Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Capitulo 5.
E l sermón de la Montaña (c.5.6.7 de Mt) está sistematizado, como se ve, porque partes del mismo están situadas por los otros evangelistas en otros contextos, a veces históricos. Se puede, en general, suponer como esquema fundamental de este sermón de Mt el que coincide conceptualmente con Lc (6:12-49). Literariamente está redactado con grandes hipérboles, que exigen una interpretación justa.
Después de presentado
el auténtico mesianismo de Cristo bautismo, tentaciones , se presenta, en una como síntesis, un avance de la promulgación de su doctrina.
Los Padres han notado esta predicación de Cristo en el
monte en semejanza con la promulgación mosaica de la Ley en el Sinaí. Mt probablemente sugiera esta sustitución.
Hasta se piensa si el subió evoca a Moisés en su ascensión al Sinaí (Troadec).
Introducción, 5:1-2.
1
Viendo a la muchedumbre, subió a un monte, y cuando se hubo sentado, se le acercaron sus discípulos; 2
y abriendo (El) su boca, los enseñaba, diciendo. De hecho, Mateo presenta a Cristo que sube a un monte a causa de una gran muchedumbre que le va a escuchar. Esto ya sugiere un
adelantamiento del sermón, pues supone que Cristo ya predicó mucho su doctrina.
En Lc, para este sermón, Cristo baja (
Luc_6:12.13). Probablemente se debe a un procedimiento redaccional. Lc dirá que Cristo, por la noche, subió a la montaña para orar, y luego baja para hablar. Como Mt no habla de lo primero; si el sermón es en la montaña, tiene que decir que subió. Este se hallaba cerca de Cafarnaúm (
Mat_8:15;
Luc_7:1). La tradición, que llega al siglo IV, lo sitúa junto a Tabgha; tiene 250 metros de altura, aproximadamente, con un kilómetro de superficie, y está a tres de Cafarnaúm .
Jesucristo predicó parte de este sermón sólo a los discípulos (
Luc_6:12; cf.
Mat_10:1-4); a las turbas probablemente les predicó en la llanura, aparte los pasajes incrustados. Pero queda todo situado
literariamente en un mismo plano de redacción.
Rodeado de discípulos y apóstoles, recién elegidos (Lc), lo que supone que se dirige a ellos solos y no a la turba, abriendo la boca, les enseñaba, diciendo.
Esta fórmula, marcadamente semita, de suyo no indica especial solemnidad (
Job_33:1.2;
Hec_8:35), pero puede indicarse con ello un discurso de importancia (
Sal_78:1-2).
Las bienaventuranzas, 5:5-72 (Luc_6:20-23).
3
Bienaventurados los pobres de espíritu, porque suyo es el reino de los cielos. 4
Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra. 5 Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. 6
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán hartos. 7
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. 8
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. 9
Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios. 10
Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque suyo es el reino de los cielos. 11 Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan y con mentira digan contra vosotros todo género de mal por mí. 12
Alegraos y regocijaos, porque grande será en los cielos vuestra recompensa, pues así persiguieron a los profetas que hubo antes de vosotros.
Mt y Lc difieren en el número de bienaventuranzas. Acaso Mt, aramaico, tuvo un número más reducido 2. La reducción en Lc lo confirmaría. Oratoriamente es probable que Cristo hubiese pronunciado más, aquí o en otras ocasiones, pues es gran recurso pedagógico. El género literario de las bienaventuranzas es un producto semita. Las Escrituras las usan varias veces (
Sal_1:1-3;
Sal_31:1;
Sal_41:2;
Pro_3:13;
Pro_8:34;
Eco_14:1;
Eco_28:23, etc.), lo mismo que los escritos rabínicos 3.
Las bienaventuranzas evangélicas aparecen rimadas al modo hebreo de hemistiquios: en el primero se señala una virtud, y en el segundo el premio correspondiente. Pero literariamente no tienen una diferenciación conceptual rigurosa; el premio suele ser el mismo con simple variación literaria o formulada en relación al primer hemistiquio. Por eso la valoración numeral de ellas es más literaria que conceptual. Ordinariamente se admiten ocho en Mt (v.3-10), ya que los v.11-12 se consideran como una prolongación o duplicado. Sin embargo, conforme a su simple diferenciación literaria, parece que su número es de nueve.
Mt y Lc se diferencian en esto: en que Mt les da una formulación más
espiritualista, mientras que Lc las expresa de un modo más
material, que es primitivo. Además, Mt las formula en tercera persona, y Lc en segunda. También esto parece ser primitivo: es dirigida a los discípulos oyentes (v.l;
Luc_6:20). Incluso Mt parece tener un índice de esta formulación primitiva (v. 11). Es el Mt el que les da una interpretación
más impersonal y universalista. La forma primitiva es la más escueta y aparentemente más materialista de Lc. Puestas en paralelo las de Mt y Lc, los dísticos quedan sólo alterados por las adiciones interpretativas de Mt: de espíritu (v.3) a la justicia (Lc 6) por la justicia (v.10) 4. Y esto suele tener valor decisivo en la estructura del ritmo semita.
La forma primitiva es la de Lc. Es más semita. Y si hubiese encontrado en el original la matización espiritualista de Mt, no la hubiese cambiado. Es el Mtg el que la matiza con la adición de espíritu (ôù ð íåýìá ôé) para evitar erróneas interpretaciones, lo mismo que la adición de a o por la justicia. Término característico de Mt.
Bienaventurados los pobres de espíritu, (Luc_6:20).
Por pobre, Mt y Lc utilizan la misma palabra (ðôù÷üò). Pero ésta no evoca lo mismo a un gentil que a un judío
5. Esta palabra traduce al hebreo
'aní y
'anyyím. Este término designó primero, en la legislación mosaica, a los que no poseían tierras (
Exo_22:24;
Lev_19:10;
Lev_23:23): gentes pobres en sentido material, y, frecuentemente, gente sin apoyo ni influencia social, gentes explotadas y humilladas. Aunque no es éste el exclusivo aspecto que tiene aquí esta palabra 6. Pero por esta afinidad de conceptos se hacen sinónimos en el paralelismo poético, y los LXX traducen, indistintamente, por las palabras correspondientes pobre o humillado 7. Por ellos muestran gran solicitud los profetas (
Amo_8:4;
Isa_3:14.15;
Isa_10:2;
Isa_14:32). Pero después del destierro babilónico, a la noción de pobre se le junta la de la persona que confía en Dios, por lo que se aproximan primero y se asimilan después los conceptos pobre y piadoso (
Sal_34:7.8;
Sal_35:10). Así el concepto de pobre, en este sentido bíblico, viene a enriquecerse con el aspecto religioso:
es un pobre que confía en Dios y a El pide auxilio (
Sal_34:19).
En el A.T. se habla en varios pasajes del agrado con que Dios ve la pobreza, sea con promesas, sea con hechos, v.gr., Saúl, David, etc. Pero la innovación de Cristo está en que beatifica al que acepte así libremente la pobreza piénsese que se la consideraba castigo en la Ley , lo mismo que el premio que promete a estos pobres no son bienes temporales, sino el ingreso en el reino. Para los rabinos, según sentencia suya, ninguno de los males se puede equiparar al mal de la pobreza 8. Ya no será el reino patrimonio exclusivo del rico considerado por ello bueno , sino que
la pobreza, así situada, está en el plan de Dios y prepara, meritoria y desembarazadamente, al ingreso en el reino.
También con esta bienaventuranza se destaca a Cristo como Mesías,
al evocar la evangelización a los pobres, conforme a Isaías (
Sal_61:1). Este pensamiento es destacado expresamente por Mt en otro pasaje (Mt 11.2-6;
Luc_7:18-23). Y es una rectificación del mesianismo rabínico judío: el Mesías no quitará la pobreza.
El premio que tendrán estos pobres es que de ellos es (åóôßí) el reino. ¿Cuándo? Si la bienaventuranza se dirige a los apóstoles, se pensará en la fase celeste. Pero los tiempos usados para indicar el premio de las bienaventuranzas, puestos unos en presente porque suyo
es el reino y otros en futuro
verán a Dios , no son argumento decisivo, ya que la redacción es de tipo sapiencial o gnómico, donde los tiempos cuentan menos que el sentido atemporal que encierran, y donde la permuta de tiempos no suele afectar al concepto. Para la valoración en este punto de
todas las bienaventuranzas hay que tener presente dos elementos:
a) El doble concepto que se usa en los evangelios sobre el ingreso en el reino. Unas veces ya está como presente y realizado, otras, en cambio, aparece como futuro, por pensarse en su fase celeste, escatológica.
b) El sentido moral de
adaptación universal que les dé Mt, por el sentido eticista de todo su evangelio.
Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra.
Esta bienaventuranza aparece en muchos códices griegos (Alef, B, C) y versiones (Itala, syr.-sin., Peshitta) en tercer lugar antes de la de los que lloran. Por ser el orden de la Vulgata se la considera aquí. Es propia de Mt. No hay razón para pensar en un desdoblamiento de la primera por su semejanza; pues Mt intenta decir con ella algo distinto. Su oscilación en la tradición manuscrita acaso se deba a un ensayo de aproximación.
En griego se pone la palabra ðñáåiò, cuya raíz significa dulzura, mansedumbre. Si perteneció, como parece por su estructura, al original aramaico, su traducción al griego, lo mismo se puede verter por esta palabra ser pobre, miserable (
'ani),
que ser · manso o mansedumbre (
'anah),
como hacen los LXX. Pero con ello Mt ha de querer decir algo distinto de la primera, que además se traduce al griego por otro término.
Esta bienaventuranza es una cita textual del
Sal_37:11. Su contexto orienta a su valoración aquí. El término hebreo usado (
'anawim)
lo mismo puede significar pobre que manso. En el contexto de este salmo (v.6a.7b.8ab. 14.32) se establece una contraposición entre el rico opresor y el pobre que lleva su suerte con resignación y paz: mansedumbre.
El sentido exacto de esta mansedumbre se puede ver en el contexto total del evangelio de Mt, único evangelista que habla de la mansedumbre en dos pasajes.
Del primero (
Mat_21:5) se deduce que para Mt mansedumbre es la carencia de violencia, resignación, y del segundo (
Mat_11:29), el de benevolencia y compasión. ¿Cuál ha de prevalecer aquí?
