Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
38. Curación Milagrosa del Rey.
Enfermedad de Exequias (1-8)
1 En aquellos días enfermó Ezequías de enfermedad mortal, y el profeta Isaías, hijo de Amos, fue a verle, y le dijo: Así dice Yahvé: Dispon de tu casa, porque vas a morir, no curarás. 2 Ezequías volvió su rostro cara a la pared, dirigiendo a Yahvé esta plegaria: 3 ¡Ay Yahvé! acuérdate, te suplico, de que he andado delante de ti con fidelidad e íntegro corazón y que he hecho lo que era bueno a tus ojos. Y se puso a sollozar Ezequías con gran llanto. 4 Y fue palabra de Yahvé a Isaías, diciéndole: 5 Vete y di a Ezequías: Así habla Yahvé, el Dios de tu padre David: He oído tu oración y he visto tus lágrimas. He aquí que voy a añadir a tus días quince años más. 6 Y de la mano del rey de Asiría yo te libraré a ti y a esta ciudad, y yo protegeré a esta ciudad. 7 Y ésta será la señal para ti de parte de Yahvé de que cumplirá Yahvé esta palabra que he dicho: 8 He aquí que haré retroceder la sombra diez grados, los grados que el sol ha descendido en el cuadrante de Acaz. Y retrocedió el sol diez grados que había descendido. La expresión
en aquellos días tiene un sentido general de introducción histórica, sin que quiera decir que fuera con motivo de la invasión de Senaquerib (701 a.C.), como se narra en el capítulo anterior. Por el c.39 sabemos que el babilonio Merodacbaladan vino a Jerusalén a felicitar a Ezequías por haber curado de una grave enfermedad; quizá sea ésta. Por otra parte, la embajada del babilonio fue mucho antes de la invasión de Senaquerib. Isaías quiere que se prepare a morir, haciendo testamento (
dispon de tu casa, v.1), porque le llega la hora de la muerte. Algunos teólogos plantean un gran problema respecto de la presciencia divina, pues la opinión de Isaías es corregida por Dios, añadiendo quince años más. No es necesario apelar a la presciencia divina, en cuanto se refiere, no a los futuros contingentes en sí mismos, sino al
orden de las
causas a los efectos. Lo más sencillo es suponer que Isaías profirió un vaticinio
condicionado 2. Su cumplimiento dependía de la aceptación de la plegaria de Ezequías. Con este relato, el hagiógrafo no quiere sino hacer resaltar
la eficacia de la oración humilde y confiada. Ezequías se consternó ante el anuncio de la muerte, porque la muerte prematura era considerada entonces como un castigo de Dios por pecados cometidos, una pérdida de la amistad de Dios. El rey, por otra parte, tenía la conciencia tranquila. Sin embargo, acató la voluntad de Dios, suplicándole se acordase de sus buenas obras. Dios oyó su súplica, y al punto comunicó a Isaías la prolongación de la vida del rey en quince años. En
2Re_20:4 se dice que el profeta recibió esta comunicación cuando aún no había salido del patio central.
El v.6 interrumpe la narración y es una repetición
Deu_37:35; por tanto, debe considerarse como glosa de un escriba posterior.
En 2 Re 20 se dice que se aplicó a Ezequías una cataplasma de higos, y después preguntó cuál era la
señal de que dentro de tres días subiría al templo. Todo esto está narrado en los v.21-22 de este c.38 del libro de Isaías, y desde luego que están desplazados, siendo su lugar propio entre el v.6 y el v.7 de este capítulo. Además, según la narración de 2 Re 20, Isaías dejó al rey elegir que la sombra del reloj avanzara o retrocediera; Ezequías escogió lo último, pues era un signo más extraordinario, ya que lo normal es que avance. La
señal, pues, era el retroceso de la sombra de diez grados en el reloj o
cuadrante de Acaz, llamado así porque habría sido este rey, padre de Ezequías, quien lo había puesto, y probablemente lo había traído de Damasco (cf. 2
Rev_16:10), tomándolo de los babilonios, los cuales, según Herodoto, fueron los inventores del reloj solar. No sabemos cuál era la forma de ese reloj de Acaz, pero podemos relacionarlo por otro que conocemos de Fenicia, región próxima a Judá, y que había tenido mucha influencia cultural desde los tiempos de Salomón en Jerusalén.
