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De nuevo
el resto de la casa de Judá
echará raíces por abajo
y dará frutos por arriba; (Isaías 37, 31) © La Biblia de Nuestro Pueblo (2006)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

יָ֨סְפָ֜ה‎(יָסַף)

Hebrew|yˌāsᵊfˈā|add

Part-of-speech: verb
Gender: feminine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H3254] [j.bz.aa] [876]
[יסף] [GES3149] [BDB3512] [HAL3482]

פְּלֵיטַ֧ת‎(פְּלֵיטָה)

Hebrew|pᵊlêṭˈaṯ|escape

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H6413] [q.bo.ag] [1774d]
[פליטה] [GES6339] [BDB6993] [HAL6930]

בֵּית‎(בַּיִת)

Hebrew|bêṯ-|house

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1004] [b.bp.aa] [241]
[בית] [GES990] [BDB1071] [HAL1084]

יְהוּדָ֛ה‎(יְהוּדָה)

Hebrew|yᵊhûḏˈā|Judah

Part-of-speech: proper noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3063] [j.av.ai] [850c]
[יהודה] [GES2965] [BDB3308] [HAL3288]

הַ‎(הַ)

Hebrew|ha|the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

נִּשְׁאָרָ֖ה‎(שָׁאַר)

Hebrew|nnišʔārˌā|remain

Part-of-speech: verb
Gender: feminine
Number: singular
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: nif‘al


[H7604] [v.ak.aa] [2307]
[שאר] [GES7561] [BDB8332] [HAL8249]

שֹׁ֣רֶשׁ‎(שֹׁרֶשׁ)

Hebrew|šˈōreš|root

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H8328] [v.gf.ab] [2471a]
[שרש] [GES8291] [BDB9131] [HAL9055]

לְ‎(לְ)

Hebrew|lᵊ|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

מָ֑טָּה‎(מַטָּה)

Hebrew|mˈāṭṭā|low place

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4295] [n.cz.ac] [1352a]
[מטה] [GES4223] [BDB4704] [HAL4623]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

עָשָׂ֥ה‎(עָשָׂה)

Hebrew|ʕāśˌā|make

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H6213] [p.fy.aa] [1708]
[עשה] [GES6129] [BDB6780] [HAL6711]

פְרִ֖י‎(פְּרִי)

Hebrew|fᵊrˌî|fruit

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H6529] [q.cv.ab] [1809a]
[פרי] [GES6464] [BDB7124] [HAL7062]

לְ‎(לְ)

Hebrew|lᵊ|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

מָֽעְלָה‎(מַעַל)

Hebrew|mˈāʕᵊlā|top

Part-of-speech: noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4605] [p.cs.am] [1624k]
[מעל] [GES4518] [BDB5044] [HAL4956]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



37. Retirada de los Asirios.

Ezequías consulta a Yahvé por medio de Isaías (1-4).
1 Y aconteció que, al oír el rey Ezequías esto, rasgó sus vestiduras, vistióse de saco y entró en el templo de Yahvé, 2 y envió a Eliaquim, prefecto de palacio; a Sobna, secretario, y a los más ancianos de los sacerdotes, vestidos de saco, a Isaías, hijo de Amos, profeta, 3 y le dijeron: Así dice Ezequías: El día de hoy es día de angustia, de castigo y de oprobio, porque los hijos han llegado al cuello del útero, pero no hay fuerza para dar a luz. 4 Quizá Yahvé, tu Dios, oiga las palabras de Rabsaces, mandado por el rey de Asiría, su señor, para insultar al Dios vivo, y castigue por las palabras que oyó Yahvé, tu Dios. Elévale una súplica por este resto que aún subsiste.

Ezequías reaccionó religiosamente, según su reconocido carácter, y después de ir al templo a suplicar ayuda a Dios, envió una embajada a Isaías, formada por los dos parlamentarios y los ancianos entre los sacerdotes, que constituían una escala social especial y eran consultados en los asuntos de cierta importancia. El rey quiso saber la voluntad de Dios por medio de Isaías, que en los momentos de crisis es el centro de todas las esperanzas. Los delegados expusieron la situación extrema de la ciudad e ilustraron su pensamiento con un proverbio popular: Los hijos han llegado al cuello del útero, pero no hay fuerza para dar a luz; e.d., la situación de la nación es como la de mujer que está a punto de dar a luz, pero no lo hace por falta de fuerza expulsiva, necesitando de una ayuda. La nación está en peligro y es necesario afrontar la crisis, pero no hay fuerza suficiente para tomar una decisión por las propias fuerzas, siendo preciso la intervención de Dios, que ayude a salir de este paso difícil.
El rey suplica una manifestación justiciera de Dios para salir por sus fueros divinos. Yahvé ha sido despreciado y blasfemado como si fuera uno de tantos ídolos, cuando en realidad es el Dios viviente (v.4), en contraposición a los ídolos de los otros pueblos, que no son nada. Y se dirigió a Isaías como profeta, o ministro de Yahvé (tu Dios), pues sólo él podrá captar la benevolencia divina2 y salvar a este resto que aún subsiste, e.d., la población diezmada de Judá. Aquí resto no tiene el sentido de porción escogida en lo espiritual, sino de lo que queda aún entre la población judía después de tantas devastaciones.

