé, Padre de Israel. El salmista celebra estas bondades de Dios para con el pueblo elegido en los salmos 78 y 105. Instalado en la tierra de Canaán, la tierra que mana leche y miel, Israel se alimentó de sus frutos, vendimió las viñas que no había plantado, sembró los campos que no había roturado, habitó las casas que no había edificado, y se hartó de la carne de los toros y carneros, del pan de los campos, del vino (la sangre de la uva, v.14b) de sus viñas, de los frutos de la tierra. Ezequiel expresa la prosperidad de Israel luego de su entrada en Canaán en términos alegóricos: Estabas adornada de oro y de plata, vestida de lino, y de seda recamado; comías flor de harina de trigo, miel y aceite; te hiciste cada vez más hermosa y llegaste a reinar. Extendíase entre las gentes la fama de tu hermosura, porque era acabada la hermosura que puse en ti, dice el Señor, Yahvé.11 El poeta deuteronómico idealiza también la tierra prometida, establecida sobre las alturas de la tierra (v.13a), la cordillera dorsal de la tierra de Canaán, en cuyas rocas las abejas hacen sus panales de miel, y en la misma tierra calcárea (durísimo sílice) hizo brotar Dios el olivo. Las praderas ubérrimas de Basan, en TransJordania, abundan en ganados, y en las pequeñas llanuras de Palestina nace la flor de trigo, y en sus montículos terraplenados la viña. La descripción refleja bien la flora palestinense, lo que implica que el poeta conoce bien el país.

Ingratitud del Pueblo Israelita (15-18).
15Comió Jacob y se hartó,
engordó Yesurún y recalcitró
engordaste, te cebaste, te henchiste ,
y volvió la espalda a Dios, su Hacedor,
y despreció al Dios de su salvación.
16Provocáronle con dioses ajenos,
irritándole con abominaciones;
17inmolaron a demonios, a no-dioses,
a dioses que no habían conocido,
nuevos, de ha poco advenedizos,
a los que no sirvieron sus padres.
18De la Roca que te crió te olvidaste,
diste al olvido a Dios, tu Hacedor.


Parece que la posesión de estos bienes debía de despertar sentimientos de gratitud en el ánimo de Israel y fundamentar la fidelidad a Yahvé. Pero, lejos de esto, se olvidó de Yahvé, el Yesurún, es decir, el recto, o Israel, que por vocación debía ser recto en sus caminos12. En este supuesto es un término irónico. Algunos creen que es despectivo, relacionándolo con el hebreo sor (toro), lo que se adapta bien al contexto, en el que Israel aparece como un toro recalcitrante y rebelde por estar bien cebado (engordaste, te cebaste, te henchiste, (v.16), que no admite el yugo que se le impone13. Israel ha abandonado a su Dios, su único Salvador, yéndose tras de dioses ajenos, a los que atribuye los bienes de que disfruta y ofreciéndoles sacrificios con prácticas abominables14. Se han prostituido a los demonios o espíritus demoníacos (heb. sedim)15, alusión a las divinidades fenicias y cananeas adoptadas por los hebreos. En los Salmos se alude a estas prácticas16, y Ezequiel refleja con toda crudeza la entrega de Israel al culto idolátrico: Pero te envaneciste de tu hermosura, de tu nombradla, y te diste al vicio, ofreciendo tu desnudez a cuantos pasaban, entregándote a ellos... Tomaste las espléndidas joyas que yo te había dado, mi plata y mi oro, y te hiciste simulacros de hombres, fornicando con ellos... También el pan que yo te diera, la flor de harina de trigo, el aceite y la miel con que te mantenía, se la ofreciste en ofrenda de suave olor.17 Israel, pues, se ha olvidado de su Roca (Yahvé), su fortaleza, que le dio existencia como nación, y ahora queda expuesta a la cólera de su Dios, airado y celoso.