Pero, además, la
praytes es esencialmente mansedumbre y modestia, teniendo una afinidad particular con la humildad, de una parte, y con la benignidad o compasión, de otra. Es paciente y buena, tan enemiga de la cólera vengadora como del orgullo extremoso. Tenemos razón al decir que la distancia no parece grande entre la bienaventuranza de los misericordiosos. Una y otra expresan una misma actitud del alma fundamental, característica del espíritu de la nueva Ley. 9
Posiblemente la diferencia esté en que en la primera se beatifica la pobreza llevada libre y religiosamente, y en la segunda, en que se añade el llevarla incluso con benevolencia hacia los demás.
El premio es que poseerán la tierra. Palabras tomadas del mismo salmo: retribución que allí se asigna a los pobres (
Sal_37:11;
Sal_9:22). Es el salmo en el que se plantea el problema de la retribución. El rico pasa y él poseerá la tierra. Esta es Palestina. La tierra prometida vino a ser el ideal y tipo del reino de los cielos.
La palabra usada heredarán (÷ëçñïíïìÞóïõóéí) corresponde al hebreo
yarasch, que lo mismo significa heredar, que simplemente poseer, sin más matices 10.
El modelo de poseerlo lo dirá San Pablo:
coherederos de él con Cristo (
Rom_8:17).
Dirigida a los apóstoles, ya ingresados en el reino, se refiere a la fase escatológica. Pero Mt también
la adapta al valor moral de universalidad actual.
Bienaventurados los que lloran (Luc_6:21).
La traen Mt y Lc. El término usado (ðåíèïõíôåò) indica aquí, conforme a la ley oriental de fuertes contrastes, una amargura muy profunda n. Conceptualmente no está muy lejos de la primera pobres . Se diferencia como género llorar y especie pobres.
Pero no se beatifica el llanto, sin más. Si no pone en espíritu como en la primera, ha de suponerse como encuadrarlo en un mismo propósito intencional del autor. Es el llanto de la vida, tristezas, desgracias, dolores , pero religiosamente interpretado ante Dios y Cristo.
Cristo abre al dolor una perspectiva nueva. Para los judíos neotestamentarios, el dolor todavía era considerado como castigo a pecados (
Jua_9:2). El libro de Job ya había mostrado que el dolor tenía una misión de purificación y mérito. Pero ahora se eleva la mira del dolor como actitud ante el reino.
Primitivamente, acaso se refiriese a los
'anawím de la primera bienaventuranza, como gentes abandonadas y hasta consideradas pecadoras, aunque con la sola formulación del llanto. Debe de ser Mtg el que le da este amplio aspecto moral.
El premio es su consolación. ¿Cuándo? Acaso
serán consolados se pueda referir a la fase final. Pero está encuadrado en los principios de interpretación filológico-sapienciales antes dados. Primitivamente parecería referirse a su ingreso en el reino. Pero también caben consolaciones aquí en esperanza, como se ve en Mt (
Jua_5:12). Aparte del ingreso en la fase final en el sentido etizado de Mtg.
Con esta bienaventuranza
Cristo se presenta como Mesías, al cumplir y evocarse la profecía de Isaías (
Isa_61:1-3) sobre este llanto y consolación
en función del reino. Isaías profetizó del Mesías que tendría también por misión consolar a los tristes (
Isa_61:2.3). El Mesías era llamado la
Consolación de Israel (
Luc_2:25) y el
Consolador (Mcnahen) l2. Esta coincidencia literal de Mt con Isaías, tomada de la versión de los LXX, no debe de ser fortuita, pues Mt cita varias veces a Isaías en su evangelio como prueba
de que en Cristo se cumplen los vaticinios mesiánicos de aquél.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia (Luc_6:21).
Las traen Mt y Lc. Como en otras bienaventuranzas, Mt (v. 3.8.10) añade algo para precisar bien el sentido, evitando desviaciones. Aquí primero (
Luc_6:21a): al hambre añade sed, pleonasmo semita que no altera el significado (
Isa_49:10;
Amo_8:11). En su primitiva forma aramaica debía de ser, como en Lc, la escueta beatificación del hambre y sed reales, pero las dos fusionadas en una. Mas en el Mtg se toman estas expresiones en sentido figurado, y se añade por complemento de justicia (ôçí äéêáéïóýíç í). Que esto es una adición, se ve porque rompe el ritmo semita de su estructura, en paralelismo con las otras y con Lc. Su sentido es, pues: Bienaventurados los que ansían grandemente la justicia. Nada está más cerca de esta bienaventuranza que lo que dice Jesucristo en este mismo sermón: Buscad el reino y
su justicia (
Mat_6:33). Esta justicia yuxtapuesta al concepto del reino es todo lo que hace al hombre justo, porque es el cumplimiento de la voluntad divina. Es aquella de la que dijo Cristo: Si
vuestra justicia no supera a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos (
Mat_5:20). Es la justicia que dispone a incorporarse al reino, o, dentro de él, progresar en el mismo. El tema evocado por la expresión y el contexto del sermón no nos orienta
hacia la idea de una justicia que Dios hace, sino más bien hacia aquella justicia que se esfuerza uno en adquirir
a los ojos de Dios, cumpliendo su voluntad. 13 Como universaliza y moraliza el sentido primitivo, es por lo que la justicia en la cual piensa el evangelista, es una justicia moral hecha del conjunto de obras cristianas. 14 El fariseísmo esperaba lograr esta justicia del reino por el cumplimiento material de la Ley.
No porque Mt metaforice y complemente la bienaventuranza primitiva aramaica, equivalente a la de Lc, desvirtúa su contenido, porque la primitiva no era la simple beatificación del hambre material, sino con la portada religiosa de las otras bienaventuranzas. Por eso, al hacerla metáfora con complemento, la espiritualiza y la potencializa. Es desear el cumplimiento de la voluntad justicia
de Dios en nosotros, en la que, como parte, queda incluida esa primitiva formulación escueta del hambriento, que lleva, religiosamente, su situación.
El premio asignado es el ser henchidos, saciados (÷ïñôá-óèÞóïíôáé), como gráficamente sugiere el término griego. El futuro apuntaría a la fase celeste, pero el valor sapiencial de las bienaventuranzas tiene un sentido amplio. En Lc se contrapone el hambre de ahora (íõí) a la futura saciedad (÷ïñôáóèçóåóèå).
Bienaventurados los misericordiosos.
Propia de Mt. Tiene una formulación absoluta y universal. Pero como formulación sapiencial podría tener restricciones y matices. Naturalmente, no se trata de beatificar, sin más, un temperamento sensible y sólo filantrópicamente compasivo; ni beatificar una misericordia afectiva y no efectiva, en la medida de lo posible, como se ve encuadrándola en todo el contexto literario del sermón del Monte (
Mat_7:21). Es, además, en este contexto, una misericordia que está en función del mesianismo del reino.
¿Quiénes son aquí estos
misericordiosos (åëåÞìïíåò)? Mt, en otros pasajes, utiliza esta palabra para expresar dos cosas:
a) perdonar ofensas (
Mat_9:13;
Mat_12:17;
Mat_18:33;
Mat_23:23;
b) pero también
la misericordia en Mt reviste mayor amplitud: es el término que usan los ciegos que piden al Señor que los cure (
Mat_9:27;
Mat_20:30), lo mismo que la cananea para pedir la curación de su hija (
Mat_15:22). La misericordia, pues, tiene en Mt el sentido amplio y ordinario de hacer el bien a todo necesitado, y, formulada en tono sapiencial, no se dice la medida en que se ha de practicar la misericordia para obtener el premio a ellos prometido. Ya se leía en el A.T.:
El que tiene compasión, encontrará misericordia (
Pro_17:5). Y en el Talmud: De quien tiene misericordia de los hombres, se tiene misericordia en el Cielo. 15
El pensamiento, pues, de esta bienaventuranza es sólo afirmar la excelencia y necesidad de la misericordia en los hombres para que sepan que entonces Dios la tendrá con ellos. Pero esto,
por parte de Dios, siempre será un exceso y un secreto sobre la que el nombre hace.
En el contexto literario de Mt, este premio tiene un valor escatológico, como se hace explícitamente en otras (v.3.8.10.12). Acaso, originariamente, tenían todas las bienaventuranzas un sentido de ingreso en el reino, no obstante el enmarque literario de Lc (
Pro_6:20) y Mt (5:
Pro_1:2). Pero el aspecto
moralizante que Mtg les da, les hace cobrar una perspectiva de escatología final.
La bienaventuranza de los
misericordiosos aparece así como la expresión de una exigencia moral. Mateo se para especialmente a considerar el aspecto
moral de la enseñanza de Jesús; es él quien parece haber introducido este aspecto en las bienaventuranzas. Las bienaventuranzas del primer evangelio no se contentan con anunciar la Buena Nueva de la venida del reino; presentan el reino como la recompensa prometida a aquellos que practicasen en su vida las exigencias de la nueva, más profundas que las de la ley judía. 15
La gran novedad de esta
bienaventuranza de Cristo está en prometer su ingreso en la fase que sea a los que practiquen la misericordia con todos los hombres. Los rabinos defendían que la beneficencia debía practicarse con el prójimo, pero que era sólo el judío; por eso excluían de ella al pueblo de la tierra y a los gentiles 16.
Bienaventurados los puros de corazón.
Propia de Mt. La formulación literaria está hecha con un vocabulario legal, ritual, del culto. Los puros de corazón evocan a los que tienen en el culto
la pureza cultual. El salmista dice que al Templo subirá el de limpias manos
y puro corazón (
Sal_24:2.4). Corazón y espíritu son usados indistintamente por la psicología judía como los principios responsables
de la actividad moral. Pero no se quiere indicar con este vocabulario cultual que baste la práctica material de la Ley, sino que se supone y exige la autenticidad moral de esta conducta (
Sal_73:1). Pues si vuestra justicia no supera a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos (
Mat_5:20).
En el A.T., ver la faz de Yahvé significa:
a) estar presente donde El mora, asistir a las solemnidades litúrgicas (
Sal_42:3;
Sal_36:9.10;
b) otras veces significa experimentar la benevolencia divina, v.gr., ser sacado de una situación difícil (
Sal_31:17;
Sal_13:1;
Sal_31:13). Y hasta la formulación del premio de esta bienaventuranza se encuentra en el vocabulario del A.T.: Los rectos verán su benigna faz (de Dios) (
Sal_11:7b). Si por fórmula está vinculado al primer grupo faz de Dios ,
templo de Jerusalén 17, por contenido lo rebasa, para prometer un premio escatológico en el cielo. Es la imagen del Templo con la que se describe el premio del cielo bajo imagen cultual: sus servidores (de Dios, en el templo del cielo) le rendirán culto y verán su faz, se lee en el Apocalipsis (22:3.4.2-11). Así se beatifica a éstos bajo la forma
de un culto que en el cielo se rinde a Dios 18.