Respuesta de Isaías (5-7).
5 Los servidores del rey Ezequías fueron a Isaías, 6 y les dijo Isaías: Así hablaréis a vuestro señor: Así habla Yahvé: No te asusten las palabras que acabas de oír, con las cuales los lacayos del rey de Asiría me han ultrajado. 7 He aquí que yo le voy a infundir un espíritu tal, que, en recibiendo cierta noticia, se volverá a su tierra, y le haré caer al filo de la espada en su propia tierra.

La respuesta de Isaías es terminante: Senaquerib tendrá que abandonar sus planes de tornar Jerusalén, porque Dios hará que se apodere de él un pánico general (un espíritu, ?.7) al oír cierta noticia, que, por lo que se dice en el v.9, es la llegada del faraón Tirhaqa con un fuerte ejército al sur de Palestina. Quizá también esa noticia se refiera a las nuevas inquietantes que llegaban de las conmociones internas que pasaban en Nínive, que le obligaron a volver a la capital personalmente, para morir allí asesinado por dos de sus hijos en el 681 a.C., cuando se hallaba en el templo de su dios Nisroc (v.38).

Nueva intimación a la rendición (8-13).
8 Volvióse Rabsaces y halló al rey asediando a Libna, pues supo que se había retirado de Laquis, 9 Y oyó una noticia acerca de Tirhaqa, rey de Etiopía, en la que decían: Ha salido a luchar contra ti, y al oírla envió mensajeros a Ezequías, diciendo: 10 Así habréis de hablar a Ezequías, rey de Judá: Que no te engañe tu Dios, en quien confías, diciendo: Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiría. 11 He aquí que tú has oído lo que hicieron los reyes de Asiría a todos los países, exterminándolos, y ¿ahora vas a salvarte tú? 12 ¿Acaso les salvaron los dioses de las naciones que exterminaron mis padres, a Gosán y a Jarran, a Resef y a los hijos de Edén, que están en Telasar? 13 ¿Dónde están el rey de Jamat, el rey de Arpad y el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Hiwah?

El texto no nos dice nada sobre la respuesta definitiva que diera Ezequías a Rabsaces después de haber consultado al profeta, pero se colige que fuera negativa. El emisario asirio se volvió a Libna, pues Senaquerib había abandonado su cuartel general de Laquis para asediar aquella ciudad. Libna no estaba lejos de Laquis, y era la ciudad fronteriza entre Judá y Filistea 3. Se suele identificar con el lugar actual llamado Tell es Safi, al sudoeste de Judá. Allí Senaquerib recibió la noticia de la inminente incursión de Tirhaqa, rey de Etiopía, es decir, rey de Egipto, procedente de la dinastía nubia-etiópica que se había apoderado del trono de Egipto. En realidad, Tirhaqa no era rey de Egipto entonces (reinó entre el 688-633), Pero tenía suma influencia durante los dos reinados anteriores de Shabaca y Shabataca, también de la dinastía nubia. En esa invasión de Palestina, Tirhaqa podría ser el generalísimo de las tropas egipcias 4 y, de seguro, el primer ministro, conductor de toda la alta política egipcia.
Ante la inesperada invasión de los egipcios, Senaquerib se apresuró a enviar otra embajada para convencer a Ezequías y guardarse así la espalda en una batalla contra Egipto. La argumentación de los mensajeros se ciñó al elemento religioso: Ezequías es iluso si piensa que Yahvé le ha de liberar, cuando los dioses de otros pueblos no pudieron defender a sus naciones (v. 11). La enumeración es más larga que la empleada por Rabsaces (36:19). Además de Arpad y Jamat (v.13), se cita a Gosán, la Guzana de los documentos asirios; es el lugar de destino de los israelitas transportados del reino de Samaría (2Re_17:6; 2Re_18:11), a la orilla del Jabur, afluente al norte del Eufrates (actualmente hay en esa región una localidad llamada Kausán). Jarran o Harán, donde habitó la familia de Abraham (Gen_11:32-32), al sudeste de Edesa, junto al afluente del Eufrates llamado Belih. Resef (as. Resapa), la actual Rusafe, entre Palmira y el Eufrates. Hijos de Edén es la traducción del Bit-Adini de los documentos asirios, y era un pequeño reino arameo, en el Eufrates superior, al nordeste de Damasco, conquistado por Salmanasar III en 836 a.C. Tejasar, identificada por unos con Til Assuri de los documentos cuneiformes, y por otros con Til Basen de los mismos textos asirios. No se han podido identificar Hena e Hiwah.

