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Anuncio del nacimiento de Juan el Bautista

En tiempo de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías; su mujer era descendiente de Aarón y se llamaba Isabel. (Lucas 1, 5) © La Biblia de Nuestro Pueblo (2006)

Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)



CAPÍTULO 01

INTRODUCCIÓN

1. San Lucas dejó a la humanidad dos libros: el Evangelio y los Hechos de los apóstoles. En la introducción del segundo se dice: «Escribí mi primer relato, oh Teófilo, acerca de todo lo que Jesús hizo y enseñó hasta el día en que fue arrebatado a lo alto, después de dar instrucciones por medio del Espíritu Santo a los apóstoles que se había elegido» (Act_1:1s). Designa el Evangelio y los Hechos con el término logos. Lo que liga a ambos libros es la palabra de Dios. Es también lo que enlaza las dos épocas de que tratan los dos escritos: el tiempo de Jesús y el tiempo subsiguiente de la Iglesia. La obra histórica de Lucas quiere presentar la palabra de Dios que fue proferida por medio de Jesús y que sigue actuando en la predicación misionera cristiana. Esta idea está formulada en cierto modo en las siguientes palabras de los Hechos: «Nosotros, pues, os anunciamos que la promesa hecha a los padres, Dios la ha cumplido en favor de los hijos, que somos nosotros, suscitando a Jesús...» (Act_1 3:32s).

El Evangelio es punto de partida y base para el acontecer que se desarrolla en los Hechos de los apóstoles. En efecto, la palabra que envió Dios es la acción salvadora de Jesucristo en Judea (Act_10:36s). La historia de Jesucristo es, por tanto, la palabra de Dios. El hecho de Cristo es una palabra que habla en la predicación apostólica. Lucas presentó en los Hechos de los apóstoles el acontecimiento de Cristo como cumplimiento de la palabra profética que había sido dirigida a los padres, y como punto de partida de la predicación misionera. En Jesucristo está ya delineado todo lo que los Hechos refieren sobre la palabra de Dios. El evangelista diseñó una imagen de Cristo que presenta a Jesús como la palabra de Dios. La clave para la inteligencia del Evangelio nos la ofrecen los Hechos de los apóstoles.

Se describe a Jesús como profeta «poderoso en obras y en palabras». Es más que profeta; es el profeta de los últimos tiempos, el Santo de Dios, el Hijo de Dios. Su palabra es, por tanto, revelación final, palabra decisiva, definitiva. La fuerza de lo alto, el Espíritu Santo, es el que sugiere en los últimos tiempos el lenguaje de salvación que abre las bocas y los corazones de todos (Act_1:8; Act_2:4). Con este Espíritu fue ungido Cristo desde el principio, este Espíritu recibieron los apóstoles de Cristo elevado a la diestra del Padre. Gracias a él actúan los testigos con gran fuerza y refuerzan la palabra mediante signos y prodigios que el Señor hace que se produzcan por su mano (Act_4:33s; Act_14:8s), así como anteriormente Jesús, ungido por el Espíritu, había tenido poder sobre las enfermedades, los demonios, la muerte y el pecado.

La palabra del Señor se propaga por toda la región (Act_13:49). Crece (Act_6:7), «crece y se multiplica» (Act_19:20) y se muestra poderosa. Los Hechos de los apóstoles no quieren exponer otra cosa que el cumplimiento de la promesa del Resucitado: «Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que sobre vosotros vendrá; y seréis testigos míos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra» (Act_1:8). El evangelio presenta ya el comienzo de esta expansión, de esta propagación de la palabra de Dios hasta los confines de la tierra. La palabra de Dios vino del cielo a una ciudad de Galilea, a Nazaret, allí comenzó a actuar después del bautismo y llenó toda la región de Palestina. San Lucas no se cansa de repetir cómo la palabra de Dios tiende a propagarse por todas partes. La voz de Jesús pasó de Palestina a las regiones limítrofes de los gentiles; las muchedumbres acuden a Jesús de todas partes.

Lucas presentó a Jesús como caminante. Es un caminante en la historia de la infancia, en su actividad en Galilea, en su gran «viaje», incluso como resucitado (Act_24:13 ss). Jesús camina de Galilea a Jerusalén, donde es elevado al cielo, para enviar la virtud del Espíritu Santo, que arma a los apóstoles como a testigos itinerantes.

La palabra anunciada por Dios por medio de Jesucristo, es la palabra de los apóstoles. Los servidores de Dios hablan palabra de Dios ( Act_4:29). Atestiguan lo que han visto y oído (Act_1:2.22). El Evangelio habla de estos testigos, refiere cómo fueron ganados y elegidos en Galilea y cómo acompañaron a Jesús hasta que fue elevado al cielo. Las secciones en que se habla de la actividad en Galilea se cierran cada vez con otros tantos llamamientos de discípulos (Act_5:1 ss; Act_5:27 ss) y con actividades de los mismos (Act_8:1 ss; Act_9:1 ss; Act_9:49 ss). Todos los que han recibido la palabra de Dios se convierten a su vez en apóstoles y heraldos de la palabra. Así, al extenderse la palabra de Dios se multiplica también el número de los discípulos.

Según los Hechos de los apóstoles, la palabra de Dios es palabra de salvación (Act_13:26) y de vida (Act_14:3; Act_20:32). Así es también palabra de «conversión a Dios y de fe en nuestro Señor Jesucristo» ( Act_20:21) y de perdón de los pecados ( Act_3:19; Act_13:38; Act_26:18). La palabra es llamamiento de Dios, bajo la forma del hecho de Jesús; a este llamamiento se debe responder con fe y conversión. Este llamamiento debe oírlo, percibirlo, creerlo (Act_4:4) cada uno en particular. Si lo hace, experimentará salvación, consolación, paz. La prehistoria y la cimentación de esta acción de la palabra en la predicación misionera de los Hechos de los apóstoles la ofrece el Evangelio, que nos habla del poder y fuerza salvífica de la palabra de Jesús.

2. Los cristianos de la primera generación estaban convencidos de que a la resurrección de Jesús no tardaría en seguir su segunda venida y la resurrección general de los muertos (Rom_13:11; 1Th_4:15).

Esta esperanza de la próxima venida de Cristo no se realizó. Cuando escribía Lucas su Evangelio y los Hechos de los Apóstoles había ya hecho estragos la persecución de los cristianos por Nerón, los romanos habían tomado Jerusalén, el templo había sido destruido por las llamas, pero la segunda venida de Cristo no había tenido lugar. Los Hechos de los apóstoles dan que pensar: «No os corresponde a vosotros saber los tiempos o momentos que el Padre ha fijado por su propia autoridad» (Act_1:7). Entre la ascensión de Jesús y su segunda venida se ha de intercalar un período de tiempo más largo de lo que se había creído en un principio, un período que ha de tener sentido en el transcurso de la historia de la salvación. Los cristianos no pueden sencillamente cruzarse de brazos y estarse mirando al cielo: «Hombres de Galilea, ¿qué hacéis ahí parados mirando al cielo? Este mismo Jesús que os ha sido arrebatado al cielo volverá de la misma manera que le habéis visto irse al cielo» (Act_1:11). Hay que cumplir un gran encargo de Jesús: «Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que sobre vosotros vendrá, y seréis testigos míos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra» (Act_1:8). La historia de la salvación desde el principio del mundo hasta la segunda venida de Cristo transcurre, según esta concepción de Lucas, en tres épocas. La primera es el tiempo de la promesa, en el que Dios preparó a su pueblo, mediante la ley y los profetas, para la salvación venidera (Act_16:16). Esta época terminó con Juan el Bautista. La segunda época es el tiempo de la realización, la del cumplimiento, el «año de gracia del Señor» (Act_4:19), el tiempo de Cristo, que se extiende desde el comienzo de su vida en la tierra hasta el momento de su ascensión al cielo. Puede llamarse también la mitad o punto medio de los tiempos. En este período de tiempo se realizó, por lo menos incipientemente, en un pequeño espacio y por breve tiempo, el comprendido entre los emperadores romanos Augusto y Tiberio, lo que se había predicho en el tiempo de la promesa. Se cumplió con creces lo que Dios había realizado por medio de los profetas. Los demonios son vencidos, la enfermedad y la muerte superadas, se anuncia a los pobres la buena nueva, se perdonan los pecados, está presente el amor de Dios. A este punto medio de los tiempos sigue un tiempo para el que Jesús envió fuerzas e incluso el Espíritu Santo. En este tiempo se extiende la palabra de Dios hasta los confines de la tierra. Es el tiempo de la Iglesia, que fue fundada ya en el segundo período, en la mitad de los tiempos, y que ahora se va desarrollando.

Las tres épocas se hallan en relación mutua. La mitad de los tiempos es realización del tiempo de la espera; por eso se prepara y se interpreta mediante la Sagrada Escritura (Act_24:44-47). Lucas cita raras veces la Sagrada Escritura, pero en los pasajes del Evangelio que son exclusivos de él es con frecuencia su exposición un tejido en el que están entrelazados numerosos hilos del Antiguo Testamento. Los acontecimientos del tiempo de Jesús se explican a la luz del Antiguo Testamento. De la palabra de Dios reciben el sentido que Dios mismo les había prefijado, se hace visible el plan de Dios que él realiza con la historia de la salvación. Mientras que el tiempo de la espera mira hacia adelante a la mitad de los tiempos, el tiempo de la Iglesia mira a la misma con una mirada retrospectiva. En este tiempo medio está contenido todo aquello de que vive el tiempo de la Iglesia. El Espíritu Santo, que es la fuerza de la Iglesia. era también la fuerza de Jesús, que con él fue ungido, por él oró, enseñó, obró; movido por él, caminó a través del país. La vida de Jesús es para la Iglesia el arquetipo de la vida. Sus sufrimientos son también los de los discípulos, sus experiencias son también las experiencias de la Iglesia. El Evangelio da la clave de la doctrina y de la vida de la Iglesia. Lucas escribe su Evangelio para que Teófilo pueda procurarse certeza histórica acerca de aquello sobre lo que ha sido instruido (1,4). Lo que Jesús vivió y enseñó, hay que realizarlo día tras día (9, 23).

3. Dios es el que actúa a través de todas las épocas de la historia. Lucas quiere narrar las grandes gestas de Dios en la historia, siendo así historiador y narrador. Jesús tiene que llevar a cabo el plan salvador de Dios. Lucas insiste más que los otros evangelistas en esta necesidad. El Resucitado habla así a los discípulos: «¡Oh, torpes y tardos de corazón para creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿Acaso no era necesario que el Cristo padeciera esas cosas para entrar en su gloria?» (24,25s). Jesús obra con la autoridad de Dios. Su obra es manifestación de Dios. Esto fluye del coloquio del Hijo con el Padre, que se lo ha dado todo: poder y doctrina. De esta unión con Dios recibe Jesús sabiduría, decisión en la elección de los discípulos, la gloria de la filiación divina en el bautismo, en la transfiguración y en la resurrección.

Dios quiere mostrarse como el que actúa a través de todas las épocas de la historia de la salvación. ésta no viene de los hombres, sino de Dios. «En la tierra paz entre los hombres, objeto del amor de Dios» (2,14). Lo que el hombre aporta, y debe aportar, es su pobreza. El programa de la acción salvífica de Jesús está contenido en el pasaje de la Escritura que se leyó en la sinagoga y del que dijo Jesús que se había cumplido cn aquella hora: «El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ungió para anunciar el Evangelio a los pobres; me envió a proclamar libertad a los cautivos y recuperación de la vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos, a proclamar un año de gracia del Señor» (Isa_61:1s; Isa_58:6). De aquí viene el que el evangelio de Lucas sea el evangelio de los pobres que viven en pobreza social, de los pecadores, de los adeudados, de las mujeres que están humilladas y no gozan de plena consideración social, de los que lloran. Jesús mismo forma parte de los pobres. Viene de Nazaret, nace en un establo, no tiene dónde reclinar la cabeza... El magnificat de la humilde esclava (1.46-55) es indicación del tiempo de la salud que comienza con Jesús. Dios sale por los humildes, los desvalidos y los pobres. El que está pagado de su propio poder cierra su corazón para con Dios, y Dios se cierra al que se le cierra. A través de todas las épocas de la historia de la salvación exige Dios que sean pequeños los que quieren recibir su salud.

El hombre se hace pequeño con la conversión. El tiempo de salvación es tiempo de misericordia con todos. Ahora bien, el presupuesto para recibir la salvación es la conversión: «No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan» (5.32) «Para que se conviertan» es un añadido de Lucas. El hombre se hace cargo de su situación mediante la palabra de Dios; ésta le informa sobre el juicio venidero y le descubre que es pecador. La preparación para la venida de Jesús, es conversión, arrepentimiento y paciencia.

Si Dios es el que obra en el tiempo de la salud, entonces le corresponde la alabanza. Los relatos de los prodigios realizados por Jesús acaban repetidas veces con la alabanza de Dios. Las alabanzas más extensas de Dios por sus obras salvíficas son el benedictus y el magnificat. Pero también el pueblo que se entera del nacimiento de Jesús (2,20), al igual que Isabel (1,41 ss), alaba a Dios. A las obras de Jesús se responde con alabanzas de Dios (4,15; 13,13; 18,43). Después de la resurrección del hijo de la viuda de Naím, estalla el pueblo en un canto de alabanza que reza así: «Un gran profeta ha surgido entre nosotros; Dios ha visitado a su pueblo» (7,16; cf. 1,68). Jesús juzga conveniente que los sanados alaben a Dios (17,15.18). Las obras salvíficas de Dios por medio de Jesús apuntan al reconocimiento de Jesús y en definitiva a la alabanza de Dios. «Cuando el centurión vio lo sucedido, glorificaba a Dios, diciendo: "Realmente, este hombre era un justo"» (23,47). También los Hechos de los apóstoles ponen de relieve la asociación entre obra salvadora de Dios por Cristo, conversión y alabanza: «Si, pues, Dios les otorgó el mismo don que a nosotros cuando creímos en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para poder impedírselo a Dios? Al oír esto, se tranquilizaron y glorificaron a Dios, diciendo: Según esto, Dios ha dado también a los gentiles la conversión que conduce a la vida» (Act_11:17s). En el templo comienza el Evangelio de Lucas, y en el templo termina. La liturgia de la oblación del incienso es la introducción del gran hecho salvador, el culto sinagogal en Nazaret inaugura la actividad pública de Jesús, las asambleas de la Iglesia naciente se efectúan en el templo de Jerusalén. «Y estaban continuamente en el templo, bendiciendo a Dios» (Act_24:53).

PROPÓSITO DEL EVANGELISTA Lc/01/01-04

San Lucas comienza con un prólogo que se adapta al uso literario de los escritores de su épocas (*). En un período amplio y cuidadosamente elaborado se habla de lo que ha dado pie para escribir la obra, de su contenido, fuentes, método y fin. Con ello se trata de hallar acceso al mundo del helenismo.

