Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
33. Bendiciones de Moisés.
E l libro del Génesis se cierra con la conmovedora narración del testamento y muerte del patriarca Jacob, que predice el destino concreto de cada una de las tribus que habían de proceder de sus doce hijos. El Deuteronomio, al narrar la muerte del caudillo libertador de Israel , nos ofrece las bendiciones de él sobre las diversas tribus, que por espacio de cuarenta años habían estado vinculadas a su persona. Se considera como el padre espiritual de las mismas, y así el deuteronomista pone en boca de Moisés el vaticinio de la suerte futura de cada una de las tribus de Israel. Generalmente, los comentaristas suponen que la composición se debe a un autor de la época de los jueces o de los primeros años de la monarquía, el cual, por seudonimia y para dar más autoridad a sus palabras, pone estas bendiciones en boca del libertador de Israel, como el autor de los vaticinios sobre las diversas tribus de Gén 49 los atribuye al propio patriarca Jacob.
Introducción (1-5).
1
He aquí las bendiciones con que antes de morir bendijo Moisés a los hijos de Israel. 2
Dijo:
Yahvé, saliendo del Sinaí,
vino de Seír en favor nuestro.
Resplandeció en la montaña de Farán
vino con las miríadas de santos1
,
de su diestra salen saetas de fuego2
.
3
Has hecho gracia al pueblo,
todos los santos están en tu mano
y están postrados a tus pies,
levantándose a una orden tuya3
.
4
Moisés nos ha prescrito la Ley.
Su heredad es la casa de Jacob.
5
Hízose El Rey de Yesurún
cuando se reunieron los jefes del pueblo
juntamente con las tribus de Israel.
El hagiógrafo nos presenta a Yahvé a la cabeza de su pueblo, la nación santa, avanzando por el desierto, como en el canto de Débora4, de Habacuc5 y del salmista6. Viene acompañado de sus ángeles (
miríadas de santos, v.2) en medio de los rayos del Sinaí (
de su diestra salen saetas de fuego), mientras el pueblo está aterrado ante la fulgurante teofanía del Sinaí. El pueblo está a sus órdenes para emprender la marcha. Por haberle aceptado como pueblo suyo, los israelitas son santos7, dispuestos a luchar a las órdenes de Yahvé. La perspectiva del cántico parece que se alarga hacia los incidentes de la marcha victoriosa hacia Canaán. Israel es la
heredad de Yahvé porque le ha otorgado la
Ley, síntesis de las relaciones amistosas de Dios con su pueblo. En virtud de ella, Israel se halla en una situación privilegiada frente a los otros pueblos. Por eso Yahvé ha sido escogido como Rey en la
asamblea de las tribus de Israel (v.5).
? Israel se le designa con el título honorífico de
Yesurún (
el recto)8.
Bendición de Rubén y Jada (6-7).
6
Viva Rubén y no se extinga aunque sean poco numerosos sus varones.9
7
Y sobre Judá dijo:
Oye, ¡oh Yahvé!, la voz de Judá
y tráele a su pueblo.
Por él luchó tu mano,
fuiste ayuda contra sus enemigos.
Después del preámbulo ampuloso y solemne empiezan las bendiciones por Rubén, el primogénito de Jacob, o mejor, por la tribu que lleva su nombre. Parece que el profeta encuentra la tribu de Rubén muy empobrecida, pues pide que no se extinga. En tiempo de los jueces, la tribu de Rubén debía de estar en una situación muy precaria10. Su situación en TransJordania no favoreció su desarrollo, pues al encontrarse aislada de las otras tribus, los moabitas se apoderaron de la mayor parte de sus ciudades11. Por ello no ha tenido esta tribu significación en la historia de Israel.
