Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
30. Triste Situación Actual.
L os jóvenes que antes le honraban, ahora se burlan de él. Es objeto de befa de parte de lo más despreciable de la sociedad. Y lo peor es que Dios no se acuerda de él a pesar de que reiteradamente le invoca y le suplica le salve de la trágica situación de su vida. Sabe que va hacia la muerte, a pesar de que tiene conciencia de ser inocente. Se siente solo en un ambiente hostil: sus hermanos son chacales, y el vigor físico de su cuerpo se diluye sin esperanza de recuperación.
Los insultos de los indignos (1-10).
1
Y ahora ríense de mí los más mozos que yo, a cuyos padres hubiera desdeñado yo de contar i entre los perros de mi ganado. 2
Aun la fuerza de sus manos, ¿de qué podía servirme? Su vigor había perecido enteramente. 3
Extenuados por la miseria y por el hambre, roían las raíces de la estepa; el desierto y el yermo eran su nodriza. 4
Recogían bledo entre la maleza, alimentándose de raíces de retama. 5
Expulsados de la sociedad, perseguidos a gritos como a ladrones, 6
habitaban en lo escarpado de los torrentes, en cuevas y entre rocas, 7
rugiendo entre la maleza y reuniéndose entre la enramada. 8
Gente innoble, pueblo sin nombre, arrojados del país. 9
Y ahora a éstos les sirvo de canción y soy objeto de burla! 10
Abominan de mí, me esquivan y no se retraen de escupirme a la cara. En contraste con su honorable situación anterior, reconocida por todos los estratos sociales, ahora los de más baja estofa, la chusma innominada, los jovenzuelos desvergonzados, se ríen de él, haciendo burla de su triste situación. En todos los lugares, los mendigos y necesitados son objeto de befa de los jovenzuelos desalmados y sin educación. En el caso de Job, la situación se agrava, ya que antes había ocupado un lugar de preeminencia en la vida social. Con frase enérgica, Job declara despectivamente quiénes son los que ahora satirizan su situación: gentes de la última laya, que antes apenas habría considerado dignos de alternar con los perros de sus rebaños (v.1). Por otra parte, dada su baja procedencia social, nunca podían ser útiles a nadie, pues vegetan en la miseria y la impotencia total. Son gentes vagabundas, extenuadas por el hambre, que merodean por las zonas esteparias en busca de algo para alimentarse, pero que, obligados por la necesidad, se dedican al robo, y por ello son perseguidos como ladrones por las gentes que tienen algo. Habitan en cavernas, como expulsados de su país, sin tener patria ni familia determinada. Todo esto hace más dolorosa la situación de Job, ya que es objeto de burla de estas gentes que constituyen la chusma de la sociedad (v.9). Con toda impudencia le escupen a la cara y abominan de él.
Job, perseguido (11-19).
11
El que ha soltado su cuerda me maltrata, y el que de su rostro ha rechazado el freno 2
. 12
A mi derecha se alza el populacho, me lanza piedras como proyectiles 3
, y preparan contra mí sus caminos perniciosos, 13
Destruyen mis sendas para mi desgracia, cooperan a mi infortunio, sin que nadie me ayude contra ellos. 14
Irrumpen como por ancha brecha, se revuelven debajo de las ruinas. 15
Se han vuelto contra mí terrores; persiguen, como viento, mi dignidad, y como nube pasó mi ventura. 16
Y ahora se derrama sobre mí mi alma y me agarran días de aflicción; 17
de noche mis huesos son taladrados y no descansan mis venas. 18
Con gran fuerza agarra mi vestido, me ciñe como la orla de mi túnica. 19
Me ha arrojado al fango, y he venido a ser como el polvo y la ceniza, No sólo las burlas, sino que también los ataques directos se suceden por parte de estas gentes, que son como bestias que han logrado soltar la cuerda y rechazar el freno que las sujetaba. Antes se sentían sobrecogidos ante la majestad y poder de Job, pero ahora se ven libres de este sentimiento, que los tenía atados, y desaforadamente se alzan contra el que creían su opresor. Se trazan designios perniciosos y destruyen las sendas de la vida del infortunado. Avanzan como un ejército de forajidos, que irrumpen haciendo ancha brecha en las murallas que rodean la vida de Job, y por medio de las ruinas se revuelven hasta llegar a su objetivo (v.14). El alma del infortunado Job se halla como envuelta en sobresaltos y terrores que por doquier le asaltan. Ni de día ni de noche puede dar quietud a su espíritu angustiado.