Plegaria de Exequias (14-20).
14 Ezequías recibió la carta de manos de los mensajeros, y, luego de leerla, subió al templo de Yahvé, 15 y, desplegándola ante Yahvé, le dirigió esta plegaria: 16 ¡Oh Yahvé, Dios de Israel, que te sientas entre los querubines! Tú eres el solo Dios de todos los reinos de la tierra. Tú has hecho los cielos y la tierra. 17 Inclina tus oídos, ¡oh Yahvé! y oye. Abre, ¡oh Yahvé! tus ojos y mira. Oye todas las palabras que me dirige Senaquerib para escarnecer al Dios vivo. 18 Es verdad que los reyes de Asiría han devastado todos los pueblos y sus tierras; 19 que arrojaron al fuego a sus dioses, que no eran dioses, sino obra de la mano de los hombres, leños y piedra, y los destruyeron. 20 Ahora, Yahvé, Dios nuestro, líbranos de sus manos, y aprendan todos los reinos de la tierra que tú eres el Dios único.

Ezequías, por toda respuesta, fue al templo a pedir ayuda a Dios, y desplegó la carta recibida (de pergamino o papiro), para con ella hacer más fuerza a Yahvé a intervenir contra los mofadores de su poder. Era la presentación de los documentos ante Dios, Juez supremo, para que resolviera este litigio. Sobre los querubines (v.16): alude, sin duda, a los dos querubes que había puesto Salomón sobre el arca (1Re_6:235). Con énfasis presenta el pergamino extendido: Ve., abre tus ojos (v.17), para hacerle más fuerza. Si Senaquerib venció a los otros pueblos, es porque los dioses de éstos no eran realmente tales (v.18), sino obra de la mano del hombre 5. Es una confesión explícita de la divinidad y señorío de Yahvé sobre todos los pueblos y naciones.

Locas pretensiones del rey de Asiría (21-24).
21 Entonces Isaías, hijo de Amos, mandó a decir a Ezequías: Así dice Yahvé, Dios de Israel: Por la plegaria que tú me has dirigido a causa de Senaquerib, rey de Asiría, 22 he aquí la sentencia que Yahvé pronuncia contra él Te desprecia, se burla de ti, virgen, hija de Sión; tras de ti menea la cabeza, hija de Jerusalén. 23 ¿A quién has ultrajado y escarnecido? ¿Contra quién has alzado la voz y alzado en alto tus ojos? ¡Contra el Santo de Israel! 24 Por medio de tus esclavos le has ultrajado, y has dicho: Con mis numerosos carros he subido a la cresta de las montañas, a las cumbres del Líbano, y he cortado los sublimes cedros, sus escogidos cipreses. He llegado a sus más extremadas cimas, al bosque de su vergel. 25 He alumbrado y bebido aguas extranjeras y he secado con la planta de mis pies todos los canales de Egipto.

El texto no dice nada respecto de la relación entre la oración de Ezequías y este nuevo oráculo de Isaías. Quizá éste conociera por. medios humanos o por revelación el contenido de la oración del rey, y contestó transmitiendo de parte de Yahvé un oráculo satírico contra el rey de Asiría. Métricamente, el fragmento está escrito en forma de quinah o elegía.
Jerusalén es presentada como una virgen porque no ha sido nunca violada. El v.22 puede tener dos sentidos: a) el asirio desprecia y se burla de la hija de Sión (Jerusalén); o b) la hija de Sión se burla, como doncella coquetona, de los asirios al verlos retirarse después que la han cortejado infructuosamente. Ella los ha rechazado despectivamente y no quiere tener amores con los invasores6. El profeta echa en cara la arrogancia de Senaquerib, que se ha atrevido a levantarse sobre el Santo de Israel (v.23), ultrajándole por medio de sus subordinados. La arrogancia del monarca asirio está descrita con frases muy similares a las que dejaron los reyes asirios en sus inscripciones: fue subido. a las cumbres del Líbano (v.24). Sabemos, por las inscripciones asirías, que los monarcas de Nínive mandaban periódicamente expediciones al Líbano para cortar maderas para sus palacios (cf. 10:135). Por otra parte, nada se ha opuesto como obstáculo invencible a su paso: si se le cegaban los pozos a su paso al atravesar regiones de poca agua (como se solía hacer para evitar las invasiones), él se encargaba de abrir otros pozos de aguas: he alumbrado aguas. (v.25), y, al contrario, si había ríos que se le oponían, con la sola punta de los pies los apartaba de su curso, aunque fueran los mismos canales de Egipto. En realidad, Senaquerib nunca entró en Egipto, sino su sucesor Asaradón, que llegó hasta Menfis en el 671 a.C., venciendo a Tirhaqa; y después Asurbanipal invadió dos veces Egipto, llegando hasta Tebas (668-665). Pero Isaías hace hablar de este modo a Senaquerib como representante del imperio asirio, que había de traspasar los canales del Nilo en Egipto.