1 En vista de que muchos emprendieron el trabajo de componer un relato de los sucesos que se han cumplido entre nosotros, 2 según nos los transmitieron los que fueron testigos oculares y luego servidores de la palabra, 3 también yo, después de haber investigado con exactitud todos esos sucesos desde su origen, me he determinado a escribírtelos ordenadamente, ilustre Teófilo, 4 a fin de que conozcas bien la solidez de las enseñanzas que has recibido.

El Evangelio de Lucas tiene precedentes y modelos. Ha utilizado el Evangelio de Marcos y tiene afinidad con el evangelio de san Mateo. Muchos emprendieron el trabajo... es sin duda una fórmula exigida por la estructura literaria del prólogo. Quien escribe un Evangelio emprende una gran obra. Lucas sólo se permite afrontar esta empresa porque otros lo han hecho también ya antes que él.

El autor va a escribir sobre sucesos que Dios había preanunciado y que ahora se están cumpliendo entre los cristianos a quienes escribe Lucas. «Dios ha enviado el mensaje a los hijos de Israel y ha anunciado el Evangelio de paz por medio de Jesucristo» (Act_10:36). Este mensaje, esta palabra que anuncia y aporta salvación, tuvo comienzo con Jesucristo (Heb_2:3), que es el punto medio de la historia y la obra salvífica de Dios. Comenzando por Galilea, se extendió la palabra a toda Judea, es decir, Palestina; después de la ascensión de Jesús al cielo, la anunciaron en toda Judea y Samaría y hasta los confines de la tierra (Act_1:8), los apóstoles, con la virtud del Espíritu Santo. Desde entonces no se ha detenido esa palabra, no ha cesado de extenderse anunciando y aportando la salvación que Dios había prometido.

La fuente de la narración de Lucas y de sus predecesores es la tradición de la Iglesia que se remonta a testigos oculares. éstos presenciaron y vivieron los grandes sucesos de la historia de la salvación. Sólo podía ser heraldo del mensaje de Cristo después de su ascensión al cielo quien hubiera sido testigo «todo el tiempo en que anduvo el Señor Jesús entre nosotros, a partir del bautismo de Juan hasta el día en que nos fue arrebatado» (Act_1:21s). Estos testigos de «todas las cosas que hizo Jesús en la región de los judíos y en Jerusalén» ( Act_10:39) fueron también servidores de la palabra. Dios los autorizó y los equipó para que se pusieran al servicio de la grandeza divina do la palabra. Bajo la palabra proclamada por los testigos y servidores de la palabra se halla la palabra de Jesús, en la que Dios nos habla a nosotros.

San Mateo comienza su Evangelio con estas palabras: «Genealogía de Jesucristo», y Marcos: «Principio del evangelio de Jesucristo». Los autores se mantienen ocultos tras su obra. San Lucas se declara sin reparos: Me he determinado. Su obra deberá figurar en la bibliografía, ha de ocupar un puesto en el mundo de los libros. Además, su autor dio a la tradición un sello más personal que sus predecesores, aun conservando la forma original de la predicación de Jesús. Escribe como helenista culto, como médico y discípulo de Pablo ( Col_4:14). Los evangelistas quieren, con el fervor de su fe, encender también en otros un fervor semejante, pero siempre manteniéndose fieles a lo transmitido por tradición.

Lucas, como investigador de la historia, quiere emprender su obra con exactitud. Sigue los acontecimientos remontándose hasta el principio e investiga todo lo que está garantizado por los testigos oculares. Finalmente trata de narrar seguidamente y por orden todo lo que ha recogido. Ha puesto en todo el mayor empeño. Entre los Evangelios es el de Lucas el que más se acerca por la forma a una exposición histórica de la vida de Jesús. Lucas es el «historiador de Dios». Pero tampoco él quiere limitarse a escribir una historia o una biografía de Jesús, sino que tiene la intención de anunciar una buena nueva que aproveche para la salvación.

La obra está dedicada al ilustre Teófilo. ¿Quién era este Teófilo, este «amado de Dios»? ¿Se llamaba así? ¿Le dio Lucas este nombre porque era realmente «amigo de Dios»? ¿Qué personalidad se oculta bajo este nombre? En todo caso debía de ser un hombre de influencia, un alto funcionario; de lo contrario no se le daría el calificativo de «ilustre» (cf. Act_23:26). Era un hombre acomodado y de prestigio. Se le dedica el Evangelio para ponerlo bajo su protección, a fin de que alguien corra con los gastos de copiarlo y propagarlo. Como la palabra hecha hombre se hizo dependiente de hombres, así también la palabra de Dios en el libro debe contar con servicios humanos.

La predicación de la fe por la Iglesia había despertado en Teófilo la fe. Lucas quiere, con su Evangelio, dar a esta fe certeza y seguridad histórica. Nuestra fe no se apoya en mitos y en leyendas inventadas, sino en hechos históricos. Lo que se cree y se vive en la Iglesia tiene su ultimo fundamento en Jesucristo, que actuó en este mundo en una hora histórica.

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* Cf. el prólogo del médico Dioscórides (en tiempo de Nerón) a su libro de medicina: «Dado que no sólo muchos antiguos sino también modernos han escrito sobre la preparación y la virtud de los medicamentos.... querido Ario, yo también voy a intentar ..»

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Parte primera

EL COMIENZO DE LA SALVACIÓN 1,5-4,13

El tiempo en que fue preanunciada la salvación llega a su término con Juan Bautista; el tiempo en quo se realiza lo anunciado y prometido comienza con Jesús. Juan es «el mayor entre los nacidos de mujer; sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él» (7,28). Jesús está por encima del Bautista.

Tres veces se comienza con Juan y tres veces se continúa con Jesús. Cada comienzo de Juan sirve a Jesús: la anunciación (1,5-56), el nacimiento y la infancia (1,572,52), la actividad pública (3,1-4,13). Los relatos transcurren de manera análoga, pero los informes acerca de Jesús superan a los relatos sobre Juan incluso en su aspecto externo, por lo que se refiere a su extensión. Jesús tiene que crecer, Juan tiene que disminuir (Joh_3:30).

Jesús fue preparado por el Bautista; el Bautista es heredero de grandes personalidades de la historia de Israel, de Sansón, de Samuel, de Elías. Palabras del Antiguo Testamento con que se diseñan estas personalidades sirven también para presentar a Juan y a Jesús. La historia de la salvación no destruye lo que ella misma ha creado, sino que echa mano de ello y lo lleva a la perfección. La luz brilla cada vez con mayor claridad hasta que despunta el día. Dios obra cada vez con mayor poder: «Haré nuevamente con este pueblo extraordinarios prodigios, ante los que fallará la ciencia de los sabios y será confundida la prudencia de los prudentes» (Isa_29:14). Cristo es la realización de la historia de la salud.

I. LA PROMESA (Isa_1:05-56).

El mismo mensajero de Dios, Gabriel, anuncia el nacimiento de Juan (1,5-25) y el de Jesús (1,26-38); ambos se encuentran al encontrarse las madres (1,39-56).

1. ANUNCIACIÓN DEL BAUTISTA (Lc/01/05-25).

a) De un suelo santo (1,5-7).

5 En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abías. Su mujer era de la descendencia de Aarón y se llamaba Isabel. 6 Ambos eran auténticamente religiosos ante Dios, llevando una conducta intachable en conformidad con todos los mandamientos y órdenes del Señor. 7 Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril; además, eran ambos de avanzada edad.

Las obras salvíficas de Dios se llevan a cabo en la historia de los hombres. También el libro de Judit comienza en forma análoga a la historia de la infancia de Jesús: «En los días de Arfaxad» (Jdt_1:1). La historia sagrada requiere un estilo bíblico. Los días de Herodes caen en el tiempo que va del 40 al 4 a.C. Mientras que el nacimiento de Juan se asocia al tiempo de Herodes, rey de Judea (Palestina), el nacimiento de Jesús tiene lugar en el tiempo del emperador Augusto, que reinaba sobre «el mundo entero» (Jdt_2:1). Juan está todavía encerrado en la estrechez de Judea, Jesús trae la salvación al mundo entero. La anunciación de Juan está envuelta en claridades de santidad. El Bautista se halla en el umbral del tiempo de la salvación y es el presagio de la santificación venidera. Cuando Dios establezca su reinado en Cristo, santificará su nombre (Jdt_11:2; Eze_20:41). La manifestación de la gloria de Dios es también la manifestaci6n de su santidad.

Los padres de Juan cuentan entre los santos del país. El padre es sacerdote del turno de Abías, y la madre tiene por antepasado al sumo sacerdote Aarón. El matrimonio de ambos respondía a los imperativos sagrados de la ley sacerdotal: el sacerdote tomaba por esposa a la hija de un sacerdote. En Israel se propaga el sacerdocio por generaci6n. Juan es sacerdote, está consagrado al servicio de Dios, es santo. Sin embargo, realizará este servicio de Dios muy diferentemente que su padre...

Zacarías («Dios se acordó») e Isabel («Dios juró») son santos, porque son justos delante de Dios. Observan todos los preceptos de la ley de Dios. La descendencia y vocación sagrada se vive en la obediencia a la voluntad de Dios. La santidad es obediencia a Dios.

Grandes figuras de la historia sagrada habían sido hijos de madres estériles, don y presente de Dios, fruto de la intervención divina en la naturaleza fallida: Isaac (Gen_17:16), el juez Sansón (Jdg_13:2), Samuel (lSam 1-2). También Juan había de ser una de estas figuras. La exposición de la anunciación de Juan está inspirada en la historia de la anunciación de estos grandes hombres. Juan fue un hijo otorgado por la gracia de Dios, consagrado a Dios y santificado de manera nueva.

b) Anunciado en una hora sagrada (Jdg_1:8-12).

8 Sucedió, pues, que mIentras él estaba de servicio delante de Dios, según el orden de su turno, 9 le tocó en suerte, conforme a la costumbre litúrgica, entrar en el santuario del Señor para ofrecer el incienso, 10 y mientras ofrecía el incienso, todo el concurso del pueblo estaba orando fuera. 10 Entonces se le apareció un ángel del Señor, puesto en pie, a la derecha del altar del incienso. 12 Zacarías, al verlo, se turbó, y lo invadió el miedo.

La historia del precursor de Jesús comienza en el santuario del templo. Sólo los sacerdotes pueden entrar en él, el pueblo ora fuera. El mismo sacerdote puede entrar únicamente cuando le toca en suerte desempeñar el ministerio sagrado cerca de Dios. Dios está cerca de su pueblo en el templo. Sin embargo, sólo está permitido acercarse a Dios al que es llamado por él: por elección y suerte. El Dios santo es el Dios lejano, inaccesible.

La anunciación de Juan tiene lugar mientras se está orando solemnemente. El sacrificio del incienso simboliza la oración que se eleva a Dios. «Séate mi oración como el incienso, y el alzar a ti mis manos, como oblación vespertina» (Psa_141:2). El sacerdote remueve las brasas ardientes del incensario de oro y se postra en adoración. Fuera está orando el pueblo: «Venga el Dios de la misericordia al santuario y acepte con complacencia la oblación de su pueblo». Grandes momentos de la historia de la salvación, también en la vida de Jesús, tienen lugar durante la oración: la manifestación en el bautismo, la transfiguración, la elección de los apóstoles, la aceptación de la pasión en el huerto de los Olivos, la muerte.

Aparece un ángel del Señor. El comienzo de la buena nueva viene del cielo. El ángel se deja ver a la derecha del altar del incienso. El lado derecho presagia salvación (Mat_25:33s). Todo lo que allí sucede fuerza a un silencio sagrado, induce a reflexionar, es antiquísimo lenguaje religioso que indica ya el sentido de lo que se va a realizar. La aparición produce en Zacarías turbación y miedo. Es el sentimiento numinoso ante lo divino. Dios es el Otro, el Inaccesible. «¡Ay de mí, perdido soy!, pues he visto a Dios» (Isa_6:5). El mensajero de Dios está envuelto en el resplandor de la tremenda gloria y santidad de Dios. La anunciación de Juan tiene lugar en el recinto inaccesible del templo, en el orden riguroso del culto divino, atmósfera en que se respira el tremendo poder del Santo, en el mundo del espíritu del Antiguo Testamento.

c) Un niño santo (Isa_1:17).

13 Pero el ángel le dijo: No temas, Zacarías; que tu oración ha sido escuchada tu esposa lsabel te dará un hijo, al que llamarás Juan. 14 Para ti será motivo de gozo y alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento.

Cuando una figura o aparición celestial -Dios mismo, un ángel, Cristo- interpela a un hombre, inicia su alocución con las palabras de aliento: ¡No temas! Dios quiere animar a los hombres, no deprimirlos.

En este momento se ven cumplidas las oraciones de Zacarías: su ruego de tener descendencia y su ruego de que se vieran cumplidas las promesas mesiánicas. El tiempo final es el cumplimiento y la consumación de todas las esperanzas y anhelos de la humanidad. Las plegarias de los hombres tienen su última realización en el tiempo final. Dios fija el nombre del niño: con él da su misión y su poder. El nombre que ha de llevar el niño significa: Dios es misericordioso. El tiempo de la visita de Dios por gracia es inminente, y Juan ha de proclamar la proximidad del tiempo de la salvación.

Su nacimiento desencadenará una alegría escatológica y un júbilo de salvación. No sólo los padres se alegrarán, sino también muchos, la gran multitud de las comunidades creyentes. Juan tiene una misión en la historia de la salud. Cierra el tiempo de las promesas y anuncia el nuevo tiempo de la salvación, que aporta júbilo y gozo. La comunidad cristiana primitiva de Jerusalén celebra el culto divino «con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios» (Act_2:46).

15 Porque será grande a los ojos del Señor, jamás beberá vino ni bebida embriagante y estará lleno de Espíritu Santo desde el seno de su madre.

Será grande a los ojos del Señor. Su posición en la historia de la salvación lo hace descollar por encima de todas las grandes figuras de la historia sagrada. Estas personalidades vivían en la espera del reino de Dios y de la salvación, Juan la toca ya como con las manos y proclama su alborada (cf. Luk_7:28).

En su vida no se quedará Juan atrás con respecto a los grandes del pasado. Los consagrados a Dios no beben bebidas embriagantes: así Sansón (Jdg_13:2-5.7), así el profeta Samuel (cf. lSam 1,15s). De los sacerdotes consagrados a Dios se dice: «No beberás vino ni bebida alguna inebriante tú ni tus hijos, cuando hayáis de entrar en el tabernáculo de la reunión, no sea que muráis. Es ley perpetua entre sus descendientes» (Lev_10:9). La vida de Juan está consagrada a Dios, a Dios que viene a su pueblo.