Este reloj solar está formado por un cuadrante con diversos radios, que sin duda señalan los
grados u horas del día a medida que la sombra iba avanzando o descendiendo por ellos. El milagro, pues, consistía en que, en vez de avanzar, con el movimiento del sol retrocediera. Esto sería una
señal de que Ezequías recuperaría la salud.
Cántico de Acción de Gracias de Ezequías (9-20).
Peligro de muerte (9-14).
9 Cántico de Ezequías, rey de Judá, cuando enfermó y curó de su enfermedad: 10 Yo dije: En la tranquilidad de mis días, voy a caminar hacia las puertas del seol, privado del resto de mis años. Y dije: Ya no veré más a Yahvé en la tierra de los vivientes ni contemplaré más al hombre entre los moradores del mundo3; 12 mi morada es arrancada, arrebatada de mí, como tienda de pastores. Como un tejedor ha enrollado mi vida 4 y la separa de su trama. 13 Día y noche me consumes, grito hasta la mañana, pues como león quebranta todos mis huesos. 14 Día y noche me consumes 5, chillo como golondrina, gimo como paloma. Mis ojos se consumen mirando a lo alto. ¡Oh Yahvé! estoy angustiado; sal fiador por mí. El título (v.9) atribuye a Ezequías este cántico, llamado
miktam, palabra misteriosa cuyo significado desconocemos, y que algunos han querido traducir por cántico
didáctico6. Falta en el relato de 2 Re, y no pocos creen que es de un autor posterior a Ezequías, puesto en labios de éste por seudonimia (cf.
Jon_2:3). La composición es bellísima, y comúnmente se divide en dos partes:
a) angustia ante la próxima muerte (10-15);
b) acción de gracias por la curación (16-19), con un apéndice litúrgico (v.19).
El rey se siente acongojado, porque en el apogeo de sus días tiene que dejarlo todo y acercarse a la región de los muertos o
seol (v.10). Según la concepción popular hebrea, eco de la babilónica, la morada de los muertos estaba cerrada por varias puertas (siete según los babilonios). Lo que más le apesadumbra era tener que romper las relaciones de trato litúrgico con Yahvé (
ya no veré a Yahvé, v.11), pues aunque el
seol estaba bajo el dominio de Yahvé, señor de todo, no obstante, no tenía trato íntimo con sus moradores, que estaban en un estado de sombras o semiconsciencia y aletargados, sin poder alabar y reconocer los beneficios de Dios7. Faltaba mucho aún para llegar a la noción de retribución de ultratumba tal como aparece en el libro de la Sabiduría 8. Con la muerte desaparecen las alegrías de la vida, y ya no podrá el hombre conversar con los hombres (v.11). La vida es concebida como una tienda movediza que es arrancada por los pastores en busca de nuevos pastos (v.12). Una segunda imagen ilustra el carácter breve y limitado de la existencia humana: la vida no es sino el hilo que un tejedor va recogiendo poco a poco, y lo corta de su
trama cuando le parece. Dios es quien señala los días de cada uno. Para Ezequías, en la situación de enfermo condenado a muerte, sus días son una angustia continuada, pues se consume
día y noche (v. 13) por efecto de la voluntad de Dios, que le tritura y quebranta
como un león, mientras que él se lamenta como una
golondrina y gime como
una paloma (v.14) 9. Por ello, Ezequías se dirige hacia
lo alto, buscando
como fiador a Yahvé mismo. Es como un deudor que necesita uno que salga por él. Está condenado a muerte, y sólo Yahvé puede salvarle de este tributo mortal (cf.
Job_17:3).
Acción de gracias (15-20).
15 ¿Qué voy a decir yo? Ya me ha dicho El, y ha hecho; caminaré lentamente todos mis años en la amargura de mi alma. 16 Señor, sobre ellos viven, y a todos, entre ellos, la vida de mi espíritu 10. Tú me curas y me haces vivir. 17 He aquí que en paz se me ha tornado la amargura 11 y has preservado mi alma del hoyo de la corrupción 12, porque has echado a tu espalda todos mis pecados. 18 Pues no te alaba el seol, ni te celebra la muerte, ni los que descienden a la fosa esperan en tu fidelidad. 19 Los vivos, los vivos te alaban como yo hoy; el padre da a conocer a los hijos tu fidelidad. 20 Yahvé, (apresúrate) a salvarme, y pulsaremos nuestras arpas todos los días de nuestra vida en la casa de Yahvé. No hay unanimidad sobre el sentido del v.15, pues mientras unos lo consideran, como los anteriores, expresión de las lamentaciones por la enfermedad y peligro de la muerte, otros creen que se alude aquí al beneficio de la curación ya realizada. En el primer sentido, el enfermo se resignaría a soportar la suerte que le ha otorgado Yahvé, continuando en el lecho del dolor el resto de su vida:
caminaré. en la amargura de mi alma. En la segunda interpretación, Ezequías celebraría ya su curación, que Dios
ha hecho; pero al mismo tiempo recordará el resto de sus días
en la amargura de su alma, su trágica enfermedad, que estuvo a punto de llevarle al sepulcro.