En el vaticinio de Jacob se asigna a
Judá un porvenir glorioso y una clara preeminencia sobre las otras tribus12. Las palabras proferidas aquí por Moisés según el deuteronomista no son tan halagüeñas, pero substancialmente se reconoce su importancia entre las otras tribus. Supone el poeta que Judá está como separado de las demás tribus (
tráele a su pueblo, v.7), quizá porque estaba demasiado absorta en la vasta heredad que le había tocado en suerte13. Durante la época de los jueces, Judá no había logrado adueñarse del territorio asignado; por eso en el cántico de Débora no se hace mención de esta tribu14. Aquí el deuteronomista supone que Judá está aislada en lucha con los cananeos15. Para conseguir su objetivo necesitó la ayuda de Simeón. El poeta supone aquí que Yahvé la ayudó en su lucha con los cananeos.
Bendición de Leví (8-11).
8
A Leví le dijo:
Da a Leví tus tummim,
y tus urim a tu favorito,
a quien probaste en Massá
y con quien contendiste en las aguas de Meribá.
9
El que dijo a su padre: No te conozco,
y a sus hermanos no consideró,
y desconoció a sus hijos
por haber guardado tus palabras,
por haber observado tu pacto.
10
Ellos enseñarán tus juicios a Jacob,
y tu Ley a Israel,
y pondrán a tus narices el timiama,
y el holocausto en tu altar.
11
Bendice, ¡oh Yahvé!, sus bienes
y acepta las obras de sus manos.
Hiere el dorso de los que contra él se alcen,
y los que le odien que no se levanten.
A Leví desea el profeta las
suertes, es decir, el
urim y el
tummim, con las que se consultaba a Yahvé. Era un oficio exclusivo de los sacerdotes16.
Favorito (lit.
hombre de tu complacencia)
parece aludir a Moisés, de la tribu de Leví, o a su hermano Aarón, sumo sacerdote. Fueron probados en
Massá y en
Meribá por Dios cuando permitió que los israelitas se rebelaran contra ellos17.
La tribu de Leví, por ser fiel a su Dios, desconoce los lazos más sagrados de familia (v.9). Quizá aluda aquí el profeta al incidente del becerro de oro, cuando los levitas mataron sin compasión a los transgresores, algunos de ellos allegados suyos18. Son los guardianes oficiales de la
palabra y pacto de Yahvé (v.9b).
A continuación, el profeta enumera las dos funciones esenciales y características de la tribu de Leví: enseñanza de la
Ley y determinación de los juicios de Yahvé, es decir, la aplicación de la Ley en las causas judiciales y el servicio en el altar ofreciendo el incienso o
timiama y el
holocausto (v.10b). En vista de la importancia de sus funciones específicas, el profeta pide la bendición para los miembros de esta tribu privilegiada, el castigo contra los que se oponen a sus privilegios sagrados. En
Num_16:1 se narra la insurrección de Datan y Abirón contra los privilegios de los levitas alegando
que todo el pueblo era santo, puesto que Dios vivía en medio de ellos. Sin duda que estas protestas se repitieron muchas veces en la historia de Israel, y aquí el profeta sale por los fueros de la clase sacerdotal.
Bendición de Benjamín.
12A Benjamín le dijo: Amado de Yahvé, reposará siempre en seguridad. Es el Altísimo su protección19, y descansará sobre sus espaldas.
El profeta anuncia a Benjamín el amor especial de Yahvé, pudiendo morar así seguro, como niño mimado, en las
espaldas de su Dios. La palabra hebrea
ketefayim, que traducimos por
espaldas, puede tener un sentido metafórico de
montes elevados20, y en ese caso, la frase descansará en sus montes aludiría al territorio montuoso en el que habría de morar la tribu de Benjamín. Como dentro de esos
montes de Efraím estaba la colina del templo de Jerusalén, muchos autores creen que el profeta aludiría aquí a la morada de Yahvé dentro de los confines de Benjamín.
Bendición de José (13-17).
