Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
David sube a Hebrón (2:1-7).
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Después de esto, consultó David a Yahvé, diciendo: ¿He de subir a alguna de las ciudades de Judá? Y Yahvé respondió: Sube. Preguntó David: ¿A cuál de ellas subiré? Y Yahvé respondió: A Hebrón. 2
Subió, pues, allá David con sus dos mujeres, Ajinoam de Jezrael y Abigaíl del Carmel, mujer de Nabal. 3
Hizo también que subieran los que estaban con él, cada uno con su familia, y habitaron en las ciudades de Hebrón. 4
Vinieron los hombres de Judá y ungieron allí a David rey de la casa de Judá. Supo David que las gentes de Jabes Galaad habían dado sepultura a Saúl; 5
y David envió mensajeros a los hombres de Jabes Galaad que les dijeran: Benditos seáis de Yahvé por la misericordia que habéis hecho con vuestro señor Saúl dándole sepultura. 6
Que haga Yahvé con vosotros misericordia y verdad. Yo también os pagaré con favores lo que habéis hecho. 7
Fortaleced vuestras manos y tened valor, pues que, muerto Saúl, los hombres de Judá me han ungido por rey suyo. Con sus familiares y legionarios subió David a tierras de Judá, fijando su residencia en los pueblos en torno a Hebrón. Aquellas gentes le querían y le odiaban al mismo tiempo. Por una parte pudieron comprobar su magnanimidad para con Saúl y su moderación al frente de los legionarios. Perteneciente a la tribu de Judá, gozaba de las simpatías de sus hermanos de sangre. Con los principales clanes de la región entró en contacto por medio de sus mujeres. Acabó por ganar a su causa a las gentes del país su campaña contra las tribus nómadas del sur, que amenazaban su seguridad (
1Sa_27:10-12;
1Sa_30:26-31) y la galantería de enviar parte del botín cogido al enemigo a los ancianos de aquellos pueblos (
1Sa_30:26-31). Por otra parte, la presencia de un grupo de hombres, muchos de ellos con tipo y hechos de bandolero, no podía halagar a los pueblos, que debían proveer a su manutención, por no alcanzarles las requisas y expolios periódicos en las regiones enemigas de los alrededores. Pero la figura relevante de David servía de contrapeso.
Los ancianos de Judá fueron a Hebrón para ungirle rey de la casa de Judá. No quiere decir el texto que nada sabía David de su unción por parte de Samuel (
1Sa_16:1-13), pero esta unción y designación divinas debían ser rubricadas, como fue el caso de Saúl, por la voluntad popular. La unción de que se habla en nuestro texto es más bien modesta, alcanzando su reinado a la tribu de Judá, en contraposición a la
Deu_5:3, en que los ancianos de Israel le ungirán por rey sobre las restantes. Al sur de Jerusalén pasaba la línea fronteriza septentrional de la tribu de Judá (
Jos_15:6-9). Desde el primer momento trata David de captarse el favor de todo Israel dando la impresión de que es el primero en lamentar la pérdida de Saúl. Al conocer el gesto de los de Jabes Galaad, mandó allí unos mensajeros con el encargo de felicitarles por su acción prometiéndoles al mismo tiempo una gratificación. Aprovecha esta ocasión para notificarles que los hombres de Judá le han ungido por rey suyo, invitándoles, implícitamente, a alinearse a su lado. Pero los de Jabes, unidos con los benjaminitas por lazos de sangre Que 21:12-14) y agradecidos a Saúl (
1Sa_11:1-11), no podían tan pronto situarse en la órbita del nuevo rey.
Intrigas de Abner (1Sa_2:8-11).
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Pero Abner, hijo de Ner, jefe del ejército de Saúl, tomó a Isbaal, hijo de Saúl, y, llevándole a Majanaím, 9
le alzó por rey de Galaad, de Aser, de Jezrael, de Efraím, de Benjamín y de todo Israel. 10
Cuarenta años tenía Isbaal, hijo de Saúl, cuando comenzó a reinar en Israel, y reinó dos años. Sólo la casa de Judá seguía a David. 11
El tiempo que David reinó en Hebrón sobre la casa de Judá fue de siete años y seis meses.