Reacción Colérica de Yahvé contra Su Pueblo (19-25).
19Y violo Yahvé, y se irritó,
hastiado por sus hijos y sus hijas.
20Dijo: Esconderé de ellos mi rostro,
veré cuál será su fin,
porque es una generación perversa,
hijos sin fidelidad alguna.
21Ellos me han provocado con no-dioses,
me han irritado con vanidades;
yo los provocaré a ellos con no-pueblo
y los irritaré con gente insensata.
22Ya se ha encendido el fuego de mi ira,
y arderá hasta lo profundo del
seol,
y devorará la tierra con sus frutos
y abrasará los fundamentos de los montes.
23Amontonaré sobre ellos males y más males,
lanzaré contra ellos todas mis saetas.
24Los consumirá el hambre y los devorará la fiebre
y la nauseabunda pestilencia.
Mandaré contra ellos los dientes de las fieras,
y el veneno de los reptiles que se arrastran por el polvo.
25A los que fuera estén los matará la espada,
y a los de dentro, el espanto.
Lo mismo a mancebos que a doncellas,
lo mismo al que mama que al encanecido.


A la vista de tal conducta, ¿qué hará Yahvé, el Dios de Israel, que le ha colmado de beneficios? Jeremías describe el estado de idolatría general en Judá: Los hijos amontonan la leña, los padres la prenden fuego, y las mujeres amasan la harina para hacer tortas a la reina del cielo y libar a los dioses extraños, para darme pesadumbre. Aun después de la catástrofe, los judíos exilados en Egipto creían que todo había sucedido por no haber ofrecido bastantes sacrificios y libaciones a la reina de los cielos, la diosa Astarté18. El poeta deuteronómico presenta a Yahvé irritado por tan insensata conducta y hastiado de sus hijos e hijas, los que le pertenecían por haberlos liberado de Egipto y organizado como nación. Por esto ocultará su rostro (v.20), es decir, los privará de su protección, negándoles los beneficios y bendiciones temporales19. Lo que traerá las peores consecuencias: veré cual será su fin. Es el anuncio de la desaparición de Israel como pueblo en castigo de sus pecados, la cautividad. Puesto que Israel ha coqueteado con no-dioses, olvidándose del único Dios verdadero, Yahvé tomará como instrumento de su justicia a un no-pueblo, es decir, a un pueblo bárbaro, a una horda salvaje, gente insensata, que le tratará despiadadamente. El poeta no concreta el nombre de ese pueblo opresor. En el siglo VII invadieron Palestina las hordas escitas20, y quizá se aluda aquí a ellos. San Pablo aplica el texto a la vocación de los gentiles, que ocuparán el lugar de los judíos21.
La cólera divina actuará como fuego devastador, que afectará a todo el país y a todas las clases sociales. Las expresiones son hiperbólicas. La ira vengadora de Yahvé llegará hasta las profundidades de la región tenebrosa de los muertos, el seol, para perseguir al culpable. La tierra será desolada con sus frutos, y las saetas de Yahvé (las epidemias) sembrarán la mortandad por doquier (v.23). El hambre, las fiebres y hasta las mismas fieras hambrientas harán presa del pueblo despavorido, y, finalmente, el espectro de la guerra acabará con los supervivientes (v.26), sin distinción de edades ni clases sociales22.

Yahvé no Aniquilará totalmente a Israel (26-33).
26Ya hubiera dicho yo: Voy a exterminarlos del todo,
voy a borrar de entre los hombres su memoria,
27si no hubiera sido por la arrogancia de los enemigos,
porque se envanecerían sus perseguidores
y dirían: Ha vencido nuestra mano,
no es Yahvé quien ha hecho todo esto.
28Es gente sin consejo, no tienen conocimiento.
29Si fueran sabios, comprenderían esto
y atenderían a lo que les espera.
30¿Cómo puede uno solo perseguir a mil,
y dos poner en fuga a diez mil,
sino porque su Roca se los vendió
y Yahvé los ha entregado?
31Porque no es como nuestra Roca la roca suya,
son jueces nuestros mismos enemigos
23.
32De cierto, su vid es de la vid de Sodoma,
de los campos de Gomorra sus sarmientos,
sus uvas son uvas ponzoñosas,
sus racimos son racimos amarguísimos,
33Veneno de dragones es su vino,
veneno mortal de áspides.