Humillación de Asiría (26-29).
26 ¿No has oído? Mucho tiempo ha que yo lo he realizado, desde tiempos antiguos lo he trazado, y ahora lo he hecho venir. Tú habrás de convertir en montones de ruinas las ciudades fuertes, 27 cuyos habitantes estarán sin fuerza. 7, espantados y confusos. Serían como la hierba de los campos, verdura tierna; serían como el musgo de los tejados y como grano marchitos 8. 2 Yo sé cuándo te levantas y cuándo te sientas, cuándo entras y cuándo sales; tu furor contra mí, 29 por cuanto tu enfurecimiento contra mí y tu insolencia han llegado a mis oídos; pondré mi aro en tu nariz y mi freno en tus labios, y haré que te vuelvas por el camino por donde viniste.

El asirio se muestra arrogante, y no sabe que es un mero instrumento de Dios para realizar sus planes de justicia sobre los pueblos. Todo lo que los invasores asirios han hecho ha entrado dentro de los planes divinos desde tiempos antiguos (v.26). Por otra parte, si el asirio ha convertido en montones de ruinas a ciudades fortificadas, fue porque sus habitantes estaban extremadamente debilitados, sin fuerza (v.27); eran como el musgo de los tejados, que al menor viento solano se agosta. No debe, por tanto, el asirio envanecerse de haber sometido pueblos débiles. Pero Yahvé conoce también las andanzas y tramas de los asirios (sé cuándo te levantas y cuándo te sientas, cuándo entras y cuándo sales, v.28), y porque se ha permitido enfurecerse contra Yahvé, como una bestia feroz, la va a tratar como tal, e. d., ponerle un anillo en su nariz para sujetarla y domarla (cf. Eze_19:4; Eze_29:4; Eze_38:4). Además, ésta era la práctica de los reyes asirios con los príncipes vencidos, a los que conducían con una especie de freno. Asiría, pues, quedará como embridada y sometida a Yahvé, sin libertad de movimientos, obligada a volver a su punto de partida (v.29), dejando libres a los países sojuzgados.

Rehabilitación de Judá (30-32).
30 He aquí la señal para ti: este año se comerá el producto de los granos caídos; al segundo año, lo que brote sin sembrar, y en el tercer año sembraréis y cosecharéis, plantaréis viñas y comeréis su fruto. 31 Lo que quedare a salvo de la casa de Judá, echará raíces por debajo y producirá fruto en lo alto. 32 Porque saldrá de Jerusalén un resto, y sobrevivientes del monte de Sión; el celo de Yahvé de los ejércitos hará esto.

Este fragmento profético no tiene necesaria conexión con lo que precede, y parece proferido independientemente de lo anterior. La mente del profeta se proyecta hacia la era venturosa en que Judá adquirirá su plena rehabilitación. No obstante, dada la desconcertante psicología de los profetas, bien pudiera ser como un paréntesis después de anunciar que el asirio volverá a su tierra. Los profetas estaban tan poseídos de la idea mesiánica, que constantemente en los momentos de crisis recurren a ella como pensamiento consolador y garantía de que todas las crisis serán pasajeras, ya que Yahvé tiene empeñada una promesa respecto de un futuro venturoso para su pueblo.
El profeta anuncia de momento que el tiempo de penuria durará aún dos años, pero al tercero todo volverá a su cauce: pasarán dos años en los que no se podrá sembrar (v.30) y tendrán que alimentarse de lo que espontáneamente produzca la tierra; pero al tercero se podrán cumplir tranquilamente las faenas agrícolas: sembrar, cosechar, etc. Quizá no hayan de tomarse esos tres años a la letra, sino como un proverbio popular para indicar un cierto período de angustia y escasez. Todo esto es una señal (v.30) para Judá, es decir, su realización será prenda de que la promesa profética también tendrá pleno cumplimiento. Judá es comparado a un árbol que ha quedado en puro tronco por efecto de las tormentas, pero que terminará por retoñar y echar raíces de nuevo y frutos (v.31). De la catástrofe se salvará un resto (v.32), que será núcleo de salvación para su pueblo en el futuro. Y como garantía de la profecía está el celo de Yahvé de los ejércitos; e.d., Dios empeña su palabra en ello y está celoso de su cumplimiento.