Era Abner general del ejército de Saúl (
1Sa_14:50;
1Sa_17:55;
1Sa_20:25), primo hermano del rey, por ser ambos hijos de Quis y de Ner respectivamente, que lo eran a su vez de Abiel. Era natural que Abner defendiera la causa de su casa y entronizara rápidamente al único hijo que quedaba de Saúl, llamado Isbaal, que significa hombre de Baal. Para expresar su aversión a este dios cananeo, los escribas sustituyeron este nombre por
boset, que significa abominación, vergüenza. Se le llama Isbaal en
1Cr_8:33. Quizá a causa de su poca edad o por enfermedad, no tomó parte Isbaal en los combates de Gelboé, en donde murieron su padre y sus hermanos. Isbaal fue llevado a Majanaím, ciudad de TransJordania, unida estrechamente a la vida de Jacob (
Gen_32:2-23), y cuyo emplazamiento se discute 1. Allí fue proclamado Isbaal rey de Israel unos años después de la muerte de su padre, quizá como reacción al reinado de David sobre Judá, tratando de contrarrestar su prestigio, siempre en aumento. Bajo el dominio de Isbaal pasó el territorio de Galaad, el correspondiente a la tribu de Aser Que 1:31), la llanura de Jezrael (
1Sa_29:1-11), el territorio de Efraím (
1Sa_1:111Sa_9:4) y la tribu de Benjamín, de la cual procedía Saúl (
1Sa_9:21).
Cabe desconfiar de las cifras tocantes a la edad de Isbaal y a los años de su remado (
1Sa_4:5;
1Sa_5:4-5); el primer número parece exagerado; 1 segundo, demasiado bajo. Pero debemos tener en cuenta lo dicho acerca del tiempo en que Abner entronizó a Isbaal, que fue, al parecer, unos años después de la muerte de Saúl. El autor pone de relieve la diferencia territorial entre ambos reinos.
La batalla de Gabaón (1Sa_2:12-32).
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Abner, hijo de Ner, y los seguidores de Isbaal, hijo de Saúl, salieron de Majanaím para Gabaón. 13
Joab, hijo de Sarvia, y los seguidores de David se pusieron en marcha. Encontráronse cerca del estanque de Gabaón y acamparon los unos de un lado del estanque, los otros del otro, 14
Abner dijo a Joab: Salgan unos cuantos jóvenes y combatan a nuestra vista. Joab respondió: Que salgan. 15
Y salieron, avanzando en igual número, doce de Benjamín, por Isbaal, hijo de Saúl, y doce de los seguidores de David; 16
y cogiendo cada uno a su adversario por la cabeza, le hundió la espada en el costado y cayeron todos a una, llamándose por eso aquel lugar Campo de las Rocas, que está en Gabaón. 17
Hubo aquel día muy recia batalla, y Abner y los hombres de Israel fueron vencidos por los seguidores de David. 18
Estaban allí los tres hijos de Sarvia: Joab, Abisaí y Azael. Azael era ligero de pies, como un corzo de los campos, 19
y persiguió a Abner, sin apartarse de en pos de él ni a la derecha ni a la izquierda. 20
Abner miró detrás de sí y le dijo: ¿Eres tú, Azael? El respondió: Yo soy. 21
Y Abner le dijo: Apártate o a la derecha o a la izquierda, coge a uno de esos mozos y toma sus despojos. Pero Azael no quiso apartarse de él, 22
y Abner dijo entonces a Azael: Apártate de en pos de mí o te derribo en tierra, y ¿cómo podría yo levantar mis ojos delante de Joab, tu hermano? 23
Pero Azael rehusó retirarse, y Abner le hirió entonces, sin volverse, con la lanza en el abdomen, saliéndole la lanza por detrás, y allí cayó y murió. Todos, al llegar al lugar donde había caído Azael, se detenían. 24
Joab y Abisaí persiguieron a Abner, llegando, al ponerse del sol, a la colina de Amma, que está frente a Guiaj, del lado del desierto de Gabaón. 25
Los hijos de Benjamín se reunieron detrás de Abner en apretado haz y se apostaron en lo alto de la colina; 26