13
A José le dijo:
Bendita de Yahvé sea tu tierra,
de lo mejor del cielo arriba,
y abajo, de las aguas del abismo;
14
de lo mejor de los frutos que madura el sol,
de los frutos selectos de la luna;
15
de lo mejor de los viejos montes,
de lo mejor de los antiguos collados;
16
de los dones exquisitos de la tierra y de su abundancia,
gracioso don del que se apareció en la zarza;
desciendan sobre la cabeza de José,
sobre la frente del príncipe de sus hermanos.
17
Como un toro primogénito es su gloria,
son sus cuernos los cuernos del búfalo,
con que postra a las gentes, a los términos todos de la tierra.
Tales son las miríadas de Efraím,
las miríadas de Manasés.
La bendición sobre José afecta a las dos tribus salidas de él, Manasés y Efraím. El profeta alaba la fertilidad de las tierras en que se asentaron estas tribus, enriquecidas con las lluvias del cielo (
de lo mejor del cielo arriba, v.13) y con las fuentes y arroyos que brotan de la tierra (
de las aguas del abismo).
En general, esta bendición está calcada sobre la de Jacob a la misma tribu21. La fertilidad de sus campos se refleja en los mejores
frutos, madurados con buen
sol y preparados durante meses en los ciclos de la
luna, que regula el curso de las estaciones. Los
viejos montes y los
antiguos collados (objeto de una especial creación según la mentalidad popular hebrea por ser las columnas de la tierra)22 aluden a la región montañosa de Efraím. Toda la feracidad de la tierra es un
gracioso don del que se apareció en la zarza (v.16), designación poética de Dios, que se apareció a Moisés en la
zarza ardiendo23. A José se le llama
príncipe de sus hermanos por la situación privilegiada de José en la corte del faraón como protector de sus hermanos, pero quizá hay aquí una posible alusión a la situación política privilegiada de Efraím como tribu principal del reino septentrional después del cisma de Jeroboán I24. La tribu de Efraím a veces es designada con el nombre de José25. Históricamente se distinguió por su fuerza y orgullo entre las otras tribus26, y por eso se la compara aquí a un
toro primogénito, que ha heredado todo el primer vigor de la madre. El símil es idéntico al que se le aplica en la bendición de Jacob27, aunque aquí el poeta lo refuerza comparándolo al toro salvaje o búfalo. El orgullo de Efraím despertó en él la envidia de Judá y atrajo la división del reino a la muerte de Salomón28. Efraím, por estar en la zona central de Canaán, logró polarizar en torno suyo a las otras tribus ya en tiempo de los jueces, y mucho más después del cisma de Joroboán (s.X a.C.)29. De ahí lo apropiado de la bendición: Son sus
cuernos los del búfalo, con que postra a las gentes (v.17a).
Bendición de Zabulón e Isacar (18-19).
18
A Zabulón le dijo:
Gózate, Zabulón, en tus negocios,
y tú, Isacar, en tus tiendas.
19
Ellos llaman a los pueblos,
y allí ofrecen sacrificios de justicia.
Ellos chupan la abundancia de los mares,
y los escondidos tesoros en la arena.
Zabulón e Isacar, que se habían asentado cerca del mar, en el NO. de Canaán, son celebradas por las riquezas que del mar sacaban. En la bendición de Jacob30 se citan juntas estas dos tribus y se alude a sus empresas comerciales marítimas.
Zabulón, por estar junto a los comerciantes fenicios, se dedicó también al tráfico comercial con las naciones (gózate, Zabulón, en tus
negocios);
en cambio,
Isacar está tranquila en sus
tiendas, porque le tocó la llanura fértil de Esdrelón. El v.19 es obscuro. Según la lectura del TM, parece que se alude a una invitación a los pueblos a ofrecer
sacrificios en un santuario de la región, quizá el monte Tabor31. Los sacrificios son de
justicia, en cuanto que son expresión del reconocimiento debido a Dios. En el texto de los LXX encontramos una lectura totalmente diferente: exterminarán a los pueblos y seréis invocados. Lo que parece implicar un texto hebreo diferente32.