Como Juan estará lleno de Espíritu Santo, será profeta que anuncie la palabra y la voluntad de Dios. Otros se vieron equipados como profetas ya en edad madura, cuando fueron llamados; Juan, en cambio, es profeta ya desde el primer momento de su vida, «desde el seno de su madre». El tiempo de la salvación se anuncia también mediante la plenitud del Espíritu Santo. Desde Sansón, pasando por Samuel y hasta Juan se va avanzando en espiritualización y en profundidad. Sansón no se corta el cabello, Samuel no bebe bebidas inebriantes. Juan guarda sólo lo segundo, pero su vida entera está llena de Espíritu Santo.

16 Hará que muchos hijos de Israel vuelvan al Señor, su Dios; 17 e irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer que el corazón de los padres vuelva hacia los hijos, y que los rebeldes vuelvan a la sensatez de los buenos, a fin de preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.

Dios manifiesta su gracia en Juan. Lo envía como predicador de la conversión del tiempo final. Juan hará que se conviertan, que vuelvan al Señor muchos hijos de Israel, pueblo elegido de Dios, que se habían alejado de su Señor y Dios. El retorno a Dios apartará del pecado, cambiará los sentimientos interiores, ordenará la vida según la voluntad de Dios. Juan será precursor, heraldo del Señor que va a venir. El Antiguo Testamento aguarda la venida de Dios. Ahora se cumple lo que había predicho el profeta Malaquías: «Ved que yo mandaré el profeta Elías antes de que venga el día de Yahveh, grande y terrible» (Mal_3:23). El niño que ha de nacer no es Elías que vuelve a aparecer (cf. Joh_1:21), sino que desempeñará su misión con el espíritu y la eficacia de Elías.

El hijo de Zacarías preparará el camino para la renovación de la alianza. Realizará lo que predijo Malaquías para el fin de los tiempos: «Pues he aquí que voy a enviar mi mensajero, que preparará el camino delante de mí... El convertirá el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres, no venga yo a dar toda la tierra al anatema» (Mal_3:1.24). Con él serán los hombres reunidos en un pueblo, y este pueblo uno será unido con Dios. Dios manifiesta su gracia en Juan, puesto que mediante él hará que su venida sea tiempo de salvación y no juicio riguroso. Por eso envía a Juan, para que prepare al Señor un pueblo bien dispuesto. La transformación de los israelitas alejados de Dios en auténticos miembros del pueblo, y la de los injustos en justos, es preparación de un pueblo bien dispuesto para el Señor.

d) Fidelidad a la promesa (Mal_1:18-23).

18 Entonces Zacarías dijo al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo ya soy viejo, y mi mujer, de avanzada edad. 19 El ángel le contestó: Yo soy Gabriel, el que está en la presencia de Dios, y he sido enviado para hablar contigo y anunciarte esta buena noticia.

Zacarías exige un signo, al igual que los hombres de los antiguos tiempos de Israel. Así Abraham, después de la promesa de que recibirá Canaán como herencia, pregunta: «Señor, Yahveh, ¿en qué conoceré que he de poseerla?» (Gen_15:7s). Gedeón quiere un signo de que Dios mantendrá su palabra (Jdg_6:36 ss), y así también el rey Ezequías cuando le promete Dios que prolongará su vida (2Ki_20:8). Los judíos piden señales (1Co_1:22). El hombre teme ser engañado. Dios concede signos, pero quiere que el hombre aguarde el signo que él le dé, y que esté dispuesto a creer aun sin signos. «Bienaventurados los que no vieron y creyeron» (Joh_20:29).

De la veracidad de la promesa es garante el mensajero de la anunciación. Se llama Gabriel, «Dios es poderoso». Puede cumplir lo que promete su palabra. El mensaje proviene de la más intima proximidad de Dios. Gabriel es uno de los siete ángeles que están junto al trono, en presencia de Dios (Tob_12:15; Rev_8:2). Este ángel fue el que en la hora del sacrificio vespertino (Dan_9:21) formuló a Daniel la revelación de las setenta semanas de años, después de que él le había rogado insistentemente (Dan_9:4-19): «Setenta semanas están prefijadas sobre tu pueblo y sobre tu ciudad santa para acabar las transgresiones y dar fin al pecado, para expiar la iniquidad y traer la justicia eterna, para sellar la visión y la profecía y ungir una santidad santísima» (Dan_9:24). Ahora va a realizarse todo esto. Juan va a introducir el tiempo de la salvación. El poder del pecado se quiebra, se restablece la voluntad de Dios, se cumplen las promesas, se unge un nuevo lugar santísimo, que es Cristo mismo.

20 Pero mira: te vas a quedar mudo y sin poder hablar hasta el día en que se realicen estas cosas, por no haber creído en mis palabras, las cuales se han de cumplir a su tiempo.

En la repentina pérdida de la palabra y del oído (Dan_1:62s) se hace tangible la intervención divina. Con la falta de fe y la exigencia de un signo, que provoca a Dios, el anuncio de la salvación se convierte en castigo. Con tal exigencia de signos tropieza la oferta salvífica de Dios a su pueblo por medio de Jesús y se convierte en juicio ( Dan_11:29s). Todas las personas que en la historia de la infancia aceptaron con fe el mensaje de salvación, saltan de gozo y se convierten en mensajeros del gozo de este mensaje. La duda con que se exigen signos mata la alegría y cierra la boca del júbilo y del apostolado.

El signo de castigo se da por terminado cuando se realiza la promesa. La duda de Zacarías y la exigencia de signos por los judíos faltos de fe no pueden impedir la venida de la salvación. Cuando nace Juan se extingue la culpa de Zacarías. Cuando vuelva a venir Cristo al final de los tiempos, también Israel, en su calidad de pueblo de Dios, logrará la salvación y hablará alabando a Dios, después de haber callado como mudo a lo largo del tiempo de la Iglesia (Rom_11:25s).

21 Entre tanto, el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de que se entretuviera tanto dentro del santuario. 22 Cuando, por fin, salió, no podía hablarles, y entonces comprendieron que había tenido en el santuario alguna visión; él intentaba explicarse por señas, pues seguía mudo.

El Señor había ordenado a Moisés: «Habla a Aarón y a sus hijos, diciendo: De este modo habréis de bendecir a los hijos de Israel; diréis: Que Yahveh te bendiga y te guarde. Que haga resplandecer su faz sobre ti y te otorgue su gracia. Que vuelva a ti su rostro y te dé la paz» (Num_6:23-26). La bendición es respuesta de Dios a la oración. El pueblo había orado y aguarda la bendición. Ya no se le bendice. Se alumbra una nueva fuente de bendición: la salud mesiánica lleva en sí toda bendición (Eph_1:3s). Dios mismo bendice a su pueblo otorgándole el tiempo de salud.

Los sacerdotes tenían la costumbre de no prolongar las acciones sagradas a fin de que el pueblo no se inquietase. La proximidad de Dios se les antojaba peligrosa a los hombres del Antiguo Testamento. De la mudez del sacerdote se concluye que ha habido alguna aparición de Dios. La manifestación de Dios es salvación y ruina. Para los que dudan es ruina, para los que creen es salvación. Ahora bien, la manifestación neotestamentaria comienza con Juan: «Dios es misericordioso.» El pueblo nota en Zacarías que Dios le ha hablado. No puede captar el sentido de la revelación, pues Zacarías no podía hablar. Los acontecimientos salvíficos tienen necesidad de una palabra que los esclarezca y los interprete. Dios otorga la salvación y la palabra interpretativa: mediante el nacimiento de Jesús, mediante su muerte, mediante sus sacramentos...

23 Y cuando terminaron los días de su servicio litúrgico, se retiró a su casa.

No todos los sacerdotes tenían su domicilio en Jerusalén; muchos vivían en las ciudades de Palestina. Había pasado ya la semana del servicio litúrgico. Zacarías se marchó de la ciudad santa. Llevaba consigo un gran secreto, la realización de su anhelo, el signo de que no se había engañado y de que Dios mantendría su palabra. Aunque castigado por Dios, volvió a casa con confianza: Dios es misericordioso.

La anunciación tuvo lugar durante la liturgia del templo. Dios dio respuesta a las súplicas de aquel templo, de sus sacerdotes y de su pueblo. Todavía un poco de tiempo, y el templo experimentará su máximo esplendor. Dios mismo vendrá y lo llenará con su gloria. ¿Anunciarán al pueblo este gozo los sacerdotes del templo? ¿O se quedarán mudos porque no creen?

e) Cumplimiento (Eph_1:24-25).

24 Después de aquellos días, su esposa Isabel concibió, y se mantenía oculta durante cinco meses, diciéndose: 25 Así lo ha hecho el Señor conmigo, cuando le ha parecido bien acabar con mi descrédito ante la gente.

Isabel forma parte de aquella serie de mujeres que eran estériles, pero que por disposición divina concibieron de manera natural: Sara, que fue madre de Isaac (Gen_17:17), Manué, madre de Sansón (Jdg_13:2), Ana, madre de Samuel (lSam 1,2.5). Dios les abrió el seno materno (Gen_29:31), que antes había estado cerrado (lSam 1,5). María concibe sin concurso de varón por la virtud del Espíritu Santo. Isabel pertenece todavía al Antiguo Testamento; con María se inaugura la «nueva creación» de Dios, en la que el hombre no puede hacer otra cosa que aguardar y recibir confiadamente la salvación. Dios ordena y combina los hechos de la historia sin privar de libertad al hombre. Isabel se mantuvo oculta durante cinco meses. Nadie tenía noticia de su estado. En el sexto mes fue María remitida a Isabel por el mensajero de Dios: «Ya está en el sexto mes la que llamaban estéril» (1,36). Isabel era para María un signo otorgado por Dios.

¿Por qué se mantuvo oculta Isabel? La madre del consagrado a Dios vive como consagrada a Dios. Para la madre de Sansón era esto voluntad de Dios: «Ha venido a mí un hombre de Dios. Tenía el aspecto de un ángel de Dios muy temible... él me dijo: Vas a concebir y a parir un hijo. No bebas, pues, vino ni otro licor inebriante y no comas nada inmundo, porque el niño será nazireo de Dios desde el vientre de su madre hasta el día de su muerte» (Jdg_13:6s). Semejante vida exige retiro. En una hora grande recurre Isabel a un recuerdo bíblico para conocer la voluntad de Dios.

Los días de esperanza y expectación los llena Isabel con oración. Da gracias a Dios: Así lo ha hecho el Señor conmigo. Una y otra vez recuerda la acción de Dios: Ha puesto los ojos en mí. Recuerda su humillación: Me ha quitado el oprobio de la esterilidad. Ella misma ha experimentado la historia de su pueblo: «Acuérdate de todo el camino que Yahveh, tu Dios, te ha impuesto estos cuarenta años por el desierto, para castigarte y probarte, para conocer los sentimientos de tu corazón... Ahora, Yahveh, tu Dios, va a introducirte en una buena tierra, tierra de torrentes, de fuentes, de aguas profundas, que brotan en los valles y en los montes» (Deu_8:2-7).

2. ANUNCIACIÓN DE JESÚS (Lc/01/26-38).

El relato de la anunciación de Jesús es una obra maestra en la forma, un «Evangelio áureo» en el contenido. Tres veces habla el ángel, y tres veces responde María. Tres veces se dice lo que Dios pretende hacer con María, y tres veces se expresa su actitud ante la oferta de Dios. El ángel entra donde está María (1,26-29). Anuncia el nacimiento del Mesías (1,30-34) y revela la concepción virginal (1,35-38).

a) Llena de gracia (1,26-29).

26 En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado de parte de Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27 a una virgen, desposada con un hombre llamado José, de la casa de David. El nombre de la virgen era María.

La anunciación de Jesús llama la atención hacia la anunciación de Juan. En el sexto mes... Juan sirve a Jesús. La concepción de la estéril remite a la concepción virginal de María. Aunque Jesús vendrá más tarde, es, sin embargo, anterior a él (Joh_1:27).

El mensajero de la anunciación es una vez más Gabriel. Viene de la presencia de Dios. Se inicia un movimiento del cielo a la Tierra. Gabriel fue enviado por Dios. No se limita a aparecer, como en la anunciación de Juan, sino que viene. Lo que ahora comienza es un venir de Dios a los hombres en la encarnación.

En la anunciación de Juan termina la misión del ángel en el templo de Dios, en el espacio sagrado, reservado, inaccesible. En la anunciación de Jesús termina la misión del ángel en una ciudad de Galilea, en la «Galilea de los gentiles» (Mat_4:15), en la parte de tierra santa que pasaba por ser no santa, a la que parecía haber descuidado Dios, de la que «no había salido ningún profeta» (Joh_7:52). En un principio no se menciona el nombre de la ciudad, como si no quisiera venir a los labios. Finalmente sale a relucir el nombre: Nazaret. La ciudad no tiene relieve alguno en la historia. La Sagrada Escritura del Antiguo Testamento no mencionó nunca este nombre, la historiografía de los judíos (Flavio Josefo) no tiene nada que referir sobre esta ciudad. Un contemporáneo de Jesús dice: «¿Es que de Nazaret puede salir algo bueno?» (Joh_1:46). Dios elige lo insignificante, lo bajo, lo despreciado por los hombres. La ley de la encarnación reza así: «Jesús... se despojó a sí mismo» (Phi_2:7). La historia de Juan comienza con el sacerdote Zacarías y su esposa Isabel, que era de la estirpe de Aarón; la historia de Jesús comienza con una muchacha, quizá de unos 12 ó 13 años. Estaba desposada, como convenía a una joven de aquella edad. El prometido de María se llamaba José. Todavía no la había llevado a su casa y todavía no había comenzado la vida conyugal. La desposada era virgen. José era de la casa de David. Dios lo dispuso todo de modo que el hijo de María fuera hijo de la virgen, hijo legal de José, descendiente de la estirpe regia de David. Dios lo dispone todo en su sabiduría.

El nombre de la virgen era María. Así se llamaba también la hermana de Aarón (Exo_15:20). No sabemos lo que significa este nombre: ¿Señora? ¿Amada por Yahveh?... Pero el nombre adquiere consagración y brillo tan luego resuena por primera vez en la historia de la salud. La misión del ángel que está en la presencia de Dios termina en María.

28 Y entrando el ángel a donde ella estaba, la saludó: ¡Alégrate, llena de gracia! El señor está contigo, bendita tú eres entre las mujeres (*).

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* Las palabras «bendita tu entre las mujeres» no son seguras según la crítica textual; pueden haberse introducido aquí a partir de 1,42. Razones estilísticas abogan por la autenticidad; ambas fórmulas de saludo resultan paralelas.

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Para la anunciación de Juan aparece el ángel y está sencillamente ahí, en la anunciación de Jesús entra el ángel donde está María y la saluda. El nacimiento de Juan se anuncia en el santuario del templo, el nacimiento de Jesús en la casa de la Virgen. En el Antiguo Testamento mora Dios en el templo, en el Nuevo Testamento establece su morada entre los hombres. «La Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros» (Joh_1:14).

