Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Joram, en pie de guerra (3:1-8).
1
Joram, hijo de Ajab, comenzó a reinar sobre Israel, en Samaría, el año segundo de Joram, hijo de Josafat, rey de Judá y reinó doce años. 2
Hizo el mal a los ojos de Yahvé, no tanto, sin embargo, como su padre y su madre. Derribó los cipos dé Baal que había hecho su padre, 3
pero se dio a los pecados con que Jeroboam, hijo de Nabat, había hzcho pecar a Israel, y no se apartó de ellos. 4
Mesa, rey de Moab, tenía muchos ganados y pagaba al rey de Israel cien mil corderos y cien mil carneros con su lana. 5
A la muerte de Ajab, el rey de Moab se rebeló contra el rey de Israel. 6
Entonces el rey Joram salió de Samaría y revistó a Israel y se puso en marcha, 7
mandando decir a Josafat, rey de Judá: El rey de Moab se ha rebelado contra mí ¿Quieres venir conmigo para atacar a Moab? Josafat respondió: Iré yo como tú, mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como tus caballos. 8
Y preguntó: ¿Por qué camino subiremos? Y Joram dijo: Por el camino del desierto de Edom. Vimos que a Ocozías (853-852) sucedió en el trono su hermano Joram (852-841). En Judá reinaba su homónimo Joram (848-841), hijo de Josafat (870-848). Con el advenimiento de Joram suavizóse la tensión religiosa imperante en Israel, contribuyendo a ello la acción de Elíseo. Joram demolió los cipos de los baales que había construido su padre por indicación de su mujer Jezabel (
1Re_16:29-33)· Sin embargo, por conveniencias políticas, dejó en pie los antiguas santuarios religiosos erigidos por Jeroboam, rivales del templo de Jerusalén (
1Re_12:29).
En tiempos de Omri extendió Israel sus dominios sobre Moab, en una de cuyas ciudades, Madaba, fue colocada una guarnición para urgir el cumplimiento del fuerte tributo impuesto. Al morir Ajab, hubo una tentativa por parte de Mesa de sacudir el yugo irsaelita (
1Re_1:1). Durante el reinado de Joram probó fortuna nuevamente. Joram salió de Samaría y pasó revista a Israel; mandó después un mensaje al rey de Judá, llamado también Joram, pidiéndole su colaboración en la campaña contra Moab (
1Re_22:4). En los v.11; 12; 14 se dice que Josafat era rey de Judá; en un principio, el texto no lo citaba por su nombre; pero más tarde, en atención a la piedad de Josafat y a la analogía de esta acción con la de 1 Re c.22, un escriba introdujo el nombre de Josafat en vez del de Joram. Por aquel entonces, Edom dependía de Judá (
2Sa_8:14). Esta circunstancia favoreció los planes de Joram de atacar a Moab por el sur a través de las fronteras septentrionales de Edom.
En busca de un profeta (2Sa_3:9-14).
9
Partieron el rey de Israel, el rey de Judá y el rey de Edom; y después de siete días de marcha faltó el agua para el ejército y para el ganado que le seguía. 10
Entonces el rey de Israel dijo: ¡Ay! Yahvé ha reunido a tres reyes para entregarlos en manos de Moab. 11
Pero Josafat dijo: ¿No hay aquí ningún profeta de Yahvé? Uno de los servidores del rey de Israel dijo: Sí, aquí está Elíseo, hijo de Safat, que es el que daba aguamanos a Elías. 12
El rey de Judá dijo: La palabra de Yahvé es con él. El rey de Israel y el rey de Judá y el rey de Edom bajaron en busca suya. 13
Elíseo dijo al rey de Israel: ¿Qué tengo yo que ver contigo? Ve a los profetas de tu padre. El rey de Israel le dijo: No, es que ha reunido Yahvé tres reyes para entregarlos en manos de Moab. 14
Elíseo dijo: Vive Yahvé Sebaot, a quien sirvo, que, si no fuera por respeto al rey de Judá, a ti ni te atendería ni te miraría siquiera. Los tres reyes emprendieron la marcha por los arenales al sur del mar Muerto, avanzando hacia el nordeste. Era primavera; no contaron los inexpertos monarcas con el agua, tan importante en el desierto para proveer a todo un ejército. Los dos reyes, de Israel y de Judá, conocían la existencia de Elíseo, que comenzó por ser el servidor de Elías, siendo una de sus misiones derramar el agua en las manos del profeta para purificárselas (
Mat_15:2;
Mar_7:3;
Luc_11:38). Elíseo demuestra gran indiferencia por el rey de Israel, recordándole los profetas de Baal al servicio de su padre (
1Re_18:19;
1Re_19:1). Pero, en atención al rey de Judá, plegóse al ruego que le hicieron.