De nuevo se alude a la vida opulenta comercial de Zabulón:
chupan la abundancia de los mares, y los escondidos tesoros en la arena (v.16b). Traficaban con los comerciantes fenicios, que traían sus mercancías de allende los mares y se dedicaban especialmente al comercio de la púrpura, cuyo tinte sacaban de un pequeño molusco
(tesoros de la arena)
, que dio el nombre a Fenicia (öïúõéî).
Bendición de Gad (20-21).
20
Y sobre Gad dijo:
Bendito el que ensanchó a Gad;
como leona se halla tumbado,
y desgarra el brazo y la cabeza.
21
El se proveyó de las primicias,
pues allí fue decretada su parte
cuando se reunieron los príncipes del pueblo;
ejecutó la justicia de Yahvé,
y sus fallos justos con Israel.
Gad recibió su porción al oriente del Jordán en las primeras conquistas de Israel, cuando los israelitas hicieron justicia en los amorreos, que, lejos de darles paso libre hacia Canaán, salieron a su encuentro en son de guerra. Moisés, con el asentimiento de los
príncipes del pueblo, concedió a Gad una rica heredad
(las primicias de la tierra conquistada) en TransJordania a condición de que los gaditas pasaran el Jordán con los demás israelitas para conquistar la tierra de Canaán33, en cuya empresa mostraron su ardor y arrojo al frente de otras tribus34; por eso se dice de Gad que
ejecutó la justicia de Yahvé (v.21b), y más tarde tuvo su parte en la ejecución de los
fallos o decretos divinos de acuerdo con Israel, posible alusión a la explicación dada por las tribus transjordanas a las de Canaán para justificar la erección de un altar a Yahvé35.
Bendición de Dan y de Neftalí (22-23).
22
Y sobre Dan dijo él:
Dan es un cachorro de león
que salta de Basan.
23
Y sobre Neftalí dijo:
Neftalí, colmado de favores,
lleno de la bendición de Yahvé,
la mar y sus peces son su posesión.
La hazaña en que mostró
Dan su valor no es otra que la conquista de Lais, a la que luego llamaron Dan, junto a la fuente más baja del Jordán36. Esto es lo que, a juicio del deuteronomista, le merece el honor de compararlo con un
león de Basan, región montañosa de gran frondosidad forestal, cuyos ganados y fieras eran famosas por su vigor y fuerza de ataque37. En el vaticinio de Jacob se compara a
Dan a una serpiente que traidoramente muerde al caballo y al caballero38. La proximidad del nuevo territorio de Dan, al NE. de Canaán, con la región transjordana de Basan parece justificar también el símil de
león de Basan. Neftalí habita en lo mejor de Galilea, al occidente del mar de Genesaret, abundante en pescado; de ahí la alusión a la
mar y peces como posesión peculiar suya. Flavio Josefo describe esta región,
colmada de favores y llena de la bendición de Yahvé (v.23), como un verdadero paraíso39.
Bendición de Aser (24-25).
24
Y sobre Aser dijo él:
Bendito Aser entre los hijos (de Jacob);
sea él preferido entre sus hermanos;
en el aceite meterá sus pies.
25
De hierro y bronce son tus cerrojos;
mientras vivas goces de reposo.
La tribu de
Aser, a la que había tocado la zona costera, rica en olivos (
en el aceite meterá sus pies)
, pero rodeada al norte por fenicios, al sur y oriente por cananeos, tenía que guardar bien sus poblados con
cerrojos de hierro y bronce (v.25), como único medio de gozar de
reposo y seguridad40.
Conclusión (26-29).
26
No hay para Yesurún otro Dios;
el que en auxilio suyo marcha sobre los cielos,
y en su majestad sobre las nubes.
27
Su refugio es el Dios eterno;
su sostén, los brazos eternos.
Expulsa delante de ti al enemigo
y dice: ¡Extermina!
28
Habite Israel en seguridad,
more aparte la fuente de Jacob,
en la tierra del trigo y del mosto,
cuyos cielos difunden el rocío.