El ángel saluda a María; a Zacarías no lo saludó. Saluda a esta muchacha de Nazaret, aunque en Israel un hombre no saluda a una mujer. El saludo se expresa con dos fórmulas. Cada una consta de saludo y de interpelación. La primera es: «¡Alégrate, llena de gracia!» Los que hablan griego saludan así: ¡Alégrate! Los que hablan arameo saludan como saludó Jesús a sus discípulos después de la resurrección: «¡Paz con vosotros!» (Joh_20:19.26). ¿Cuál es la idea de Lucas cuando pone en boca del ángel este saludo: «Alégrate»?

En Lucas, la historia de la infancia (1-2) está llena de palabras y de reminiscencias de la Biblia veterotestamentaria: es una pintura con colores tomados del Antiguo Testamento. También Mateo emplea para su historia de la infancia pruebas del Antiguo Testamento. Introduce los textos con fórmulas solemnes, mientras que Lucas narra con textos tomados del Antiguo Testamento. No indica sus fuentes, sino que nos deja a nosotros la satisfacción de descubrirlas y nos invita a reconocer a la luz de la palabra de Dios los hechos que él ha podido saber por la tradición.

Con esta exclamación: ¡Alégrate!, saluda el profeta Sofonías a la ciudad de Jerusalén cuando contempla el futuro mesiánico. «¡Canta, hija de Sión! ¡Da voces jubilosas, Israel! ¡Alégrate y regocíjate de todo el corazón, hija de Jerusalén!» (Zep_3:14). Análogamente Joel: «No temas, tierra, alégrate y gózate, porque son muy grandes las cosas que hace Yahveh» (J12,21; cf. Zec_9:9). «¡Alégrate!» era una fórmula fija, litúrgica y profética, que se utilizaba a veces cuando el oráculo profético tenia un desenlace favorable. Ahora saluda el ángel a María con esta fórmula mesiánica.

El ángel la llama llena de gracia. Los padres de Juan son irreprochables, porque observan la ley de Dios; María goza de la complacencia de Dios porque está colmada de su gracia. Dios le ha otorgado su favor, su benevolencia, su gracia. Ella «ha hallado gracia ante Dios». En la interpelación profética, con cuyas primeras palabras ha saludado el ángel a María, se desarrolla este favor divino: «El Señor ha descartado a tus adversarios y ha rechazado a tus enemigos; el Señor está en medio de ti. No verás más el infortunio... No temas... El Señor, tu Dios, está en medio de ti como poderoso salvador. Se goza en ti con transportes de alegría, te ama con delirio...» (Zep_3:15-17).

María es la ciudad en medio de la cual (en cuyo seno) habita Dios, el rey, el poderoso salvador. Ella es el resto de Israel, al que Dios cumple sus promesas, es el germen del nuevo pueblo de Dios, que tiene Dios en medio de ella (cf. Mat_18:20; Mat_28:20). El segundo versículo de la salutación comienza con las palabras: El Señor está contigo. Grandes figuras de la historia sagrada habían oído estas mismas palabras, que habían de sostenerlos y animarlos: Moisés, cuando en el desierto fue llamado por Dios para ser guía y salvador de su pueblo. El ángel del Señor se le apareció en una llama de fuego, que ardía de una zarza (Exo_3:2). Cuando se creía incapaz de responder a su vocación, le dijo Dios: «Yo estaré contigo, y ésta será la señal de que estoy contigo...» (Exo_3:12). Algo parecido sucedió al juez Gedeón: «Apareciósele el ángel de Yahveh y le dijo: Yahveh está contigo, valiente héroe... Gedeón le dijo: Si he hallado gracia a tus ojos, dame una señal de que eres tú quien me habla» (Jdg_6:12.15-17). Con este saludo se sitúa María entre las grandes figuras de salvadores de la historia sagrada. Dios le ha otorgado su gracia especial y su protección.

Al saludo sigue de nuevo la alocución: Bendita tú entre las mujeres. También estas palabras son venerandas y están santificadas por una antigua tradición bíblica. La heroína Jael, que aniquiló al enemigo de su pueblo, es elogiada con estas mismas palabras: «Bendita Jael entre las mujeres» (Jdg_5:24). A Judit, que terminó con el opresor de su ciudad natal, dice el príncipe del pueblo Ozías: «Bendita tú, hija, sobre todas las mujeres de la tierra por el Señor, el Dios Altísimo... Hoy ha glorificado tu nombre, de modo que tus alabanzas estarán siempre en la boca de cuantos tengan memoria del poder de Dios» ( Jdt_13:18s). María cuenta entre las grandes heroínas de su pueblo; ella ha traído al Salvador que nos librará de todos los enemigos (cf. Luk_1:71).

29 Al oír estas palabras, ella se turbó, preguntándose qué querría significar este saludo.

El saludo había terminado. María se turbó por la palabra del ángel. Zacarías se turbó por la aparición del ángel, María se turba por su palabra. La humilde muchacha se turba por la grandeza del saludo.

Se preguntaba qué podía significar aquel insólito saludo. Dado que oraba y vivía entre los pensamientos de la Sagrada Escritura, tenía que surgir en ella un barrunto de la grandeza que se le anunciaba con aquellas palabras.

b) Promesa llena de gracia (1,30-34).

30 Entonces el ángel le dijo: No temas, María; porque has hallado gracia ante Dios. 31 Mira: concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.

Moisés (Exo_3:11s) y Gedeón (Jdg_6:15s) y Sión (Zep_3:16s) e Israel tenían necesidad de ser alentados así: Dios quiere salvar. «No temas, pues yo estoy contigo» (Isa_43:5). Todos ellos temían el encargo de Dios, porque se daban cuenta de su flaqueza. No de otra manera María. La gracia de Dios la asistirá. Por medio de María toma Dios la iniciativa de llevar a término la historia de la salud. Has hallado gracia ante Dios. Dios es quien hace lo grande precisamente en los pequeños. «Cuando me siento débil, entonces soy fuerte» (2Co_12:10).

El poder de la gracia hará cosas asombrosas: Mira. El ángel anuncia para qué ha elegido Dios a María. Las palabras de la anunciación evocan la profecía con que el profeta Isaías anunció al Emmanuel («Dios con nosotros»): «Mira: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel» (Isa_7:14; cf. Mat_1:23).

Las palabras de la anunciación que se referían a Juan, fueron dirigidas a Zacarías y hacían referencia a la mujer. En la anunciación de Jesús se dirige el ángel solamente a María: ésta concebirá, dará a luz e impondrá el nombre. No se menciona ningún hombre, ni ningún padre. Se prepara el misterio de la concepción virginal.

Tú concebirás en el seno. ¿Por qué decir esto? Tampoco la Sagrada Escritura habla así. Sin embargo, el profeta Sofonías había dicho dos veces: El Señor en medio de ti. Esto se realizará de una manera nunca oída. Dios morará en el interior, en el seno de la virgen. Estará con ella (Emmanuel). María será el nuevo templo, la nueva ciudad santa, el pueblo de Dios, en medio del cual mora él.

El niño ha de llamarse Jesús. Dios fija este nombre, María lo impondrá. No se da explicación del nombre, como tampoco se explicó el nombre de Juan. Todo lo que se dice de ellos explica sus nombres. Dios quiere ser salvador por medio de Jesús: «El Señor, tu Dios, está en medio de ti como poderoso salvador» (Zep_3:17).

32 Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, 33 reinará por los siglos en la casa de Jacob y su reinado no tendrá fin.

Juan será agrande a los ojos del Señor». Jesús es grande sin restricción y sin medida. Será llamado y será Hijo del Altísimo. El nombre reproduce el ser. El Altísimo es Dios. El poder del Altísimo envolverá a María en su sombra, por esto, su hijo se llamará Hijo de Dios.

En el niño que se anuncia se cumple la profecía que el profeta Natán hizo al rey David de parte de Dios, y que como estrella luminosa acompañó a Israel en su historia: «Cuando se cumplan tus días y te duermas con tus padres, suscitaré a tu linaje, después de ti, el que saldrá de tus entrañas, y afirmaré su reino. él edificará casa a mi nombre, y yo estableceré su trono para siempre. Yo seré para él un padre, y él será para mí un hijo... Permanente será tu casa y tu reino para siempre ante mi rostro, y tu trono estable por la eternidad» (2Sa_7:12-16). Jesús será soberano de la casa de David y a la vez Hijo de Dios. Su reinado permanecerá para siempre.

Reinará por los siglos en la casa de Jacob. En él se cumplirá lo que se dijo del siervo de Yahveh: «Poco es para mí que seas tú mi siervo para restablecer las tribus de Jacob y reconducir a los supervivientes de Israel. Yo haré de ti luz de las naciones para llevar mi salvación hasta los confines de la tierra» (Isa_49:6). Jesús reunirá al pueblo de Dios, e incluso los gentiles; se le incorporarán. Fundará un reino que abarque el mundo, los pueblos y los tiempos.

34 Pero María preguntó al ángel: ¿Cómo va a ser esto, puesto que yo no conozco varón?

La respuesta al mensaje de Dios es una pregunta. Zacarías pregunta (Isa_1:18), y también María. Zacarías pregunta por un signo que le convenza de la verdad del mensaje; María cree en el mensaje sin preguntar por un signo. Zacarías creerá cuando vea resuelta su pregunta; María cree y sólo después busca solución a la pregunta que se le ofrece. La pregunta de María hace caer en la cuenta de la imposibilidad humana de conciliar maternidad y virginidad. María ha de ser madre, como lo ha comprendido por el mensaje del ángel: Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo. Pero al mismo tiempo es virgen: No conozco varón, no tengo relaciones conyugales. La pregunta de María sirve a la vez también de introducción a la explicación divina que ha de hallar este misterio (Isa_1:35). No vamos a detenernos precisamente a investigar a qué situación externa e interna, a qué estado de ánimo se debió el que María hiciera esta pregunta. Se ha investigado el Evangelio en este sentido (*). ¿Y qué se ha logrado? En lugar de una solución clara e indubitable, nuevos enigmas. La pregunta no debe constituirse en punto de partida de un análisis psicológico de la virgen desposada, bajo la impresión del anuncio de su maternidad. También Lucas consignó la pregunta y no le dio ninguna explicación. La pregunta le parecía importante; en efecto, llama la atención. Nosotros mismos nos hacemos también esta pregunta: ¿Cómo se puede conciliar virginidad y maternidad?

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* En Occidente se ha sostenido con frecuencia desde san Agustín hasta nuestros días la opinión de que María había hecho un propósito (voto) de mantenerse perpetuamente virgen, pero que se había desposado a fin de tener un protector de su virginidad; que por ello dijo al ángel: «¿Cómo va a ser esto, puesto que yo no conozco varón?» Contra esto se objeta: Tal voto (propósito) de virginidad no era conocido en el AT ni se consideraba como un ideal; si había esenios que vivían en celibato, no lo hacían por un respeto a la virginidad o al celibato basado en motivos religiosos, sino porque se tenía poca estima de la mujer y del matrimonio y se veía en éste un impedimento para el estudio y cumplimiento de la ley. Que los desposorios con José tengan el significado alegado, es cosa que no se desprende del texto. Por estos reparos afirman hoy no pocos: María, con su pregunta, expresó su sorpresa y extrañeza: ¿Cómo era posible que fuera madre entonces, ya que todavía no la había llevado su esposo a su casa? En efecto, estaban prohibidas las relaciones conyugales entre quienes sólo estaban unidos por esponsales. También esta hipótesis se basa en presupuestos nada seguros. El ángel no dijo: La concepción va a tener lugar inmediatamente; María dijo sencillamente: «puesto que yo no conozco varón», pero no dijo: «puesto que yo no conozco todavía varón» También se ha intentado esta otra solución: María cuenta entre las personas piadosas del país y, como Zacarías e Isabel, como Simeón y Ana, esperaría el cumplimiento de las promesas mesiánicas. Como virgen que era, pensaría en la que había de ser la madre del Mesías. Así habría meditado también Isa_7:14, profecía que habla de la madre virgen del Mesías. En esa situación oye el mensaje del ángel y da como respuesta: «¿Cómo va a ser esto, pues entonces (en ese caso, en el caso del cumplimiento de la profecía) no conozco (no puedo conocer) varón?» También esta hipótesis se basa en presupuestos que no están fundados en el texto. y en pretendidas explicaciones filológicas que tampoco autoriza el contexto.

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c) Concepción por gracia (Isa_1:35-38).

35 Y el ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te envolverá en su sombra; por eso, el que nacerá será santo, será llamado Hijo de Dios.

La acción de Dios es increíblemente nueva. Hasta aquí se trataba de personas ancianas y estériles, a las que se otorgó de manera maravillosa lo que la naturaleza sola no había sido capaz de lograr. Ahora se trata de una virgen que ha de ser madre sin ninguna cooperación humana. Jesús ha de recibir la vida «no de sangre (de varón y de mujer) ni de voluntad humana (de los instintos), ni de voluntad de varón, sino de Dios» (Joh_1:13) (*), de la virgen. En esta concepción y en esta acción de Dios se supera todo lo que hasta ahora había sucedido a los grandes de la historia sagrada: a Isaac, Sansón, Samuel, Juan Bautista. ¿Quién es Jesús?

El Espíritu Santo vendrá sobre ti. Fuerza divina, no fuerza humana, será la que active el seno materno de María. El Espíritu Santo es una fuerza que vivifica y ordena. «La tierra estaba confusa y vacía..., pero el espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las aguas» (Gen_1:2). «Si mandas tu hálito (tu espíritu) son creados (los vivientes)» (Psa_104:30). El milagro de la concepción virginal y sin padre, de Cristo, es la suprema revelación de la libertad creadora de Dios. Un nuevo patriarca surge por la libre acción creadora de Dios, pero con la cooperación de la vieja humanidad, por María. Jesús es Hijo de Dios como ningún otro (Psa_3:38).

El poder del Altísimo te envolverá en su sombra. La nube que oculta al sol, envuelve en sombras y es a la vez signo de fertilidad, porque encierra en sí la lluvia. Del tabernáculo en que se manifestaba Dios en el Antiguo Testamento se dice: «La nube cubrió el tabernáculo, y la gloria de Yahveh llenó la morada» (Exo_40:34). Cuando fue consagrado el templo en tiempos de Salomón, una nube lo envolvió: «Los sacerdotes no podían oficiar por causa de la nube, pues la gloria de Dios llenaba la casa» (1Ki_8:11). La gloria de Dios es luz radiante y virtud activa. Dios no está inactivo en el templo, sino que mora en él desplegando su acción. La gloria de Dios, que es fuerza, llena a María y causa en ella la vida de Jesús. En Jesús se manifiesta la gloria de Dios mediante la encarnación que se produce de María. María es el nuevo templo, en el que Dios se manifiesta a su pueblo en Jesús, María es el tabernáculo de la manifestación en el que habita el Mesías, el signo de la presencia de Dios entre los hombres.

