Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
2. Reyes de Juda
Hasta el Cautiverio de Babilonia (c. 18-25).
Exequias sube al trono (18:1-12).
1
El año tercero de Oseas, hijo de Ela, rey de Israel, comenzó a reinar Ezequías, hijo de Ajaz, rey de Judá. 2
Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veintinueve años en Jerusalén. Su madre se llamaba Abí, hija de Zacarías. 3
Hizo lo que es recto a los ojos de Yahvé, enteramente como lo había hecho David, su padre. 4
Hizo desaparecer los altos, rompió los cipos, derribó las aseras y destrozó la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque los hijos de Israel hasta entonces habían quemado incienso ante ella, dándole el nombre de Nejustán. 5
Puso su confianza en Yahvé, Dios de Israel, y de todos los reyes de Judá que le sucedieron o le precedieron no hubo ninguno semejante a él. 6
Se allegó a Yahvé y no se apartó de El, guardó todos los mandamientos que Yahvé había prescrito a Moisés. 7
Yahvé fue con Ezequías, que salió bien en todas sus empresas. Se rebeló contra el rey de Asiría y no le estuvo sujeto. 8
Batió a los filisteos hasta Gaza y devastó su tierra desde las torres de atalaya hasta las ciudades fuertes. 9
El año cuarto del rey Ezequías, que era el año séptimo de Oseas, hijo de Ela, rey de Israel, Salmanasar, rey de Asiría, subió contra Samaría y la asedió. 10
La tomó al cabo de tres años; el año sexto de Ezequías, que era el año noveno de Oseas, rey de Israel, fue tomada Samaría. 11
El rey de Asiría llevó cautivo a Israel a Asiría y los estableció en Cala, en Cabor, junto al río Gozan, y en las ciudades de Media, 12
porque no habían escuchado la voz de Yahvé, su Dios, y habían roto su alianza, y no habían obedecido y puesto por obra todo lo que Yahvé había mandado a Moisés, su siervo. Un hijo de Ajaz, Ezequías (716-687), subió al trono de Judá en los días en que el reino del Norte había dejado de existir (
Isa_28:1). Con el advenimiento de Ezequías vuelve Judá a revivir los hermosos tiempos de David. Hizo desaparecer los altos, rompió los cipos, derribó las
asheras. Entre los objetos de culto figura el
Nehushtan, palabra compuesta de
nahas, serpiente, y
nehosheth, bronce, o sea, la serpiente de bronce, que, según se decía, era la misma que había Moisés levantado en el desierto como profilaxis contra las mordeduras de las serpientes (
Num_21:8-9; ). Su conducta religiosa fue ejemplar a pesar de haber tratado con demasiada suavidad a los enviados de Merodacbaladán (
Num_20:17-19). Adoctrinado por los profetas Isaías y Miqueas, comprendió que para salvar a Judá era necesario deshacerse poco a poco de sus compromisos con Asiría, encerrarse en la espiritualidad propia en torno a Yahvé. Entregarse en manos de Asina o de Egipto significaba renunciar a las leyes supremas sobre las que descansaba la monarquía hebraica. La caída del reino del Norte era un aviso serio. Dios estuvo con Ezequías.
Invasión de Senaquerib (Num_18:13-16).
13
El año catorce del rey Ezequías, Senaquerib, rey de Asiría, subió contra todas las ciudades fuertes de Judá y se apoderó de ellas. 14
Ezequías, rey de Judá, mandó decir al rey de Asiría, a Laquis: He pecado; déjame y haré todo lo que me impongas. El rey de Asiría impuso a Ezequías, rey de Judá, trescientos talentos de plata y treinta talentos de oro.15
Ezequías entregó toda la plata que había en la casa de Yahvé y en el tesoro del palacio real. 16
Fue entonces cuando Ezequías destruyó las puertas del templo de Yahvé y los dinteles, que el mismo Ezequías, rey de Judá, había cubierto con láminas de oro, para entregárselas al rey de Asiría.
