Jeremías  25 Nueva Traducción Viviente (Tyndale House, 2009) | 38 versitos |
1 Este mensaje del SEÑOR, para todo el pueblo de Judá, le vino a Jeremías durante el cuarto año del reinado de Joacim* sobre Judá. Este fue el año en que el rey Nabucodonosor* de Babilonia comenzó a reinar.
2 Jeremías el profeta le dijo a todo el pueblo de Judá y de Jerusalén:
3 «Durante los últimos veintitrés años —desde el año trece del reinado de Josías, hijo de Amón,* rey de Judá, hasta ahora— el SEÑOR me ha estado dando sus mensajes. Yo se los he comunicado con toda fidelidad, pero ustedes no han querido escuchar.
4 »Una y otra vez, el SEÑOR les ha enviado a sus siervos, los profetas, pero ustedes no escucharon ni prestaron atención.
5 Todas las veces el mensaje fue: “Apártense de su mal camino y de sus malas acciones. Sólo entonces los dejaré vivir en esta tierra que el SEÑOR les dio a ustedes y a sus antepasados para siempre.
6 No provoquen mi enojo al rendir culto a ídolos que ustedes hicieron con sus propias manos. Entonces no les haré ningún daño”.
7 »Pero ustedes no querían escucharme —dice el SEÑOR—. Me pusieron furioso al rendir culto a ídolos hechos con sus propias manos y trajeron sobre ustedes todos los desastres que ahora sufren.
8 Ahora el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales dice: “Como ustedes no me han escuchado,
9 reuniré a todos los ejércitos del norte bajo el mando de Nabucodonosor, rey de Babilonia, a quien nombré mi representante. Los traeré contra esta tierra, contra su gente y contra las naciones vecinas. A ustedes los destruiré por completo* y los convertiré en objeto de horror, desprecio y ruina para siempre.
10 Quitaré de ustedes la risa y las canciones alegres. No se oirán más las voces felices de los novios ni de las novias. Las piedras de molino se acallarán y las luces de las casas se apagarán.
11 Toda la tierra se convertirá en una desolada tierra baldía. Israel y las naciones vecinas servirán al rey de Babilonia por setenta años.
12 »”Entonces, después que hayan pasado los setenta años de cautiverio, castigaré al rey de Babilonia y a su pueblo por sus pecados —dice el SEÑOR—. Haré del país de los babilonios* una tierra baldía para siempre.
13 Traeré sobre ellos todos los terrores que prometí en este libro, todos los castigos contra las naciones anunciados por Jeremías.
14 Muchas naciones y grandes reyes esclavizarán a los babilonios, así como ellos esclavizaron a mi pueblo. Los castigaré en proporción al sufrimiento que le ocasionaron a mi pueblo”».
15 Esto me dijo el SEÑOR, Dios de Israel: «Toma de mi mano la copa de mi enojo, que está llena hasta el borde, y haz que todas las naciones a las que te envíe beban de ella.
16 Cuando la beban se tambalearán, enloquecidos por la guerra que enviaré contra ellos».
17 Así que tomé la copa del enojo del SEÑOR e hice que todas las naciones bebieran de ella, cada nación a la que el SEÑOR me envió.
18 Fui a Jerusalén y a las otras ciudades de Judá, y sus reyes y funcionarios bebieron de la copa. Desde ese día hasta ahora ellos han sido una ruina desolada, un objeto de horror, desprecio y maldición.
19 Le di la copa al faraón, rey de Egipto, a sus asistentes, a sus funcionarios y a todo su pueblo,
20 junto con todos los extranjeros que vivían en esa tierra. También se la di a todos los reyes de la tierra de Uz, a los reyes de las ciudades filisteas de Ascalón, Gaza y Ecrón, y a lo que queda de Asdod.
21 Después les di la copa a las naciones de Edom, Moab y Amón,
22 a los reyes de Tiro y Sidón, y a los reyes de las regiones al otro lado del mar.