La concepción virginal por el espíritu y la virtud del Altísimo indica que Jesús, el que nacerá será santo, Hijo de Dios. A Jesús se le llama santo (Act_2:27), es el Santo de Dios (Act_4:34). Jesús, en cuanto concebido y dado a luz gracias al Espíritu, es desde el principio, desde su misma concepción, poseedor del Espíritu. Juan poseyó el Espíritu desde el seno materno, los profetas y los «espirituales» son penetrados del Espíritu durante algún tiempo. Jesús supera a todos los portadores de Espíritu. Por el hecho de poseer el Espíritu desde el principio, puede también comunicar el Espíritu (Act_24:49; Act_2:33).

Jesús es llamado Hijo de Dios, y lo es. Por haber nacido gracias a la virtud del Altísimo, por eso es Hijo del Altísimo (Act_1:32; Act_8:28), Hijo de Dios. No es hijo de Dios como Adán es también hijo de Dios (Act_3:38) mediante creación por Dios, sino por generación, no como los que aman, que reciben como gran recompensa ser hijos del Altísimo (Act_6:35), sino desde el principio, desde la concepción.

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* Según una antigua lectura reza así /Jn/01/13: «A todos los que lo recibieron, a todos los que creen en el nombre de aquel que no de sangre... sino de Dios nacieron, les dio potestad de llegar a ser hijos de Dios.» A pesar de los buenos testigos, esta lectura no parece ser genuina; en efecto, siendo la más fácil, no se explica cómo, a pesar de su alto valor apologético, no se ha impuesto frente a la otra lectura. Aun cuando el Evangelio de san Juan no se puede aducir como testimonio explícito del nacimiento virginal de Jesús, sin embargo, la complicada formulación de Joh_1:13 muestra que la filiación divina de los fieles por gracia tiene su modelo en el nacimiento virginal de Jesús.

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36 Y ahí está tu parienta Isabel: también ella, en su vejez, ha concebido un hijo; ya está en el sexto mes la que llamaban estéril, 37 porque no hay nada imposible para Dios.

María, contrariamente a Zacarías, no pidió ningún signo que acreditara su mensaje, todavía más difícil de creer, sino que creyó sin signo alguno; pero Dios le otorgó un signo. Dios no exige una fe ciega. Apoya con un signo la buena voluntad de creer.

Dios da un signo que se acomoda a María. En aquel momento nada podía afectarle tanto, para nada tenía tanta comprensión como para la maternidad. También ha concebido Isabel, que era tenida por estéril. éste es el sexto mes. Los signos de la maternidad son manifiestos, son signos de la maravillosa intervención divina.

No hay nada imposible para Dios (literalmente: «La palabra de Dios nunca carece de fuerza»). Lo que dice el ángel a María, lo dijo ya Dios a Abraham: «¿Por qué se ha reído Sara, diciéndose: De veras voy a parir, siendo tan vieja? ¿Hay algo imposible para Yahveh?» (Gen_18:13s). La palabra de Dios está cargada de fuerza, es eficaz. La fe de María se ve apoyada por el hecho salvífico efectuado en Isabel, por el testimonio de la Escritura acerca de Abraham. La entera historia de la salvación y la vida de la Iglesia es signo.

Desde Abraham e Isaac, pasando por Isabel y Juan, se extiende un arco que llega a María y Jesús. La fuerza que sostiene la historia de la salud y la acción salvadora de Dios, que comenzó en Abraham, alcanzó en Juan su cumbre veterotestamentaria y halló su consumación en Jesús, es siempre la palabra de Dios, que nunca carece de fuerza. Abraham recibe de Sara un hijo porque ha hallado gracia a los ojos de Dios (Gen_18:3). María recibe su hijo porque ha hallado gracia (Gen_1:30). María se reconoce hija de Abraham en la fe y en la gracia; en su hijo se cumplen todas las promesas, que se habían hecho a Abraham y a su descendencia (Gal_3:16).

María está emparentada con Isabel. Así también María debe descender de la tribu de Leví y estar emparentada con el sumo sacerdote Aarón. Jesús pertenece a la tribu de Leví por su descendencia de María, y por su posición jurídica es tenido por hijo de José y, por consiguiente, por descendiente de David (y de Judá). En los tiempos de Jesús estaba viva la esperanza de que vendrían dos Mesías: uno de la tribu de Leví, que sería sacerdote, y otro de la tribu de Judá, que sería rey (*). Sin embargo, el plan de Dios era que Jesús reuniera en su persona la dignidad sacerdotal y la regia. ¿Hasta qué punto pensaba Lucas en esto? En todo caso su imagen de Cristo tiene más rasgos sacerdotales que regios, su Cristo es salvador de los pobres, de los pecadores, de los afligidos...

38a Dijo entonces María: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.

El mensaje de Dios ha sido transmitido, la reflexión de María ha cesado, el signo se ha ofrecido; ahora se aguarda la respuesta. Dios suscita anhelos, atrae, solicita, elimina resistencias, persuade, pero no fuerza nunca. María ha de dar su consentimiento con libre decisión.

Por el mensaje comprendió María la voluntad de Dios. Esta voluntad la cumple como esclava del Señor. La voluntad de Dios lo es para ella todo. La historia de la salvación comienza con el acto de obediencia de Abraham. El Señor le dijo: «Salta de tu tierra... para la tierra que yo te indicaré. Yo te haré un gran pueblo... Fuese Abraham conforme le había dicho Yahveh» (Gen_12:1-4). Según una tradición judía, dijo Dios a Abraham: «¡Abraham!». Y Abraham dijo: «Aquí está tu siervo». Desde el principio hasta el fin, los preceptos de Dios exigen obediencia. Cristo entró en el mundo con un acto de obediencia (Heb_10:5-7), y con un acto de obediencia salió de él (Phi_2:8). El hombre sólo puede lograr la salvación si obedece: «No todo el que me dice: ¡Señor, Señor!, entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en los cielos» (Mat_7:21).

En la frase de María no hay ningún «yo». Dios lo es todo para María. El término y la consumación del tiempo de la salud bajo la soberanía de su Hijo tendrá lugar cuando Cristo, al que el padre lo ha sometido todo, lo someta todo a aquel que todo se lo ha sometido, de modo que «Dios lo sea todo en todos» (1Co_15:28).

...............

* La asociación de realeza y sacerdocio en una persona pertenece a los tiempos más antiguos. Se esperó también para el futuro. Según Exo_19:6, es Israel un «reino de sacerdotes y un pueblo santo». El profeta Zacarías recibe el encargo de coronar al sumo sacerdote Josué (Zec_6:5-14). La coronación del sumo sacerdote significa que se le confía el poder civil. En la época de los Macabeos se realiza esta asociación: «Los judíos y sacerdotes resolvieron instituir a Simón por príncipe y sumo sacerdote para siempre, mientras no aparezca un profeta digno de fe» (1Ma_14:41). Por influjo macabeo se halla esta asociación, ante todo, en el Testamento de los doce Patriarcas. En el judaísmo tardío distinguieron además los textos de Qumrán y el documento de Damasco, entre un Mesías sacerdotal y un Mesías regio, un Mesías de la tribu de Leví y otro de la tribu de Judá, estando el Mesías regio subordinado al Mesías sacerdotal.

...............

38b Y el ángel se retiró de su presencia.

Las palabras se retiró enlazan los dos cuadros de las anunciaciones; en efecto, también de Zacarías se dice que se retiró a su casa (1Ma_1:23). Ambos cuadros tienen una estructura común, ambos invitan a la comparación por su semejanza y sus diferencias. En el comentario se ha procurado penetrar en ellas. De estas consideraciones resuena siempre una cosa: Jesús es el mayor.

Una vez que María expresó su obediencia, quedó terminada la misión del ángel. No se dice cómo se verificó la concepción. Ante lo más grande se recomienda el silencio. Lo que no expresó Lucas, lo formuló Juan en estas palabras: «Y la Palabra se hizo carne» (Joh_1:14).

3. ENCUENTRO (Lc/01/39-56).

El encuentro entre María e Isabel enlaza las dos narraciones de la anunciación de Juan y de Jesús, pero también las dos narraciones del nacimiento y de la infancia. Gracias al encuentro con Isabel adquiere María una inteligencia más profunda del mensaje que le ha dirigido Dios (Joh_1:39-45) y canta un cántico de alabanza a la acción salvífica de Dios (Joh_1:46-55). Con unas breves palabras sobre la permanencia de María junto a Isabel y sobre su regreso (Joh_1:56) se cierra este relato que respira admirable intimidad y calor religioso.

a) Las madres agraciadas (Joh_1:39-45).

39 Por aquellos días, María se puso en camino y se fue con presteza a una ciudad de la región montañosa de Judá. 40 Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

La marcha tuvo lugar por aquellos días, poco después de la anunciación. El camino lleva a Nazaret a una ciudad de Judá, situada en la región montañosa limitada por el Negeb, el desierto de Judá y la Sefalá. Según una vieja tradición, estaba situada la ciudad en el emplazamiento de la actual En-Karim, a unos seis kilómetros y medio al oeste de Jerusalén. El camino que tuvo que recorrer María desde Nazaret exigía tres o cuatro días de marcha.

María se fue a la región montañosa con presteza. El viaje era incómodo, y sin embargo fue María con presteza. Aquí se inicia la gran marcha que llena la obra histórica de Lucas, el evangelio y los Hechos de los Apóstoles. La Palabra de Dios efectúa una marcha del cielo a la tierra, de Nazaret a Jerusalén, de Jerusalén a Judea y Samaría y hasta los confines de la tierra, sin tener en cuenta las dificultades, siempre con presteza.

Al término de la marcha entra María en casa de Zacarías y saluda a Isabel. También esto se hace con presteza. Sólo saluda a Isabel, a quien Dios la ha remitido. En el camino no saluda a nadie. Procede como los mensajeros que enviará Jesús y que recibirán el encargo: «No saludéis a nadie por el camino» (10,4). La historia de la infancia contiene las líneas fundamentales de la acción de Jesús; la acción de Jesús es modelo para la vida de la Iglesia.

14 Y apenas oyó ésta el saludo de María, el niño saltó de gozo en el seno de Isabel, la cual quedó llena de Espíritu Santo.

En el saludo de María, que lleva al Mesías en su seno, la salud mesiánica alcanza a Isabel y, a través de su madre, a Juan. El niño salta de gozo en el seno materno. El movimiento natural del niño se convierte en signo del gozo que suscita el encuentro con el portador de la salud. Este signo tenía un significado más profundo que el movimiento de los gemelos Esaú y Jacob en el seno de Rebeca. «Chocaban entre sí en el seno materno los gemelos, lo que le hizo exclamar: Si esto es así, ¿para qué vivir? Y fue a consultar a Yahveh, que le respondió: Dos pueblos llevas en tu seno. Dos pueblos que al salir de tus entrañas se separarán. Una nación prevalecerá sobre la otra. Y el mayor servirá al menor» (Gen_25:22s). Dios dirige la historia de los hombres aun antes de que nazcan. El profeta Jeremías consigna la palabra de Dios: «Antes que te formara en las entrañas maternas te conocía; antes que tú salieses del seno materno te consagré y te designé para profeta de pueblos» (Jer_1:5).

Isabel quedó llena de Espíritu Santo. Cuando María entra en la casa y se oyen sus palabras de saludo, se inicia la bendición del tiempo de salud. Dios dirá a sus mensajeros: «Y en cualquier casa en que entréis, decid primero: Paz a esta casa. Y si allí hay alguien que merece la paz, se posará sobre él vuestra paz» (Jer_10:5s). En la casa de Zacarías se efectúa en el estrecho ámbito de la historia de la infancia lo que se efectuará en Jerusalén después de la resurrección del Señor: «Y sucederá en los últimos días que derramaré mi Espíritu sobre toda carne. Y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas» (Act 2,l7: Joe_3:1-5). La historia de la infancia de la Iglesia es la renovación de la historia de la infancia de Jesús.

42 Y exclamó a voz en grito: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! 43 ¿Y de dónde a mí esto: que la madre de mi Señor venga a mí? 44 Porque mira: apenas llegó a mis oídos tu saludo, el niño saltó de gozo en mi seno. 45 ¡Bienaventurada tú, que has creído; porque se cumplirán las palabras que se te han anunciado de parte del Señor!

Isabel, llena del Espíritu Santo, habla en una moción extática, bajo el influjo de Dios, en forma litúrgica solemne, como cantaban los levitas delante del arca de la alianza (1Ch_16:4). Es pregonera de la salud, servidora del Señor que se presenta en su casa. El Espíritu Santo le da a conocer el misterio de María.

La profetisa recoge la alabanza del ángel y la confirma: Bendita tú entre las mujeres. Añade la razón de esta bendición: Y bendito el fruto de tu vientre. Se le predica bendición porque antes ha sido bendecida por Dios con la abundancia de todas las bendiciones que están compendiadas en Cristo (Eph_1:3).

M/ARCA-ALIANZA:¿De dónde a mí esto? Análogamente habló David cuando había de llevar el arca de la alianza a Jerusalén: «Habiéndose puesto en marcha, David y todo el ejército que lo acompañaba partieron en dirección a Baalá de Judá, para subir el arca de Dios, sobre la cual se invoca el nombre de Yahveh Sebaot, sentado entre los querubines. Pusieron sobre un carro nuevo el arca de Dios y la sacaron de casa de Abinadab, que está sobre la colina... David y toda la casa de Israel iban danzando delante de Yahveh con todas sus fuerzas con arpas, salterios, adufes, flautas y címbalos... Atemorizóse entonces David de Yahveh y dijo: ¿Cómo voy a llevar a mi casa el arca de Yahveh? Y desistió ya de llevar a su casa el arca de Yahveh a la ciudad de David, y la hizo llevar a casa de Obededón de Gat, y Yahveh le bendijo a él y a toda su casa. Dijéronle a David: Yahveh ha bendecido a la casa de Obededón y a cuanto tiene con él por causa del arca de Dios» (2Sa_6:2-11). Parece que este texto influyó en la exposición de Lucas. María fue considerada como el arca de la alianza del Nuevo Testamento. Lleva al Santo en su seno, la revelación de Dios, la fuente de toda bendición, la causa del gozo de la salvación, el centro del nuevo culto.

El saludo de María tiene por respuesta los jubilosos saltos del niño. Erumpe el júbilo del tiempo mesiánico de salvación, que el profeta había descrito con estas palabras: «Saldréis y saltaréis como terneros que salen del establo (a los que se han soltado las cadenas)» (Mal_3:20). El tiempo de salvación es tiempo de alegría.

