Numeros  33 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 56 versitos |
1 He aquí las estaciones de los hijos de Israel cuando salieron, según sus escuadras, de la tierra de Egipto, conducidos por Moisés y Aarón.
2 Moisés describió su salida según sus estaciones a voluntad de Yahvé, y son éstas las estaciones de su marcha:
3 Partieron de Rameses el primer mes, el día quince del primer mes. Al día siguiente a la Pascua, los hijos de Israel salieron con mano alzada a la vista de todos los egipcios.
4 Los egipcios estaban sepultando a sus primogénitos, que había herido Yahvé entre ellos, haciendo así justicia contra sus dioses.
5 Partieron, pues, los hijos de Israel de Rameses y acamparon en Sucot.
6 Partidos de Su-cot, acamparon en Etam, que está en el extremo del desierto.
7 Partidos de Etam, volvieron hacia Piajirot, que está frente a Baalsefón, y acamparon frente a Migdol.
8 Partidos de Piajirot, pasaron por en medio del mar hacia el desierto, e hicieron tres días de camino en el desierto de Etam, y acamparon en Mará.
9 Partidos de Mará, llegaron a Elim, donde había doce fuentes y setenta palmeras, y acamparon allí.
10 Partidos de Elim, acamparon junto al mar Rojo.
11 Partidos del mar Rojo, acamparon en el desierto de Sin.
12 Partidos del desierto de Sin, acamparon en Dafca.
13 Partidos de Dafca, acamparon en Alus.
14 Partidos de Alus, acamparon en Rafidim, donde no había agua para que bebiera el pueblo.
15 Partidos de Rafidim, acamparon en el desierto del Sinaí.
16 Partidos del desierto del Sinaí, acamparon en Quibrot-hat-tawah.
17 Partidos de Quibrot-hat-ta-wah, acamparon en Jaserot.
18 Partidos de Jaserot, acamparon en Retma.
19 Partidos de Retma, acamparon en Remón Pares.
20 Partidos de Remón Pares, acamparon en Lebna.
21 Partidos de Lebna, acamparon en Resa.
22 Partidos de Resa, acamparon en Quelata.
23 Partidos de Quelata, acamparon en el monte Sefer.
24 Partidos del monte Sefer, acamparon en Jarada.
25 Partidos de Jarada, acamparon en Maquelot.
26 Partidos de Maquelot, acamparon en Tajat.
27 Partidos de Tajat, acamparon en Taraj.
28 Partidos de Taraj, acamparon en Mitca.
29 Partidos de Mitca, acamparon en Jasmona.
30 Partidos de Jasmona, acamparon en Moserot.
31 Partidos de Moserot, acamparon en Bene Yaaqán.
32 Partidos de Bene Yaaqán, acamparon en Jor Hagidgad.
33 Partidos de Jor Hagidgad, acamparon en en Yotbatá.
34 Partidos de Yotbatá, acamparon en Abroná.
35 Partidos de Abroná, acamparon en Asiongaber.
36 Partidos de Asiongaber, acamparon en el desierto de Sin, que es Cades.
37 Partidos de Cades, acamparon en el monte Hor, al extremo de la tierra de Edom.
38 Aarón, sacerdote, subió al monte Hor por orden de Yahvé, y murió allí el año cuadragésimo después de la salida de Egipto, el quinto mes, el primero del mes.
39 Tenía Aaróii ciento veintitrés años cuando murió en la cima del monte Hor.
40 Fue entonces cuando el canaiieo rey de Arad, que habitaba el Ne-gueb, en la tierra de Canaán, tuvo conocimiento de la llegada de los hijos de Israel.
41 Partidos del monte Hor, acamparon en Salmona.
42 Partidos de Salmona, acamparon en Punón.
43 Partidos de Punón, acamparon en Obot.
44 Partidos de Obot, acamparon en lye-Haabarim, en los confines de Moab.
45 Partidos de lye-Haabarim, acamparon en Dibón Gad.
46 Partidos de Dibón Gad, acamparon en Almón-Diblatajim.
47 Partidos de Almón-Diblatajim, acamparon en los montes de Abarim, frente a Nebo.
48 Partidos de los montes de Abarim, acamparon en los llanos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó;"
49 acamparon a lo largo del Jordán desde Bet-Haisimot hasta Abel-Sittim, en los llanos de Moab.
50 En los llanos de Moab habló Yahvé a Moisés, diciendo:
51 “Di a los hijos de Israel: Cuando hubiereis pasado el Jordán para la tierra de Canaán,
52 arrojad de delante de vosotros a todos los habitantes de la tierra,
53 y destruid todas sus esculturas y todas sus imágenes fundidas, y devastad todos sus excelsos.
54 Tomad posesión de la tierra y habitadla, pues para que la poseáis os la doy. Distribuidla por suerte entre las familias. A las más numerosas les daréis mayor heredad, y una menor heredad a las menos numerosas. La que en suerte le tocare a cada una, ésa será su heredad, y la recibiréis en posesión según vuestras tribus patriarcales.
55 Si no arrojáis de delante de vosotros a los habitantes de la tierra, los que de ellos dejéis en medio de vosotros serán como espinas en vuestros ojos y aguijón en vuestros flancos, y os hostilizarán en la tierra que vais a habitar,
56 y yo mismo os trataré a vosotros como había resuelto tratarlos a ellos.”