Y como en el templo del A.T. había que estar legalmente puros, así en el templo del cielo hay que estar, para ingresar en él, espiritual y moralmente puros:
vida con conducta recta 19.
Bienaventurados los Hacedores de Paz.
Sólo la trae Mt. No se beatifica a los de temperamento pacífico o a los pacíficos estáticos los pacíficos , sino a los dinámicos en esta virtud: a los hacedores de paz (åßñçíïðáïé). Se pensaría que en su contenido se incluía a todo el que buscase difundir y trabajar por la paz. La formulación universal e impersonal en que está redactada llevaría a esto. Lemonnyer y otros, basándose en el salmo 82, piensan en las autoridades y magistrados, ya que a ellos corresponde esto por oficio 20. Pero el sentido que le da Mtg de universalidad rebasa esto. Aparte que es paz en función del reino. En los pasajes bíblicos en que sale este término tiene sentido de
reconciliación con los enemigos (
Col_1:20;
Efe_2:15.16;
Hec_7:26). Lo mismo se ve en la literatura rabínica. Así interpretada, vendría a estar próxima esta bienaventuranza con la otra de Mt sobre los misericordiosos: sería como especie de un género.
Aunque la portada es universal en el Mtg y el genero sapiencial, se pensaría que estos hacedores de paz fuesen, en su sentido primitivo,
los apóstoles, que tenían la misión de divulgar la justicia del Reino. El premio es que
serán llamados hijos de Dios. Ser llamados, en semita significa ser
reconocido por tal, ser verdad lo que se dice de uno. ¿Cuándo serán llamados así? La redacción lo supone en la fase escatológica, lo mismo que el contexto en que se encuadra (v.5.6.7): premio en el cielo. Pero no se puede prescindir de lo que se dijo a propósito de la primera bienaventuranza.
En hebreo la relación o dependencia se la formula frecuentemente con la palabra
hijo (heb.
=ben; aram.=
bar).
En la Escritura,
a Dios se le llama muchas veces Dios de paz; los hacedores de paz tienen una relación especial con Dios. De ahí el formularlo como hijo de Dios (
Luc_20:35-36).
También se percibe en esta bienaventuranza una enseñanza o sugerencia sobre el
modo de establecer el reino: no por el ruido de armas, sino espiritualmente:
haciendo la paz del reino entre los seres humanos. Bienaventurados los que padecen persecución por la Justicia,
Porque de Ellos es el Reino de los Cielos.
Esta bienaventuranza de Mt (v.10) se la suele considerar unida a la siguiente (v.ll). Se beatificaría la específica persecución a los que tuviesen
adhesión a la doctrina del reino. Por las razones alegadas en la introducción a ellas, se la considera literariamente distinta. Y hasta podría verse un índice de esta duplicidad en Lc, que, trayendo la última (
Luc_6:22), no trae ésta. Hay además algún matiz literario diferencial entre las dos. Condamin pensó incluso si el premio asignado a ésta, que es el mismo que el asignado a la primera, no sería un caso de inclusión semita 21. Sería una contraprueba del valor diferencial de la 10 y 11 de Mt.
Es ordinario admitir que las palabras por la justicia es una adición del Mtg para precisar bien el sentido de esta persecución beatificada. Mt buscaría destacar el valor
moral de la misma. Primitivamente podría tener un valor absoluto de persecución por tantas cosas en la vida.
La beatificación originaria sería esta persecución llevada religiosamente. En todo caso, Mtg la matiza o la orienta
a la justicia del reino, al fin por quien cobra valor religioso toda persecución llevada religiosamente.
El dolor, que era considerado en la mentalidad de Israel como castigo, aparece sublimado al ser llevado por la justicia del reino de Cristo. La perspectiva es
escatológica en la redacción del Mtg:
el reino de los cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan y Digan Toda Clase de mal contra Vosotros, siendo Calumniados a Causa de Mí Alegraos y Exultad, Porque Vuestro Premio Será Grande en los Cielos. Pues Así Persiguieron a los Profetas que hubo hntes de Vosotros (cf. Luc_6:22.23). El cuadro profetice de esta bienaventuranza está trazado con elementos suficientemente descriptivos. Se acusan en su redacción, aparte de la profecía, las primeras persecuciones cristianas. Los falsos testimonios (øåõäüìåíïé) apuntan, preferentemente, a las acusaciones falsas ante los tribunales (1 en 4:15).
El motivo por el que son beatificados estos perseguidos es precisamente a causa de mí (Mt) o
por amor del Hijo del hombre (Lc). Sólo supone la lealtad a Cristo. Esto hace prorrumpir a Cristo en una invitación a la alegría; Lc pone en aquel día, que es el de la persecución. Así lo experimentaron primeramente los apóstoles (
Heb_5:40ss;
2Co_11:23); Üãáëëéáóèå es el término técnico usado para esto (cf.
Rev_19:7;
1Pe_1:6.8;
1Pe_4:13). La esperanza abre la seguridad al premio celeste en la fase escatológica. Pues la recompensa (ìéóèüò) es una deuda de justicia, como lo acusa el término usado 22.
Al obrar así los judíos contra los apóstoles y discípulos, no hacen otra cosa que obrar como obraron sus padres (Lc) contra los profetas que hubo antes de vosotros (Mt). En el Evangelio, los apóstoles son los sucesores de los profetas (
Mat_23:34;
Mat_10:4l;
Mat_13:17). Los primeros preparaban el reino, y los segundos lo divulgaban.
Oficio de los discípulos,Mat_5:13-16 (Mar_9:50; Mar_4:21; Luc_14:34-35; Luc_8:16; Luc_11:33).
13
Vosotros sois la sal de la tierra; pero, si la sal se desazona, ¿con qué se salará? Para nada aprovecha ya, sino para tirarla y que la pisen los hombres. 14
Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad asentada sobre un monte. 15
Ni se enciende una lámpara y se la pone bajo el celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a cuantos hay en la casa. 16
Así ha de lucir vuestra luz ante los hombres, para que, viendo vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos. Esta sección de Mt es una enseñanza hecha con diversas imágenes sobre la santidad de los discípulos. Es propia de Mt. Pero también Mc y Lc utilizan estas imágenes, aunque en contextos y a propósitos distintos. Es Mt el que los une tomados de una fuente premateana.
Este
logion de Cristo lo mismo puede ser repetido por El, con variantes, que ser uno solo multiplicado por los evangelistas a propósitos específicos.
Los
discípulos de Cristo, en su misión de predicar el reino, han de ser la sal de la tierra. Esta tierra no es sólo Palestina, sino que tiene valor universal, como se ve por su paralelismo con la luz del
mundo. Es la orden que dará Cristo
de predicar a todas las gentes (
Mat_28:19-20) y tema usual de Mt: nota universalista y misionera (
Mat_9:6;
Mat_10:34;
Mat_12:42;
Mat_24:30). En el ambiente judío se le reconocen a la sal varias propiedades: dar sabor y gusto a la comida, librar a la carne y pescados de la corrupción, y los rabinos también destacan en la sal el valor purificador 23.
A la masa doctrinal y moralmente viciada del mundo y del fariseísmo hay que salvarla con
la doctrina de Cristo, purificarla de su descomposicion; lo mismo que a estas creencias hay que darles el sabor y gusto de Cristo. Esto hace ver que esta parte del sermón se dirige a apóstoles y discípulos, que son los que tienen la misión de salar la masa.
Pero hay un fuerte alerta para éstos. Si la sal se desazona, ¿con qué se la salará? Esta frase es un proverbio usado en la literatura rabínica 24. Y se alude a una sal extraída del mar Muerto y que perdía su sabor muy pronto. La alegoría acusa una gran responsabilidad para los discípulos. Esta sal de su vida cristiana puede perderse; por eso exige el esmero de su defensa y conservación. Pues si se pierde no vale para nada: ni para la tierra es útil ni aun para el estercolero (Lc), sino para tirarla afuera. Conforme a las viejas costumbres de Oriente, todo lo que no sirve se lo tiraba a las callejuelas 25. Si el apóstol se desazona de Cristo por preparación y vida , no vale para testimoniar a Cristo, y entonces se lo tira fuera. ¿De dónde? ¿
Del apostolado, de Cristo, del reino? Sólo vale, conforme al ejemplo puesto de tirar la sal y lo que sobra a las callejuelas, por lo que lo pisan los hombres y animales que por allí transitan, para que también a él lo pisen los hombres. Pero estos rasgos deben de ser alegóricos: imagen de desprecio en que caen los discípulos caídos de su fervor, incluso ante los hombres 26. ¿Aviso eclesial?
Este oficio apostólico se expresa con otras dos imágenes. Son luz del mundo. La luz se enciende para lucir. En las casas palestinas antiguas, con una sola y grande habitación, se encendía la pequeña lucerna de barro y se la ponía sobre el candelero, en lugar alto, para que alumbre a cuantos hay en casa. No se la ponía bajo el modio, medida de áridos con capacidad de algo más de ocho litros, pues se evitaría que luciese. La luz de los apóstoles de Cristo no es para ocultarse, sino para iluminar a los que están en tinieblas con la iluminación del reino (
Flp_2:15). La forma redaccional griega (üðùò),
para que vean vuestras obras, podría desorientar su sentido preciso. Aunque podría aceptarse la forma extremista oriental, no es ello más que efecto de una traducción material del original, en el que la partícula
le lo mismo puede significar
finalidad que una consecuencia a seguirse, como aquí. Al ver sus obras se glorificará al Padre, autor de esta obra.
En el pueblo judío estaba muy calado el que Dios fuese alabado por todos a causa de sus obras 27. Ni hay contradicción con
Mat_6:5-16, en donde se dice que no se hagan las obras para que los hombres os vean. Allí habla del apóstol, cuya
misión es lucir; aquí del
espíritu de modestia en la conducta cristiana.