Derrota del rey de Asiría (33-38).
33 Por eso así dice Yahvé sobre el rey de Asiría: No entrará él a esta ciudad, ni arrojará allí flecha, ni se adelantará hacia ella con escudo, ni la rodeará de trincheras. 34 Por el camino que vino hacia ella se tornará; no entrará en esta ciudad, dice Yahvé. 35 Y yo protegeré a esta ciudad para salvarla por amor de mí y de mi siervo David. 36Y salió el ángel de Yahvé e hirió en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil hombres, y a la mañana, al despertar, he aquí que todos eran cadáveres. 37Y Senaquerib, rey de Asiría, levantó el campo y se tornó, quedándose en Nínive; 38y sucedió que, mientras oraba en el templo de Nesroc, su dios, sus hijos Adramelec y Sareser le mataron a espada y huyeron a tierra de Ararat. Y le sucedió en el reino su hijo Asaradón.

El profeta promete la ayuda y auxilio total de Yahvé en gracia a la piedad y súplica de Ezequías y de Isaías (v.33). Senaquerib no entrará en Jerusalén, teniendo que retornar a su país sin tomar la codiciada presa. En sus inscripciones se gloría de haber encerrado a Ezequías en Jerusalén como pájaro en una jaula 9; pero no dice que haya entrado en ella. El amor que Yahvé tenía a David le forzaba a salir en favor de su descendiente en el trono 10.
Y el analista se apresura a poner el cumplimiento de la profecía de Isaías, relatando la destrucción del ejército de Senaquerib. El instrumento de Yahvé fue el ángel de Yahvé, que en una noche mató a ciento ochenta y cinco mil asirios. En 2 Sam 24 se dice que el ángel de Yahvé desencadenó una peste. Por eso, no pocos autores suponen que aquí se trata de una peste declarada súbitamente en el ejército asirio. Dios pudo haber utilizado causas segundas en este castigo de los invasores. Según Herodoto, entre los egipcios corría la leyenda de que, cuando Senaquerib se acercaba a Egipto, en una noche una peste de ratones acabó con los escudos y arcos de los soldados asirios, imposibilitándoles así el ataque U. Flavio Josefo dice que la retirada de los asirios se debió a una peste declarada en el campamento asirio I2. De todos modos, las cifras de muertos son exorbitantes, ya que no es verosímil que Senaquerib hubiera distraído cerca de doscientos mil hombres contra una operación de flanco, cuando tenía al enemigo egipcio de frente al sur de Palestina. Podemos suponer que las cifras están alteradas, exageradas por los copistas para hacer resaltar más la magnitud de la catástrofe. De todos modos tenemos que ver en la liberación de Jerusalén un hecho providencial y milagroso, aunque quizá sólo quoad modum, e. d., en cuanto que Dios utilizó medios naturales, pero de modo fuera del orden normal. Después de esta derrota (que no menciona en sus anales), Senaquerib se retiró a la capital del imperio, Nínive (v.37), quedándose allí, e.d., sin aventurarse a nuevas expediciones militares. Sabemos que el estado interno de su imperio era muy delicado, y tuvo que dedicarse a consolidarlo, hasta que fue asesinado por dos de sus hijos. Conocemos a cinco de los hijos de Senaquerib, y ninguno de ellos coincide con estos dos nombres, Adramelec y Sareser, que pueden ser pronunciaciones dialectales deformadas de los nombres asirios 13. Tampoco conocemos ninguna divinidad asiría que se llame Nesroc 14, nombre que parece está corrompido en su trasposición al hebreo. Respecto de la muerte de Senaquerib, tenemos la confirmación del relato bíblico en la crónica de Babilonia. Según ésta, Senaquerib fue asesinado por uno de sus hijos (lo que no excluye que tuviera a otro hermano como cómplice) el 20 del mes Tebet, en el invierno del 681, entre los dos colosos de la entrada del templo. Alejandro Polihistor dice que el motivo del asesinato fue que uno de sus hijos estaba disgustado porque su padre había asociado a su hijo Asaradón al trono mientras vivía Senaquerib. Después los asesinos huyeron a Ararat, e.d., Armenia 15.