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Introducción a Numeros 

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Números.

Introducción.
El cuarto libro del Pentateuco lleva entre los hebreos el título de wayedabber (y dijo), que son las palabras con que empieza el TM1. Sin embargo, en las modernas Biblias hebraicas se le llama Benidbar (en el desierto), que es la quinta palabra hebrea del TM. Los LXX le pusieron un nombre alusivo al censo con que comienza el libro, traducido por la Vg Numeri, y así pasó a las lenguas modernas.

Contenido y División.
El título Números no da idea del contenido del libro, ya que el empadronamiento de las tribus sólo comprende algunos capítulos. Por eso es más significativo el título de las Biblias hebraicas actuales: En el desierto, ya que relata las incidencias de la azarosa marcha desde el Sinaí a Cades y después desde esta localidad (donde permanecieron los israelitas treinta y ocho años) hasta las estepas de Moab, frente a la tierra prometida. El libro es una miscelánea en la que se intercalan hechos históricos y leyes, no siendo fácil establecer una división lógica y clara. Podemos establecer una división atendiendo a los distintos escenarios geográficos: a) en el Sinaí (1:1-10:10); b) en el desierto de Cadesbarne (10:11-22:1); c) en las estepas de Moab, frente al Jordán (22:2-36:13). La duración de estas diversas etapas es muy desigual: diecinueve días en la primera, treinta y ocho años en la segunda y cinco meses para la tercera.
En la primera parte se acaba la organización del pueblo y del tabernáculo, según el plan comenzado en Éxodo. Al censo de las doce tribus, que nos da la cifra de 603.550 hombres de guerra, sigue el de los levitas destinados al servicio del santuario, 22.000 varones, contados desde un mes para arriba. El segundo empadronamiento, referido en el c.26, nos da la misma cifra. El pueblo es concebido como un ejército ordenado que se mueve con sus enseñas y jefes. La segunda sección comprende la fatigosa marcha hacia Cades, al sur de Bersabé. Los israelitas habían tomado esta dirección con ánimo de penetrar por el sur de Canaán, pero la cobardía les hizo desistir, y Dios los castigó a permanecer toda una generación en las estepas de Cades, donde no faltan algunos oasis. Después de treinta y ocho años de estancia se dirigieron hacia Edom; pero, al negárseles el paso, tuvieron que bajar hasta el golfo de Elán (Akaba) y subir por la frontera oriental de Edom y Moab hasta internarse frente al Jordán en las cercanías de Jericó. En la última parte se narran las victorias sobre los amorreos y los vaticinios de Balaam, la distribución de la Jordania septentrional entre Rubén, Gad y parte de Manasés.
En cada sección hay un grupo legislativo que interrumpe el hilo de la narración histórica. En general son leyes que apenas dicen relación con el contexto histórico, y son como suplementos a otras dadas anteriormente2, aunque hay algunas nuevas3.