Un obstáculo se opuso a que Yahvé pusiera en ejecución todas las amenazas que incluían la total devastación del país: la conducta de los vencedores gentiles, instrumentos de su justicia, que habrían de creer arrogantemente que su victoria se debía únicamente a su fuerza y no al poder punitivo de Yahvé contra su pueblo. Cuando, en la peregrinación del desierto, el pueblo desconfiaba de Yahvé, mereciendo así el castigo de su exterminación, Moisés aplacaba a su Dios apelando a su nombre entre los gentiles; es decir, el exterminio de los israelitas argüiría impotencia en el propio Yahvé. Era como despertar el amor propio de Yahvé para que perdonara a su pueblo. Es lo que el poeta deuteronomista expresa aquí: ¿Qué pensarían los enemigos de Israel cuando se vieran vencedores de él23. Sin duda que no atribuirían su victoria a la voluntad permisiva de Yahvé, que castigaba providencialmente a su pueblo (v.28). Por carecer del conocimiento de la providencia del verdadero Dios (v.26), no sabían interpretar rectamente la destrucción del pueblo protegido de Yahvé. Si fueran inteligentes y perspicaces, sabrían comprender los acontecimientos y atenderían a lo que les espera, es decir, que su triunfo era efímero y sólo duraría mientras Yahvé no cambiara sus designios punitivos sobre su pueblo por otros salvadores. Si hubieran considerado la desproporción de fuerzas en la lucha, habrían deducido que uno no puede perseguir a mil, ni dos poner en fuga a diez mil (í·30). Si los israelitas, a pesar de ser mucho más numerosos, han sido vencidos por un reducido número de atacantes, es porque su Roca (Yahvé, en otro tiempo castillo roquero y defensor de Israel) se los ha entregado. Los enemigos de Israel, si bien consideran las cosas, pueden ser jueces en la causa al considerar el poder de la roca de ellos (sus dioses) y la Roca omnipotente de Israel (v.31). En realidad, los enemigos de Israel no son mejores que éstos y no pueden dar más que frutos amargos, ya que su vid es de la vid de Sodoma, .de los campos de Gomorra sus sarmientos (v.32); es decir, su raza lleva gérmenes de muerte como las ciudades malditas24, y por eso él fruto dé sus perversos designios es amargo y comparable al·cien áspides (v.33). Por tanto, a pesar de que son instrumentos de la justicia divina, también ellos serán castigados por sus crímenes y prevaricaciones. Ha llegado la hora del castigo de Israel, pero no se hará esperar la de ellos, para que no se enorgullezcan de sus victorias sobre el pueblo de Dios. Estas consideraciones teológicas son muy frecuentes en los escritos proféticos. Los enemigos de Israel son meros instrumentos de la justicia de Yahvé, de tal forma que por sí solos no podrían conseguir sus victorias contra el pueblo elegido, ya que, malditos y viciados en su raíz, no pueden sino dar frutos amargos de maldición. El hagiógrafo, pues, quiere poner en claro que, si Israel es pecador y merece el castigo, sus enemigos no son menos, y les espera también la hora de la justicia divina.

Castigo de los Enemigos de Israel (34-43).
34Acaso no tengo yo esto guardado,
encerrado en mis archivos,
35para el día de la venganza y la retribución,
para el tiempo en que resbalarán sus pies?
Pues cerca está el día de su perdición
y ya lo que les espera se aproxima.
36De cierto, Yahvé hará justicia a su pueblo
y tendrá misericordia de sus siervos
cuando vea que desapareció ya su fuerza
y que no hay ya ni esclavo ni libre.
37Y dirá entonces: ¿Dónde están ahora sus dioses,
la roca a que ellos se acogían;
38los que comían las grasas de sus víctimas
y bebían el vino de sus libaciones?
Que se levanten ahora y os socorran
y sean vuestros protectores.
39Ved, pues, que yo soy yo, yo solo,
y que no hay Dios alguno más que yo.
Yo doy la vida, yo doy la muerte;
yo hiero, yo sano;
no hay nadie que se libre de mi mano.
40Ciertamente, yo alzo al cielo mi mano
y juro por mi eterna vida:
41Cuando yo afile el rayo de mi espada
y tome en mis manos el juicio,
yo retribuiré con mi venganza a mis enemigos
y daré su merecido a los que me aborrecen.
42Emborracharé de sangre mis saetas,
y mi espada se hartará de carne;
de la sangre de los muertos y de los cautivos,
de las cabezas de los jefes enemigos.
43Regocijaos, gentes, por su pueblo,
porque ha sido vengada la sangre de sus siervos,
le ha vengado de sus enemigos
y hará la expiación de la tierra y de su pueblo.