El cántico de alabanza que entona Isabel termina con palabras de felicitación para María. Bienaventurada tú, que has creído. María es madre de Jesucristo, porque ha dado el sí en santa obediencia. Cuando aquella mujer del pueblo bendijo a Jesús diciendo: «Bienaventurado el seno que te llevó y los pechos que te criaron», dijo él: «Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la guardan» (Mal_11:27s). Con un acto de fe comienza la historia de la salvación de Israel: Abraham se marcha con su mujer a una tierra desconocida, únicamente porque Dios lo ha llamado y le ha prometido bendecirle con gran descendencia (Gen_12:1-5); con un acto de fe comienza la historia de la salvación del mundo: María creyó las palabras de Dios: que ella sería la virgen madre del Mesías.

b) Cántico de María (Gen_1:46-55). MAGNIFICAT

Por el mensaje del Ángel, por las palabras de Isabel llena de Espíritu Santo y por la Sagrada Escritura, en la que hablaron uno y otro, reconoce María que el Señor ha hecho en ella grandes cosas. Su responsorio (cántico de respuesta a la Sagrada Escritura) es un himno a la acción salvífica de Dios con su pueblo, que ha alcanzado ahora su consumación. Con cánticos semejantes canta también la Iglesia naciente las grandes gestas de Dios: «Diariamente perseveraban unánimes en el templo, partían el pan por las casas y tomaban Juntos el alimento con alegría y sencillez de corazón» (Act_2:46s). Pablo amonesta a los Efesios: «No os embriaguéis con vino, en lo cual hay desenfreno, sino dejaos llenar de Espíritu, recitando entre vosotros salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando y salmodiando de todo vuestro corazón al Señor» (Eph_5:18s).

El Evangelio hímnico de María comienza con un cántico de alabanza de Dios (Eph_1:46-48), canta al Dios poderoso, santo y misericordioso (Eph_1:49s), las leyes fundamentales de su acción salvadora (Eph_1:51-53), y termina con unos versos que ensalzan la fidelidad de Dios a las promesas (Eph_1:54s). Lo que María experimentó fue, es y será el obrar salvífico de Dios. La historia de la salvación es luz de la vida.

46 Dijo entonces María: Canta mi alma la grandeza del Señor, 47 y mi espíritu salta de gozo en Dios, mi salvador; 48 porque puso sus ojos en la humilde condición de su esclava. Y así ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones.

El Señor, mediante la acción salvadora realizada en María ha venido a ser Dios su salvador. Resuena el nombre de Jesús (Mat_1:21). Por Jesús ha venido Dios a ser el salvador. La alabanza de Dios y el gozo mesiánico escatológico penetran las profundidades de María, su alma y su espíritu. Las gestas salvíficas de Dios suscitan en ella una jubilosa liturgia de alabanza.

María se cuenta entre los de humilde condición, los pequeños y los pobres, a quienes profetas y salmos prometen con frecuencia la salvación. «Que no ha de ser dado el pobre a perpetuo olvido, no ha de ser por siempre fallida la esperanza del mísero» (Psa_9:19). «Porque así dice el Altísimo, cuya morada es eterna, cuyo nombre es santo: Yo habito en la altura y en la santidad, pero también con el contrito y humillado, para hacer revivir los espíritus humildes y reanimar los corazones contritos» (Isa_57:15). Jesús recoge estas promesas en sus bienaventuranzas: «Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mat_5:3). «Tú eres el Dios de los humildes, el amparo de los pequeños, el defensor de los débiles, el refugio de los desamparados, y el salvador de los que no tienen esperanza» (Jdt_9:11).

La felicitación de María, que ha comenzado Isabel, no tendrá ya fin. Todas las generaciones se unirán al coro de alabanzas de María. Como no tendrá fin el reinado del Rey que es su Hijo, así también la Madre del Rey será alabada por siempre y en todas partes.

49 Porque grandes cosas hizo en mi favor el Poderoso. Santo es su nombre, 50 y su misericordia se extiende de generación en generación para aquellos que le temen.

Poder, santidad y misericordia son los rasgos más luminosos de la imagen de Dios en el Antiguo Testamento. En Dios hay una fuerza viva, que pugna por exteriorizarse, que quiere hacer propiedad suya todo lo que hay en el mundo, demostrándose así Dios como el Santo (Eze_20:41). Como Dios es el Dios santo, es también el Dios misericordioso. Es el salvador y redentor del resto santo, porque no es hombre, sino Dios. Las obras de poder de Dios son amor misericordioso.

51 Desplegó el poderío de su brazo, dispersó a los engreídos en los proyectos de su corazón; 52 a los potentados derribó del trono, y elevó a los humildes; 53 a los hambrientos los colmó de bienes, y despidió a los ricos con las manos vacías.

María expresa lo que tiene experimentado su pueblo. «Afligiéronse los egipcios y nos persiguieron, imponiéndonos rudísimas cargas, y clamamos a Yahveh, Dios de nuestros padres, que nos oyó y miró nuestra humillación, nuestro trabajo y nuestra angustia, y nos sacó de Egipto con mano poderosa y brazo tendido, en medio de gran pavor, prodigios y portentos, y nos introdujo en este lugar, dándonos una tierra que mana leche y miel» (Deu_26:6-9). La historia de la salvación conduce a María, el centro de la Iglesia (cf. Act_1:14). Los que se creían grandes y ricos, fueron derribados: el faraón cuando la salida de Egipto, los enemigos de Israel en la época de los jueces, los poderosos soberanos de Babilonia...

Dios interviene en favor de los humildes, de los débiles y de los pobres. En cambio, debe temblar quien quiera ser de los grandes y poderosos intelectual, política y socialmente. El que está pagado de su propio poder cierra su corazón a Dios, y Dios se cierra a los que se le cierran. El pobre. en cambio. abre su corazón a Dios, su único refugio y seguridad. y Dios se vuelve hacia él.

Las condiciones para entrar en el reino de los cielos son las bienaventuranzas de los pobres, de los que lloran y de los que tienen hambre. María cumple lo que se requiere para poder entrar en el reino de los cielos.

Jesús mismo vivirá también de esta ley de la historia salvadora proclamada por María después de haberlo concebido. Porque se humilló será ensalzado (Phi_2:5-11).

54 Tomó bajo su amparo a su siervo Israel, acordándose de su misericordia, 55 como había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su linaje para siempre.

La gran hora de María es también la gran hora de su pueblo. Al comienzo de su cántico habló María de la salud que Dios le había preparado, al final habla de la salud que alborea para su pueblo. Lo que sucedió en María se realiza en la Iglesia de Dios. En María está representado el pueblo de Dios.

El siervo de Dios es el pueblo de Israel. «Pero tú Israel, eres mi siervo; yo te elegí, Jacob, progenie de Abraham, mi amigo. Yo te traeré de los confines de la tierra y te llamaré de las regiones lejanas, diciéndote: Tú eres mi siervo, yo te elegí y no te rechazaré» (Isa_41:8s). Ahora va a tener cumplimiento la misericordia de Dios y la fidelidad a las promesas. María se reconoce una con el pueblo de Dios. La historia de su elección termina en la historia de su pueblo, y la historia de su pueblo llega a la perfección en su propia historia. La promesa de la salud se hizo a Abraham y a su descendencia (Gen_12:2). Abraham recibió la promesa, María toma posesión de la realización, el pueblo de Dios recibirá los frutos. María, con el fruto de su seno, es el corazón de la historia de la salud.

El cántico de alabanza de la madre virgen recoge el cántico de alabanza de la estéril, a la que Dios ha otorgado descendencia. Ana, madre de Samuel, cantó: «Mi alma salta de júbilo en Yahveh; Yahveh ha levantado mi frente y ha abierto mi boca contra mis enemigos, porque esperé de él la salvación. No hay santo como Yahveh, no hay fuerte como nuestro Dios... Rompióse el arco de los poderosos, ciñéronse los débiles de fortaleza, los hartos pusiéronse a servir por la comida, y se holgaron los hambrientos... Levanta del polvo al pobre, de la basura saca al indigente, para hacer que se siente entre los príncipes, darle parte en su trono de gloria... él atiende a los pasos de los piadosos, y los malvados perecerán en las tinieblas. No vence el hombre por su fuerza» (lSam 2,1-lO). El cántico de María no es imitación del cántico de Ana, pero ambos cantos están alimentados por la acción de Dios en la historia salvífica.

La formación del niño se ha mirado siempre como obra de Dios. Cuando Eva dio a luz a Caín, dijo: «He alcanzado de Yahveh un varón» (Gen_4:1). Todavía más fue alabada como obra de Dios la maternidad de las estériles. La maternidad de María aventaja a todas las demás. Es la madre virginal del Mesías, en el que son benditos todos los pueblos de la tierra. En su maternidad se ve coronada toda maternidad, y toda maternidad lleva en sí algo de esta maternidad.

Las agradecidas meditaciones de María se expresan en el lenguaje de los cánticos del Antiguo Testamento. Los cantos de su pueblo son su canto, y su canto viene a ser el canto del pueblo de Dios. La Iglesia incluye el cántico de la Virgen en la oración de vísperas, cuando mira, meditando, al día transcurrido.

c) Permanencia y regreso (Gen_1:56).

56 María se quedó con ella unos tres meses, y luego regresó a su casa.

Isabel se mantuvo oculta después de la concepción. En el sexto mes llegó María, entonces era ya patente que había concebido. María permaneció allí unos tres meses. Probablemente se había marchado ya cuando nació Juan. Este pertenece todavía a los tiempos viejos, Jesús pertenece a los nuevos. El nacimiento de Juan, que cae todavía en el tiempo de las promesas, debe estar rodeado de todos los signos de este tiempo.

María permaneció con Isabel unos tres meses. Estuvo en su casa poco más o menos el mismo tiempo que había estado el arca de la alianza en Guirgat Járim. Sólo poco más o menos. El historiógrafo no quiere forzar los hechos a fin de que las aserciones religiosas puedan presentarse como realización o cumplimiento. Las aserciones sobre María no son invenciones, sino que están basadas en la historia, a la cual da sentido la palabra de Dios.

El regreso a su casa muestra que José todavía no la había tomado consigo. Ahora volvía a caer sobre ella el velo que ocultaba su misterio. Los rayos de la gloria sólo habían brillado por breve tiempo. Así va Jesús a través de su infancia y de su acción, así la Iglesia...

II. NACIMIENTO E INFANClA (,52).

1. JUAN EL BAUTlSTA (1.57-80).

a) Nacimiento e imposición del nombre (Lc/01/57-66)

57 A Isabel le llegó el tiempo del alumbramiento, y dio a luz un hijo. 58 Cuando sus vecinos y parientes se enteraron de la gran misericordia con que la había favorecido el Señor, se alegraban con ella.

El nacimiento de Juan está envuelto en alegría. Isabel se alegra, y con ella los vecinos y parientes. Es la alegría de haber nacido un niño, y de una madre que era tenida por estéril y era además de edad avanzada. Esta alegría ignora todavía la hora de la historia de la salvación que ha sonado con este nacimiento.

La alegría del corazón se desborda en un cántico de alabanza: El Señor la ha favorecido con gran misericordia. El reconocimiento agradecido de los grandes hechos misericordiosos de Dios proporciona alegría, no sólo al que ha sido objeto de la misericordia de Dios, sino también a los que lo reconocen y ensalzan. «Y si, además, soy derramado en libación sobre la ofrenda y el ministerio litúrgico de vuestra fe, me alegro y me congratulo con todos vosotros. De igual modo, alegraos también vosotros y congratulaos conmigo» (Phi_2:17s).

59 A los ocho días fueron a circuncidar al niño y querían ponerle el nombre de su padre: Zacarías.

La circuncisión se llevaba a cabo al octavo día del nacimiento. Así lo exigía la ley: «Esto es lo que has de observar tú y tu descendencia después de ti: circuncidad todo varón. Circuncidaréis la carne de vuestro prepucio, y ésa será la señal del pacto entre mí y vosotros. A los ocho días de nacido, todo varón será circuncidado» (Gen_17:10 ss; cf. Lev_12:3).

A la circuncisión va ligada la imposición del nombre (Lev_2:21). El derecho de fijar el nombre del niño y de imponérselo corresponde al padre y a la madre, pero también los huéspedes podían tomar parte en la elección del nombre (Rth_4:17). Como el joven Tobías se había llamado como su padre (Tob_1:1.9), así querían que el niño se llamase Zacarías, como su padre. En la vida religiosa influye mucho la tradición y el uso. Pero la cuestión decisiva es ésta: ¿Cuál es la voluntad de Dios? No siempre elige Dios lo tradicional, la vieja usanza, el camino trillado...

60 Pero su madre intervino diciendo: De ninguna manera; sino que se ha de llamar Juan. 61 y le replicaron: ¡Pero si nadie hay en tu familia que lleve ese nombre! 62 Preguntaron, pues, por señas a su padre cómo quería que se le llamara.

Isabel elige el nombre de Juan porque con espíritu profético conoce la voluntad de Dios (1,41). Los parientes lo juzgan todo según las usanzas. Ahora alborea un tiempo nuevo. Isabel ha percibido el aura de lo nuevo. Juzga en forma nueva, y esto se hace extraño a los que están completamente enraizados en lo antiguo. El espíritu va por nuevos caminos, que no siempre son fáciles de comprender. En la naciente Iglesia vendrá también sobre los gentiles: «Se maravillaron los creyentes de origen judío que habían venido con Pedro de que también sobre los gentiles se hubiera derramado el don del Espíritu Santo» (Act_10:45). El Espíritu no guía siempre conforme a los planes de los hombres, sino también contra ellos.

63 él pidió una tablilla y escribió: Juan es su nombre. Y se quedaron todos admirados. 64 Y en aquel momento se le abrieron los labios, se le desató la lengua y comenzó a hablar, bendiciendo a Dios.

Entonces se escribía en tablillas recubiertas de cera. Isabel y Zacarías están de acuerdo en la elección del nombre. Al pueblo le extraña la decisión y se admira. La voluntad y la palabra de Dios sitúa a los que ha elegido ante la necesidad de salirse de lo acostumbrado: a Abraham, a Moisés, a los profetas. ¿Qué experimentará Cristo cuando sea anunciada su buena nueva? «Nadie que haya probado el vino viejo quiere el nuevo; porque dice: El viejo es mejor» (Act_5:39).

La imposición del nombre revela el misterio de la misión del niño que acaba de nacer; en efecto, el nombre del niño significa: Dios es misericordioso. El tiempo del castigo ha terminado para Zacarías; ya no tiene necesidad de signo. Las graves palabras que pronuncian los labios abiertos y la lengua suelta, son alabanza de Dios. En el nacimiento del Precursor se anuncia -todavía en un círculo reducido- el tiempo de salvación, tiempo para proclamar los grandes hechos de Dios.

65 Y un temor se apoderó de todos sus vecinos, y todas estas cosas se comentaban por toda la región montañosa de Judea; 66 y cuantos las oían, las grababan en su corazón preguntándose: ¿Pues qué llegará a ser este niño? Porque, efectivamente, la mano del Señor estaba con él.