Composición del Libro.
Aunque el libro tiene cierta unidad por el marco geográfico en que se encuadran los hechos y las leyes, sin embargo no existe unidad literaria. No hay ligazón entre los hechos y las partes legislativas, y los mismos hechos aparecen sin contornos cronológicos precisos, siendo a veces difícil señalar la prioridad entre ellos. Por todo esto, nos encontramos con el hecho de la complejidad de documentos utilizados por el último redactor. Encontramos relatos duplicados paralelos. También las secciones legislativas aparecen algunas veces duplicadas4. Supuesta esta composición, encontramos en Números tradiciones diversas que arrancan de la época del desierto y otras más recientes que llegarían a los tiempos de Esdras. Como en los otros libros, debemos admitir un núcleo primitivo histórico-legislativo de la época mosaica y un desarrollo posterior en los tiempos de la monarquía y aun después del exilio.

Historicidad de los Relatos.
Prescindiendo de las idealizaciones sobre el número de los israelitas, su organización y sobre otros hechos en conjunto, podemos decir que los hechos revelan la época del desierto y la geografía de la estepa. Las alusiones al hecho de que Moisés registró por escrito los lugares donde acampaban los israelitas nos dan una pista para entender cómo se han podido conservar los recuerdos de la vida del desierto5. Las incidencias del desierto, las impaciencias del pueblo, su nostalgia de los manjares característicos de Egipto6, encajan bien en la época mosaica. La lucha de Moisés contra las ingratitudes e inconstancia del pueblo es perfectamente verosímil en su cargo de jefe responsable de la marcha por el desierto, prometiéndoles una tierra feraz que no acababan de alcanzar. La prolongación de la estancia fue una gran prueba para la fe de Moisés y para su fortaleza excepcional. Moisés lo era todo: un rey, un legislador, un sacerdote y un profeta,7 y este carácter particular del gobierno de Moisés queda patente en relatos de Números8. Con su fuerte personalidad logró dominar a unas tribus recalcitrantes compuestas por gentes de dura cerviz.

Doctrina Religiosa.
a) Monoteísmo. Yahvé es el Señor que guía a Israel y vence a los enemigos. La victoria sobre los reyes amorreos es una prueba de la protección divina sobre su pueblo. Los oráculos de Balaam son una prueba del poder de Yahvé sobre los mismos gentiles, que terminan por reconocer su gloria. Israel es su hijo, y Yahvé le guía en su marcha hacia la tierra prometida9. Su santidad debe ser respetada; por eso el campamento de los israelitas debe ser convenientemente repartido, de forma que junto al tabernáculo estén sólo los levitas y sacerdotes. Las leyes de pureza deben ser cuidadosamente guardadas por el pueblo para entrar en relaciones con la divinidad.
b) Culto. Se da gran importancia a las regulaciones cultuales, para garantizar la santidad exigida al pueblo antes de acercarse a su Dios. Se destacan los privilegios de la clase sacerdotal (rebelión y castigo de Coré, Datan y Abirón). Se menciona al sumo sacerdote10, se indican los derechos de los sacerdotes y de los levitas11, que son sus auxiliares. Se enumeran los sacrificios diversos, y entre ellos el cotidiano o perpetuo, que no es mencionado en el Levítico12. Es propio de Números la fiesta de la Neomenia o luna nueva.13 Es un eco de la vida nómada del desierto, aunque no aparece en legislaciones anteriores. Es propia de este libro la oblación de harina y aceite en los sacrificios14, como se hacía en Babilonia15. Como hemos indicado, la legislación mosaica no es una creación totalmente original, sino que en muchos casos es una adaptación de ritos ancestrales de las tribus, conforme a la ley de la condescendencia de Dios con su pueblo para llevarle poco a poco a través de ritos externos, algunos comunes con las religiones paganas, a una forma superior de culto16.