Yahvé se sirve de las naciones gentiles como ministros de su justicia, pero éstas no se creen tales, y obran llevadas de sus malos instintos. Por eso la justicia divina tiene que venir sobre ellos cuando les llegue el día. Yahvé tiene en sus archivos los motivos de su condenación, los cuales hará públicos el día de la venganza, que no está lejos (v.35)25. Con esto Yahvé dará satisfacción a Israel, pues no aparecería la justicia, que da a cada uno según sus obras, si, castigando a su pueblo por sus iniquidades, dejara sin castigo a las naciones gentiles, que, además de desconocer al Dios verdadero y adorar a los ídolos, cometían grandes atropellos contra Israel, no como quien cumple un ministerio de justicia, sino como quien satisface sus ansias de dominación y de botín. Como el pensamiento de servir a Dios no entraba en los planes de estos pueblos, es natural que Dios castigue sus atropellos contra la justicia. Israel está a punto de desaparecer totalmente (desapareció ya su fuerza, y que no hay ya ni esclavo ni libre, v.36) bajo la mano exterminadora de sus enemigos, y por eso va a intervenir

Yahvé para Castigar a sus Opresores.
Pero antes dirige una pregunta a Israel para que se haga cargo del origen de sus males: cuando llegó la hora del castigo, ¿donde están los dioses, la roca a que se acogían? (v.37). Yahvé quiere que saque lección de los terribles acontecimientos y reconozca la inutilidad y vanidad de los ídolos en que confiaba. De nada les han servido los numerosos sacrificios (las grasas de las víctimas..., el vino de las libaciones) ofrecidas a las divinidades de los gentiles (v.38). Sólo Yahvé dirige los acontecimientos de la historia y sólo El da la vida y la muerte (v.39)26.
Para asegurar que la venganza divina llegará sobre los opresores de Israel, Yahvé jura por su eterna vida, levantando su mano al cielo, como hacen los hombres al poner al Dios del cielo por testigo27. La expresión es antropomórfica y refleja vigorosamente la decidida actitud de Yahvé en favor de su pueblo. Como un guerrero implacable afila la espada de su justicia para sembrar la mortandad entre los enemigos de Israel28. En su mano está el juicio, o decisión judicial sobre la suerte de éstos, que recibirán su merecido (v.41). Y el poeta termina su anuncio de la intervención justiciera de Yahvé sobre los enemigos de Israel invitando a las gentes o naciones no israelitas a que se regocijen por haber sido vengada la sangre de sus siervos (v.43). Este acto justiciero de Yahvé tiene el valor de una expiación de la tierra y de su pueblo; es decir, un acto purificativo por todas las abominaciones y excesos que en la tierra de Yahvé se han cometido29. En los escritos proféticos es frecuente presentar la liberación de Israel de la cautividad babilónica como la gran revelación de Yahvé a los gentiles, a los que se invita a unirse con el pueblo elegido para participar de los bienes mesiánicos.

Invitación al Cumplimiento de la Ley (44-47).
44Vino Moisés e hizo oír al pueblo todas las palabras de este cántico. Con él estaba Josué, hijo de Nun. 45Cuando hubo acabado de dirigir al pueblo estas palabras, 46añadió: Meted en vuestro corazón todas las palabras que hoy os he pronunciado y enseñádselas a vuestros hijos para que escrupulosamente pongan por obra todas las palabras de esta Ley. 47Porque no es cosa indiferente para vosotros; es vuestra vida, y cumpliéndolo prolongaréis vuestros días sobre la tierra que vais a poseer pasando el Jordán.

Terminada la recitación del cántico que el deuteronomista pone en boca del propio Moisés, el gran legislador invita solemnemente al pueblo al cumplimiento puntual de las prescripciones de la Ley como medio de asegurar la prolongación de la vida sobre la tierra (v.47). Las bendiciones terrenales de Yahvé están supeditadas a la fidelidad a sus preceptos.

