Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
2. Exhortación a la Penitencia.
El día de Yahvé está cerca (1-11).
1 ¡Tocad la trompeta en Sión! ¡Dad en mi monte santo la voz de alarma! Tiemblen los habitantes todos de la tierra, que viene el día de Yahvé. 1 Ya está cerca. 2 Día de tinieblas y de oscuridad, día de nublados y de densa niebla. Se extiende sobre los montes como la aurora ! un pueblo numeroso y robusto; i semejante a él no ha existido desde los siglos, ni después de él volverá a existir por generaciones de generaciones. 3 Delante de él va el fuego consumiendo, y detrás la llama abrasa. Delante de él es la tierra como el paraíso de Edén, detrás queda convertida en desolado desierto; ante él no hay quien escape. 4 Parecen caballos, y corren cual jinetes. 5 Como ruido de carros sobre las cimas de los montes, como crepitar de las ardientes llamas que devoran la paja, como pueblo robusto en orden de batalla. 6 Ante él las gentes se llenan de zozobra, todos los rostros se demudan. 7Corren como valientes, asaltan los muros como hombres de guerra, marchan cada uno por su senda y no confunden sus caminos. 8Ni aprieta ninguno a su vecino; va cada uno por su calzada, y aun atravesando por entre las armas se precipitan sin romperse. 9Asaltan la ciudad, corren por las murallas, escalan las casas y entran por las ventanas como ladrones. 10Ante ellos tiembla la tierra, se conmueven los cielos, se oscurecen el sol y la luna, y las estrellas extinguen su brillo. 11Yahvé hace sonar su voz ante su ejército. Su campamento es inmenso, pues es fuerte el ejecutor de sus palabras. Grande es el día de Yahvé, sobremanera terrible; ¿quién podrá, pues, soportarlo?
En este fragmento la perspectiva es distinta, pues la invasión de las langostas es inminente, pero aún no ha llegado. La descripción es altamente poética, y unas veces se presenta la invasión como futura y otras se dan detalles de su realización pasada. Los profetas juegan en sus oráculos con varias perspectivas, la histórica pasada y la futura, y muchas veces los dos planos se superponen o confunden. El estilo es nervioso y entrecortado, para reflejar la inquietud del momento.
Con toda celeridad se manda dar la señal de alarma ante el peligro, pues se acerca, inminente, el
día de Yahvé. El profeta aparece, según es tradición en la literatura profética, como el centinela de Israel, que vela por sus intereses y da a tiempo la voz de alarma. El
día de Yahvé es descrito como un día de confusión y de tinieblas *. Las langostas son tantas, que parecen oscurecer el sol, hecho que el mismo Plinio comprueba: tanto volant pennarum stridore ut aliae alites credantur
solemque obumbrare, sollicitis su-spectantibus populis ne suas operiant térras.2
Esta invasión destructora de las langostas va acompañada del viento solano o
jamshim, el terror de los beduinos, porque todo lo asóla y abrasa:
delante de él (el ejército de langostas)
va el fuego consumiendo (v.3). Los lugares más fértiles y frondosos, semejantes al
paraíso de Edén, quedan arrasados y convertidos en
desolado desierto 3. Las langostas son descritas como
caballos, que arrogantemente avanzan en escuadrones en orden de batalla (v.4). El ruido que hacen al volar es comparable al de
carros de guerra que avanzan sobre
las cimas de los montes (v.6)4.
Ante su presencia devastadora, los habitantes de las ciudades se llenan de espanto (v.6), porque saben que no hay escondrijo donde guarecerse, porque como soldados de un ejército invasor
asaltan los muros., escalan las casas y entran como ladrones por las ventanas (v.8). La descripción de Joel es literal, pues las langostas avanzan en escuadrones, siguiendo cada una su
calzada. La alineación de la marcha es perfecta, sin que haya confusión ni desorden en
el enjambre:
marchan cada una por su senda, no confunden sus caminos, ni aprieta ninguna a su vecino. (v.7). La frase hiperbólica
oscurecen el sol y la luna. (v.10) la encontramos en diversos profetas5, y llega a convertirse en una expresión estereotipada de la literatura apocalíptica, que tiene sus preferencias por las comparaciones cósmicas.
