II Reyes  13 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 25 versitos |
1 El año veintitrés de Joás, hijo de Ocozías, rey de Judá, inició su reinado sobre Israel, en Samaría, Joacaz, hijo de Jehú, que reinó diecisiete años.
2 Hizo el mal a los ojos del Señor, siguiendo los pecados que Jeroboán, hijo de Nebat, hizo cometer a Israel, sin retractarse de ellos.
3 Descargó entonces el Señor su ira contra Israel y durante aquel tiempo lo entregó en manos de Jazael, rey de Siria, y de Ben Hadad, hijo de Jazael.
4 Pero Joacaz suplicó ante el Señor y el Señor le escuchó, porque había visto la tiranía y represión del rey de Siria sobre Israel.
5 Entonces el Señor concedió a Israel un libertador que los sacó de la opresión de Siria y los hijos de Israel habitaron en sus casas como anteriormente.
6 Sin embargo, no se retractaron de los pecados que Jeroboán había hecho cometer a Israel, persistiendo en ellos, pues hasta la estela permaneció erigida en Samaría.
7 En realidad Joacaz había quedado con un ejército de tan solo cincuenta jinetes, diez carros y diez mil infantes, ya que los demás perecieron a manos del rey de Siria, quien los pisoteó como polvo bajo sus pies.
8 El resto de los hechos de Joacaz, cuanto hizo y sus éxitos militares, ¿no se halla escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Israel?
9 Se durmió Joacaz con sus padres y lo enterraron en Samaría. Le sucedió en el trono su hijo Joás.
10 El año treinta y siete de Joás, rey de Judá, inició su reinado sobre Israel, en Samaría, Joás, hijo de Joacaz, que reinó dieciséis años.
11 Hizo el mal a los ojos del Señor, no retractándose de ninguno de los pecados que Jeroboán, hijo de Nebat, hizo cometer a Israel, sino que persistió en ellos.
12 El resto de los hechos de Joás, cuanto hizo, sus éxitos militares y guerras contra Amasías, rey de Judá, ¿no se halla escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Israel?
13 Joás se durmió con sus padres y Jeroboán ocupó su trono. Joás fue enterrado en Samaría, junto a los reyes de Israel.
14 Eliseo enfermó de la enfermedad de que había de morir. Joás, rey de Israel, bajó para verle y lloró sobre él diciendo: «¡Padre mío, padre mío!, ¡carros y caballería de Israel!».
15 Eliseo le dijo: «Toma un arco y flechas», y él tomó un arco y las flechas.
16 Dijo al rey de Israel: «Pon tu mano en el arco». Puso él su mano en el arco y Eliseo puso las suyas sobre las manos del rey;
17 y dijo: «Abre la ventana que mira a Oriente», y él la abrió. Eliseo ordenó: «¡Dispara!», y él disparó. «¡Flecha de victoria del Señor! ¡Flecha de victoria contra Siria! Derrotarás por completo a Siria en Afeq», exclamó Eliseo.
18 Luego añadió: «Toma las flechas». Él las tomó y Eliseo ordenó al rey de Israel: «Golpea la tierra con ellas». Él golpeó tres veces pero se detuvo.
19 Entonces el hombre de Dios se irritó con él y le dijo: «¡Si hubieras golpeado cinco o seis veces, habrías derrotado por completo a Siria! Pero ahora derrotarás a Siria solo tres veces».
20 Eliseo murió y lo enterraron. Bandas de moabitas penetraban en el país al inicio de cada año.
21 En una ocasión, estaban unos enterrando a un hombre y, al avistar una de estas bandas, lo arrojaron en la tumba de Eliseo y huyeron. Entonces el cadáver entró en contacto con los huesos de Eliseo, cobró vida y se puso en pie.
22 Jazael, rey de Siria, había oprimido a Israel durante toda la vida de Joacaz.
23 Pero el Señor tuvo piedad y se compadeció y, en atención a su alianza con Abrahán, Isaac y Jacob, se volvió hacia ellos y no quiso aniquilarlos ni retirar su rostro de ellos.
24 Jazael, rey de Siria, murió y le sucedió en el trono su hijo Ben Hadad.
25 Joás, hijo de Joacaz, recuperó del dominio de Ben Hadad, hijo de Jazael, las ciudades que le habían arrebatado por las armas. Joás lo derrotó tres veces y así recobró las ciudades de Israel.

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Introducción a II Reyes 

VER INTRODUCCIÓN A 1 Reyes

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

II Reyes  13,1-25*2-13 Los relatos proféticos recogidos en 2Re 2:1-25; 2Re 3:1-27; 2Re 4:1-44; 2Re 5:1-27; 2Re 6:1-33; 2Re 7:1-20; 2Re 8:1-29 concluyen con los referentes a la revuelta de Jehú (2Re 2:9-10) y a la muerte de Eliseo (2Re 13:4-21). La redacción deuteronomista incluyó este ciclo en el libro de los Reyes para mostrar que la palabra profética dirige la historia secular.