Por un paralelismo evocador, junto a la comparación de la luz se pone la de las ciudades construidas sobre las montañas. En Palestina era frecuente emplazar los pueblos en los altos. Desde el lugar donde, tradicionalmente, se sitúa este sermón, se veían en lo alto de las montañas Safet, Séfforis e Hippos. Acaso Cristo señaló alguna de ellas y la tomó por símil de su enseñanza. Como la ciudad puesta en lo alto de una montaña no puede menos de verse, así el apóstol del reino no puede ocultarse; ha de verse, dejarse ver, actuar.
Estas dos comparaciones sobre el oficio de los apóstoles de Cristo sal y luz tienen finalidades algún tanto distintas. La primera mira a la preparación y santidad del apóstol; la segunda, a que no se oculten los valores necesarios para el apostolado; ni, incluso, como se ve en otros contextos, porque aguarden persecuciones. Pues la tierra espera su sal y su luz.
Jesús y la Ley antigua,Mat_5:17-20.
17
No penséis que he venido a abrogar la Ley y los Profetas; no he venido a abrogarla, sino a consumarla. 18
Porque en verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que falte una yota o una tilde de la Ley hasta que todo se cumpla. 19
Si, pues, alguno descuidase uno de esos preceptos menores y enseñare así a los hombres, será el menor en el reino de los cielos; pero el que practicare y enseñare, éste será grande en el reino de los cielos. 20
Porque os digo que, si vuestra justicia no supera a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. El tema de este pasaje es de gran importancia, pero no está exento de dificultades, especialmente por causa del encadenamiento semita de cada uno de estos versículos. El tema venía sugerido en esta carta magna del cristianismo por la necesidad de fijar su actitud doctrinal frente al judaísmo, o mejor a la interpretación literaria que de él daban los rabinos. Las polémicas cristianas primitivas frente al judaismo judaizantes aparecen aquí reflejadas.
No deja de extrañar, sin embargo, de ser todo esto original de Cristo, el que no se hayan alegado
estas sentencias en el concilio de Jerusalén (Act 15,lss). Por otra parte, no parecen encontrar armonía con otras actitudes de Cristo, aunque acaso se refieran a casos concretos y no a ?a actitud doctrinal, que era lógico que tomase, desde el punto de vista del reino, ante el fariseísmo y la Ley. Algo parecido habría que decir de San Pablo.
V.17
. Cristo no vino a destruir
la Ley y los Profetas, las dos secciones principales de la Biblia. La Ley era la primera. Se la consideraba en la época neotestamentaria como revelación divina, eterna, irrevocable. Y hasta se llegó a tener la Ley la
Thorah como hija de Dios, al identificarla con la Sabiduría, y, por lo mismo, se la consideró como ser trascendente, preexistente. Los demás libros, incluso los profetices, que son explicadores de la Ley, no tienen tal carácter; se los dieron a Israel a causa de sus pecados, y cuando llegasen los días mesiánicos, aquéllos no tendrían razón de ser 28.
Cristo proclama que no vino a abrogar ni la Ley ni los Profetas. El sentido del verbo usado (÷áôáëýù) es claro: destruir, desatar, abrogar. Corresponde a la forma aramaica
battel, que significa lo mismo. Por el contrario,
Cristo vino a llenarla (ðëçñþóáé). Corresponde al hebreo
qayyém = cumplir, perfeccionar; cumplir la Ley con las obras, llevar lo imperfecto a lo perfecto 29.
La frase tiene una estricta acuñación judía.
La eternidad de la Ley en toda su integridad invariable era un dogma rabínico. Hay textos rabínicos judíos tardíos que hablan de la
ley del Mesías 29, pero no en el sentido de abrogar la Ley mosaica, sino de una nueva interpretación de la misma. El judaismo esperaba del Mesías una revelación de toda la riqueza de pensamientos ocultos en la Thorah y una solución de todos sus enigmas (cf.
Jua_4:25);
Jer_31:31ss;
Isa_2:3;
Isa_60:21;
Eze_36:25ss). La frase fuerte acaso proceda de la época de la polémica entre la comunidad judeo-cristiana judaizantes y de cristianos procedentes del paganismo (Descamps). Ya que
si fuese de Cristo, éste no cumplió meticulosamente las menores prescripciones (cf.
Mat_15:3;
Mat_19:17;
Mat_22:36.38.40). Por eso se propuso (E. Scheweizer) ver en ello una insistencia
judaizante. Pero aparte de lo que tenga de hipérbole para encarecer la Ley y sea de la procedencia que sea , siempre está en función del contexto del Evangelio, y del versículo anterior, donde se valora la Ley.
¿En qué sentido perfecciona Cristo la Ley antigua? Aunque aquí sólo se trata de cuestiones
morales, el término Ley y Profetas es técnico por todo el A.T. Por tanto, la afirmación de Cristo abarca a todo el A.T. Por eso hay aquí dos cuestiones a precisar:
a) ¿Qué sentido conviene aquí al verbo ðëçñþóáé? ¿Cumplir o perfeccionar? Ya que filológicamente puede tener ambos. El sentido que aquí le corresponde es el de perfeccionar. Se ve esto porque Cristo
cumple con su práctica muchas cosas del A.T.,
pero perfecciona ésta con su doctrina al interpretar el sentido recto de muchas cosas del A.T. deformadas por el leguleyismo farisaico y
añade otras muchas nueva revelación , lo mismo que por el
espíritu evangélico que ha de informarla (
Mat_5:21-48).
b) ¿Cómo perfecciona Cristo la Ley, el A.T., cuando aquélla queda
abrogada en muchos puntos?
Al
interpretar el verdadero sentido de prescripciones deformadas del A.T.
Al
añadir nuevas enseñanzas, revelaciones, prescripciones.
Al
anular, por cumplir, la fase
temporal de muchas cosas del A.T. Así dice San Pablo, al declarar inútil la vieja Ley: ¿Anulamos, pues, la Ley con la fe? No, ciertamente; antes la confirmamos (
Rom_3:31). Se da la perfección por superación (
Gal_3:23-25), como destruye, perfeccionándolo, el fruto a la semilla.
Pero del A.T.
se conserva el espíritu mesiánico y cristiano que existía en él 30. Es el boceto que destruye, llena y supera el cuadro 31.
V. 18, Este versículo de Mt lo trae conceptualmente Lc en otro contexto (
Luc_16:17). No debió de ser la única vez que Cristo habló de su actitud frente a la Ley y de la permanencia de ésta. El caso de Lc, con su desplazamiento, podría ser un índice de ello. También puede ser índice de la necesidad de destacarlo ante las polémicas judaizantes. No obstante, el contexto lógico en que está en Mt, podría ser también un contexto histórico.
Cristo introduce la fórmula con un amén. El significado judío de esta palabra y su finalidad era unirse, mediante ella, con deseo de aprobación a lo dicho por otros, v. gr., oraciones (
Jer_28:2;
Deu_27:15). Pero en boca de Cristo cobra un sentido único, desconocido aún por los rabinos 32, y con el que garantiza enfáticamente la verdad de lo que dice.
Los elementos expresivos de esta afirmación son los siguientes: Hasta que pasen los cielos y la tierra. (
Mat_24:35;
Sal_71:57;
Sal_88:38;
Isa_32:20.21), término con que se expresa el fin de los tiempos y, por tanto, se expresa también con ello la
duración de una cosa o la
firmeza de la misma 33.
El otro elemento es
, palabra aramea que corresponde al yod hebreo, y que expresa la letra más pequeña del alfabeto cuadrado, y el trazo (÷åñáé'á), literalmente cuernecito, que es la grafía mínima de las cosas que están escritas en la Ley. Se refiere a cualquiera de los trazos mínimos, inferiores al yod, que se usaban en el alfabeto de entonces 34.
Este perfecto cumplimiento de la Ley puede ser doble:
a) cumplimiento
material de todo lo en ella prescrito hasta el tiempo prefijado: Ley mesiánica;
b) el
espíritu mesiánico cristiano y lo que hay de valor
permanente, que en ella existe como en germen y cuya permanencia es definitiva en la nueva Ley. Los versículos 21-48 de este capítulo darán un buen ejemplo del espíritu cristiano revitalizando la moral de la vieja Ley 35.
V.19. Propio de Mt; se discute sobre su contexto propio. Las palabras Si alguno descuidase uno de
esos preceptos menores. no tienen relación con lo anterior, pues no se habló explícitamente de preceptos mayores. Debe de ser un contexto lógico, con encadenamiento semita, evocados porque toda la Ley trazo y yota ha de cumplirse. Como Mt no ignoraba que la Ley de Cristo anulaba la
materialidad de muchas prácticas y preceptos de la vieja Ley, no puede querer decir que la vieja Ley había de ser mantenida en su estricta materialidad.
El que quebrantase (ëýóô)) ï, por el contexto, mejor, descuidase cumplir uno de estos preceptos mínimos y además enseñase así a los hombres, será el menor en el reino de los cielos, seguramente en su fase final escatológica. El encadenamiento de palabras trae el encadenamiento semita de las comparaciones hiperbólicas. Un precepto menor que se desprecia o quebranta trae, de suyo, el tener no la exclusión de él un puesto menor en el Reino. Y la contraposición se hace con los preceptos grandes y su premio correspondiente. Precisamente grande y pequeño son los términos usados frecuentemente en la literatura rabínica para significar la diversa suerte de las personas en el futuro reino mesiánico 36. Aunque lo normal era usar los términos de preceptos graves y leves. Entre los segundos estaba la prohibición de ingerir sangre (
Deu_12:23), y, entre los primeros la circuncisión (
Gen_17:10), la idolatría, fornicación, derramamiento de sangre, profanación del nombre de Dios, santificación del sábado. Pero también
los rabinos destacaban la igualdad de todos en cuanto a su obligatoriedad, pues todos habían sido dados por Dios. La forma impersonal en que está redactado hace ver que se dirige a cualquiera. No obstante, la frase y así enseñase parecía dirigirse a apóstoles y discípulos. Acaso sean anomalías redaccionales. Pero no alude a valores jerárquicos escatológicos.
Se pensó si alguno de estos preceptos mínimos se refiriese a la doctrina que se va a exponer a partir del v.21. Pero la doctrina expuesta en el Sermón es demasiado importante para pensar que son preceptos mínimos juramento, adulterio, divorcio, amor al prójimo, etc.