El profeta asocia aquí estas imágenes a la invasión de las langostas para destacar el carácter tenebroso del día
de Yahvé, del que la invasión de éstas son el anuncio y su primera manifestación. El profeta ve en este castigo de la plaga de langostas un principio de otro castigo mayor que se desencadenará en el pleno
día de Yahvé. Por eso, el enjambre de langostas es considerado como el
ejército de Yahvé y el
ejecutor de sus palabras o sentencias de castigo sobre Israel (v.11). Y el ruido que hace el enjambre de langostas es la
voz de Yahvé, porque ha utilizado a éstas como instrumento de su justicia vengadora. De ahí que nadie puede
soportarle o hacer frente al destino señalado por Yahvé mismo.
Exhortación al arrepentimiento (12-17).
12 Por eso, pues, ahora dice aún Yahvé: Convertios a mí de todo corazón en ayuno, en llanto y en gemidos, 13 Rasgad vuestros corazones, no vuestras vestiduras, y convertios a Yahvé, vuestro Dios, que es clemente y misericordioso, tardo a la ira y rico en benignidad, y se arrepiente en castigar) 6. 14 ¿Quién sabe si se volverá y se apiadará, y dejará tras sí bendición, ofrenda y libación para Yahvé, vuestro Dios? 15 Tocad la trompeta en Sión, promulgad ayuno, convocad asamblea. 16 Reunid al pueblo, promulgad santa congregación, convocad a los ancianos, reunid a los niños, aun a los niños de pecho. Que deje el esposo su cámara, y su tálamo la esposa. 17 Entre el pórtico y el altar oren los sacerdotes, ministros de Yahvé, y digan: Perdona, ¡oh Yahvé! a tu pueblo y no des al oprobio tu heredad para que se enseñoreen de ella las gentes. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios? Bellísima invitación a la penitencia después de anunciar el castigo del
día de Yahvé, iniciado con la invasión de las langostas. Todos los oráculos de Yahvé contra Israel suelen tener el carácter de conminatorios, porque siempre dejan la puerta abierta al arrepentimiento, a la misericordia y el perdón divinos. El profeta, pues, consciente de su misión de centinela de los intereses materiales y espirituales de su pueblo, le hace una última invitación al arrepentimiento y a la penitencia sincera:
rasgad vuestros corazones y no vuestras vestiduras (v.13). Yahvé quiere ahora sentimientos verdaderos y no mera farsa externa. El es el único modo de conjurar la ruina que se cierne sobre Israel.
Dios es siempre clemente y misericordioso y está más dispuesto a perdonar que a castigar (v.13); por eso no deben desesperar los israelitas en su situación de penuria actual, ya que Yahvé puede apiadarse de ellos y dejar tras
de sí bendición de bienes materiales, con los que puedan volver a presentar
oblación y libación al altar (v. 14). Ante esta posible alternativái ,el profeta invita a la penitencia a todas las clases sociales como signo de arrepentimiento, sincero (v.16); ni siquiera los niños de pecho deben estar ausentes de esta manifestación colectiva de duelo nacional por haber pecado contra Yahvé. Y al frente de todos, los sacerdotes, como ministros
de Yahvé, deben dirigir las manifestaciones litúrgicas de penitencia
entre el pórtico y el altar (v.17), es decir, entre la parte anterior del edificio del templo que da al oriente y el altar de los holocaustos, 6 Lit. se arrepiente de (hacer) mal. que se encontraba en el atrio interior, al que sólo tenían acceso los sacerdotes 7.
Pero hay que notar que la súplica de los sacerdotes ahora no es para que libre al pueblo de la invasión de las langostas y de la ruina del campo, sino para que los libre de caer entre las gentes, que es el
oprobio de Israel, pues siendo la
heredad de Dios, son objeto de irrisión entre los pueblos:
¿Dónde esta su Dios? (v.17) 8.
El perdón de Yahvé (18-20).
