Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Salmo 120 (Vg 119): Los Enemigos de la Paz.
E ste salmo inicia la serie de los llamados graduales o de las subidas, por pertenecer a la colección de los que eran cantados por los peregrinos cuando subían hacia Jerusalén o por las gradas que daban acceso al recinto sagrado. El salmista, en esta composición deprecativa, representa a la clase piadosa, despreciada y calumniada por gentes impías que no saben valorar su vida religiosa en su debida medida. Se siente como extranjero morando entre las tribus nómadas del desierto, desprovisto de toda ayuda y hostilizado por todas partes. Su espíritu sensible y pacífico es el blanco de las afirmaciones calumniosas de gentes desaprensivas que constantemente le hostigan.
Algunos autores han propuesto entender este salmo en sentido colectivo, es decir, el salmista hablaría en nombre de Israel en el exilio, o vuelto ya a la patria, pero hostilizado por samaritanos, edo-mitas y moabitas * para impedir su reconstrucción nacional. Pero nada en el contexto avala esta interpretación colectiva, pues el sello de las quejas es personal, y refleja más bien la situación de un alma angustiada e incomprendida por los representantes de una sociedad apartada de Dios. Bajo este aspecto, el salmista es tipo de la clase piadosa, que vive
su vida religiosa en una atmósfera de incomprensión y de hostilidad. Desde el punto de vista literario se ha relacionado este salmo con el 12 de la colección llamada Salmos de Salomón 2 del siglo II a.C., y que no ha sido incluida en el Salterio canónico. Tiene también analogías con el fragmento del
Eco_51:1-12. Los parecidos se explican por situaciones psicológicas similares, sin que impliquen dependencia literaria.
Oración de un Piadoso Calumniado.
1
Cántico gradual 3
. En la angustia clamé a Yahvé, y El me respondió. 2
Libra, Yahvé, mi alma del labio mendaz, de la lengua fraudulenta. 3
¿Qué se te dará y qué se te añadirá, oh lengua dolosa? 4
Saetas agudas de un fuerte con carbones de retama. 5
¡Ay de mí, peregrino en Mesej, que habito en las tiendas de Cedar! 6
Mucho lleva morando mi alma con los que odian la paz. 7
Yo soy todo paz, pero, así que les hablo, se disponen a la guerra. En momentos de
angustia pasados, Yahvé estuvo siempre al lado de su fiel, accediendo a sus preces llenas de ansiedad. Esto le da ánimos para en la situación actual acudir a su Dios, pidiendo le libre de los enemigos que incesantemente le atacan con calumnias y mentiras.
Jugando con las fórmulas estereotipadas de juramento (Que Dios me haga esto y añada esto...)4, el salmista anuncia a los calumniadores que, en efecto, recibirán lo que han proferido al lanzar sus calumnias. Dios les tomará al pie de la letra sus juramentos y les enviará un castigo inexorable, que será tan pernicioso y destructor como las
saetas agudas de un fuerte o como los
carbones de retama, que tardan en consumirse. Los impíos han lanzado calumnias, punzantes como flechas
agudas; pero Dios, que es más
fuerte, se las devolverá atravesándolos. Con sus falsas acusaciones han querido encender la contienda, pero la ira divina los consumirá como
retama5. Otra interpretación posible: ¿Qué provecho sacáis los impíos con vuestras calumnias, que son como
saetas encendidas o como fuego consumidor? (v.4). El estilo es conciso y vigoroso, pero oscuro, y se presta a múltiples interpretaciones.
La atmósfera en que se desarrolla la vida del salmista es tan materialista, que se siente como habitando ya entre los bárbaros de
Mesej, moradores de las orillas del mar Negro 6 o entre tribus beduinas de
Cedar, en TransJordania, famosas por su rapacidad. El hagiógrafo toma estos nombres de gentes exóticas, y que están al margen de la ley divina, como tipo de los que injustamente conspiran contra él. Su espíritu pacífico
yo soy todo paz choca con el temperamento pendenciero y belicoso de sus enemigos, que con sus calumnias y fraudes procuran en todo momento sembrar la discordia (v.7). Por eso, su
alma siente fastidio al tener que habitar con los que
odian la paz (v.6).
1 Cf.
Esd_4:1-6;
Neh_2:10.19; 4:
Neh_1:7s; 6:1s. a He aquí el texto: 2 Señor, libra mi alma de los hombres sin ley y malvados, de la lengua mala y maldiciente, que dice palabras falsas... Perezca la lengua maldiciente en el fuego ardiente... Que el Señor conserve al alma pacífica, enemiga de los malvadosá. 3 Lit. Cántico de las subidas o ascensiones. La tradición judía representada por Fl. Josefo y el Talmud relaciona estos 15 salmos graduales con las 15 gradas que daban acceso al templo, siendo recitados a medida que subían en procesión los peregrinos hacia el recinto sagrado. 4 Cf. Sam 3:17. 5 Sobre la metáfora de las saetas para designar la calumnia véase
Jer_9:3;
Pro_26:18s;
Jer_9:8;
Sal_140:10. 6 Cf.
Gen_10:2. Es la región de los Moschi de Herodoto (III 94) y los Muski de los textos asirios.
Cedar: cf.
Gen_25:13; es el nombre del segundo hijo de Ismael; los componentes de esta tribu vivían en el desierto arábigo, cuya mano está contra todo hombre (
Gen_16:12).