Del pequeño círculo de los vecinos y parientes de la casa sacerdotal sale y se extiende por toda la montaña de Judea la noticia de los acontecimientos extraordinarios. La noticia y el mensaje de salvación pugna por extenderse a espacios cada vez más amplios. Tiene el destino y la fuerza de conquistar el mundo. El que es alcanzado por ella se convierte también en su heraldo (Act_8:17).

No basta, sin embargo, con haber experimentado y oído los hechos portadores de la salud. Deben además grabarse en el corazón. El que los percibe tiene que enfrentarse con ellos en su interior. En el niño Juan se revela el poder, la guía y la dirección de Dios. Quien tome esto en serio y lo considere en su interior se asombrará y se preguntará: ¿Por qué sucede esto? ¿Por qué acompaña a este niño la poderosa mano de Dios? ¿Quién da solución a estas preguntas? En la historia de la infancia hay hombres llenos de Espíritu que interpretan los acontecimientos por los pensamientos y palabras de la Escritura.

b) Cántico de Zacarías ZACARIAS/CANTICO (Lc/01/67-79).

BENEDICTUS: Zacarías interpreta con su cántico la hora de historia de la salvación que ha sonado con Juan. El cántico brota del repertorio propio de aquel tiempo. El espíritu de Dios ilumina a Zacarías sobre la misión de su hijo y sobre el futuro que con él se anuncia. Alaba a Dios con palabras antiguas, dotadas de nuevo contenido. La primera parte del cántico es un salmo escatológico que ensalza los grandes hechos de Dios en la historia de la salvación (Act_1:68-75). La segunda parte es un cántico natalicio que formula parabienes por el día del nacimiento y anuncia la misión del niño (Act_1:76-79).

67 Entonces Zacarías, su padre, quedó lleno del Espíritu Santo y habló como profeta diciendo: 68 Bendito el Señor Dios de Israel, porque ha venido a ver a su pueblo y a traerle el rescate, 69 y nos ha suscitado un cuerno de salvación en la casa de David, su siervo, 70 como lo había prometido por boca de sus santos profetas desde tiempos antiguos:...

Cuatro de los cinco libros de los Salmos se cierran con estas palabras: «Bendito el Señor, Dios de Israel» (Psa_40:14; Psa_71:18; cf. 88,53; 106,48). Todos los salmos proclaman las obras de Dios en la creación y en la historia de la salud. La respuesta humana a las obras divinas no puede ser sino la alabanza de Dios. Lo que se anuncia con el nacimiento de Juan, es remate y coronamiento de todos los grandes hechos de Dios, que como Dios de Israel actúa en la historia, se ha escogido a Israel entre todos los pueblos como pueblo de su propiedad, lo ha guiado en forma especial y lo ha destinado a ser una bendición para todos los pueblos.

El profeta habla del futuro, como si ya estuviese presente. Dios quiere intervenir en la historia de su pueblo aportando la salvación por medio del Mesías venidero, quiere enviar un poderoso salvador (cuerno de salvación) y preparar la obra redentora. Con el nacimiento de Juan se ha acercado el tiempo de la salud, su venida ha adquirido tal certeza. que se considera ya presente. Van a cumplirse las promesas proféticas del tiempo pasado, que anuncian el rey soberano y Mesías de la estirpe de David. «Juró Yahveh a David esta verdad y no se apartará de ella: Del fruto de tus entrañas pondré sobre tu trono...

Ciertamente eligió Yahveh a Sión, la adoptó por morada suya: ésta será para siempre mi mansión; aquí habitaré, porque la he elegido... Aquí haré crecer el poder de David y prepararé la lámpara a mi ungido» (Psa_132:11 ss). Visitación, redención, salud, soberano de la casa de David: todo da a entender que se cumplen los grandes anhelos y esperanzas. Juan es el precursor del portador de la salvación.

71 Salvarnos de nuestros enemigos, y de manos de todos aquellos que nos odian; 72 tener misericordia con nuestros padres, y acordarse de su santa Alianza,...

El Mesías salva a Israel de la opresión de sus enemigos y de todos los que lo odian. La salvación que realizó Dios en su pueblo cuando lo liberó de la esclavitud de Egipto, se cumple ahora de manera mucho más grandiosa. «Gritó (Dios) al mar rojo, y éste se secó, y los hizo pasar entre las olas como por tierra seca. Los salvó de las manos de los que los aborrecían y los sustrajo al poder del enemigo» (Psa_106:9s).

Cuando alborea el tiempo mesiánico, también los padres de Israel, los antepasados del pueblo israelita, experimentan la misericordia; porque todavía viven y se interesan por las suertes de su pueblo. «Vuestro padre Abraham se llenó de gozo con la idea de ver mi día; lo vio, y se llenó de júbilo» (Joh_8:56). Ahora se realiza la alianza que concluyó Dios con Abraham. «He aquí mi pacto contigo: Serás padre de una muchedumbre de pueblos... Te daré pueblos, y saldrán de ti reyes... Mi pacto lo estableceré con Isaac... Y se gloriarán en tu descendencia todos los pueblos de la tierra» (Gen_17:4.6.21; Gen_22:18). El Mesías es la realización de todas las promesas e instituciones, de todas las esperanzas y ansias de la antigua alianza. él es aquel a quien miran los que ya murieron y viven en el otro mundo, los que todavía viven y los que han de venir. él es el centro de la humanidad.

73 ...de aquel juramento que juró a nuestro padre Abraham, de concedernos 74 que, liberados de manos de enemigos, pudiéramos servirle sin temor, 75 en piedad y rectitud, en su presencia, por todos nuestros días.

Dios habla a Abraham: «Por mí mismo juro... que por no haberme negado tu hijo, tu unigénito, te colmaré de bendiciones y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como las arenas de las orillas del mar, y se adueñará tu descendencia de las puertas de sus enemigos» (Gen_22:16s). Todo lo que obliga moralmente a los hombres a cumplir sus promesas, todo esto se dice de Dios: hizo promesas, contrajo un pacto de alianza, incluso pronunció un juramento. Con el envío de Cristo cumple Dios aquello a que se había obligado. Los suspiros y clamores de los hombres no resuenan en el vacío. Dios los oye y los satisface en Cristo, que no es solamente el centro de todas las esperanzas humanas, sino también el centro de todos los designios divinos relativos a los hombres. Cuando Israel es sustraído al poder de sus enemigos, queda libre para dedicarse al servicio de Dios. Puede servir a Dios en su presencia y con ello cumplir su misión sacerdotal que tiene que desempeñar entre los pueblos; porque Dios les dijo: «Seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa» (Exo_19:6). El Mesías procura al pueblo de Dios espacio y libertad para celebrar el culto divino. Pero este espacio libre lo rellena también con la adoración de Dios del final de los tiempos (cf. Joh_4:2-26). «Ante todo, recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas, acciones de gracias por todos los hombres: por los reyes y por todos los que ocupan altos puestos, para que podamos llevar una vida tranquila y pacífica con toda religiosidad y dignidad» (1Ti_2:1s).

El servicio y culto divino consiste en santidad y justicia. El alma de la acción litúrgica es la entrega a la voluntad de Dios, una conducta santa. «Ofrece a Dios sacrificios de alabanza y cumple tus votos al Altísimo. E invócame en el día de la angustia; yo te libraré, y tú cantarás mi gloria» (Psa_50:14s).

76 Y tú, niño, has de ser profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a prepararle sus caminos, 77 para dar a su pueblo conocimiento de la salvación, mediante el perdón de sus pecados, 78a por las entrañas misericordiosas de nuestro Dios,...

Juan es profeta de Dios y el que prepara el camino al Señor. He aquí que voy a enviar mi mensajero (Mal_3:1)... Una voz grita: «Abrid una calzada en el desierto» (Isa_40:3)... Jesús sobrepuja a Juan, como el Hijo del Altísimo sobrepuja al profeta del Altísimo, y el Señor al que le prepara el camino. El que viene es Dios mismo. El judaísmo tardío ve el futuro reino de Dios en estrecha relación con el reino futuro del Mesías. En Jesús viene Dios...

La preparación del camino se efectúa mediante el don del conocimiento de la salvación. El pueblo de Dios conoce la salvación porque la experimenta prácticamente. Dios se la da a conocer al otorgársela (Psa_98:2). Ahora bien, la salvación consiste en el perdón de los pecados. Aquel a quien se le perdonan los pecados se ve liberado y rescatado de un poder que ata más que las manos de los enemigos y de los que odian (Psa_1:17). El tiempo de salvación para el que Juan prepara es el tiempo de la misericordia de nuestro Dios. La acción reveladora de Dios en los últimos tiempos es exuberancia de su corazón misericordioso. Para el final de los tiempos se aguarda que Dios envíe su misericordia a la tierra. Ahora se cumple esto. «El Señor es compasivo y de mucha misericordia» (Jam_5:11).

78b...por las cuales vendrá a vernos la aurora de lo alto, 79 para iluminar a los que yacen en tinieblas y sombra de muerte, para enderezar nuestros pasos por la senda de la paz.

Por la misericordia de Dios viene la «aurora de lo alto», el Mesías. «Yo, Yahveh... te he puesto para luz de las gentes, para abrir los ojos de los ciegos, para sacar de la cárcel a los presos, del fondo del calabozo a los que moran en tinieblas» (Isa_42:6s). El Mesías, el sol de la salud, trae a los hombres salvación, trae redención a los oprimidos por el pecado y por la muerte. «El pueblo que andaba en tinieblas, vio una luz grande; sobre los que habitaban en la tierra de sombras de muerte resplandeció una brillante luz» (Isa_9:1).

La Iglesia reza el cántico de Zacarías cada mañana cuando al salir el sol se disipan la noche y las tinieblas. Lo reza también junto al sepulcro. En efecto, sobre toda la noche de la muerte brilla la aurora de lo alto, Cristo, que con su resurrección venció el señorío del pecado y de la muerte, y trae la restauración de todo en un nuevo universo (Rev_21:3s).

c) Infancia de Juan (Lc/01/80).

80 El niño crecía y se robustecía en espíritu, y moraba en los desiertos hasta el momento de manifestarse a Israel.

De Sansón se dice: «La mujer dio a luz un hijo y le puso el nombre de Sansón. Creció el niño, y Yahveh le bendijo, y comenzó a mostrarse en él el espíritu de Yahveh» (Jdg_1 3:24s). Con estas palabras de la Biblia se diseña la imagen del joven Juan. No se habla expresamente de la bendición del Señor. El crecimiento corporal y mental están bajo la bendición del Señor en Sansón y en Juan, que son hombres de Dios. Van madurando con vistas a su misión.

En el desierto se prepara Juan para recibir la investidura de su cargo. Lejos de los hombres, en la proximidad de Dios se va armando para su quehacer futuro. Del desierto era esperado el Mesías (Cf.Mt 24,26; Act_21:38). Israel tomó posesión de la tierra prometida después de su permanencia en el desierto. Juan se fue al desierto de Judá. Qué hizo allí y a quién se unió, son cosa que ignoramos. Cuando se descubrieron las grutas de Qumrán y se hizo luz sobre la vida de sus moradores gracias a los escritos que se hallaron, pareció que también se iba a esclarecer el enigma de la estancia de Juan en el desierto. Sin embargo, no consta que Juan tuviera relaciones con la secta de Qumrán. Con ellos le une la ardiente espera del Mesías. Pero se hace difícil creer que el sacerdote Zacarías enviara a su hijo entre gentes que, como protesta contra el sacerdocio del templo, se habían retirado a la soledad, para prepararse, sin templo y sin culto, para la venida del Mesías. La entera vida de Juan está determinada por su ministerio. Desde el seno de su madre es elegido, vive en el desierto, seguramente bajo el impulso divino: Dios mismo le introduce en su ministerio. Todo esto tiene lugar delante de Israel; el Mesías y su pueblo llenan su vida. Dios lo había elegido para estos dos.



Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



Capitulo 1.
E stos dos primeros capítulos de Lc, excepto el prólogo, proceden de fuentes semitas. La traducción original griega lo patentiza. En ellos, el Evangelista quiere hacer ver, por una esquematización en dísticos, la grandeza y misión de Cristo y el Bautista, para resaltar la grandeza del primero. Pero también, en otro plano, se ve la diferencia y grandeza de sus padres; especialmente la figura de María está muy destacada.
En ellos utiliza con verdadera abundancia el procedimiento de alusión, remitiendo a pasajes del Antiguo Testamento, en cuyo pleno conocimiento logra el autor todo el propósito de su intento. Para no interrumpir la lectura expositiva se estudian en un excursus al final del capítulo 2 sus diversos problemas.

Prólogo, 1:1-4.
1 Puesto que ya muchos han intentado escribir la historia de lo que ha sucedido entre nosotros, 2 según que nos ha sido transmitido por los que desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra, 3 me ha parecido a mí también, después de informarme exactamente de todo desde los orígenes, escribirte ordenadamente, óptimo Teófilo, 4 para que conozcas la firmeza de la doctrina que has recibido.

Lc se presenta como un historiador escrupuloso. Reconoce que muchos (?????? ) intentaron escribir la vida de Cristo. Esta palabra muchos debe de tener el valor de algunos (Dibelius), pues no se comprende fácilmente que un gran número hubiese intentado, ya entonces, escribir la vida del Señor, y la floración apócrifa es posterior, aparte de que estaría contra lo que dice luego: que esas historias escritas tuvieron por fuente los que fueron testigos directos y ministros de la palabra. Fueron los apóstoles y los primeros discípulos (Hec_1:21). Como ministros de la palabra (????? ), término técnico de la Iglesia primitiva para expresar el Evangelio (cf: 8:Hec_13:15; Hec_4:4; Hec_6:4; Hec_8:4; Hec_11:19), narraron enseñanzas y obras de Cristo. El término significa todo esto. Estos testigos lo fueron desde el principio (????? ), desde atrás, o desde el principio. Se refiere manifiestamente a los testigos de la vida pública de Cristo (Hec_1:21-22) y de los orígenes mismos de la infancia del Señor. Lo que nos ha sido transmitido (????????? ) por estos ministros, tanto por el contexto como por la filología, se refiere preferentemente a la transmisión oral.
Lc quiere también referir lo que ha sucedido entre nosotros conforme a la tradición de esos testigos. Aunque los hechos sucedieron en el pueblo judío, pero afectan a todos; aparte que la expresión es usada con esta extensión por otros autores 1.
Lc protesta su lealtad de historiador escrupuloso, garantizando la muy cuidadosa investigación de las fuentes escritas, y de esas otras orales. Y pretende escribir esto ordenadamente (??????? ). Posiblemente habría narraciones sueltas, sea escritas v.gr., la infancia de Cristo , sea, en la predicación, ciertos esquemas muy concretos, como se ve en los Hechos de los Apóstoles. Lc quiere poner ordenadamente toda la vida de Cristo. Incluyendo el período de su infancia. Aunque es historiador, no siempre utiliza el orden cronológico; mezcla el histórico y el lógico. Pero da una vida de Cristo más o menos ordenada, en función de su intento y conforme el concepto ambiental de la historia.
Dedica el libro a un tal Teófilo, que debía de ser persona de relieve, dado el título que le prefija (???????? ), óptimo, noble, clarísimo, y que es el título que se da a los procuradores de Judea en los Hechos. Debe de ser una persona histórica. La razón es que era costumbre dedicar los libros a personas ilustres, buscando su valimiento. Así dedica el médico Dioscórides su libro de medicina al óptimo Areo. Y Dioscórides, por tiempo y geografía, es muy próximo a Lc. Aunque muchísimo más sobrio que los prólogos de los historiadores griegos, v.gr., Dioscórides, Diodoro de Sicilia, Lc busca aquí darle una mayor ilustración de la verdad cristiana, cuya fe ya posee. Si no le da el título de hermano, acaso se deba a la forma prescrita por el uso, en un escrito dirigido a la publicidad (Hauck). Si falta este título en Actos (Hec_1:1) puede ser debido a que es la segunda parte de su evangelio. En las Recogniliones clementinae 2 se cita un tal Teófilo, persona noble de Antioquía, patria de Lc, que transformó su gran palacio en Iglesia, y luego fue obispo de allí3.