1 Cf. Isa_66:7ss; Ose_1:13. 2 Sobre la intercesión de los hombres justos cf. Gen_18:2355; Exo_32:31; i Saín 12:19; Amo_7:2-5; Jer_14:11; Jer_15:1, etc. 3 Cf. 2Re_8:22; Jos_10:29. 4 Algunos autores creen que este episodio se refiere a una expedición posterior de Senaquerib contra Judá, hacia el 690-681; pero no hay documentos probativos de la misma (cf. RB 1910 912). 5 Cf. 2:18-20; 17:8; 44:935; Deu_4:28; Deu_28:36; Deu_29:17; Eze_20:32. 6 El sentido de la frase depende de tomar hija de Sión como sujeto o como vocativo. 7 Lit. cortos de manos. 8 El texto está al final algo oscuro. Hemos traducido grano marchito siguiendo al lugar paralelo de 2Re_19:26, lo que hace perfecto sentido. 9 Cf. Cilindro Taylor, o prisma hexagonal de Senaquerib. 10 Cf. 1Re_11:13-34; 15:4- 11 Herod., II 141. 12 Flavio Josef., Antiq. Lud. X 1-5. 13 Adramelec quizá sea una deformación del hijo de Senaquerib, llamado Arad-Ninlil. 14 El nombre de Nesroc aparece en los códices griegos transcrito de muchas maneras: Nasaraj (B), Asaraj , etc., lo que prueba que está corrompido el original. 15 Asaradón cuenta que persiguió a los rebeldes hasta más allá del Tauro. Cf. con-damin, o.c., 225; skinner, o.c., 291.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XXXVII.

1 Hezekiah mourning, sendeth to Isaiah to pray for them. 6 Isaiah comforteth them. 8 Sennacherib going to encounter Tirhakah, sendeth a blasphemous letter to Hezekiah. 14 Hezekiahs prayer. 21 Isaiah his prophecie of the pride, and destruction of Sennacherib, and the good of Zion. 36 An Angel slayeth the Assyrians. 37 Sennacherib is slaine at Nineueh by his owne sonnes.
1 And [ 2Ki_19:1, etc.] it came to passe when King Hezekiah heard it, that hee rent his clothes, and couered himselfe with sackecloth, and went into the house of the Lord.
2 And hee sent Eliakim, who was ouer the houshold, and Shebna the Scribe, and the Elders of the Priestes couered with sackecloth, vnto Isaiah

[The blasphemie of Rabshakeh.]

the Prophet the sonne of Amoz.
3 And they sayd vnto him; Thus sayth Hezekiah, This day is a day of trouble, and of rebuke, and of [ Or, prouocation.] blasphemie: for the children are come to the birth, and there is not strength to bring foorth.
4 It may be the Lord thy God will heare the words of Rabshakeh, whom the king of Assyria his master hath sent to reproch the liuing God, and will reprooue the words which the Lord thy God hath heard: wherefore lift vp thy prayer for the remnant that is [ Hebrew: found.] left.
5 So the seruants of King Hezekiah came to Isaiah.
6 And Isaiah sayd vnto them; Thus shall yee say vnto your master, Thus sayth the Lord, Be not afraid of the wordes that thou hast heard, wherewith the seruants of the king of Assyria haue blasphemed me.
7 Behold, I will [ Or, put a spirit into him.] send a blast vpon him, and hee shall heare a rumour, and returne to his owne land, and I will cause him to fall by the sword in his owne land.
8 So Rabshakeh returned and found the king of Assyria warring against Libnah: for hee had heard that he was departed from Lachish.
9 And he heard say concerning Tirhakah king of Ethiopia, Hee is come foorth to make warre with thee: and when he heard it, he sent messengers to Hezekiah, saying;
10 Thus shall ye speake to Hezekiah King of Iudah, saying, Let not thy God in whom thou trustest deceiue thee, saying, Ierusalem shall not bee giuen into the hand of the king of Assyria.
11 Behold, thou hast heard what the kings of Assyria haue done to all lands by destroying them vtterly, and shalt thou be deliuered?
12 Haue the gods of the nations deliuered them which my fathers haue destroyed, as Gozan, and Haran, and Rezeph, and the children of Eden which were in Telassar?
13 Where is the king of Hamath, and the king of Arphad, and the king of the citie of Sepharuaim, Hena and Iuah?
14 And Hezekiah receiued the letter from the hand of the messengers, and read it, and Hezekiah went vp vnto the house of the Lord, and spread it before the Lord.