V.20. Propio de Mt. Como de los otros, se discute su contexto preciso. Pero se ha de valorar en el contexto de Mt, que obedece a un propósito claro. Si la Ley ha de permanecer, en la forma dicha, conforme al perfeccionamiento que de ella hace Cristo, esto traía, por cierto encadenamiento semita conceptual, por contraste, el modo de la práctica de esa Ley, y análogamente de la nueva Ley. Y la enseñanza de Cristo es ésta: Si vuestra justicia no supera a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Se trata, pues, de fidelidad a la Ley,
pero de fidelidad al cumplimiento del espíritu de la Ley, pues en su cumplimiento material, aquéllos eran maestros insuperables. Ya los profetas habían urgido la necesidad de poner el espíritu y el corazón en los sacrificios. El rito material no cuenta. Por el simple cumplimiento del rito cultual, Dios no lo atiende ni retribuye. Esto es lo que Cristo censura, al tiempo que enseña cómo ha de ser la práctica de la nueva Ley, de la justicia mesiánica; no hipocresía de un rito sin vida. La justicia del reino mesiánico es sencillamente la justicia de la autenticidad religiosa.
El v.20 es un término completivo del tema sobre la relación de Cristo y la Ley vieja, pero es, al mismo tiempo, un versículo
puente leit motiv para el tema del sermón de la Montaña: el perfeccionamiento moral de la vieja Ley y el perfeccionamiento del espíritu con que ha de ser practicada.
Valoración cristiana del quinto precepto del Decálogo,Gen_5:21-26.
Estas seis antítesis, que se van a considerar a continuación, parecen ser, en su forma, un procedimiento didáctico mateano (Bonnard). Puesto que Pero yo os digo., de ser
premateano, probablemente hubiese tenido repercusiones en los lugares paralelos de Mc-Lc. Así hay pasajes de Mt que parecen
tener añadiduras a la proposición principal que tiene el Pero yo os digo. (cf.
Mat_5:21.25 con
Luc_12:57-59;
Mat_5:28 con
Mar_9:43-48;
Mat_5:28.29
= Mar_9:43-48). Igualmente Mt, en los dos pasajes de la excepción en el matrimonio (
Mar_5:31-32 y 19:9) trae esta frase, que está ausente de este mismo tema en
Luc_16:18 y en
Mar_10:11.
Por otra parte, el giro Yo os digo aparece en boca de rabinos cuando pretenden establecer en forma clara su propia opinión frente a la de un adversario. Pero en el texto de Mt tiene un matiz muy constante y peculiar. Se quiere acusar mucho la autoridad de Cristo.
21
Habéis oído que se dijo a los antiguos: No matarás; el que matare será reo de juicio. 22
Pero yo os digo que todo el que se irrita contra su hermano será reo de juicio, el que le dijere raca será reo ante el sanedrín, y el que le dijere loco será reo de la gehenna de fuego. 23
Si vas, pues, a presentar una ofrenda ante el altar y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, 24
deja allí tu ofrenda ante el altar, ve primero a reconciliarte con tu hermano y luego vuelve a presentar tu ofrenda. 2
S Muéstrate, cuanto antes, conciliador con tu adversario mientras vas con él por el camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas puesto en prisión. 26
Que en verdad te digo que no saldrás de allí hasta que pagues el último cuadrante. El primer caso de interpretación de los varios preceptos que aparecen en este sermón es el quinto precepto del Decálogo: No matarás. Refiriéndose al auditorio les dice: Habéis oído que fue dicho a los antiguos. Estos antiguos son las generaciones judías anteriores contrapuestas a las que habla Cristo, y no como tradujeron algunos, haciendo al dativo griego (Üñ÷áéïéò) equivalente al ablativo instrumental: Habéis oído que fue dicho
por los antiguos (rabinos, doctores), ya que luego se dan las citas textuales de los libros bíblicos. En la literatura rabínica se dice frecuentemente: Sabéis por la tradición 37. Lo habían oído en las lecturas sinagogales. El que se dijo es, pues, fundamentalmente un circunloquio por Dios (cf. Ìt 6:33).
La cita se hace literalmente del Decálogo. De la segunda parte, el que matare será reo de juicio, se pensó si no sería una glosa posterior de Mt, pues no se encuentra citada así en la Ley. Aparte que es una cita quoad sensum, puede derivar de la sanción con que en la Ley se castiga el homicidio: El que hiere mortalmente a otro será castigado con la muerte (
Exo_21:12;
Lev_24:17). Este juicio al que se alude puede ser el juicio jurídico del tribunal (
Deu_16:18;
Dan_7:26 en los LXX) que le juzgará y le condenará o puede ser la misma condena.
Esta legislación del Decálogo había sido interpretada materialmente: realización física del homicidio.
Pero Cristo, al contraponer su enseñanza a la interpretación rabínica del mismo mandamiento, está dando la
interpretación del contenido primitivo.
Hay también en ello otro valor. Al contraponer lo que se les había dicho por Moisés a los antiguos, al pero yo os digo, está implícitamente declarándose
superior a Moisés. ¿Quién era superior a Moisés? Gradualmente irá declarándose superior a los reyes, profetas, sábado y Templo (
Mat_16:6). Aquí se presenta ya como el supremo Legislador de Israel.
En este precepto no solamente se condena el acto de homicidio real, sino la injuria al hermano. Este, en la apreciación judía, era el equivalente al prójimo, y éste era sólo el judío.
Aquí también se condena el airarse contra el hermano injustamente (
Mar_3:5) al llamarlo
racá (£á÷Ü). Es palabra aramaica; se proponen varias etimologías:
reqah o
reqa', vacuo, loco, estulto, o se la deriva de la forma aramaica, aquí apocopada,
rahaqá', rechazar, reprochar. De donde sería (hombre) abominable 38, o también decirle
moré (ìùñÝ), que corresponde a la palabra hebrea
nabal, loco. Pero ésta significa
además rebelde contra Dios, ateo. Parece responder mejor a este segundo sentido, porque, si no, no se diferenciaría en nada de la palabra
roca, no habiendo, si no es así, en ello climax, y porque en la literatura rabínica se encuentran ejemplos estructurados a este modo climático paralelo: El que llama a su prójimo
siervo será castigado con anatema; el que lo llama
espurio, con cuarenta azotes; el que
impío, ha de ser acusado de crimen capital. 39
El castigo correspondiente es también gradual. Al airarse se le amenaza con ser reo de juicio del tribunal local, que ha de haber en todos los pueblos (
Deu_16:18); al racá, se es reo ante el sanedrín, es decir, ante el gran sanedrín de Jerusalén, que es el que tenía competencia en los crímenes mayores; al de impío, se le amenaza con la gehenna de fuego, o sea el infierno 40.
Naturalmente, Cristo no pretende establecer este triple y exclusivo código de penas y castigos. Toma los términos de la jurisprudencia judía como medio de expresión de valoración
moral. El tribunal ante el que Cristo cita no es más que uno: el de Dios.
Tomando tres casos con un crescendo de gravedad, expone representativamente todo otro tipo de culpas, sugerido por este procedimiento semita de acumulación. En el quinto precepto del Decálogo no sólo se condena el homicidio físico, sino todo deseo de injuria injusta.
El rabino Eliezer (c.90 d.C.) decía: Quien odia a su prójimo tiene que ser contado entre los derramadores de sangre. El judaísmo en tiempo de Cristo era unánime en rechazar la cólera entre hermanos. Hasta en Qumrán se dice: El que guarde rencor a su prójimo, injustamente, será castigado seis meses (
Regla. VII,8) Pero también se exige ser inmisericordes contra los que están fuera de la vía (ibíd., X,20ss) y también se lee en el
Talmud bab. (Yoma 22b): Un aprendiz de las Escrituras, que no se venga y no es rencoroso, no es un verdadero aprendiz de las Escrituras.
Luego se expone en dos pequeñas parábolas o comparaciones por evocación y contraste procedentes de otros contextos la necesidad de la reconciliación con el prójimo.
a) La primera la presenta con un símil tomado del sacrificio y la presenta con la urgencia del que está ya a punto de ofrecerle. Que la deje ante el altar y que vaya primero a reconciliarse con su hermano acaso recuerde la redacción eclesial de la Iglesia primitiva si tiene algo contra ti, por suponerse que el oyente hizo algo injusto contra él. Con ello encarece la necesidad de la caridad al ponerlo en comparación con el sacrificio. Ya que, siendo éste representación vicaria del oferente, no es grata a Dios sin el amor al prójimo (
Ose_6:6).
Se pretendió sacar del v.26 de Mt la idea del purgatorio. Pero esto no es más que una redacción parabólica, popular y de tipo sapiencial, y que corresponde a una ofensa in via. Es una advertencia de prudencia humana, para los asuntos de la tierra, sin más pretensiones, y que se debe de aprovechar para evitar otras complicaciones. Así se debe aprovechar, analógicamente, esta lección para la ética cristiana (cf.
Mat_18:34.35), pero sin matizaciones estrictas.
b) La segunda comparación está tomada de la vida civil: más vale componerse los litigantes de un pleito entre ellos que venir a la sentencia inapelable del juez, aparte de pagar costas y tener incomodidades y pleito. Se pagará hasta lo último. El cuadrante (
quadrans),
moneda romana, era la cuarta parte de un
as, y éste equivalía a la décima; más tarde, a la de un denario 41, y éste era el jornal de un trabajador.
Se pensó que fuese una alegoría y se trató de identificar sus elementos. Pero es una pequeña parábola, de la que luego se alegorizan algunos elementos.
El tiempo que
están en camino probablemente alegoriza el tiempo que se está
in via; el juez y su sentencia son el tribunal de Dios; el castigo en prisión, de la que no se saldrá hasta que (Ýùò =
cadki)
se pague el último cuadrante, es decir, hasta que se cumpla estrictamente la justicia, y porque el tono de esta redacción parabólica sólo habla popular y sapiencialmente del anuncio de un castigo que corresponde a una culpa contra la caridad, pero sin más precisiones. Lc (
Mat_12:58.59) sólo trae esta segunda comparación en otro contexto y a otro propósito distinto.
Valoración cristiana del sexto precepto del Decálogo,Mat_5:27-30 (Mar_9:42-48).