1 Cf. San Jerónimo, Praef. in libros Sam. et Mal: PL 28,552. 2 Cf. Núm 5:5-8 y Lev 6:1-7; Núm 9:6-14 y Ex 12; Núm_15:1-15 y Lev c. 1-5. 3 Núm 6:1-21. 4 Las fiestas (Núm c.28-29 y Éxo_23:14-29 ; Lev 13; Dt 16); oblaciones ( Núm_15:1-16 ; c.18-19 y Lev c. 1-7.22; 17-30); funciones de los levitas (Núm c.3-4 y 18); sacrificios ( Núm_15:22-31 y Lev 4:13-35); ciudades de refugio ( Núm_35:9-34 y Dt 19:1-13). 5 Cf 33:1-2. 6 11.S. 7 Filón, De vita Mosis III 23. 8 Núm 12:1-15; 16:12-15. 9 Núm 10:33; 10:35; 21:14. 10 Núm 35:25-28; 32. 11 Núm 3:10; 4:11-16; 18:5-7; 5:5-10; 6:19-20; 15:20-21; 18:8-19. 12 Pero aparece en Ex 29:38-42. 13 Núm 28:11-15. 14 Num 15:1-16; 0:28-29. En Lev 2 Se Habla De Estas Oblaciones, Pero Separadas De Los Sacrificios. 15 Cf. F. Martin, Textes religieux assyiriens et babyloniens (1903) p.XVIII-XIX.243.253. 16 Sobre la condescendencia o synkatabasis de Dios en el A.T., véase H. Pinard De La Boullaye, Les inflltrations paíennes dans l'ancienne Loi, d'aprés les Peres et l'Église: Rech. de Se. Reí. (1919) p.199-200. En los Santos Padres: San Justino, Dialog. n.Í8.23: PG 6, 516.520-521.525; San Ireneo, Cont. haer. IV 14,3: PG 7,1011; Tertuliano, Ad. More, II 18: PL 2,306; Orígenes, In Num. hom. 17 n.1: PG 12,703; San Jerónimo, In Ez. VI 20: PL 25,194; Epist. 73,3: PL 22,678; Tomás de Aquino, 1-2 q.102 3.3.

Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Numeros  33,1-56

33. Etapas del Camino desde Egipto al Jordán.
E l hagiógrafo cree conveniente hacer un recuento de las diversas etapas recorridas por Israel durante su peregrinación por el desierto, cuando los hebreos están ya en los umbrales de la tierra prometida. La forma es esquemática, y se nos dan nombres de etapas desconocidas. El orden actual del texto está un tanto alterado. No es posible identificar todos los lugares mencionados, ya que en el desierto apenas existen puntos de referencia y de di ver significación, y, por otra parte, muchos nombres son convencionales y nuevos, debido a incidentes habidos en la marcha de los israelitas. Pero las líneas generales del itinerario son claras.