[Hezekiahs prayer.]

15 And Hezekiah prayed vnto the Lord, saying,
16 O Lord of hostes, God of Israel, that dwellest betweene the Cherubims, thou art the God, euen thou alone, of all the kingdomes of the earth, thou hast made heauen and earth.
17 Encline thine eare, O Lord, and heare, Open thine eyes, O Lord, and see, and heare all the wordes of Sennacherib, which hath sent to reproch the liuing God.
18 Of a trueth, Lord, the kings of Assyria haue laid waste all the [ Hebrew: lands.] nations and their countreys,
19 And haue [ Hebrew: giuen.] cast their gods into the fire: for they were no gods, but the work of mens hands, wood and stone: therfore they haue destroyed them.
20 Now therefore, O Lord our God, saue vs from his hand, that all the kingdomes of the earth may knowe, that thou art the Lord, euen thou onely.
21 Then Isaiah the sonne of Amoz sent vnto Hezekiah, saying, Thus saith the Lord God of Israel, Wheras thou hast prayed to me against Sennacherib king of Assyria:
22 This is the worde which the Lord hath spoken concerning him: The virgin, the daughter of Zion hath despised thee, and laughed thee to scorne, the daughter of Ierusalem hath shaken her head at thee.
23 Whom hast thou reproched and blasphemed? and against whome hast thou exalted thy voice, and lifted vp thine eyes on high? euen against the Holy One of Israel.
24 [ Hebrew: by the hand of thy seruants.] By thy seruants hast thou reproched the Lord, and hast said, By the multitude of my charets am I come vp to the height of the mountaines, to the sides of Lebanon, and I wil cut downe [ Hebrew: the tallnesse of the cedars thereof, and the choise of the firre trees thereof.] the tall cedars thereof, and the choise firre trees thereof: and I will enter into the height of his border, and the [ Or, the forrest and his fruitfull field .] forrest of his Carmel.
25 I haue digged and drunke water, and with the sole of my feete haue I dried vp all the riuers of the [ Or, fenced and closed.] besieged places.
26 [ Or, Hast thou not heard how I haue made it long agoe, and formed it of ancient times? Should I now bring it to be laide waste, and defenced cities to be ruinous heapes? ] Hast thou not heard long agoe, how I haue done it, and of ancient times, that I haue formed it? now haue I brought it to passe, that thou shouldest be to lay waste defenced cities into ruinous heapes.

[Sennacherib slaine.]

27 Therefore their inhabitants were [ Hebrew: short of hand.] of small power, they were dismayed and confounded: they were as the grasse of the field, and as the greene herbe, as the grasse on the house tops, and as corne blasted before it be growen vp.
28 But I know thy [ Or, sitting.] abode, and thy going out, and thy comming in, and thy rage against me.
29 Because thy rage against me, and thy tumult is come vp into mine eares: therefore will I put my hooke in thy nose, and my bridle in thy lips, and I will turne thee backe by the way by which thou camest.
30 And this shall be a signe vnto thee, Ye shall eate this yeere such as groweth of it felfe: and the second yeere that which springeth of the same: and in the third yeere sow ye and reape, and plant vineyards, and eate the fruit thereof.
31 And the [ Heb the escaping of the house of Iudah that remaineth.] remnant that is escaped of the house of Iudah, shal againe take roote downeward, and beare fruite vpward.
32 For out of Ierusalem shall goe forth a remnant, and [ Hebrew: the escaping.] they that escape out of mount Zion: the [ 2Ki_19:11 ; Isa_9:6 .] zeale of the Lord of hostes shall doe this.
33 Therefore thus saith the Lord concerning the king of Assyria, He shall not come into this citie, nor shoot an arrow there, nor come before it with shields, nor cast a banke against it.
34 By the way that he came, by the same shall he returne, and shall not come into this citie, saith the Lord.
35 For I will [ 2Ki_20:6 .] defend this citie to saue it, for mine owne sake, and for my seruant Dauids sake.
36 Then the [ 2Ki_19:35 .] Angel of the Lord went forth, and smote in the campe of the Assyrians a hundred and fourescore and fiue thousand: and when they arose earely in the morning, behold, they were all dead corpses.
37 So Sennacherib king of Assyria departed, and went, and returned, and dwelt at Nineueh.
38 And it came to passe as hee was worshipping in the house of Nisroch his god, that Adramelech and Sharezer his sons smote him with the sword, and they escaped into the land of [ Hebrew: Ararat.] Armenia: and Esarhaddon his sonne reigned in his stead.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



