ECLESIÁSTICO
Este libro, también conocido como Sirácida o de Ben Sira, fue tan leído en la Iglesia antigua que recibió el nombre de Eclesiástico, es decir, libro de la asamblea (ekklesia). Es el único libro del Antiguo Testamento que lleva la firma de su autor (Sir 50:27); fue escrito originalmente en hebreo por un maestro de sabiduría conocido como Jesús Ben Eleazar Ben Sira, hacia el 180 a.C. en Jerusalén. Ben Sira fue un sabio, un escriba profesional enamorado de la ley y de la sabiduría. Su pretensión fue transmitir el patrimonio religioso de Israel a las nuevas generaciones que, sin duda, sentían la atracción del mundo griego y de su cultura. Sin rechazar por principio las nuevas ideas que se iban infiltrando en la sociedad judía, el sabio supo inculcar a los jóvenes el valor de sus tradiciones y, sobre todo, su fe incondicional en Dios
Eclesiástico 2,1-18*1-2 Estos capítulos contienen el núcleo teológico de la enseñanza de Ben Sira: la relación entre sabiduría y temor del Señor a través de la fidelidad a los mandamientos y la experiencia de la prueba. Como buen pedagogo, el sabio desarrolla su pensamiento en varias etapas y de forma gradual: el origen divino de la sabiduría (Sir 1:1-10), su íntima relación con el temor del Señor (Sir 1:11-30) y, por último, la prueba como condición indispensable para el discípulo que teme al Señor, cumple la ley y busca la sabiduría (Sir 2:1-18).