27
Habéis oído que fue dicho: No adulterarás. 28
Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer deseándola, ya adulteró con ella en su corazón. 29
Si, pues, tu ojo derecho te escandaliza, sácatelo y arrójalo de ti, porque mejor te es que perezca uno de tus miembros que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna. 30
Y si tu mano derecha te escandaliza, córtatela y arrójala de ti, porque mejor te es que uno de tus miembros perezca que no que todo el cuerpo sea arrojado a la gehenna. La ley judía condenaba en el Decálogo (
Exo_20:14) el adulterio. Pero explícitamente no se legislaba sobre la simple fornicación. Esto será tema de los profetas y libros sapienciales. La interpretación de la prohibición del adulterio
en el Decálogo era usualmente entendida del acto externo. El mismo Decálogo daba, aparentemente, pie a ello, pues lo valoraba solamente desde el punto de vista de la
justicia. También se condenaban otros pecados externos de lujuria, v.gr., seducción, etc. (
Exo_22:15v;
Exo_22:18;
Lev_18:23.24;
Lev_19:29). Como en otros pasajes del A.T. se hace ver el peligro del pecado interno (
Job_31:1;
Eco_9:5). El décimo precepto del Decálogo prohibe el deseo de la mujer ajena sólo Ajusticia por ser
propiedad del marido (
Exo_20:17;
Deu_5:21).
Pero ante esta legislación interpretada restrictivamente, Cristo da su interpretación auténtica: en este precepto está incluido todo mal deseo de adulterio (
Mat_15:17-20). El corazón es el verdadero responsable ante la moral.
Es verdad que en la literatura rabínica se encuentran textos de todas las épocas expresando un sentimiento constante que condena la impureza que se comete con los ojos o el pensamiento. Rabí Simeón, en su
Melkilta, dice: No cometerás adulterio. ni tampoco con los ojos ni con el corazón. 42 Pero la práctica debía de ser muy distinta, cuando Cristo tiene que tomar esta actitud ante la interpretación del Decálogo.
Declarado el sentido del sexto precepto, surge su cumplimiento, haciendo ver la necesidad de evitar la ocasión del pecado, con un grafismo hiperbólico oriental y paradójico.
Si el ojo derecho, por especialmente estimado (
1Sa_11:2), lo mismo que si la mano derecha escandalizan, vale más sacárselo o cortarla que ir con ambos a la gehenna (infierno).
Naturalmente, esto no se dice en el sentido de una realización material; sacado el ojo derecho, el escándalo en el sentido etimológico de que es tropiezo u ocasión de pecado , seguiría el mismo escándalo con el izquierdo.
Lo que Cristo destaca es la necesidad de la precaución, de la vigilancia y el heroísmo, para superar todo escándalo temporal, a fin de no ir por él a la gehenna.
Condenación del divorcio,1Sa_5:31-32 (Mat_19:3-9; Mar_10:2-12; Luc_16:18).
31
También se ha dicho: El que repudiare a su mujer, déle libelo de repudio. 32
Pero yo os digo que quien repudia a su mujer excepto el caso de fornicación la expone al adulterio, y el que se casa con la repudiada, comete adulterio. En este pasaje hay una dificultad ya clásica. Parecería que el divorcio fuese lícito en el caso de fornicación (ðáñåêô&ò ëüãïõ ðïñíåßáò). Mt. incluye aquí este caso por anticipación, en función del esquema del Sermón. Se trata del tipo judío de matrimonios zanut. Pero esto se estudia en el
Comentario a
Mat_19:3-9. Aunque aquí se trata especialmente del repudio, en
Mat_19:3-9 se añade la indisolubilidad.
Valoración cristiana del segundo precepto del Decálogo,Mat_5:33-37.
33
También habéis oído que se dijo a los antiguos: No perjurarás, antes cumplirás al Señor tus juramentos. 34
Pero yo os digo que no juréis de ninguna manera: ni por el cielo, pues es el trono de Dios; 3
S ni por la tierra, pues es el escabel de sus pies; ni por Jerusalén, pues es la ciudad del gran Rey. 36
Ni por tu cabeza jures tampoco, porque no está en ti volver uno de tus cabellos blanco o negro. 37
Sea vuestra palabra: Sí, sí; no, no; todo lo que pasa de esto, de mal procede. El uso de los juramentos había venido a ser un abuso en Israel, no precisamente por el perjurio (
Exo_20:7;
Deu_5:11;
Num_30:3), sino por deducir por una casuística inverosímil (
Num_30:3) que todo lo que se hiciese bajo voto era mejor que no hacerlo sin él, pues era un acto religioso. Se juraba por Dios (
ha'Elohim),
por el cielo, metonimia por Dios; por el Todopoderoso (
Gheburtá),
por el templo, por esta morada, sinónimo del mismo; por el altar, por la Alianza, por la Thorah (la ley), por la Consolación de Israel (Mcsías). A veces la fórmula empleada era negativa, v.gr., yo (juro) no querer ver la Consolación de Israel si. (hago o sucede tal cosa); o en forma positiva: Yo (juro) que quiero ver muertos a mis hijos si. (sucede tal cosa). Se juraba que comería o que no comería, que comió o que había comido, que daría o no tal cosa a otro, que se entregaría al sueño o no, etc. 43 Dos tratados de la Mishna
Shebuoth (juramentos) y
Nedarin (votos) están dedicados a reglamentar todo esto.
Después de haber establecido y metido la vida en un atolladero, invalidaban, mediante una casuística reglamentada, el cumplimiento de multitud de ellos. Concretamente, declaraban inválidos aquellos en los que no estuviese expreso el nombre de Dios, aunque eran hechos a Dios. Y ante este desbordamiento de irreverencia y laxismo, Jesucristo sale por el honor de su Padre.
a) Prohibe, en general, jurar: No juréis de ninguna manera 44. No es que lo excluya en absoluto, pues El mismo responderá ante la conjuración que por Dios le hace Caifas, sino que es la forma rotunda de expresión contra el laxismo.
b) Destaca algunos juramentos, como modelo y más frecuentes, que se hacían por las criaturas, para hacer ver que en ellos está Dios y que por eso se utilizaban.
Ni por el cielo, pues es la morada de Dios; allí está el trono de Dios (
Isa_66:1); ni por la tierra,
pues también en ella está Dios, y es, como decía el profeta, escabel de sus pies (
Isa_66:1).
Se lee en el Talmud: Si alguno dice (enjuicio): Yo os conjuro, o yo os obligo (por juramento), son culpables (si no no cumplen el testimonio a que se les obliga). Pero si dicen solamente:
Por el cielo y por la tierra, quedan libres (de la obligación de responder al testimonio que se les pide). Si se los conjura
por el Nombre divino, sea por las letras
Ad o
Yah, o por los atributos divinos, etc., son culpables (si no responden a la conjuración que se les hace) 45. Cristo censura aquí un juramento que era especialmente valorado por los rabinos.
Ni por Jerusalén, pues es la ciudad del gran Rey, Dios, en la que puso su nombre. Por eso es la Ciudad Santa.
Ni por tu cabeza jures tampoco, pues aun en este juramento se incluía a Dios. Se lo incluía al usar la palabra técnica jurar, y porque ella es la representación del hombre, que está bajo el dominio de Dios. Por eso no puede cambiar por un acto de su determinación el color de sus cabellos.
Ante esta frivolidad religiosa, Cristo propone decir sí, sí; no, no. Todo lo que pasa de esto es malo. De esta expresión caben dos interpretaciones.
Que este doble
sí sea una repetición enfática, como el amén, amén, en San Juan. Se querría destacar el honor del hombre sin tener para estos casos que recurrir a Dios. Literariamente no se ve por qué un doble
sí o no ha de tener más valor que un auténtico
sí o no. Cuatro siglos después de Cristo se lee en el Talmud que un doble sí o no equivalen a un juramento 46. Si esta afirmación recogiese el espíritu rabínico de los días de Cristo, se vería en ello una condena más del juramento.
Otra interpretación es que el
sí sea sí, lo mismo que el
no, una afirmación o negación sin doblez. La epístola de Santiago, hablando del juramento, interpreta el sí y el no en este sentido (
Stg_5:12). Y en la
Mishna se lee: Decid al sí, sí, y al no, no 47. Este es el sentido que parece más lógico, máxime con la interpretación de Santiago y de la
Mishna, pues, además de salvar el honor de Dios, se trata de revalorizar la dignidad y lealtad del hombre.
Añadiéndose todo lo que pasa de esto (de decir sí o no) procede del mal (Ý÷ ôïõ ðïíçñïý åóôßí). Por comparación de textos puede significar que procede del mal de la mala condición de los hombres , o del Maligno (diablo), en su obra de mal contra el Reino. Parece más probable la primera, pues no todo mal es obra actual del diablo, aparte que Mt está etizando la enseñanza.
En la otra hipótesis sería una alusión a Satán, que, al introducir la mentira y el mal en el mundo (
Jua_8:44), hizo necesaria, a veces, la garantía del juramento.
De esta forma de expresarse Mt no se sigue que se niegue la licitud del juramento en ocasiones. La fórmula rotunda de prohibición no es más que la hipérbole de un estilo
oratorio y
oriental. A lo que era un abuso
total se le opone en este estilo una
prohibición total. Pero como contraprueba de su licitud está que Cristo responde a la conjuración que le hace Caifas, lo mismo que la práctica de San Pablo (
Rom_1:9;
2Co_1:23;
2Co_11:31;
Gal_1:20;
Flp_1:8) y el ángel del Apocalipsis, que jura por el que vive por los siglos (
Rev_10:6), lo mismo que la práctica de la Iglesia.
La ley del talión ante la moral cristiana,Rev_5:38-42 (Luc_6:29-30).
38
Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. 39
Pero yo os digo: No resistáis al mal, y si alguno te abofetea en la mejilla derecha, dale también la otra; 40
y al que quiera litigar contigo para quitarte la túnica, déjale también el manto; 41
y si alguno te requisara para una milla, vete con él dos. 42
Da a quien te pida y no vuelvas la espalda a quien te pide algo prestado. La llamada ley del talión toma su nombre de su incorporación a la ley romana 48. Las frases con que aparece citada eran las primeras con las que aparece formulada en la Ley (
Exo_21:24.25v;
Deu_19:18.21v).