Elíseo profetiza (1Re_3:15-20).
15
Traedme, pues, un tañedor de arpa. Mientras el arpista tocaba el arpa, fue sobre Elíseo la mano de Yahvé, 16
y dijo: Así habla Yahvé: Id y haced en el valle muchas zanjas. 17
Porque así dice Yahvé: No veréis viento ni veréis lluvia, y el valle se llenará de agua, y beberéis vosotros, vuestro ejército y vuestro ganado. 18
Pero todo esto es poca cosa a los ojos de Yahvé. Yahvé entregará a Moab en vuestras manos; 19
tomaréis todas las plazas fuertes, talaréis todos los árboles frutales y cegaréis todos los manantiales de agua, y destruiréis, cubriéndola de piedras, toda la tierra fértil. 20
Por la mañana, a la hora de la presentación de la ofrenda, vino el agua del camino del desierto de Sur por la parte de Edom, y la tierra toda se llenó de agua. Tenemos en la Biblia otros ejemplos sobre el uso de instrumentos músicos para despertar la inspiración profética (
1Sa_10:5ss; 16.23;
1Sa_18:10;
1Sa_19:20). Al son del arpa, el espíritu de Yahvé púsose sobre Elíseo, o, como dice el texto, fue sobre Elíseo la mano de Yahvé (
1Re_18:46), profiriendo en este estado dos oráculos. Promete a los reyes de Israel y de Judá que tendrán agua en abundancia, que llegará sin viento ni lluvia. A veces furiosas tormentas se desencadenan en la meseta transjordánica, tomando las aguas un curso impetuoso en dirección al Ghor o al mar Muerto. Por esta causa vieron los reyes en la madrugada que las aguas bajaban por el camino de Edom. Las grandes zanjas que debían abrir cortarían el curso de las mismas, poniéndolas al servicio de hombres y anídales. La segunda promesa se refiere a la victoria sobre Moab,
Derrota y huida de Moab (1Re_3:21-27).
21
Entre tanto, los moabitas, sabiendo que subían los reyes a atacarlos, reunieron a cuantos estaban en edad de empuñar las armas y se pusieron en la frontera. 22
Al levantarse por la mañana y ver brillar el sol sobre las aguas, a los de Moab les parecieron las aguas desde lejos como si fueran sangre; 23
y se dijeron: Es sangre; los reyes se han vuelto uno contra otro, y unos a otros se han matado. ¡Hala, pues, Moab, a la presa! 24
Mas cuando llegaron al campo de Israel, alzáronse los israelitas y destrozaron a los de Moab, que se pusieron en huida delante de ellos. Siguieron en la fuga hiriendo a los de Moab, 25
y asolaron sus ciudades, y en todas las tierras fértiles echó cada uno su piedra, llenándolas de ellas; cegaron los manantiales de aguas y talaron los árboles frutales. Sólo quedó Quir Jareset, que rodearon los honderos, arrojando sobre ella sus tiros. 26
Viendo el rey de Moab que llevaba lo peor en la batalla, hizo una salida con setecientos hombres de guerra para ver de desbaratar al rey de Edom. No pudo conseguirlo; 27
y entonces, tomando a su primogénito, al que había de reinar después de él, le ofreció en holocausto sobre la muralla. Se desató entonces gran cólera contra Israel, que, retirándose de allí, se volvió a su tierra. Moab dispúsose al ataque. A los primeros rayos del sol, y a consecuencia de las tormentas producidas en un punto muy distante hacia el norte, tenían las aguas color de sangre, lo que interpretaron en el sentido de que los reyes aliados habían combatido uno contra otro. Confiados en esta creencia y no contando con una resistencia armada, avanzaron los moabitas alegres y confiados hacia el campo enemigo. Pronto cayeron en la cuenta de que se habían equivocado. Los vencedores devastaron toda la región, talando árboles, cegando pozos y sembrando de piedras los campos de cultivo. Pusieron cerco a la capital Quir Jareset, hoy
Kerak (
Isa_16:1-11;
Jer_48:31-36), durante el cual Mesa, su rey, en el paroxismo de la desesperación, tomó a su hijo mayor y, a la vista de todos, sobre la muralla, lo sacrificó. Según
Lev_18:21;
Lev_20:2, el culto de Moloc comportaba tales sacrificios. Atribuía Mesa la derrota de su ejército a la ira del dios Kamos, al que quiso aplacar con la oblación de su hijo. Filón de Byblos escribe que en las grandes calamidades solían los antiguos sacrificar a la divinidad al hijo más querido en aras de la salvación de todos 1.