El v.16 es ininteligible tal como está en el texto hebreo actual, que sin duda está incompleto. Hemos dado la traducción literal del texto hebreo actual como suena. únicamente el tercer estilo hace sentido:
me curas y me haces vivir: Dios es la causa de su salvación. Creía Ezequías que la enfermedad era consecuencia de pecados anteriores ocultos; por eso, antes de curarle tuvo que perdonarle (v.17), salvándole de la muerte (
hoyo de la corrupción)
o sepulcro. Y añade un motivo más por el que Yahvé le ha salvado: porque en la región tenebrosa del seol, morada de los muertos, éstos no podían tener vida consciente y alabar a Yahvé (v.18). Allí no hay más esperanza. en la fidelidad de Yahvé, puesto que las promesas hechas por Dios eran terrenas, y para el muerto todo se había acabado. Sólo los vivientes podían experimentar la
fidelidad de Dios a sus promesas en el futuro.
El v.20 es considerado generalmente como una glosa litúrgica para adaptar el cántico al servicio del templo.
Curación de Ezequías (21-22).
Estos dos versículos están desplazados, y deben colocarse entre los v.6 y 7. Quizá hayan sido introducidos por un redactor posterior para concordar el c.38 del libro de Isaías y el relato del libro de los Reyes.
21 Y dijo Isaías: Tomen una torta de higos y friccionen sobre la úlcera, y curará. 22 Y dijo Ezequías: ¿Cuál es la señal de que subiré al templo de Yahvé? Sabemos por Plinio que se utilizaban cataplasmas de higos para acelerar la maduración de una pústula ulcerosa 13. Parece que aún se emplean entre los beduinos. Se suele hacer notar que, por las imágenes que emplea, Isaías tenía sus conocimientos de medicina 14. Pero el rey no se contentaba con este remedio natural para creer en la promesa de Isaías de que curaría, y por eso le pide una
señal (v.22), y la
señal fue el milagro del retroceso de la sombra del reloj de Acaz (v.8).
1 Lit. en hebreo grados. 2 Cf. santo tomás, S.
Th. II-II q.i?2 a.3. 3 El hebreo dice moradores de la
cesación*, e.d., cuya vida cesa. Pero algunos mss. hebreos leen mundo) (una palabra hebrea parecida:
tebel, en vez de
jeled), que hace paralelismo con tierra de los vivientes del primer estico. 4 El texto hebreo dice he arrollado, en primera persona; pero el griego pone en tercera persona, como hemos puesto en el texto. 5 Este estico parece repetición indebida del v.13, por ditografía. 6 Aparece este título en algunos salmos, como
Sal_16:56.60. 7 Cf.
Sal_87:12. 8 Cf. Sabs.i? 9 Cf.
Jer_8:7;
Isa_59:11;
Eze_7:16;
Nah_2:7. 10 El estico no hace sentido en el original hebreo. La Vg.: Domine si sic vivitur, et in talibus vita spiritus mei. skinner: Por estas cosas viven los hombres, y completamente dentro está la vida de mi espíritu. Condamin renuncia a traducirlo, y sencillamente prescinde del versículo. 1
1 Este estico falta en el texto griego. 12 El texto hebreo lee: has
deseado mi alma. Pero el griego pone: has
preservado mi alma, que se obtiene con un ligero cambio de letras, y hace mejor sentido en el contexto. 13 Cf. punió,
Hist. Nat. XIX 34. 14 Cf.
Isa_1:4ss;
Nah_3:7;
Nah_6:10. Nada se puede concretar sobre la naturaleza de la enfermedad de Ezequías. Sólo sabemos que tenía manifestaciones ulcerosas.