y Abner, llamando a Joab, le dijo a voces: ¿Hasta cuándo no dejará de devorar la espada? ¿No sabes que al fin viene la desesperación? ¿A cuándo esperas para decir a los tuyos que dejen de perseguir a sus hermanos? 27
Y Joab respondió: Por Dios vivo que, si no hubieras hablado tú, el pueblo no habría dejado de perseguir a sus hermanos hasta mañana. 28
Y Joab hizo sonar la trompeta, y el pueblo se detuvo, y no persiguieron ya a Israel, cesando el combate. 29
Abner y sus gentes, después de marchar toda la noche por el Araba, pasaron el Jordán, cruzaron todo el Bitrón y llegaron a Majanaím. 30
joab, cesando en la persecución de Abner, reunió a todo el pueblo. Faltaban de los servidores de David diecinueve hombres y Azael. 31
Los seguidores de David habían herido de muerte a trescientos sesenta hombres de los de Benjamín, de los de Abner. 32
Lievarón a Azael y le sepultaron en el sepulcro de su padre en Belén. Joab y sus hombres marcharon toda la noche y llegaron a Hebrón al despuntar el día.
Por vez primera, los dos reinos entraban en colisión; los jefes del estado mayor del ejército de Israel y de Judá eran, respectivamente, Abner y Joab. Era este último hijo de Sarvia, hermana de David (
1Cr_2:16;
1Sa_26:6), generalísimo del ejército de David, con gran influencia en la corte, de la que no pocas veces fue víctima el propio rey. Salió Abner de Majanaím y pasó el Jordán, acampando en el poblado de Gabaón, el actual
El-Gib, a unos nueve kilómetros al norte de Jerusalén y en el límite meridional de la tribu de Benjamín. Quizá fue éste un intento de someter a la tribu de Judá, que permanecía fiel a David, o un despliegue y alarde de fuerzas para atemorizar a éste. A uno y otro lado de un estanque que había en Gabaón se situaron los dos ejércitos, prontos a batirse. Se convino en que combatieran doce jóvenes o guerreros escogidos de cada parte; la lucha fue salvaje, cayendo todos a una, atravesados de parte a parte por la espada del enemigo de enfrente. En Gabaón hay un sitio que, en recuerdo de este hecho, se llama
helqath assurim, campo de las piedras. Algunos proponen las lecciones
helqath hassidim, campo de los centinelas;
helqath hassarim, campo de los adversarios (Leimbach, Schulz) o
helqath hassiddim, campo de los costados (Dhorme). Todos estos cambios se basan en simples conjeturas 2.
A la lucha de los jóvenes siguió el combate general a no ser que el texto siguiente se refiera a un episodio distinto , inclinándose la lucha de parte de David.
Los tres hijos de Sarvia estaban presentes. Azael, que era ligero de pies, persiguió a Abner. Temía éste que, al derribar a Azael, su hermano, Joab, se convirtiera en el
goel de sangre, con derecho a matarle para vengar su muerte (
1Sa_3:27). Azael, en contra de la voluntad de Abner, cayó muerto en el suelo. Se desconoce el emplazamiento de la colina de Amma. Según Fernández (
Problemas 107), más bien cabe hablar de desierto de Gaba en vez de desierto de Gabaón.
A las reflexiones de Abner sobre la conveniencia de continuar la lucha responde Joab tocando a retirada. El combate sólo podía conducir a ahondar más las diferencias entre uno y otro reino; o también: sucede que, al encontrarse un pueblo en el paroxismo de la desesperación, es capaz de reaccionar de manera desfavorable para el vencedor. Abner y sus hombres descendieron a la depresión jordánica, remontando el curso del río durante toda la noche; atravesaron el Jordán, siguiendo por la cuenca o desfiladero (
bitrón)
del Yaboc hasta llegar a Majanaím. Joab y los suyos regresaron a. Hebrón, haciendo un alto en Belén para dar sepultura al cadáver de Azael.