El capítulo termina con unas palabras enigmáticas, que se prestan a variadas interpretaciones. Para algunos exegetas, los israelitas se indignaron al ver el sacrificio del hijo de Mesa y, horrorizados de lo que veían sus ojos, abandonaron la ciudad y se fueron. Creen otros en una indignación de Kamos contra los israelitas, los cuales, heridos por la peste o rechazados por una salida inesperada de los sitiados, viéronse constreñidos a levantar el cerco y escapar. Finalmente, pudo Yahvé indignarse contra los israelitas por algún pecado cometido. La opinión más en boga hoy ve en la frase una derrota de los israelitas y la victoria de Moab, en cuya memoria el rey Mesa erigió su famoso obelisco. Lo cierto es que, después de este hecho de armas, los moabitas recuperaron su independencia, ejemplo que imitó también Edom.
1 Según los textos hallados en Rash Shamra, el nombre primitivo del dios era Baal-Zebul, Que aparece en el Nuevo Testamento como sinónimo de príncipe de los demonios (
Mat_10:25 ;
Mat_12:24-27;
Luc_11:15), cuyo significado originario era de
Baal el sublime, o el
príncipe. El texto hebraico, por menosprecio a esta falsa divinidad, transformó aquel nombre en
Baal de las Coscas. Los LXX y Flavio Josefo traducen
el dios mosca. Por el mismo Rash Shamra sabemos que
zebul significaba también
habitación, morada. Los cananeos rendían culto a un dios que tenia su morada en las profundidades de la tierra, de donde su título de
Beel Zebul o
Beel Ars, el maestro de la tierra R. Dussaud,
Les découvertes de Ras Shamra et V anclen Testament paris 1937; W. H. Albright: Basor 42 1932 17)·
2 De Vaux,
Elie; P. Jouon,
La cosíame
d'Elie et celui dejean Baptiste: ? ?? (1935) 74-8
1 RB 41 (1932) 237-252; La Terra Santa, 23 (1948) 43-50.
2 Elie dam l'Ancien Testament l.c., 113.
3 M. E. boismard,
Elie dans le Nouveau Testament: Elie, l.c., 128; G. Perrelia, Num
Henoch et Elías a morte immunes?: Dívus Thomas, 39 (1936) 395-398; A. di Guglielmo,
Dissertatio exegetica de reditu Eliae (Jerusalén 1938); R. Kittel,
Theolosisches Worterbuch II 930-943-
1 Eusebio,
Praep. Evang. 4:16: PG 21:273.
El Monolito de Mesa.