En el fondo, el causante de su tragedia es ei propio Dios, que le ha sometido a una prueba intolerable: le ha cercado y le sujeta como el adversario que le agarra su vestido y le aprieta ciñéndose a él como la orla de su túnica (v.18), arrojándole, finalmente, al fango, donde se ha convertido en algo tan despreciable como el polvo y la ceniza (v. 19).
Abandonado de Dios (20-23).
20
¡Clamo a ti, y tú no me respondes;permanezco en pie, y no me haces caso!4
2
* Te has vuelto cruel para mi y con todo el vigor de tu mano me persigues; 22
me alzas en alto y me haces cabalgar sobre el viento, y una tormenta me deshace en agua. 23
Bien sé que me llevas a la muerte, a la casa de reunión de todos los vivientes. En la angustia, Job se siente solo, ya que Dios el único que podía prestarle auxilio no responde a sus súplicas; con ello se muestra cruel, pues desahoga su fuerza desproporcionada contra el que no puede defenderse 5. Y parece que se complace en jugar con su víctima, ya que la zarandea y la lleva como nube empujada por el viento, que, al fin, bajo la tormenta, se convierte en agua (v.22). Job no se forja ilusiones y sabe que el final de tanto sufrimiento será la muerte y el Seol, lugar de cita de todos los vivientes (v.23).
La rectitud de Job no merecía estos sufrimientos (24-31).
24
Sin embargo, yo no alcé la mano contra el pobre cuando en su infortunio gritaba hacia mí 6
. 25
¿No lloraba yo con el afligido? 7
¿No se llenaba mi alma de tristeza por el pobre? 26
Y cuando esperaba el bien, sobrevino el mal; cuando esperaba la luz, vino la oscuridad. 27
Mis entrañas se agitan * sin descanso, han venido sobre mí días de aflicción. 28
Ando en torrno enlutado, sin consuelo8
, y me levanto en la asamblea para gritar. 29
¡He venido a ser hermano de los chacales y compañero de los avestruces! 30
Mi piel se ha ennegrecido sobre mí, y mis huesos queman por la fiebre. 31
Has e trocado en duelo mi cítara, y mi flauta en voz de plañideras. El desventurado Job no encuentra explicación a sus sufrimientos, ya que ha procurado hacer bien a todos cuando se hallaba en situación próspera: siempre compasivo, estaba al lado de los desventurados (v.25); sin embargo, cuando esperaba el premio a sus actos virtuosos, le sobrevino la desgracia del modo más cruel e intolerable: en vez de la luz símbolo de los beneficios otorgados por Dios ha recibido oscuridad, alejamiento de la faz radiante y protectora de su Dios (v.26). Su vida, por tanto, es una continua agitación íntima, Se siente solo como en duelo y no encuentra consuelo ni en la asamblea de sus conciudadanos, que no quieren oír ni interesarse por su problema, suponiendo de antemano que es culpable ante Dios. Se siente aislado como en el desierto, viviendo en medio de los chacales y avestruces, a los que puede saludar como hermanos y compañeros. Sus mismos gemidos desconsolados tienen algo de parecido con los aullidos de las fieras y animales de la estepa (v.2Q).
Consumido por la fiebre, tiene la piel ennegrecida y se siente como un esqueleto viviente. Se considera ya moribundo, y sus gemidos son como un canto fúnebre anticipado: su alegría cítara se ha convertido en duelo, y le parece oír ya el cortejo elegiaco de las plañideras que le llevan a la mansión de la muerte (v.5i).
1 Así según una corrección comúnmente admitida. 2 Así según Dhorme. La Bib. de Jér., siguiendo a la v. siríaca y Targ., traduce: El ha extendido mi arco y me ha echado a tierra. 3 Así la Bi'b. de Jér., supuesta una problemática corrección. Dhorme: en el lazo han sido arrojados mis pies. 4 Así según los LXX. 5 Cf.
Lam_4:3. 6 Así según Dhorme, corrigiendo ligeramente el TM. 7 Lit. en heb. con el de día duro. Nuestra versión se basa en los LXX y Vg. 8 Lit. el TM: ando bruñido sin que tenga sol. Nuestra versión tiene en cuenta la traducción de los LXX y Vg. En el supuesto de que se mantenga la lección del TM, el sentido parece ser que Job se siente ennegrecido por la ñebre, sin haber sentido los rayos solares.