18 Entonces Yahvé, encendido en celo por su tierra, perdonó a su pueblo, 19 y respondió a su pueblo, diciendo: Os mando el trigo, el mosto y el aceite, y os saciaréis de ello, y no os expondré ya más al oprobio de las gentes. 20 Y alejaré de vosotros al norteño y le echaré a tierra desierta y árida, poniendo sus vanguardias hacia el mar oriental, y su retaguardia hacia el mar occidental; y subirá su hedor y exhalará hediondez, pues ha hecho Yahvé grandes cosas. Aunque el profeta no dice expresamente que el pueblo hizo las manifestaciones sinceras de penitencia que había pedido, se sobrentiende por el cambio de tono y de perspectiva. Yahvé está aplacado, y,
encendido en el celo por su tierra, perdonó a su pueblo (v.18). Por ello, les otorga en abundancia las cosas que habían perdido con la plaga de langostas, y, además, promete que no volverán a ser el
oprobio o ludibrio entre las gentes. No volverá a desamparar a su pueblo, de forma que Israel vuelva a ser presa de las naciones paganas.
Y, por fin, añade que el enemigo
norteño será alejado definitivamente hacia una zona desértica con su
vanguardia hacia el mar oriental 9,
y su retaguardia hacia el mar occidental 10. En esa zona entre el mar Muerto (oriental) y el Mediterráneo (occidental) se supone que se corrompe el ejército de ese
norteño. Pero ¿quién es este supuesto enemigo? Algunos autores creen que es el
viento que empujó la plaga de langostas desde el norte (la inVasión de langostas en Palestina suele venir del desierto oriental o de la estepa sinaítica), que iban a morir entre el mar Muerto y el Mediterráneo. San Jerónimo se inclina por esta interpretación, y dice que, en su tiempo, nubes de langostas morían empujadas hacia el Mediterráneo y eran devueltas por las olas hacia las costas palestinenses, con el consiguiente hedor en la región afectada. Pero es un hecho que este v.20 tiene, por su.contenido, muchas analogías con algunos textos de Ezequiel u, en los que se habla de un enemigo (Gog y Magog) que es desbaratado entre el mar Muerto y el Mediterráneo.
El norte era el lugar tradicional de las invasiones asirías, babilonias y escitas. De ahí que, en la literatura profética, el norte es sinónimo de región enemiga, de donde vienen los castigos de Yahvé sobre su pueblo 12. Aquí, pues, Joel parece aludir al castigo que sufrirá un supuesto enemigo del pueblo israelita procedente del norte. En Joel, el elemento escatológico tiene gran importancia, y, como veremos, el profeta supone que antes de la inauguración de la era mesiánica habrá un castigo ejemplar sobre los enemigos del pueblo elegido. En esta perspectiva tenemos que colocarnos para comprender este pasaje, que es, sin duda, paralelo al de Eze-quiel sobre la invasión y derrota de Gog entre el templo de la nueva teocracia y el mar Mediterráneo.
Anuncio de nueva prosperidad (21-27).
21 No ternas, suelo; alégrate y gózate, porque son muy grandes cosas las que Yahvé va a cumplir. 22 No temáis, animales del campo, que reverdecerán los pastizales del desierto, y darán fruto los árboles, y la higuera y la vid riqueza. 23 Alegraos y gózaos, hijos de Sión, en Yahvé, vuestro Dios, que os dará la lluvia a su tiempo y hará descender sobre vosotros la lluvia otoñal y primaveral como al principio. 24 Y rebosarán de trigo las eras, y de mosto y aceite los lagares. 25 Y os compensaré de los años en que lo comieron (todo) el arbé, el yéleq, el jasil y el gazam, mi gran ejército, que mandé contra vosotros. 26 Y comeréis hasta la saciedad y alabaréis el nombre de Yahvé, vuestro Dios, que hizo con vosotros maravillas, y jamás será confundido mi pueblo. 27 Sabréis que en medio de Israal estoy yo y que yo soy Yahvé, vuestro Dios, y no hay otro; y jamás será mi pueblo confundido. Ha pasado la hora de temor y de la desolación, y por eso, una vez reconciliados con Yahvé, deben alegrarse todos, porque va a cambiar totalmente el panorama: son
muy grandes las cosas que Yahvé va a cumplir (v.21). Con la bendición divina reverdecerán los pastizales, no faltará la lluvia, y de nuevo las cosechas ubérrimas alegrarán a los agricultores (v.24).
La efusión del espíritu de Yahvé (28-32).