29
Venturoso tú, Israel.
¿Quién semejante a ti,
pueblo salvado por Yahvé?
El es tu escudo de defensa,
El es la espada de tu gloria.
Estos versículos de conclusión, en estilo salmódico, corresponden a la introducción poética y solemne del documento de las
bendiciones, constituyendo como su marco teológico. Enfáticamente se proclama al Dios de Israel (
Yesurún)
como habitando en los cielos, dominando con su
majestad a los enemigos de su pueblo, que expulsa implacablemente de su territorio. Es el
refugio y el
sostén de Jacob (v.27). Por ello Israel mora en
seguridad, en lugar
aparte, en la tierra rica en trigo
y mosto por el
roció que baja de los cielos. La expresión
fuente de Jacob resulta extraña y enigmática, pero parece un giro poético que alude a la ascendencia ubérrima del patriarca Jacob, del que habían de provenir, como de abundante fuente, las miríadas de Israel. El poeta deuteronómico termina cantando la dicha de Israel, defendido por el
escudo y la
espada de su Dios.
1 El texto de esta introducción poética está muy confuso en el original hebreo, y por eso las versiones antiguas no coinciden, y mucho menos las modernas. Clamer: Ha salido de Meribat-Cades, que encuentra su paralelo en
Farán y
Seír (Edom).
Bib. de Jér.: Ha venido después de las reuniones de Cades. 2 Así según Clamer, que sigue la reconstrucción de Dillmann. La Bib.
de Jér.: Desde el mediodía hasta las subidas. 3 Clamer: Todos sus santos están en sus manos, avanzan en pos de él y los levanta con sus alas (reconstrucción de Budde).
Bib. de Jér.: Tú que amas a los antepasados, todos los santos están en tu mano. Estaban postrados a tus pies y han caminado bajo tu conducta. 4
Jue_5:35. 5
Hab_3:3s. 6
Sal_68:8. 7 Cf.
Exo_19:6;
Deu_7:6;
Deu_14:2. 8 Cf.
Deu_32:15;
Exo_19:3-8;
Exo_14:7. 9 Los LXX traducen: que sus hombres sean muchos en número. 10 Cf.
Jue_5:15-16. 11 Cf. Is c. 15-16; Jer 48, y la estela de Mesa, rey de Moab. 12 Véase comentario a
Gen_49:8-10. 13 Cf. Jos c.15. 14 Cf. Jue 5. 15 Cf.
Jue_1:19. 16 Cf.
Jue_18:6;
1Sa_23:65;
Eco_45:13. Véase comentario a
Exo_28:15. 17 Cf.
Exo_28:155;
Num_20:1-13;
Deu_6:16, 18 Cf
Exo_28:15s;
Num_20:1-13;
Deu_6:16 19
Altisimo es correcion El Atisimo le protege rodos los dias. 20 Cf.
Jos_15:8;
Jos_18:16. 21 Cf.
Gen_49:25b-26. 22 Cf.
Sal_90:2;
Sal_104:8;
Amo_4:13. 23
Exo_3:2-6. 24 Cf.
1Re_11:26. 25 Cf.
Jue_1:22. 26 Cf.
Jue_8:15 27
Gen_49:22. 28 Véase Abel,
Géog. II 56. 29 Véase Abel, o.c., II 61. 30
Gen_49:13-15. 31 Cf.
Ose_5:1. 32 Se ha propuesto un texto hebreo que dijera:
Han aniquilado pueblos y han hecho un nombre (
glorioso).
Es la hipótesis de Riessler. 33 Cf.
Num_32:34-36;
Jos_13:24-28. 34 Cf.
Jos_4:12. 35 Cf.
Jos_22:9-33. 36 Cf. Jue 18:1s. 37 Cf.
Can_4:8. 38 Gén 49:17- 39 Debell. Iud. III 10:1 40 Cf. Abel,
Géog. II 77,