Era la ley vigente en el Oriente bíblico. Es la ley de código de Hammurabi. Esta legislación, tan chocante con la mentalidad moderna, nacía precisamente de un espíritu de justicia y moderación. Si la injusticia privada fácilmente degenera en reyerta y ésta en abuso, a prevenir y evitar éstos tendía la ley del talión. Era la justicia tasada materialmente: Ojo por ojo, pero no más que el equivalente material de la ofensa hecha. Aunque también se admitía en la antigüedad la sustitución de esta tasación material por una equivalencia en especie o dinero (
Exo_21:26-35). Sin embargo, si en la época de Cristo regía la sustitución pecuniaria o equivalente de la ley del talión, no es seguro. En la literatura rabínica hay indicios de estar vigente estrictamente esta ley, al menos en casos concretos 49. Josefo dice que era practicada si el agredido no aceptaba la compensación pecuniaria 50. Y este principio es el que Cristo toma en su primitiva formulación para preceptuar a sus discípulos un ancho espíritu de justicia, desbordada por la caridad.
Esta justicia que va a exponer Cristo no es la abolición de la justicia pública, necesaria para la existencia misma de la sociedad. El mismo dijo: Dad al César.; ni tampoco trata de que sus seguidores renuncien a sus derechos ante la justicia pública, pues se haría la vida humana imposible en multitud de casos. El mismo hará ver esto con su ejemplo (
Jua_18:22.23).
Lo que Cristo enseña, en una forma oriental, concreta, extremista y paradójica, es cuál ha de ser el espíritu generoso de caridad que han de tener sus discípulos en la práctica misma de sus derechos de justicia. Por eso, al ojo por ojo, dirá como temática paradójica de este espíritu de caridad: No resistáis al mal (ìç Üíôéóôçíáé ôù ðïíçñù), es decir, por el contexto, al hombre malo, al que le hace mal. Y Cristo ilustra aún este principio con cuatro casos, que harán ver con grafismo su pensamiento. Al final de ellos se sintetizará su intento.
a)
Si alguno te abofetea en la mejilla derecha, muéstrale también la otra (
Luc_6:29a). La paradoja es clara. El citar concretamente una mejilla es debido a que el detalle agrada al pueblo y fija la atención 51. El que sea la derecha no tiene ningún valor especial, aunque algunos lo pensaron basándose en sutilezas. Lucas, en el lugar paralelo, dice: Al que te hiera en una mejilla, ofrécele la otra (
Luc_6:9). Es una expresión tomada del lenguaje popular. En la literatura rabínica se lee: Cuando alguno te abofetee en la mejilla izquierda, preséntale aún la derecha 52. Es matiz característico de Mt.
b)
Al que quiera litigar (÷ñéâçéíáé)
contigo para quitarte la túnica, dejale también el manto (
Luc_6:29b). La túnica (heb. =
kuttoneth)
y el manto (heb. =
simláh) eran las dos piezas usuales del vestido palestino de la época. La escena parecería evocar un caso de reclamación ante un tribunal. Ante este pleito, Cristo diría, paradójicamente, que le diese también el manto, sobre el que no había cuestión. La Ley exigía que el que tomase en prenda el manto del prójimo se lo devolviese antes de la puesta del sol, pues tan necesario le era (
Exo_22:25.26). Lc da una formulación de evocación menos jurídica.
c)
Si alguno te requisa para una milla, vete con él dos. Esta sentencia es propia del evangelio de Mt. La palabra requisar (ïôããáñåõù) es de origen persa. Los oficiales y servidores del rey, para poder cumplir mejor su oficio de mensajeros, estaban autorizados a requisar a personas o medios de transporte que encontrasen a mano. Los romanos tomaron de los persas la misma palabra y la institución 53. Naturalmente, este derecho se prestaba en la práctica a toda clase de abusos. En labios de Cristo tiene la palabra mayor amplitud, pues se refiere al espíritu que ha de informar la conducta de sus discípulos. El mismo término cualquiera (üóôéò) que te requise acusa el propósito genérico de la lección de Cristo en la vida cotidiana.
La milla (ìéëéïí) era el espacio que señalaban con la piedra miliaria = 1.800 metros. Si requisan para una milla, Cristo propone responderle con dos.
d)
Da a quien te pida y no rechaces a quien te pida prestado (
Luc_6:30). Este cuarto ejemplo con el que Cristo expone su doctrina parecería tratarse, en la primera parte, del ejercicio de la limosna, y en la segunda, de dar facilidades materiales en la vida del prójimo. Pero ateniéndose al tono general de este contexto, en el que se acusan exigencia o insolencia por abuso la bofetada, el despojo del manto, la requisa , probablemente este último punto ha de ser situado en el plano de lo exigente. Puede ser el caso de una petición de préstamo en condiciones de exigencia o insolencia. A esto lleva la sentencia paralela de Le: Da a todo el que te pida y no reclames a quien
toma lo tuyo (
Luc_6:30). Según el A.T., el préstamo al pobre debía ser hecho sin réditos (
Exo_22:25;
Lev_25:36;
Deu_15:7-11;
Deu_23:20ss). Expresión aún con más hipérbole.
La doctrina de Cristo, que se desprende de estos casos concretos en que la expone, es la siguiente:
el cristiano debe tener su caridad al prójimo tan acentuada, que en los casos mismos de ofensa o abuso bofetada o en los que tiene la justicia a su favor túnica, requisa, préstamo debe tener su disposición de ánimo en tal estado que, por su parte, esté dispuesto al perdón y a la generosidad con su adversario. Por lo que no quiere decir, en verdad, que ponga la otra mejilla para recibir otra bofetada, lo que era provocar al enemigo a una nueva injuria y análogamente hay que decir lo mismo de los otros casos , pues sería provocador de nuevas injurias el que así obrase.
Es, por el contrario, con esa forma paradójica de hablar, un modo de exponer la actitud de caridad y perdón que se ha de tener con el adversario; no sólo perdonar a la primera injuria, sino estar preparado a perdonar nuevas ofensas, ofreciéndole así, con la otra mejilla, toda la generosidad de su perdón. Cuando a Cristo, en el sanedrín, un soldado le dio una
bofetada, Cristo no le ofreció la otra mejilla, sino que le dijo: Si he hablado mal, muéstrame en qué, y si bien, ¿por qué me
abofeteas'? (
Jua_18:22.24;
Hec_23:2.3;
Hec_16:37). Acaso esté también en la perspectiva de Mt la persecución por Cristo
El amor cristiano a los enemigos,Hec_5:43-48.
43
Habéis oído que fue dicho: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo. 44
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, 45
para que seáis hijos de vuestro Padre, que está en los cielos, que hace salir el sol sobre malos y buenos y llueve sobre justos e injustos. 46
Pues si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen esto también los publícanos? 47
Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen eso también los gentiles? 48
Sed, pues, perfectos, como perfecto es vuestro Padre, celestial. Nuevamente Cristo cita lo que oyeron en las lecturas y explicaciones sinagogales: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. La primera parte de esta sentencia se encuentra formulada así en la Ley (
Lev_19:18), pero la segunda odiarás a tu enemigo no aparece formulada en ningún escrito bíblico, ni rabínico.
En la Ley se preceptúa el amor al prójimo (
re'a);
pero éste es sólo el judío (
Exo_23:4;
Pro_25:21.22). En algunos pasajes se recomienda y manda amar también al peregrino (
ger)
(
Lev_19:34), pero el contexto hace ver que no es el transeúnte, sino el advenedizo establecido habitualmente entre el pueblo judío e incorporado a él.
La Ley preceptuaba positivamente el exterminio de diversos pueblos idólatras, v.gr., amalecitas, ammonitas, moabitas, madianitas, cananeos (
Num_35:31), y hasta preceptuaba la prohibición de aceptar compensación pecuniaria por el rescate de estas gentes (
Num_33:31). El salmista decía: ¿Cómo no odiar, ¡oh Yahvé! a los que te odian? ¿Cómo no aborrecer a los que se levantan contra ti? Los detesto con odio implacable y los tengo por enemigos míos (
Sal_139:21.22).
Como síntesis ambiental, en Qumrán, en el Manual de disciplina (
Sal_1:4-9), se lee Amar a todos los hijos de la luz. y aborrecer a todos los hijos de las tinieblas. Lo mismo en los Salmos de Salomón
Del precepto
positivo de amor al prójimo judío,
por una parte del silencio del amor universal al prójimo y de la legislación positiva de exterminio de ciertas gentes, por otra, se vino a concluir, ilógica, pero prácticamente, la no obligación de amar a los no judíos.
La literatura rabínica muestra bien el ambiente que reflejan las palabras de Cristo. Así se lee, comentando el Levítico (
Sal_19:18): Amarás al prójimo, no a otro (alienígenas); amarás al prójimo, pero no a los samaritanos, alienígenas, prosélitos (no conversos). Del estudio de la literatura rabínica a este propósito, Strack-Billerbeck resumen así sus conclusiones: La sinagoga, en tiempo de Jesús, entendía la noción de prójimo en un sentido tan estrecho como en el A.T.; sólo el israelita era prójimo; los otros, es decir, los no israelitas, no caían bajo este concepto. Y así admiten que estas palabras de Cristo debían de ser en aquella época una máxima popular, a la cual conformaban los israelitas, en general, su actitud con respecto al amigo y al enemigo. 54 Y en la
Wishna se lee: Estos dos mandamientos conciernen a los hijos de ;u pueblo, pero tú
puedes ejercer la venganza y el rencor contra los Uros (los extranjeros) 55. Dar muestras de amor al que las dio de odio no era procedente (
2Sa_19:8).
El y odiarás a tu enemigo es una aclaración ambiental a la primera parte, y que acaso sea obra del kérygma o del evangelista 3 fuente.
Acaso esta segunda parte de la sentencia de Cristo pudiera entenderse en un sentido más restringido. Esta expresión forzada de una lengua pobre en matices (en su original arameo) equivale a tú no has de amar a tu enemigo 56. Se lee para indicar que antes de nacer Dios eligió a Jacob y no a Esaú: Amé a Jacob, pero
odié (¿ìßóçóá) a Esaú
Rom_9:12;
Mal_1:3).
Foerster propone que aquí el enemigo es el perseguidor de la comunidad eclesial primitiva, basándose en que el término å÷èñüò en los LXX designa, frecuentemente, los enemigos del pueblo de Dios (
Sal_31:7;
Sal_139:21; etc); y las palabras (ôùí §éù÷üíôùí õìÜò) de las persecuciones eran empleadas frecuentemente en el siglo I para hablar de las persecuciones religiosas (cf.
2Te_3:15;
Rom_5:10;
Col_1:21;
Stg_4:4). No se puede olvidar el
Sitz im Leben tan concreto de las comunidades cristianas en las que nacen reflejando y resolviendo a su luz sus problemas los Evangelios 56.