28(31) Después de esto derramaré mi espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, y vuestros ancianos tendrán sueños, y vuestros mozos verán visiones. 29/2 Aun sobre los siervos y las siervas ) derramaré mi espíritu en aquellos días, 30/3 y haré prodigios en el cielo, y en la tierra sangre y fuego y columnas de humo. 31/4 Y el sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y terrible de Yahvé. 32/5 Y todo el que invocare el nombre de Yahvé será salvo, porque en el monte de Sión y en Jerusa-lén estará el resto de los salvados, como lo ha dicho Yahvé, y lo mismo será de los escapados, llamados por Yahvé. Después de anunciar la abundancia de bienes materiales en compensación por la penuria sufrida, el profeta anuncia también la sobreabundancia de bienes espirituales, simbolizados en la efusión pródiga del espíritu profético. Hasta ahora los hombres que eran favorecidos con visiones y oráculos eran una minoría privilegiada. En el futuro (
después de esto tiene un sentido amplio de proyección
mesiánica),
Yahvé se comunicará a los ciudadanos de la nueva teocracia en unas proporciones no soñadas. Zacarías anuncia la efusión de un espíritu de gracia y de plegaria sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén 13. Joel concreta más, y anuncia que todos los representantes de las distintas clases sociales participarán de la efusión del espíritu de Yahvé.
San Pedro, en su discurso el día de Pentecostés, vio el cumplimiento de la profecía en la comunicación sobreabundante
del Espíritu Santo a los reunidos en el cenáculo 14. Joel concibe la inauguración de la era mesiánica como la eclosión plena del espíritu de Dios, que se comunica sobreabundantemente
a todos los que formen parte de la nueva teocracia. Jeremías habla de un nuevo pacto entre Dios y su pueblo, basado en la entrega de los corazones 15; Joel se mantiene en esta línea espiritualista, suponiendo que
lo esencial de la era mesiánica será la íntima comunicación entre Yahvé y los miembros de su pueblo elegido. Su profecía se cumplió plenamente en la Iglesia fundada por Cristo, donde abundaron los
carismas de todo género, sobre todo en la primitiva generación apostólica.
Al lado del anuncio de la efusión universal del espíritu, el profeta proclama un juicio vindicativo sobre las naciones paganas para hacer justicia al pueblo elegido, por ellas perseguido. Será el
día de Yahvé, en el que hasta la misma naturaleza se trastocará. Las frases que aquí se consignan sobre el oscurecimiento del sol y de la luna, que antes se aplicaron a la invasión de las langostas, no han de tomarse al pie de la letra, sino dentro del género literario del lenguaje apocalíptico, en el que siempre entran las convulsiones cósmicas como arte integrante del juicio de Dios sobre los hombres. El profeta intenta encarecer el terror y transformación universal que producirá la manifestación justiciera de Dios.
En ese juicio terrorífico se salvará sólo el que invocare el nombre de Yahvé (v.32), es decir, los que pertenezcan a la comunidad teocrática hebrea, los invocadores y adoradores del nombre de Yahvé.
1 Cf.
Amo_5:18.20;
Sof_1:15;
Eze_30:3. 2 Plinio,
Hist. Nat. XI 29. 3 Sobre la expresión
paraíso de Edén véase
Eze_36:35;
Isa_51:3;
Gen_13:10;
Gen_2:8. 4 Hoonacker cita el testimonio de Fpskal
(Descr. animal. p.81) para corroborar esta observación: transeúntes grylli super verticem nostrum, sonó
magnae catarrhactae fervebant. 5 Cf.
Isa_13:10;
Eze_32:7. 7 Cf. Flavio Josefo, Cont.
Ap. II 9. 8 Cf.
Jer_24:9. 9 Lit. mar
anterior (supuesta la orientación en dirección al este). 10 Lit. Mar posterior (colocado a la espalda del que se orienta hacia el este). 11 Cf.
Eze_26:7;
Joe_38:6.15;
Eze_39:2. 12 Cf.
Jer_1:13-15;
Jer_4:1.22;
Joe_10:22. 13 Cf.
Zac_12:10. 14 Cf.
Hec_2:17;
Hec_10:445. 15 Cf.
Jer_31:31