La presencia de Asur en Samaría inspiraba recelo en Judá. Ezequías, mediante la reforma interna, fue sacudiendo el yugo de la dependencia sin romper directamente con Asiría. En tiempos de Senaquerib (705-681), hijo de Sargón, se produjo un primer choque serio contra Asiría. Merodacbaladán fue arrojado de Babilonia por Sargón el año 709, refugiándose en lugares pantanosos del golfo Pérsico. Muerto el monarca asirio, Merodacbaladán salió de su refugio y posesionóse nuevamente de Babilonia. Pero en esta ocasión buscó el apoyo de otros pueblos, presentándose sus embajadores en Jerusalén (
Num_20:12-19). Judá, gracias a los años de paz, era un reino fuerte. De los contactos con Merodacbaladán y de su política antiasiria tuvo noticias Senaquerib, quien, una vez eliminado Merodacbaladán y otros enemigos de oriente, en 701 dirigióse contra los reinos de occidente.
En Palestina, el sentimiento antiasirio habíase manifestado con la rebelión de Acarón contra
Padi, que fue entregado a Ezequías. A pesar de los consejos de Isaías (
Isa_28:7-22; c.29-31), Ezequías habíase pasado a la causa egipcia. Senaquerib apoderóse de la costa, entrando en lucha con Egipto en un lugar entre Timna y Acarón. Victorioso en el encuentro, dirigió sus tropas contra el reino de Ezequías, apoderándose de cuarenta y seis ciudades y capturando miles de prisioneros. Estando Senaquerib en Laquis, Ezequías le mandó recado pidiéndole perdón y prometiendo pagar un elevado tributo. Este texto bíblico concuerda en lo esencial con el texto de la campaña descrita en el llamado cilindro de Taylor 1.
Sitio de Jerusalén (Isa_18:17-37).
17
El rey de Asiría mandó desde Laquis a Ezequías al copero mayor con un fuerte ejército a Jerusalén. Pusiéronse en marcha, y cuando se acercaron a Jerusalén, hicieron alto en el acueducto del estanque superior, en el camino del campo del Batanero, 18
y preguntaron por el rey. Vino entonces Eliaquín, hijo de Helcías, mayordomo del rey, con Sobna, el secretario, y Joaj, hijo de Asaf, cronista; 19
y el copero mayor les habló, diciendo: Decid a Ezequías: Así habla el rey grande, el rey de Asiría: ¿Qué confianza es esa que manifiestas? 20
¿Crees tú que las meras palabras son prudencia y fuerza para la guerra? ¿En quién realmente confías para querer rebelarte contra mí? 21
¿Confías en Egipto, en esa caña rota que pincha y hiere la mano de quienquiera que en ella se apoya? Así les sucede con el Faraón, rey de Egipto, a cuantos confían en él.22
Y si me decís: Confiamos en Yahvé, nuestro Dios, ¿no ha hecho desaparecer Ezequías sus altos y sus altares, diciendo a Judá y a Jerusalén: Ante este altar de Jerusalén habéis de ofrecer? 23
Haz, pues, un convenio con mi señor el rey de Asiría, y yo te daré dos mil caballos, si estás en condiciones para proveerlos de caballeros. 24
¿Cómo podrás resistir ni a un solo jefe de los menores entre los siervos de mi señor? ¿Confías en que Egipto te mandará carros y caballeros ? 25
Y, además, ¿ha sido sin la voluntad de Yahvé como he subido yo a este lugar para destruirlo ? Es Yahvé quien me ha dicho: Sube contra esa tierra y destruyela. 26
Eliaquín, hijo de Helcías; Sobna y Joaj dijeron al copero mayor: Habla a tus siervos en arameo, que lo entendemos; no nos hables en judío delante de todo el pueblo que está en las murallas. 27
Entonces el copero mayor respondió: ¿Acaso es a tu señor y a ti a quienes mi señor me ha mandado decir estas palabras, y no más bien a la gente que hay en la muralla, para comerse sus propios excrementos y beberse su propia orina? 28
Entonces se acercó el copero mayor y gritó en alta voz, en judío: Escuchad la palabra del rey grande, del rey de Asiría: 29
Así habla el rey de Asiría: No os dejéis engañar de Ezequías, que no podrá libraros de mi mano. 30
Que no os haga confiar tampoco Ezequías en Yahvé, diciendo: Yahvé nos librará, y esta ciudad no será entregada en manos del rey de Asiría. 31
No deis oídos a Ezequías, porque así habla el rey de Asiría: Haced paces conmigo, rendios a mí, y cada uno de vosotros comerá de su viña y de su higuera y beberá el agua de su cisterna, 32
hasta que yo venga y os lleve a otra tierra como la vuestra, a una tierra de trigo y de vino, tierra de pan y de viñas, de olivos, de aceite y de miel, y allí viviréis y no moriréis. No escuchéis a Ezequías; no hace más que engañaros cuando dice: Yahvé nos librará. 33
¿Han librado los dioses de los pueblos a su tierra del poder del rey de Asiría? 34
¿Dónde están los dioses de Jamat y de Arfad? ¿Dónde los dioses de Sefarvaím, Ana y Avá? ¿Dónde están los dioses de la tierra de Samaría? ¿Han librado a Samaría de mi poder? 35
¿Qué dios de éstos ha librado a su tierra de mi poder, para que pueda Yahvé librar de mi mano a Jerusalén? 36
El pueblo estuvo callado y no dijo una sola palabra, porque el rey había dado esta orden: No les respondais. 37
Eliaquín, hijo de Helcías, mayordomo del palacio; Sobna, secretario, y Joaj, hijo de Asaf, cronista, vinieron a Ezequías, rasgadas las vestiduras, y le refirieron las palabras que el copero mayor había dicho.