Estaciones desde la Salida de Egipto al Jordán (1-49).
1He aquí las estaciones de los hijos de Israel cuando salieron, según sus escuadras, de la tierra de Egipto, conducidos por Moisés y Aarón. 2Moisés describió su salida según sus estaciones a voluntad de Yahvé, y son éstas las estaciones de su marcha: 3Partieron de Rameses el primer mes, el día quince del primer mes. Al día siguiente a la Pascua, los hijos de Israel salieron con mano alzada a la vista de todos los egipcios. 4Los egipcios estaban sepultando a sus primogénitos, que había herido Yahvé entre ellos, haciendo así justicia contra sus dioses. 5Partieron, pues, los hijos de Israel de Rameses y acamparon en Sucot. 6Partidos de Su-cot, acamparon en Etam, que está en el extremo del desierto. 7Partidos de Etam, volvieron hacia Piajirot, que está frente a Baalsefón, y acamparon frente a Migdol. 8Partidos de Piajirot, pasaron por en medio del mar hacia el desierto, e hicieron tres días de camino en el desierto de Etam, y acamparon en Mará. 9 Partidos de Mará, llegaron a Elim, donde había doce fuentes y setenta palmeras, y acamparon allí. 10 Partidos de Elim, acamparon junto al mar Rojo. 11Partidos del mar Rojo, acamparon en el desierto de Sin. 12Partidos del desierto de Sin, acamparon en Dafca. 13 Partidos de Dafca, acamparon en Alus. 14Partidos de Alus, acamparon en Rafidim, donde no había agua para que bebiera el pueblo. 15 Partidos de Rafidim, acamparon en el desierto del Sinaí. 16Partidos del desierto del Sinaí, acamparon en Quibrot-hat-tawah. 17Partidos de Quibrot-hat-ta-wah, acamparon en Jaserot. 18 Partidos de Jaserot, acamparon en Retma. 19Partidos de Retma, acamparon en Remón Pares. 20Partidos de Remón Pares, acamparon en Lebna. 21 Partidos de Lebna, acamparon en Resa. 22Partidos de Resa, acamparon en Quelata. 23 Partidos de Quelata, acamparon en el monte Sefer. 24 Partidos del monte Sefer, acamparon en Jarada. 25Partidos de Jarada, acamparon en Maquelot. 26 Partidos de Maquelot, acamparon en Tajat. 27Partidos de Tajat, acamparon en Taraj. 28Partidos de Taraj, acamparon en Mitca. 29Partidos de Mitca, acamparon en Jasmona. 30Partidos de Jasmona, acamparon en Moserot. 31 Partidos de Moserot, acamparon en Bene Yaaqán. 32Partidos de Bene Yaaqán, acamparon en Jor Hagidgad. 33Partidos de Jor Hagidgad, acamparon en en Yotbatá. 34Partidos de Yotbatá, acamparon en Abroná. 35Partidos de Abroná, acamparon en Asiongaber. 36Partidos de Asiongaber, acamparon en el desierto de Sin, que es Cades. 37Partidos de Cades, acamparon en el monte Hor, al extremo de la tierra de Edom. 38Aarón, sacerdote, subió al monte Hor por orden de Yahvé, y murió allí el año cuadragésimo después de la salida de Egipto, el quinto mes, el primero del mes. 39 Tenía Aaróii ciento veintitrés años cuando murió en la cima del monte Hor. 40Fue entonces cuando el canaiieo rey de Arad, que habitaba el Ne-gueb, en la tierra de Canaán, tuvo conocimiento de la llegada de los hijos de Israel. 41Partidos del monte Hor, acamparon en Salmona. 42Partidos de Salmona, acamparon en Punón. 43Partidos de Punón, acamparon en Obot. 44Partidos de Obot, acamparon en lye-Haabarim, en los confines de Moab. 45Partidos de lye-Haabarim, acamparon en Dibón Gad. 46 Partidos de Dibón Gad, acamparon en Almón-Diblatajim. 47Partidos de Almón-Diblatajim, acamparon en los montes de Abarim, frente a Nebo. 48Partidos de los montes de Abarim, acamparon en los llanos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó; 49acamparon a lo largo del Jordán desde Bet-Haisimot hasta Abel-Sittim, en los llanos de Moab.

Los israelitas marcharon del territorio egipcio con mano alzada (v.4) a la vista de los egipcios, es decir, con la frente levantada bajo la protección divina, que tan claramente se había manifestado en las plagas. En Exo_6:6, mano tendida significa la salvación obtenida por el auxilio divino1. Salen de Rameses, situada en la parte oriental del Delta; siguen hacia el sur, y por los lagos Amargos, o por el extremo norte del golfo de Suez, pasan al desierto, que luego siguen por la orilla del mar Rojo hasta internarse en la península del Sinaí. De aquí caminan en dirección norte hasta el desierto de Cades, y vuelven luego hacia el oriente para atravesar los montes de Edom. Impedidos de seguir este atajo, tienen que bajar por el valle de Arabah hasta el golfo de Elán o de Akabah (Asiongaber). Desde aquí vuelven hacia el norte por la frontera oriental de Edom y de Moab y atraviesan los reinos amorreos para venir a los llanos de Moab, a orillas del Jordán, frente a Jericó. Esta es la trayectoria general2.