A toda esta parcial o exagerada interpretación de la Ley,
Cristo da su enseñanza propia. Pero yo os digo. Y el amor al prójimo llega hasta amar a vuestros enemigos, que, en contraposición al judío, son todos los no judíos, todos los hombres (v.47). Y al mismo tiempo se extiende a perdonar las ofensas personales con verdadera amplitud, pues manda orar por los mismos que os persiguen. En este pasaje de Mt parecen percibirse dos planos confundidos: el histórico, con el que se referiría a los enemigos raciales, perseguidores de los que ingresaban
en el reino de Cristo, y la doctrina etizada de Mt, con la que se alude a la conducta a tenerse en la vida cristiana
cotidiana. Nunca el judaismo llegó a esta moral.
EL motivo que Cristo alega para exigir este amor al enemigo es doble:
a) Para que seáis hijos de vuestro Padre, que está en los cielos. La bondad es esencial a Dios y se desborda, benéfica, sobre todos los hombres, buenos y malos. No priva a éstos ni del beneficio del sol ni de la lluvia, destacado este último por su valor incalculable en la seca tierra oriental.
Por eso, cuando los seres humanos, en lugar de odiar a sus enemigos, los aman por caridad, imitan y participan de esta bondad indistinta y universal de Dios. Y esta imitación y participación establece en ellos una nueva y especial relación con El. Lo que se expresa en semita por el concepto de filiación: hijos de Dios, como se es, v.gr., hijo de la luz. Así son los hombres, hijos de vuestro Padre, que está en los cielos.
b) Pues si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? El amor natural es practicado espontáneamente por todos. Pero aquí se destacará la necesidad de una conducta nueva de amor, que llega a los publícanos y gentiles, a quienes los judíos abominaban. El amor aquí a los hermanos (áäåëöïýò) se debe de referir a los miembros de la comunidad eclesial a la que pertenecen.
El motivo es este amor a Dios, a quien hay que imitar en la anchura del mismo.
Esta conducta de amor cristiano a los enemigos tiene un premio. La palabra griega usada (ìéóèüò) se entiende directamente de un premio en justicia 57.
Se añade la siguiente sentencia del Señor: Sed, pues, perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto 58. La palabra griega perfectos (ôÝëåéïé) es traducida por F. Delitzsch al hebreo por
temimim, que significa, en sus diversas formas, perfección. Pero esta palabra, en el contexto de Mt, exige la perfección del caso concreto a que se alude. Como la perfección que se pide aquí es la benevolencia y el amor a los enemigos, pudo ser traducida en el estilo helenístico de Lc por el sentido amplio de la palabra misericordiosos (ïé÷ôßñìïíåò).
La gran lección que Cristo enseña es que el cristiano, en su obrar,
ha de imitar, en el modo de conducirse, al Padre celestial, norma cristiana de toda perfección. La
Doctrina de los Doce apóstoles (
Stg_1:3) da una interpretación errónea de esto. Dice: Amad a los que os aborrecen, y añade: Y no tendréis enemigos Pero este no es el motivo de la perfección, sino del egoísmo o política.
1 Perrella, / Luoghi santi (1937) p.151-156; M. schoenberg, The Location of the Mount of Beatitudes: Bi. Tod. (í963) 232-239. J. Kürzinger, Zwr Komposition der Bergpredigt nach Mattaus: Bibl. (1959) 569-589; G. Marquardt, Die Bergpredigt des Mt-Ev., eine meisterlich disponierte Komposition des Evangelisten: Bibel und Kirche (Stuttgart 1958) 81-84; W. Lúthi-R. Brunner, The Sermón on the Mount (1963); J. Jeremías, Die Bergpredigt (1959). 2 J. Dupont,
Les Beatitudes (1954) p.123. 3 Strack-E.,Kommentar. I p.189; L. Heioel,Beatitudesevangeliques: Dict. Bibl. Suppl. 1 940-950; F. ASENSIO, Las bienaventuranzas en el A.T.: Est. Bíb. (1945) 241-258; J. Dupont, Les Beatitudes. Le probleme litte'raire. Le deux versions du sermón sur la montagne et des Beatitudes (1958); A. George, La forme des beatitudes jusqu'a Jesús: Mél. A. Robert (1957) 398-403; B. Celada, Las Bienaventuranzas. Por los métodos críticos a la más ferviente piedad del Evangelio: Cult.Bíbl. (1962) 375-382; F. López Melús, Perspectivas de las bienaventuranzas. Col. Selección Bíblica (1962). 4 Descames, Bienhereux ks pauvres p.59: RDT (1952) 53-61; R. Ejarque, Beati pauperes spiritu: VD(1928) 129-133.234-237.334-341; Daniélou, Bienhereux les pauvres: Et (1956) 321-338; J. Dupont, Les ptojoí to pneúmati de
Mat_5:2 et les an(e)we ruaj. Qumran nella S. Scritura: Studi Sociali (1962) 469-491. 5
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signifícalo della prima beatitudine: ScCatt (1930) III 426-442; IV 18-35; D. Flusser,
Blessed are the poor Spirit. (
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Kommentar. I h.l.; Weiss,
Die Predigtjesu ion Reiche Cotíes (1900) p.130; Prat,
Je'sus-Christ (1947) I p.271. 7 Prat, o.c., p.272 nt.l. 8 Strack-B.,
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Mat_5:4) nel testo e contesto evangélico: Tabor (1961) 101-109. 11 Zorell,
Lexicón 1029; F. Spadafora,
La terza beatitudine (Mat_5:5) nel testo.: Tabor (1961) 197-206. 12 Bonsirven, Le Juda'isme palestinien. (1934) I p.365. Biblia comentada 5a 3 13 Dupont, o.c., p.259; F. Spadafora,
La guaría beatitudine.: ibíd., p.293-300. 14 Dupont, o.c., 261; Bauer, Beati qui esuriunt et sitiunt iustitiam: EstEcl (1942) 9-26. 15 Shab. 151,b: Sahn. 92,a. 15 Dupont,
Les Beatitudes (1954) p.288. 16 Strack-B.,
Kommentar. I p.204-205. 17 Zorell, Psalt. ex hebroso latinum (1939) 26. 18 Dupont, o.c., 208. 19 A. Jones,
The Expository Times (1919-1920) p.522ss; Koch,
Beati mundi corde: VD (1940) 9-18. 20 Lemonnyer,
Le Messianisme des Beatitudes p.385-386. 21 Condamin, RB (1910) 213. 22 Zorell,
Lexicón 847. 23 Strack-b., i p.235. 24 Bonsirven,
Textes n.2186. 25 Thomson, The Lana ana The Book 381; J. Bauer, Quod si sal infatuatum fuerit: VD (1951) 228-230, 26 Lagrange,'
évang. s. St. Matth. (1927) p.89; J. B. Souceck,
SalzderErde und Licht der Welt. Zur Exegese von
Mat_5:13-16 : Theol. Zeitsch. (Bas. 1963) 169-179. 27 Bonsirven,
Textes n.87.88.1707. 28 Strack-B.,
Kommentar. I p.244-246; II p.353-355. 29 Strack-B.,
Kommentar. I p.241. 29
Midrash a Eccl 11:8. 30 S. Thom.,
Summa Theol. 1-2 q.107 a.2. 31 Fillion,
Vida de N. S. Jesucristo, vers. esp. (1942) III p.55. 32 Str.-B., I p.242ss. 33 Filón,
Vita Mos. II 14.15. 34. TH.,
Summa Theol. 1-2 q.107 a.3. 35 Benoit,£íWíg. s. St. Matth., en La Saint e Bible de Jerusalem (1950) p.53 n.b.; Trilling, Fragen zur Geschichtlichkeit Jesu (1966) p.82ss. 36 Strack-B.,
Kommentar. I p.429ss; IV p.2.1131ss; E. Massaux,
Les relations entre la Loi Ancienne et la Loi Nouvelle selon Mat_5:17-48 : R. D. Namur (1958) 265-283; W. D. D Avies,
Mt 5:17ss: Mél. A. Robert (1957) 428-456. 37 Strack-B., o.c., I p.253; Felten,
Storia dei tempi del N.T., vers. ital. (1932) II p.13-14. 38 Zorell,
Lexicón 1174. 39 strack-b., o.c., I p.280ss. 40 Felten,
Storia dei Tempi del N.T., vers. del al. (1932) vol.2 p.11-14 y 15-28. 41 Kalt,
Archaeol. bib. (1943) 63ss; Rlch,
Dict. de antiq. grecs et rom., vers. franc. (1961) palabras as y denarium. 42 Bonsirven,
Lejudaisme II 271; STR.-B., I 299ss. 43 Strack-B., o.c., I p.321-336. 44 Strack-B., o.c., I p.328; Olivieri,
Nolite iurare omnino (Mat_5:34): Bíblica (1927) p.385-390. Bonsirven,
Textes n.1958. 46 Talmud: Shebuoth 36a. 47 Bonsirven,
Textes n.lSl. 48 Si membrum rumpit. talio esto (Tal. VIII). Cf. Daremberg-Saglio,
Dict. des Antiq. grec. et rom. art. Talio. 49 strack-b., o.c., I p.337ss. 50 Josefo,
Antiq. IV 8:35. 51 Üvzy,'évang. s. St. Matth. (1946) p.68. 52 strack-b., o.c., I p.342. 53 Zorell,
Lexicón 8. 54 Strack-B., o.c., I p.353-354. 55 Bonsirven,
Textes n.195; A. Fernández,
Diligite inimicos vestros: VD (1921) 39-42. 56 Benoit,
L'évang. s. Sí. Matth. en la Sainte Bible de Jérusalem (1950) p.5-6 nt.b; cf.
Lev_14:26;
Mat_10:36.37;
Rom_9:12. 56 Foerster, en
Th. Wórterb. N.T., art. ?????? II, Sllss. 57 Zorell, Lexwon 847; Porporato, Nonne et ethnici hoc faciunt? (
Mat_5:47): VD (1931) 15-22. 58 A. George, Soyez parfaits comme votre ? ere celeste (
Mat_5:17-48): Bibl. Vie chrét. (1957) 84-90; J. Dupont, Soyez parfaits (
Mat_5:48), Soyez misericordieux (Lúe 6:36): Sac. Pag. (1959) 150-162; P. Schruers, La fraternité divine dans
Mat_5:45 et 6:26-32: étud. Théol. Lov. (1960) 592-624.