La campaña de Senaquerib contra Palestina y Jerusalén es narrada en estos capítulos (
Isa_18:13;
Isa_19:37), en
2Cr_32:1-21 y, con sensibles diferencias, en Isaías, v.36-37. Del cerco de Jerusalén, narrado extensamente en nuestro texto, nada se dice en los anales de Senaquerib, contentándose con la indicación de que había encerrado a Ezequías en Jerusalén como a un pájaro en su jaula. No dice el cilindro que Senaquerib se apoderara de la ciudad 2.
De todo el relato bíblico (
2Cr_18:17;
2Cr_19:37) nada aparece en los documentos cuneiformes. ¿Corresponde a la misma campaña de que se habló en 18:13-16, acaecida en 701, o a otra posterior? Divídense los autores 3.
Dice el texto bíblico que Senaquerib residía en Laquis, población que no se cita en el cilindro de Taylor. Sin embargo, en unos bajorrelieves conservados en el Museo Británico se representa el cerco y conquista de Laquis por parte de Senaquerib con una inscripción en la que se dice que el monarca rey del mundo, rey de Asiría, se sienta sobre su trono, mientras el botín de Laquis (
Laki su)
pasaba ante él (Pritchard, 288). Al oír Ezequías que el rey asirio sitiaba aquella ciudad, apresuróse a fortificar Jerusalén (
2Cr_32:1-8), en tanto que enviaba a Senaquerib una embajada en que se reconocía su siervo y vasallo. A la embajada de Ezequías contesta Senaquerib enviando a la capital de Judá tres personajes escoltados por un piquete de soldados. Uno es llamado el
tartanu, o sea, el general jefe del ejército; el segundo enviado era el
rabsharis, el jefe de los eunucos, y el tercero el rabshaque, el copero real. En
Isa_20:1 es llamado
tartanu el segundo después del rey, o sea, el generalísimo del ejército; del gran copero hablan
Isa_36:2 y Eci 48:20. De los tres altos funcionarios enviados, únicamente habla el copero real.
Al llegar a Jerusalén hicieron alto en el acueducto del estanque superior, en el camino del campo del Batanero. Quedaron fuera de la ciudad, que se encontraba sitiada o amenazada por inminente cerco por parte de Senaquerib. El copero llevó la voz cantante en un discurso insolente, durante el cual nunca llama rey a Ezequías. Habla en nombre del gran rey,
sharru rabu, de Asiría. Egipto era la panacea de todos los coligados contra Asiría; Isaías (c.30-31) anatemiza a los partidarios de la alianza con Egipto. La reforma religiosa referente a la unidad de santuario (
Deu_12:11-14) llevada a cabo por Ezequías (v.4) es interpretada por los asirios en el sentido peyorativo de haber querido limitar el poder de Yahvé a la capital, substrayéndole las ciudades de provincia. Eliaquín rogó al copero que hablara en arameo, lengua que los jefes entendían. El arameo, que más tarde se impondrá en casi todo el Próximo Oriente como lengua hablada, era solamente conocida por los intelectuales; el pueblo hablaba el hebreo. Los asirios se servían del acádico, pero conocían el arameo4. A grandes voces, el mensajero de Senaquerib habló al pueblo en hebreo (
Neh_13:24), invitándole a rebelarse contra su rey, haciéndoles ver que nadie les puede librar de manos de los asirios. Al terminar el copero su discurso, esperó la reacción del pueblo, que, conforme a la consigna que se le dio, guardó silencio absoluto. Los oficiales fueron a informar al rey.