23 Se la di a Dedán, a Tema, a Buz y a la gente que vive en lugares remotos.*
24 Se la di a los reyes de Arabia, a los reyes de las tribus nómadas del desierto
25 y a los reyes de Zimri, Elam y Media.
26 Se la di a los reyes de los países del norte, lejanos y cercanos, uno tras otro, es decir a todos los reinos del mundo. Finalmente, el mismo rey de Babilonia* bebió de la copa del enojo del SEÑOR.
27 Entonces el SEÑOR me dijo: «Ahora diles: “Esto dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: ‘Beban de la copa de mi enojo. Emborráchense y vomiten; caigan para nunca más levantarse, porque envío guerras terribles contra ustedes’ ”.
28 Ahora bien si se niegan a aceptar la copa, diles: “El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales dice: ‘No les queda más que beberla.
29 He comenzado a castigar a Jerusalén, la ciudad que lleva mi nombre. ¿Acaso los dejaría a ustedes sin castigo? No, no escaparán del desastre. Enviaré guerra contra todas las naciones de la tierra. ¡Yo, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, he hablado!’ ”.
30 »Ahora, profetiza todas estas cosas y diles: »“El SEÑOR rugirá contra su propia tierra desde su santa morada en el cielo. Él gritará como los que pisan las uvas; gritará contra todos los habitantes de la tierra.
31 Su grito de juicio llegará hasta los confines de la tierra, porque el SEÑOR presentará su caso contra todas las naciones. Él juzgará a todos los habitantes de la tierra, y matará con la espada a los perversos. ¡Yo, el SEÑOR, he hablado!”».
32 Esto dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales: «¡Miren! ¡Nación tras nación sufrirá calamidades! ¡Se está levantando un gran torbellino de furia desde los rincones más distantes de la tierra!».
33 En aquel día, los que el SEÑOR haya masacrado llenarán la tierra de un extremo a otro. Nadie llorará por ellos ni juntará sus cuerpos para enterrarlos. Estarán esparcidos sobre el suelo como estiércol.
34 ¡Lloren y giman, pastores malvados! ¡Revuélquense en el polvo, líderes del rebaño! Ha llegado el momento de su matanza; ustedes caerán y se harán añicos como vaso frágil.
35 No encontrarán lugar dónde esconderse; no habrá forma de escapar.
36 Escuchen los gritos desesperados de los pastores. Los líderes del rebaño gimen en su desesperación porque el SEÑOR está arruinando sus pastos.
37 Debido al gran enojo del SEÑOR los prados tranquilos se convertirán en tierra baldía.
38 Él salió de su guarida como un león fuerte en busca de su presa, y la tierra quedará desolada por la espada del enemigo y por la ira feroz del SEÑOR.

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Introducción a Jeremías 

Autor: Jeremías o sus seguidores.

Fecha: 627-586 a.C.

Género: Profecía.

Resumen: Jeremías es conocido como el profeta llorón. Él entregó los mensajes de Dios al pueblo de Judá. A pesar de suplicarle al pueblo que se arrepintiera de sus pecados y regresara a Dios, la gente lo ignoró y fueron llevados cautivos a Babilonia.

Fuente:

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Notas

Jeremías  25,1

El cuarto año del reinado de Joacim y el año de la ascensión al reino de Nabucodonosor fue el 605 a. C.

En hebreo Nabucad-retsar, una variante de Nabucodonosor.


Jeremías  25,3

El año trece del reinado de Josías fue el 627 a. C.


Jeremías  25,9

El término hebreo empleado aquí se refiere a la consagración total de cosas o personas al SEÑOR, ya sea destruyéndolas o entregándolas como ofrenda.


Jeremías  25,12

O caldeos.


Jeremías  25,23

O los que se recortan las puntas de su pelo.


Jeremías  25,26

En hebreo Sesac, un hombre codificado para Babilonia.