Moisés Contempla la Tierra Prometida antes de morir (48-52).
48Aquel mismo día habló Yahvé a Moisés, diciendo: 49Sube a este monte de Abarim el monte Nebo, en tierra de Moab, frente a Jericó y contempla desde allí la tierra de Canaán, que voy a dar en posesión a los hijos de Israel; 50y muere en ese monte que vas a subir y reúnete con tu pueblo, como murió Aarón, tu hermano, en el monte Hor y se reunió allí a los suyos; 51porque pecasteis contra mí en medio de los hijos de Israel, en las aguas de Meribá, en Cades, en el desierto de Sin, no santificando mi nombre en medio de los hijos de Israel. 52Tú verás ante ti la tierra, pero no entrarás en esa tierra que voy a dar a los hijos de Israel.

El cántico de Moisés, que anuncia la prevaricación de Israel y su duro castigo, a tenor de los vaticinios y amenazas consignados, viene a ser una confirmación de la sentencia del Apóstol de que las promesas de Dios son sin arrepentimiento30. Sabe a quién las hace, y no le sorprende la infidelidad de su pueblo para que cambie de parecer. No por los méritos de Israel, sino por su misericordia, por amor a su nombre, hace esas promesas y no las cambia. Moisés sabía que Yahvé habría de cumplir sus promesas a pesar de las prevaricaciones reiteradas pasadas y futuras de Israel, y por indicación divina subió al monte Nebo para contemplar el panorama de la tierra de promisión. Desde su cima (el actual dgebel Neba, de 835 metros de altura) domina el valle del Jordán y gran parte de la tierra de Canaán31. El libertador de Israel tuvo que contentarse con este espectáculo, sin poder pisar la tierra prometida en castigo de un misterioso pecado de desconfianza cometido en Cades. Como Aarón había dejado de existir misteriosamente sobre el monte Hor, aislado del pueblo, Moisés morirá en el monte Nebo a la vista de la tierra de las promesas. Así el esquema de la historia del gran profeta de Israel queda perfectamente enmarcado, dentro de los designios divinos, sobre el creador de la teocracia hebrea. El hagiógrafo, pues, destaca su misión providencial conforme a la panorámica teológica de su narración: el cometido de Moisés como libertador y conductor de su pueblo hacia la tierra de las promesas hechas a los patriarcas queda completamente cumplido, y así se cierra solemnemente el ciclo de su vida al final de la peregrinación por el desierto, para dejar el paso al que iba a ser el denodado conquistador de Canaán, Josué, el cual también cumplirá su ciclo histórico en conformidad con los designios divinos.

1 Cf. Isa_1:2; Miq_1:2; Sal_1:4. 2 Cf. San Jerónimo: PL 22,55s. 3 Exo_19:6. 4 Isa_1:3s. 5 Mal_1:6. 6 Cf. Heb 10:1s. 7 Hec_17:26. 8 Gén 6:1s. 9 Los LXX en el v.8, en vez de hijos de Israel del TM, leen ángeles de Dios. Interpretando el pasaje conforme a Dan_10:13; Dan_10:20-21; Dan_12:1 y Eco_17:17, se aludiría a los ángeles custodios de los pueblos. Pero el Pentateuco samaritano y la Peshitta leen hijos de Israel. Luego la versión de los LXX parece una corrección conforme a concepciones angeológicas posteriores. 10 Véase el mismo tema en Eze_16:3. 11 Eze_16:125. 12 De la raíz hebrea y asar (ser recto). Aparece el mismo término en la bendición de Moisés (Deu_33:5; Deu_33:26). 13 Así la Bib. de Jér. 14 Cf. Isa_43:12; Jer_2:25; Jer_3:13. 15 En asiro-babilónico, la palabra sedu designa un genio divino bienhechor. Cf. P. Dhorme, La religión assyro-babylonienne 47. 16 Cf. Sal 106. 17 Eze_16:14-19. 18 Jer_44:155. 19 Cf. Isa_54:8; Sal_27:9; Sal_30:8. 20 Cf. Jer_5:15-17. 21 Cf. Rom_10:19. 22 Cf. Jer_9:20; Lam_1:20; Eze_7:15. 23 Los LXX leen insensatos en vez de jueces del TM. 24 Cf. Gén c.19. 25 Cf. Ose_13:12, 26 Cf. 15:41-4; 43:10-13; 48:12. 27 Cf. Gen_22:16. 28 Cf. Jer_50:25; Sal_7:13s; Isa_27:1; Isa_34:5s; Isa_66:16. 29 Los LXX terminan con una amplificación oratoria de tipo salmódico: Alegraos, cielos, con él y que todos los hijos se prosternen ante él. Alegraos, naciones, con su pueblo y que todos los ángeles del cielo se fortalezcan en él. Porque la sangre de sus hijos ha sido vengada. El se vengará y hará justicia de sus enemigos y castigará a los que le odian, y el Señor purificará el país de su pueblo. 30 Rom_11:29. 31 Véase Abel, Géog. I 379-381

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XXXII.

