Isaías 39 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 8 versitos |
1 En aquel tiempo, Merodac Baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, enterado de que Ezequías había estado enfermo y se había restablecido, le envió cartas y un presente.
2 Ezequías se alegró mucho por ello y mostró a los mensajeros la cámara del tesoro, con la plata y el oro, las especias y el aceite finísimo, así como el arsenal y cuanto había en los tesoros; nada quedó en su palacio ni en todos sus dominios que Ezequías no les mostrase.
3 El profeta Isaías se presentó de inmediato al rey Ezequías para preguntarle: «¿Qué te han dicho estos hombres y de dónde han venido?». Respondió Ezequías: «Vinieron de un país lejano, de Babilonia».
4 Volvió a preguntar: «¿Qué han visto en tu palacio?». Respondió Ezequías: «Han visto todo cuanto hay en mi palacio; no quedó nada en los tesoros por enseñarles».
5 Entonces dijo Isaías a Ezequías: «Escucha la palabra del Señor del universo:
6 “Llegará el tiempo en que se llevarán a Babilonia cuanto hay en tu palacio y cuanto atesoraron tus antepasados hasta el día de hoy. No quedará nada —dice el Señor—.
7 Algunos de los hijos salidos de ti, que tú engendraste, serán deportados para convertirlos en eunucos en el palacio del rey de Babilonia”».
8 Ezequías respondió a Isaías: «Está bien la palabra del Señor que me anuncias». Pues pensaba: «Al menos habrá paz y tranquilidad mientras yo viva».

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Introducción a Isaías

ISAÍAS

El libro de Isaías es uno de los más citados en el Nuevo Testamento, y, exceptuados los Salmos, es el texto del Antiguo Testamento más usado en la liturgia católica. La presencia de más de una copia entre los manuscritos encontrados en el lugar de Qumrán demuestra igualmente que ocupaba un lugar de primer orden en el judaísmo de tiempos de Jesús. Se presenta dividido en tres grandes secciones, designadas frecuentemente como libros del Primer Isaías (caps. Isa 1:1-31; Isa 2:1-22; Isa 3:1-26; Isa 4:1-6; Isa 5:1-30; Isa 6:1-13; Isa 7:1-25; Isa 8:1-22; Isa 9:1-21; Isa 10:1-34; Isa 11:1-16; Isa 12:1-6; Isa 13:1-22; Isa 14:1-32; Isa 15:1-9; Isa 16:1-14; Isa 17:1-14; Isa 18:1-7; Isa 19:1-25; Isa 20:1-6; Isa 21:1-17; Isa 22:1-25; Isa 23:1-18; Isa 24:1-23; Isa 25:1-12; Isa 26:1-21; Isa 27:1-13; Isa 28:1-29; Isa 29:1-24; Isa 30:1-33; Isa 31:1-9; Isa 32:1-20; Isa 33:1-24; Isa 34:1-17; Isa 35:1-10; Isa 36:1-22; Isa 37:1-38; Isa 38:1-22; Isa 39:1-8), del Segundo Isaías (caps. Isa 40:1-31; Isa 41:1-29; Isa 42:1-25; Isa 43:1-28; Isa 44:1-28; Isa 45:1-25; Isa 46:1-13; Isa 47:1-15; Isa 48:1-22; Isa 49:1-26; Isa 50:1-11; Isa 51:1-23; Isa 52:1-15; Isa 53:1-12; Isa 54:1-17; Isa 55:1-13) y del Tercer Isaías (caps. Isa 56:1-12; Isa 57:1-21; Isa 58:1-14; Isa 59:1-21; Isa 60:1-22; Isa 61:1-11; Isa 62:1-12; Isa 63:1-19; Isa 64:1-12; Isa 65:1-25; Isa 66:1-24). Cada una de estas partes, en particular la primera, no son en sí mismas homogéneas y no se puede afirmar que provengan todas ellas de la misma mano. En todo caso, la parte correspondiente al Primer Isaías (también llamado Protoisaías) contiene los textos atribuidos al gran profeta Isaías que desarrolló su actividad en el siglo viii a.C. en Jerusalén; aunque hay excepciones, como el llamado «Apocalipsis de Isaías» (caps. Isa 24:1-23; Isa 25:1-12; Isa 26:1-21; Isa 27:1-13), que es posexílico. Los capítulos atribuidos al Segundo Isaías (o Deuteroisaías) ofrecen, en cambio, un texto fuertemente homogéneo, compuesto tal vez en un breve período de tiempo por un mismo autor durante el exilio. Finalmente Los textos que se subsumen bajo el nombre de Tercer Isaías (o Tritoisaías) tienen rasgos que permiten situarlos en circunstancias diversas o atribuirlos a diferentes autores.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Isaías 39,1-8*36-39 Versión casi idéntica de los hechos que se narran en 2Re 18:13-37; 2Re 19:1-37; 2Re 20:1-19. Las dos diferencias importantes entre ambos textos son, por una parte, la información de 2Re 18:14-16 sobre las tractativas de Ezequías con Senaquerib y el consiguiente pago de un tributo a este último, que falta en Isaías, y por otra, la oración de Ezequías (Isa 38:9-20), que falta en 2 Reyes.