Deuteronomio  23 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 25 versitos |
1 (2) No se admitirá a la asamblea del Señor a quien tenga los testículos aplastados o el pene mutilado.
2 (3) No se admitirá a la asamblea del Señor ningún bastardo; ni siquiera su décima generación será admitida en la asamblea del Señor.
3 (4) No se admite a la asamblea del Señor ningún amonita ni moabita; ni siquiera en su décima generación serán admitidos a la asamblea del Señor.
4 (5) Porque no vinieron con pan y agua a vuestro encuentro en el camino, cuando salisteis de Egipto y porque alquilaron a Balaán, hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia, para maldecirte.
5 (6) Pero el Señor, tu Dios, no quiso escuchar a Balaán; el Señor, tu Dios, cambió la maldición en bendición, porque te ama el Señor, tu Dios.
6 (7) No buscarás jamás su paz ni su bienestar mientras vivas.
7 (8) No considerarás abominable al edomita, porque es hermano tuyo. No considerarás abominable al egipcio, porque fuiste emigrante en su país.
8 (9) Sus descendientes en la tercera generación serán admitidos a la asamblea del Señor.
9 (10) Cuando salgas a campaña contra tus enemigos, cuídate de cualquier acto malo.
10 (11) Si hay alguien entre los tuyos que, por polución nocturna, no está puro, saldrá fuera del campamento y no volverá a entrar en el campamento
11 (12) hasta que, al caer la tarde, se lave con agua; y así, al ponerse el sol, volverá al campamento.
12 (13) Tendrás fuera del campamento un rincón donde puedas retirarte.
13 (14) Llevarás en tu equipaje una estaca, y cuando salgas a hacer tus necesidades, harás con ella un hoyo y luego taparás los excrementos.
14 (15) Porque el Señor, tu Dios, se pasea en medio de tu campamento para protegerte y entregarte el enemigo, tu campamento debe ser santo; que él no vea en ti nada indecoroso y no se aparte de ti.
15 (16) No entregarás a su amo un esclavo que escapa de su amo junto a ti.
16 (17) Se quedará contigo, entre los tuyos, en el lugar que elija en una de tus ciudades, donde mejor le parezca. No lo maltrates.
17 (18) ° No habrá prostitutas sagradas entre las hijas de Israel, ni prostitutos sagrados entre los hijos de Israel.
18 (19) No llevarás a la casa del Señor, en cumplimiento de un voto, paga de prostituta ni dinero de prostituto, porque ambos son una abominación para el Señor, tu Dios.
19 (20) No cobrarás intereses a tu hermano: ni sobre el dinero prestado, ni sobre los alimentos prestados, ni sobre cualquier préstamo que produzca intereses.
20 (21) Podrás cobrar intereses a los extranjeros, pero a tu hermano no le cobrarás intereses, para que te bendiga el Señor, tu Dios, en todas tus empresas en la tierra adonde vas para tomarla en posesión.
21 (22) Si haces un voto al Señor tu Dios, no tardarás en cumplirlo, porque el Señor, tu Dios, te lo reclamará e incurrirás en pecado,
22 (23) pero si te abstienes de hacer un voto, no incurrirás en pecado.
23 (24) Lo que salga de tus labios, mantenlo y cumple el voto que has hecho espontáneamente al Señor, tu Dios, que con tu boca has prometido.
24 (25) Si entras en la viña de tu prójimo, come las uvas que quieras, hasta saciarte, pero no metas nada en tu cesta.
25 (26) Si entras en la mies de tu prójimo, arranca espigas con tu mano, pero no metas la hoz en la mies de tu prójimo.

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Introducción a Deuteronomio 

DEUTERONOMIO

Deuteronomio significa «segunda ley» (deuteros-nomos). En realidad, se trata de las palabras que Moisés dirige a los israelitas en los umbrales de la tierra prometida. El Señor es presentado ante todo, como el Dios de Israel, y este como el pueblo de Dios. Así reza la fórmula central de la alianza (Deu 26:17-19). La lealtad debe ser la actitud fundamental de los israelitas hacia su Señor; su amor a él ha de ser uno y único, como uno y único es el mismo Señor (Deu 6:4 s). Esta unión del pueblo con el Señor implica el vínculo de los distintos miembros del pueblo entre sí. La reforma deuteronómica apuesta por una sociedad solidaria, igualitaria y sin pobres, por «un pueblo de hermanos», unidos en torno a su Dios.

Un lugar destacado lo ocupa la ley, que es un don de Dios a su pueblo, para que viva dignamente y en libertad en la tierra que el Señor le ha dado (véase Deu 6:20-25). Esta ley, no se ha de considerar como una imposición, sino como un camino de vida. En cuanto tarea a cumplir, la ley de Dios salvaguarda la vida libre en la tierra prometida. Traspasarla compromete no solo la libertad del pueblo, sino también su misma posesión de la tierra. Del cumplimiento de la ley depende la vida y la bendición de Israel (Deu 28:1-15; Deu 30:15-20).

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Deuteronomio  23,1-25*4:44-28:68 El segundo discurso se asemeja, por su estructura, a algunos códigos legales del antiguo Oriente Próximo. El Código de Hammurabi consta de un prólogo, una amplia colección de leyes y un epílogo (con bendiciones y maldiciones), equiparables en líneas generales a las tres secciones de este discurso.


Deuteronomio  23,1*22:13-23:1 Cinco casos diferentes sobre las relaciones sexuales reprobables: 1.º virginidad física de la casada a quien el marido acusa de haber tenido relaciones sexuales previas al matrimonio (Deu 22:13-21); 2.º adulterio (Deu 22:22); 3.º violación de una joven prometida (Deu 22:23-27); 4.º violación de una soltera sin compromiso formal (Deu 22:28 s); 5.º incesto (Deu 23:1). El adulterio consistía en tener relaciones sexuales con una mujer casada o prometida. Su prohibición (véase Deu 5:18) trata de proteger la propiedad del marido (la mujer se consideraba como un bien del marido) y de asegurar al marido la paternidad de sus hijos. A juzgar por Ose 2:2 y Jer 3:8, el adulterio se castigaba con el divorcio, no con la pena de muerte.
Deuteronomio  23,18*23:18 La prostitución sagrada o cultual era una práctica corriente en las religiones limítrofes a Israel. Este la consideraba reprobable y perseguible (véase 1Re 15:12; 1Re 22:47; 2Re 23:7), aunque no siempre escapó a ella (véase 1Re 14:24; Amó 2:7; Ose 4:14).