1 Moses song, which setteth foorth Gods mercy and vengeance. 46 He exhorteth them to set their hearts vpon it. 48 God sendeth him vp to mount Nebo, to see the land, and die.
1 Giue eare, O yee heauens, and I will speake; And heare, O earth, the words of my mouth.
2 My doctrine shall drop as the raine: my speach shall distill as the deaw, as the smal raine vpon the tender herbe, and as the showres vpon the grasse.
3 Because I wil publish the Name of the Lord: ascribe yee greatnesse vnto our God.
4 He is the rocke, his worke is perfect: for all his wayes are Iudgement: A God of trueth, and without iniquity, iust and right is he.
5 [ Hebrew: he hath corrupted to himselfe.] They haue corrupted themselues, [ Or, that they are not his children, that is their blot .] their spot is not the spot of his children: they are a peruerse and crooked generation.
6 Doe ye thus requite the Lord, O foolish people, & vnwise? Is not he thy Father that hath bought thee? Hath he not made thee, and established thee?

[The song of Moses.]

7 Remember the dayes of olde, consider the yeeres of [ Hebrew: generation and generation.] many generations: aske thy father, and he will shewe thee, thy Elders, and they wil tell thee.
8 When the most High diuided to the nations their inheritance, when he separated the sonnes of Adam, hee set the bounds of the people according to the number of the children of Israel.
9 For the Lords portion is his people: Iacob is the [ Hebrew: cord.] lot of his inheritance.
10 He found him in a desert land, and in the waste howling wildernesse: Hee [ Or, compassed him about,] ledde him about, he instructed him, hee kept him as the apple of his eye.
11 As an Eagle stirreth vp her nest, fluttereth ouer her yong, spreadeth abroad her wings, taketh them, beareth them on her wings:
12 So the Lord alone did leade him, and there was no strange God with him.
13 He made him ride on the high places of the earth, that he might eate the increase of the fields, and he made him to sucke hony out of the rocke, and oyle out of the flintie rocke,
14 Butter of kine, & milke of sheepe, with fat of lambes, and rammes of the breed of Bashan, & goats, with the fat of kidneis of wheat, and thou diddest drinke the pure blood of the grape.
15 But Iesurun waxed fat, and kicked: Thou art waxen fat, thou art growen thicke, thou art couered with fatnes: then he forsooke God which made him, and lightly esteemed the Rocke of his saluation.
16 They prouoked him to ielousie with strange gods, with abominations prouoked they him to anger.
17 They sacrificed vnto deuils, [ Or, which were not God .] not to God: to gods whom they knew not, to new gods, that came newly vp, whom your fathers feared not.
18 Of the Rocke that begate thee thou art vnmindfull, and hast forgotten God that formed thee.
19 And when the Lord saw it, he [ Or, despised.] abhorred them, because of the prouoking of his sonnes, & of his daughters.
20 And he said, I will hide my face from them, I will see what their ende shall be: for they are a very froward generation, children in whom is no faith.
21 They haue mooued me to ielousie with that which is not god, they haue prouoked me to anger with their vanities:

[The song of Moses.]

And [ Rom_10:9 .] I will moue them to ielousie with those which are not a people, I will prouoke them to anger with a foolish nation.
22 For a fire is kindled in my anger, and [ Or, hath burned.] shall burne vnto the lowest hell, and shall consume the earth with her increase, and set on fire the foundations of the mountaines. [ Or, hath consumed.]