La Distribución de Canaán (50-56).
50En los llanos de Moab habló Yahvé a Moisés, diciendo: 51Di a los hijos de Israel: Cuando hubiereis pasado el Jordán para la tierra de Canaán, 52arrojad de delante de vosotros a todos los habitantes de la tierra, 53y destruid todas sus esculturas y todas sus imágenes fundidas, y devastad todos sus excelsos. 54Tomad posesión de la tierra y habitadla, pues para que la poseáis os la doy. Distribuidla por suerte entre las familias. A las más numerosas les daréis mayor heredad, y una menor heredad a las menos numerosas. La que en suerte le tocare a cada una, ésa será su heredad, y la recibiréis en posesión según vuestras tribus patriarcales. 55Si no arrojáis de delante de vosotros a los habitantes de la tierra, los que de ellos dejéis en medio de vosotros serán como espinas en vuestros ojos y aguijón en vuestros flancos, y os hostilizarán en la tierra que vais a habitar, 56y yo mismo os trataré a vosotros como había resuelto tratarlos a ellos.

Dos puntos en esta orden divina: la expulsión de los cananeos y la destrucción de los santuarios y objetos de culto de éstos, y la distribución proporcional y equitativa de la tierra prometida. Los pueblos cananeos poseían una cultura superior a los hebreos y una religión naturista sensual, todo lo cual era un gran peligro para los rudos israelitas, materialistas por temperamento, y, cansados de la monotonía del desierto, estaban ávidos de gozar de la vida en tierra más feraz. El legislador teme, por otra parte, que este pueblo deje la religión sencilla y sin imágenes del desierto y se deje llevar por los esplendores de los cultos cananeos. La historia nos confirma estos temores, ya que los israelitas tuvieron propensión innata a la idolatría. Los profetas luchan contra ella, y sólo después del destierro quedan curados de toda veleidad politeísta. Hay que tener en cuenta todo esto para comprender el interés del legislador hebreo en la destrucción de cuanto significa culto de los dioses de Canaán. Por eso les manda hacer desaparecer las esculturas religiosas y los lugares excelsos o bamot, en los que proliferaban los cultos orgiásticos cananeos (v.63)3.
El principio para la distribución de la tierra de Canaán es justo y natural. Debe repartirse proporcionalmente, según las familias sean más o menos numerosas. Era el modo de evitar en principio el problema social, creado por el pauperismo y la acumulación de riquezas. Con el tiempo, la situación cambia, y el número de las familias también, y por eso el principio, equitativo teóricamente, es injusto después muchas veces en la práctica. De hecho vemos por el Deuteronomio y la predicación de los profetas que el pauperismo era la plaga social en Israel como en otros pueblos. Se puede dudar si, en el reparto de la tierra que se nos cuenta en el libro de Josué, presidió este principio de equidad. Parece claro por Jue 1 que, en buena parte, el reparto consistió en asignar a cada tribu la porción que debían conquistar efectivamente, pues la obra de Josué fue una conquista virtual, consistente en quebrantar las fuerzas unidas de los cananeos, dejando a cada una de las tribus el acabar la obra de la conquista y posesionarse de la tierra. Esto no lo consiguieron las tribus sino muy lentamente, y hasta se puede decir que la obra de la conquista no fue acabada sino en el reinado de David.

1 Cf. Exo_14:8. 2 Sobre el itinerario de los israelitas véase M. Lagrange: RB (1900) p. 78s. 3 Véase H. Vingent, Canaán d'aprés la exploration récente p. 152-173.