El cap. 37 (ver mayores detalles en comentario a 2 Rey. 19) es un modelo de respuesta a la intimidación. Nada le debía la constancia de Ezequías a su ciego optimismo; prueba de ello lo tenemos en su cilicio (v. 1). Su pedido de una oración (v. 4) de Isaías mostraba dónde radicaba su confianza, y su metáfora de nacer (v. 3) probó que era un hombre de visión, cuyos anhelos no eran para el antiguo orden sino para el nuevo (observar también la evidencia de 36:7 en cuanto a sus valientes reformas). Su alusión al remanente (v. 4) hace nuevamente hincapié a la predicación de Isaías (cf. 10:20-23). Bajo la renovada guerra de nervios de Senaquerib (vv. 9-13) Ezequías actuó otra vez con notoria inteligencia: no desechó del todo la amenaza ni sucumbió a ella. El mostrar la carta al Señor (v. 14) resume el acto de oración y la candidez de sus palabras finalmente desprenden un eco de sus gestos. Al igual que en los Sal., la situación se aclara a medida que ora (v. 19) y sus motivos se exaltaron al más alto nivel (v. 20).

En las sucesivas réplicas de Isaías (37:5-7, 21-35) obsérvese la ausencia de rencor personal contra aquellos cuyas políticas habían fracasado totalmente (
cf. 28:14, 15; sobre Eliaquim y Sebna, v. 2; ver sobre 22:15-25). En el animado canto triunfal de los vv. 22-29, era hora de responder al desafío de Senaquerib: ¿En quién confías ... (36:5) con la pregunta: ¿A quién has afrentado e injuriado? (37:23), y de mofarse de él por no conocer el significado de su propia carrera (v. 26; obsérvese el énfasis isaítico sobre lo que Dios determinó desde los días de la antigüedad; ver sobre 22:11).

La historia completa demuestra que el éxito que alimentó la arrogancia humana (en cualquier época) proclama, cuando todo se aclara, la absoluta soberanía de Dios.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*36-39 Versión casi idéntica de los hechos que se narran en 2Re 18:13-37; 2Re 19:1-37; 2Re 20:1-19. Las dos diferencias importantes entre ambos textos son, por una parte, la información de 2Re 18:14-16 sobre las tractativas de Ezequías con Senaquerib y el consiguiente pago de un tributo a este último, que falta en Isaías, y por otra, la oración de Ezequías (Isa 38:9-20), que falta en 2 Reyes.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 37.4 Los que aún quedan: Véase 4.2-6 n.

[2] 37.9 Tirhaca de Etiopía pertenecía a la vigesimoquinta dinastía, llamada etiope. Reinó sobre Egipto, como corregente junto a su hermano, alrededor del 690 a.C., y como rey del 685 al 664 a.C.

[3] 37.12 Estos pueblos pertenecían a Mesopotamia.

[4] 37.13 Los asirios ya habían conquistado estos lugares de Siria.

[5] 37.16 Los querubines evocaban la majestad divina. Las dos figuras de querubines sobre el arca de la alianza (Ex 25.17-20) eran el trono visible del Dios invisible.

[6] 37.35 Cf. 2 S 7.1-16.

[7] 37.36 Cf. 2 R 19.35-36.

[8] 37.38 Senaquerib fue asesinado en el 681 a.C.

[9] 37.38 La región de Ararat: en Armenia, parte de la actual Turquía.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Signo para Ezequías. Pese a las amenazas de la inminente toma de la ciudad por parte de los asirios, y pese a tratarse de un enemigo cruel y sanguinario que arrasaba realmente ciudades y aldeas, Isaías transmite un mensaje de confianza y seguridad para el rey y los habitantes de la ciudad. La situación no va a cambiar; el ritmo de vida seguirá igual, lo cual ilustra el profeta con la imagen del ciclo de la cosecha y del consumo de los frutos (30). Al mismo tiempo, vaticina la misión que tendrá el «resto» de Israel: echar raíces y dar frutos (31).

Torres Amat (1825)



[3] Modo proverbial que denota que si Dios no los auxilia, no podrán defender la ciudad santa.

[7] Como sucedió a los siros en tiempo de Eliseo. 2 Re 7.

[13] 2 Re 18, 34; 19, 13.

[14] Para hacérsela presente e implorar su socorro.

[29] Expresiones figuradas para denotar que Dios haría de Sennaquerib lo que quisiese.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

Isa 4:3; Isa 27:6.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_4:3+

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_4:3+

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



37. Ver nota 2Re_19:35-36.