23 I will heape mischiefes vpon them, I will spend mine arrowes vpon them.
24 They shall bee burnt with hunger and deuoured with [ Hebrew: burning coales.] burning heat, and with bitter destruction: I will also send the teeth of beasts vpon them, with the poison of serpents of the dust.
25 The sword without, and terrour [ Hebrew: from the chambers.] within shall [ Hebrew: bereaue.] destroy both the yong man, and the virgin, the suckling also with the man of gray haires.
26 I said, I would scatter them into corners, I would make the remembrance of them to cease fro among men:
27 Were it not that I feared the wrath of the enemie, lest their aduersaries should behaue themselues strangely, and lest they should say, [ Or, our high hand and not the LORD hath done all this.] Our hande is high, and the Lord hath not done all this.
28 For they are a nation voide of counsel, neither is there any vnderstanding in them.
29 O that they were wise, that they vnderstood this, that they would consider their latter end.
30 How should [ Jos_23:10 .] one chase a thousand, and two put ten thousand to flight, except their Rocke had sold them, and the Lord had shut them vp?
31 For their rocke is not as our Rocke, euen our enemies themselues being iudges.
32 For their vine is [ Or, is worse then the vine of Sodome. etc .] of the vine of Sodome, and of the fields of Gomorah: their grapes are grapes of gall, their clusters are bitter.
33 Their wine is the poison of dragons, and the cruell venime of Aspes.
34 Is not this laide vp in store with me, and sealed vp among my treasures?
35 To me belongeth [ Sir_28:1 ; Rom_12:19 ; Heb_10:30 .] vengeance, and recompence, their foot shall slide in due time: for the day of their calamitie is at hand, and the things that shal come vpon them, make haste.
36 For the Lord shall iudge his people, and repent himselfe for his seruants, when he seeth that their [ Hebrew: hand.] power

[Moses song: He may see Canaan.]

is gone; and there is none shut vp, or left.
37 And he shall say, where are their gods? their Rocke in whom they trusted;
38 Which did eat the fat of their sacrifices, & dranke the wine of their drinke offerings? let them rise vp and helpe you, and be [ Hebrew: an hiding for you.] your protection.
39 See now, that I, euen I am he, and there is no god with mee; [ 1Sa_2:6 ; Tob_13:2 ; Wis_16:13 .] I kill, and I make aliue: I wound, and I heale: neither is there any that can deliuer out of my hand.
40 For I lift vp my hand to heauen, and say, I liue for euer.
41 If I whet my glittering sword, and mine hand take holde on Iudgement, I will render vengeance to mine enemies, and will reward them that hate me.
42 I will make mine arrowes drunke with blood, (and my sword shal deuoure flesh) and that with the blood of the slaine, and of the captiues, from the beginning of reuenges vpon the enemie.
43 [ Or, praise his people ye nations. Or, sing ye.] Reioyce, O [ Mat_7:6 ; Rom_15:10 .] ye nations with his people, for he will auenge the blood of his seruants, and will render vengeance to his aduersaries, and wil be mercifull vnto his land, and to his people.
44 And Moses came and spake all the wordes of this song in the eares of the people, he and [ Or, Ioshua.] Hoshea the sonne of Nun.
45 And Moses made an end of speaking all these words to all Israel.
46 And hee said vnto them, [ Deu_6:6 ; Deu_11:18 .] Set your hearts vnto all the wordes which I testifie among you this day, which yee shall commaund your children to obserue to doe all the wordes of this Law.
47 For it is not a vaine thing for you: because it is your life, and through this thing yee shall prolong your dayes, in the land whither yee goe ouer Iordan to possesse it.
48 And [ Num_27:12 .] the Lord spake vnto Moses that selfe same day, saying,
49 Get thee vp into this mountaine Abarim, vnto mount Nebo, which is in the land of Moab, that is ouer against Iericho, and behold the land of Canaan which I giue vnto the children of Israel for a possession:
50 And die in the mount whither thou goest vp, and bee gathered vnto

[Moses song: He may see Canaan.]