La situación política de Moab nos es conocida principalmente, por la famosa inscripción del rey Mesa encontrada en Dibón, al noroeste del mar Muerto, el año 1868. Mide 1:13 por 0,70 metros; consta de treinta y cuatro líneas, de las cuales las últimas se han conservado en mal estado. Probablemente el monolito remonta al año 842 antes de Cristo, siendo por consiguiente, contemporáneo del rey Mesa, por cuyo mandato se llevó a cabo la famosa inscripción, que reproducimos en castellano:
(1) Yo soy Mesa, hijo de Kamos, rey de Moab, el (2) dibonita. Mi padre reinó treinta años sobre Moab y yo reí (3) né después de mi padre. Levanté este lugar alto para Kamos en Qorhah (que el texto bíblico llama Quir Jareset), lugar alto de sal (4) vación, por haberme salvado de todos los ataques y concederme haber visto la victoria sobre todos mis enemigos. En cuanto a Omri, (5) rey de Israel, oprimió a Moab durante mucho tiempo, porque Kamos habíase irritado contra su (6) país. Le sucedió su hijo, que díjose también: Oprimiré a Moab. Fue en mi tiempo que habló así, (7) y yo me he alegrado de la victoria sobre él y sobre su casa, en tanto que Israel ha perecido para siempre. Ahora bien, Omri había ocupado el país (8) de Madaba, e Israel habitó allí en su tiempo y durante parte de la vida de su hijo, cuarenta años; pero (9) Kamos me lo ha devuelto durante mis días. He edificado Baal-Meón, donde hice un estanque; (10) he edificado Qaryaten. Los hombres de Gad habitaban desde siempre en el país de Atarot, donde el rey de Israel habíase construido (i i) Atarot para él. Ataqué la ciudad y la tomé, matando a todo el pueblo de (12) la ciudad, a fin de saciar a Kamos y Moab. De allí saqué cautivo a Ariel, su jefe (literalmente su dawid) y le (13) llevé delante de Kamos en Queriat. Instalé allí gentes de Sarón y gentes de (14) Maharot. Y Kamos me dijo: Vete y toma Nebo a Israel. Fui (15) de noche y combatí contra ella desde el amanecer hasta el mediodía. La (16) tomé, matando a todos: siete mil hombres en la fuerza de la edad y viejos, mujeres en la fuerza de la edad y ancianas (17) y concubinas, que entregué a Astar-Kamos en anatema. Y tomé de allí los utensilios (18) de Yahvé, que puse delante de Kamos. Pues el rey de Israel había edificado (19) Yahas, donde habitaba cuando combatía contra mí. Pero Kamos lo arrojó lejos de mí. (20) Tomé doscientos hombres de Moab, todos sus jefes, que conduje contra Yahas, (21) anexionándola a Dibón. Soy yo quien ha edificado Qorhah, el muro del bosque, la muralla de la (22) ciudadela; fui yo el que construyó sus puertas y el que levantó sus torres. (23) Soy yo quien ha construido el palacio real y el que ha fabricado los muros que sostienen el estanque para las aguas en medio de (24) la ciudad. No había cisterna dentro de la ciudad, en Qorhah; di entonces la orden a todo el pueblo: (25) Que cada uno edifique una cisterna en su casa. Hice abrir zanjas para Qorhah a los (26) prisioneros de Israel. Fui yo quien construyó Aroer y el ie abrió la ruta en el valle del Arnón. (27) Fui yo el que construyó Betoth, que estaba destruida; yo reconstruí Betser, que estaba en ruinas, con cincuenta hombres de Dibón, porque Dibón está bajo mi obediencía. Reiné (29) sobre un centenar de ciudades que había anexionado al país de Moab. Fui yo quien levantó (30) también Medeba y Bet-Diblaten es cuanto a Beel Baal Meón, llevé yo allí viñadores (31) y pastores para el ganado menor del país. En cuanto a Hauronén habitaba. (32) Kamos rne dijo: Desciende, combate contra Hauronén; bajé y (33) combatí contra ella y la tomé. Y habitó allí Kamos en mi tiempo. de allí. (34) la lluvia cayó abundante. De la inscripción de Mesa se deduce que el rey de Moab la escribió en un momento eufórico por su victoria sobre Israel. Gomo puede observarse, los reveses y las victorias se atribuyen al dios nacional Kamos. Como en Israel, las ciudades enemigas eran entregadas al anatema de destrucción i.