thy people, as [ Num_20:25 ; Num_20:28 ; Num_33:38 .] Aaron thy brother died in mount Hor, and was gathered vnto his people:
51 Because [ Num_10:12-13 ; Num_27:14 .] ye trespassed against me among the children of Israel, at the waters of [ Or strife at Kadesh.] Meribah Kadesh, in the wildernesse of Zin: because yee sanctified mee not in the midst of the children of Israel.
52 Yet thou shalt see the land before thee, but thou shalt not goe thither vnto the land which I giue the children of Israel.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Cántico de Moisés. Este cántico tiene, en parte, la forma de un «proceso judicial», género literario muy utilizado en la literatura profética: citación de los testigos (1-4); exposición de la culpa (5s); proceso (7-14); acusación (15-18); sentencia (19-25). Todo el cántico está saturado de material sapiencial (1s.6s.19s.28s) y podría tener un añadido de la época del postexilio (38s) que revela el estadio de la teología judía: ya se habla de un monoteísmo absoluto o teórico: «no hay otro fuera de mí» (39; cfr. Isa_43:11.13; Isa_45:5s.18.21s; Isa_48:12, etc.).
Desde el punto de vista teológico, los versículos 7-14 resaltan la solicitud y ternura con que Dios fue creando y cuidando a su pueblo, dato que Moisés utiliza para que Israel caiga en la cuenta de la calidad de su Dios. Pero Israel no lo entiende ni se da cuenta de ello; ha procurado su independencia y se ha ido detrás de otros dioses que han resultado falsos (15-18), por lo cual Dios los abandona a las fuerzas en las que ellos confiaron. Muy pronto, la desgracia y el poder de sus enemigos lo han llevado al borde del exterminio (20.26). Lo único que puede salvar a Israel es el amor de Dios, que confunde la hostilidad del hombre soberbio (27-35.37-42) y que levanta y alegra de nuevo a su pueblo (36-43).

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*32:1-43 Este Cántico reviste la forma de un proceso, con estas partes: introducción (Deu 32:1-4); exposición del caso e interrogatorio (Deu 32:5 s); requisitoria, en términos históricos, recordando los beneficios de la parte ofendida, el Señor (Deu 32:7-14), y las infidelidades de la parte acusada, Israel (Deu 32:15-18); finalmente, la declaración oficial de culpabilidad del acusado y la amenaza de castigo por parte del ofendido (Deu 32:19-25). A partir de aquí, se produce un cambio profundo: el Señor entra en consejo consigo mismo y decide no destruir a su pueblo; al contrario, le ofrecerá una nueva vida en el ámbito de la alianza (Deu 32:26-43).

Torres Amat (1825)



[1] Este cántico, compendio de la ley, se cumple en todos los tiempos.

[5] Con el culto de los ídolos, se hicieron indignos del título de Hijos de Dios.

[21] Estas palabras anuncian la vocación del pueblo gentil a la Iglesia. Rom 10, 19.

[22] Parece una profecía de las calamidades que sufrieron los judíos a manos de los caldeos y los romanos. Es una figura de los castigos de todos los réprobos antes y después del Juicio Final. 2 Pe 3, 10-12.

[30] Jdt 5, 18.

[32] Como si mi pueblo no descendiera de los patriarcas Abrahán, Isaac y Jacob; y como si debiera su origen a los hijos de Sodoma y de Gomorra, así ha seguido las costumbres corrompidas de estos pueblos. Is 1, 10.

[40] Jura el Señor por sí mismo, pues no hay alguien mayor que él por quien pueda jurar. Hebr 6, 13.

[43] Llenándola de bendiciones. Rom 15, 10.

[50] Num 20, 26; 27, 12.

[51] Num 20, 12; 27, 14.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



4. "ÉI es la Roca": la roca es símbolo de estabilidad y de firmeza, y pone de relieve la fidelidad de Dios. Ver nota Sal_18:3.

8. Cada pueblo ha sido puesto bajo la protección de un "hijo de Dios", es decir, de un ángel, mientras que el Señor se reservó para sí a Israel.

15. "lesurún": diminutivo cariñoso para designar a Israel, derivado de una raíz hebrea que significa "justo".

31-37. El autor llama irónicamente "roca" a los dioses paganos. Ver Isa_31:9.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_49:2; Ose_13:12

NOTAS

32:34 «él», Israel a quien Dios guarda cuidadosamente. El poema canta ahora la liberación de Israel y el castigo de los adversarios; ver Is 14; 47; 51 y las profecías de Jr Ez contra las naciones.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_49:2; Ose_13:12

NOTAS

32:34 «él», Israel a quien Dios guarda cuidadosamente. El poema canta ahora la liberación de Israel y el castigo de los adversarios; ver Is 14; 47; 51 y las profecías de Jr Ez contra las naciones.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 32.35 Para el día en que me vengue: según un ms. y la versión griega (LXX); heb. mía es la venganza.