La anunciación del Precursor,Hec_7:5-25.
5 Hubo en los días de Heredes, rey de Judea, un sacerdote de nombre Zacarías, del turno de Abías, cuya mujer, de la descendencia de Aarón, se llamaba Isabel. 6 Ambos eran justos en la presencia de Dios, e irreprensibles, caminaban en los preceptos y observancias del Señor. 7 No tenían hijos, pues Isabel era estéril y los dos ya avanzados en edad. 8 Sucedió, pues, que, ejerciendo él sus funciones sacerdotales delante de Dios según el orden de su turno, 9 conforme al uso del servicio divino, le tocó entrar en el santuario del Señor para ofrecer el incienso, 10 y toda la muchedumbre del pueblo estaba orando fuera durante la hora de la oblación del incienso. 11 Apareciósele un ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. 12 Al verle se turbó Zacarías, y el temor se apoderó de él. 13 Dijóle el ángel: No temas, Zacarías, porque tu plegaria ha sido escuchada, e Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo, al que pondrás por nombre Juan. 14 Será para ti gozo y regocijo, y todos se alegrarán en su nacimiento, 15 porque será grande en la presencia del Señor. No beberá vino ni licores, y desde el seno de su madre será lleno del Espíritu Santo; 16 y a muchos de los hijos de Israel convertirá al Señor su Dios, 17 y caminará delante del mismo en el espíritu y el poder de Elias para reducir el corazón de los padres a los hijos, y los rebeldes a los sentimientos de los justos, a fin de preparar al Señor un pueblo bien dispuesto, 18 Dijo Zacarías al ángel: ¿Y qué señal tendré de esto? Porque yo soy ya viejo, y mi mujer avanzada en edad. 19 El ángel le contestó, diciendo: Yo soy Gabriel, que asisto ante Dios, y he sido enviado para hablarte y comunicarte esta buena nueva. 20 He aquí que tú estarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que esto se cumpla, por cuanto no has creído en mis palabras, que se cumplirán en su tiempo. 21 El pueblo esperaba a Zacarías y se maravillaba de que se retardase en el templo. 22 Cuando salió no podía hablar, por donde conocieron que había tenido alguna visión en el Templo. El les hacia señas, pues se había quedado mudo. 23 Cumplidos los días de su servicio, volvióse a casa. 24 Y después de algunos días concibió Isabel, su mujer, que se ocultó durante cinco meses, diciendo: 25 He aquí lo que ha hecho conmigo el Señor, acordando quitar mi oprobio entre los hombres.

La escena la sitúa Lc en los días de Herodes, rey de Judea. Es Herodes el Grande, que reinó sobre toda Palestina del 37 a. C. al 4 d.C.
En esta época vivía el sacerdote Zacarías (Yahve se acordó), del turno sacerdotal de Abías. Este era el octavo de las veinticuatro clases sacerdotales que volvieron a estar vigentes en esta época. Estaba casado con una mujer llamada Isabel (Dios juró, o fue fiel a sus promesas), que pertenecía a la descendencia sacerdotal de Aarón. Esto es destacado honoríficamente por Lc, ya que los sacerdotes no estaban obligados a casarse con mujeres de tribu sacerdotal. Pero iban a ser los padres del Precursor.
Ambos eran justos auténticos, pues lo eran en la presencia de Dios y cumplían irreprensiblemente los preceptos (???????? ) y las observancias (??????????? ). La frase aparece con valor pleonástico (Deu_4:40; 6:1ss. 17.25; Deu_7:11; Deu_10:13; 2Re_17:13, etc.); pero lo primero indica los mandamientos o preceptos, y lo segundo acusa la idea de costumbre establecida.
A pesar de todo, no tenían hijos; ambos eran viejos e Isabel estéril. Como Sara (Gen_16:1ss), Rebeca (Gen_25:21), Raquel (Gen_30:22), la madre de Sansón (Jue_13:2) y la madre de Samuel (1 Sam 1-2). Y como Abrahán y Sara eran mayores y sin esperanza de familia. Y la esterilidad se consideraba oprobio en Israel y castigo (v.25). Sin embargo, eran fieles a Dios. El evangelio de Lc va a comenzar y terminar en el templo (Luc_24:53).
Los sacerdotes de las veinticuatro castas se sucedían regularmente en el servicio del templo. Todas las mañanas se sorteaban las diversas funciones que correspondían a cada grupo que estaba de turno. Sobre las nueve de la mañana y sobre las tres de la tarde se ofrecía el sacrificio perpetuo preceptuado en la Ley (Exo_29:38; Num_28:3; Num_4:8) 4. Se inmolaba un cordero; pero, antes de ponerlo en el altar de los holocaustos, cinco sacerdotes se acercaban al Sancta desde al atrio de los sacerdotes y, penetrando en el Sancta, renovaban las brasas. Uno de los sacerdotes llevaba un incensario de oro, y otro un vaso de oro con brasas encendidas, tomadas del altar de los holocaustos. Después de adorar la divina Presencia, se retiraban, excepto el que estaba en el centro. Este era Zacarías. Al darse desde fuera la señal para ofrecer el incienso, lo esparcía sobre el altar de los perfumes. En este momento, el pueblo oraba fuera, uniéndose así el humo del incienso con la plegaria del pueblo, que aquél significaba. Por eso se exigía que el rito fuese rápido 5. Luego debía salir y, unido con los oficiantes, se adelantaba hasta el atrio de Israel, donde daba la bendición que se lee en el libro de los Números (Num_6:24-26) 6.
Cuando Zacarías se queda solo en el Sancta es el momento de la aparición del ángel. Se le aparece a la derecha del altar, signo de dignidad (Deu_33:2; Sal_110:1 etc.), por lo que venía a quedar entre éste y el candelabro de oro. La reacción natural fue la de turbación: tuvo temor. En Israel se pensaba que la visión del ángel de Dios, como su representante, podía causar la muerte. Acaso pasó todo esto por él. Pero el ángel le tranquilizó; pues, como dirá luego, es portador de la buena nueva (?????????????? ). Comienza el prologo del evangelio.
Su oración fue oída. Por lo que tendrá un hijo, que se llamará Juan. ¿Qué oración fue ésta? No es fácil pensar que en la senectud y esterilidad pida el milagro. Se pensó si, a la hora de la oblación del incienso, el pueblo rogaba por la pronta venida del Mesías, ya que ésta se podía adelantar, según se creía, por la oración 7, y Zacarías sería como el representante oficial de la misma a la hora del sacrificio. Pero no consta que el pueblo orase oficialmente por esta intención, aunque no faltaban almas que querían y esperaban la Consolación de Israel, el Mesías. Debieron de ser los planes de Dios, que oyó entonces la oración que seguramente había hecho tantas veces a lo largo de su vida de esperanza paterna.
Y el ángel describe la misión de este niño. Se llamará Juan, que corresponde al hebreo Yehohanan en su forma abreviada de Yohanan es decir, Yahvé hizo gracia o favor.
Su nacimiento será motivo de júbilo para muchos, pero no por lo que significa de gozo familiar o por haber sido quitado el oprobio de la esterilidad, sino por lo que este nacimiento tendrá de repercusión religioso-mesiánica. Es lo que dirá en el Benedictus. Precisamente el motivo de este gozo es porque será grande en la presencia del Señor. No es el valor familiar, sino el religioso. De él dijo un día Cristo: No hay entre los nacidos de mujer ningún profeta más grande que Juan (Luc_7:28).
Y destaca su santidad de vida: no beberá vino ni bebida fermentada (?????? ). Con esta palabra griega, del hebreo shekar, se significa toda bebida embriagante que no proceda de la vid (Num_6:3-4; 1Sa_1:15) 8. Y con esta frase se indica el estado de consagración a Dios: como los sacerdotes, que durante su ministerio no podían beber vino, o como el estado de consagración a Dios de los nazireos. Aunque no se cita no cortar el cabello, elemento también característico, es que a veces no se citaba (Jue_13:14). Es la pintura de su consagración a Dios, hecha con elementos del A.T.
Pero su mayor santidad de vida se acusa en que ya desde el seno de su madre será lleno del Espíritu Santo. Con un vocabulario del A.T., el Espíritu Santo aquí parece ser la acción de Dios ad extra. Así se comunicaba a varios personajes del A.T. Aquí la partícula que usa, aun (??? ) desde el seno, indica que se realiza ya en él (Jue_13:4-5). Muchos pensaron en su santificación antes de nacer. De ahí el celebrar la liturgia, por este motivo, la fiesta de su natividad. 9 En absoluto, acaso pudiera referirse a su consagración para su misión de Precursor, como se dice de Jeremías (Jer_1:5).
Su acción apostólica va a consistir en que convertirá a muchos de los hijos de Israel al Señor, su Dios. La apostasía o frialdad de Israel sólo puede repararse convirtiéndose, volviéndose a la ley de Yahvé. Es lo que tantas veces proclamaron los profetas. Si no es el pueblo como nación, sí lo son masas del pueblo, como dicen los sinópticos. Así preparará la venida del Mesías, que, según los profetas, a su venida debía encontrar un pueblo masas en él preparado para recibirle.
Pero, además, será el Precursor del Mesías. Este versículo es de gran valor dogmático. Es una cita de Malaquías (Jer_3:1; Jer_23:24); que se le aplica al Bautista. El cual:
A muchos de los hijos de Israel convertirá al Señor, su Dios, y caminará delante del mismo (????? = el Señor, su Dios) en el espíritu y poder de Elias (Mal).
Según la interpretación rabínica, antes del Mesías vendría el profeta Elias a preparar su venida, ungirle y presentarle al pueblo 10. Pero el ángel dice que el Bautista, el Elias espiritual, como el mismo Cristo enseña en otros pasajes, preparará al pueblo, convirtiéndolo al Señor, su Dios, y así caminará delante del mismo (????? ). ? como el Bautista camina en su preparación delante de Cristo, y éste es el mismo que acaba de decirse, el Señor, su Dios, en la perspectiva de Lc, Cristo es Dios.
El Bautista apareció en el espíritu y poder de Elias, el gran defensor del yahvismo. Elias tuvo el celo espíritu contra el culto de Baal, y el poder en su lucha contra las idolatrías de Jezabel (1 Re c.18 y 19). El Bautista aparece con este espíritu, el celo por el cumplimiento de su misión de Precursor del Mesías, y su poder en la lucha contra el adulterio de Antipas. Pues el Bautista no hizo milagros (Jua_10:41).
La frase para reducir los corazones de los padres a los hijos, y los rebeldes a los sentimientos de los justos, para preparar así al Mesías, en su venida, un pueblo bien dispuesto (Mal_3:24), significa, teniendo en cuenta la frase correlativa de Malaquías, aquí modificada por matizarla al decir: y los rebeldes a los sentimientos de los justos, que la misión del Bautista consiste en lograr ese retorno, esa conversión del Israel rebelde, al que se dirige, para que el corazón de los hijos se vuelva al de los padres, es decir, a los rectos sentimientos de los mayores patriarcas, profetas, justos, y así los sentimientos de éstos vendrán a estar en su descendencia en este momento histórico de la instauración mesiánica. Con lo que el Mesías encontrará en su venida, conforme a los profetas, un pueblo bien dispuesto a recibirle.
Ante este anuncio, Zacarías pide una señal al ángel. No duda del poder de Dios, pues es sacerdote y conoce estas maternidades milagrosas (Gen_17:17; Gen_18:10; Gen_11:12; 1Sa_1:5-6), pero insiste en la vejez de ambos. Acaso teme una ilusión en la visión. En otras ocasiones, los personajes pidieron, en casos semejantes, un signo, y no hubo castigo (Gen_15:8; Jue_6:37; 2Re_20:8), y en otras se ofrece el signo sin ser pedido (Exo_3:12; Exo_7:11), y poco después María lo pedirá, recibiéndolo del ángel. Pero algo hubo en él que trae el castigo.
Este se presenta: es Gabriel, que asisto ante Dios. El significado preciso del nombre ha sido discutido. Se le suele traducir por fortaleza de Dios. En los papiros de Elefantina significa sólo hombre. Es el equivalente bíblico de hombre de Dios (Jue 13:Jue_6:8), su mensajero. El que asisto ante Dios está tomado de las cortes orientales; es uno de los validos de Dios (Tob_12:15). Gabriel había sido enviado a Zacarías para darle esta buena nueva (???????? '?????? ; Isa_40:9; Isa_52:7), por la relación que tendrá el Bautista en esta obra. Son los albores del Evangelio. Pero por su incredulidad a sus palabras, quedará mudo. Así, el signo pedido se obtiene por otro concepto.
Como el rito del ofrecimiento del incienso tenía que ser muy breve, para no inquietar a Israel, que oraba fuera, temeroso de que estas cercanías con la divinidad pudieran traer algún castigo 11, al ver su tardanza el pueblo, ya que, al salir de allí, tenía que ir al atrio de Israel y dar con los otros cuatro acompañantes la bendición al pueblo, se extrañó. Y al salir y ver que no podía hablar, y acaso por su aspecto y señas que hacía, comprendieron los presentes que había tenido una visión.
Terminada la semana de servicio, en la que los sacerdotes tenían que guardar castidad y vivir en el recinto del templo (Lev_15:16), volvió a su casa. Una tradición, no muy segura, señala su residencia en la actual 'Ain Karim, a unos siete kilómetros de Jerusalén. Y cuando Isabel se vio fecundada, se ocultaba durante cinco meses. Es un rasgo de exquisitez. No era el pudor de una concepción tardía, cuando era quitarle el oprobio; era la gratitud a Dios.

La anunciación de Jesús,Lev_1:26-38.
26 En el mes sexto fue enviado el ángel Gabriel de parte dé Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret. 27 A una virgen desposada con un varón de nombre José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. 28 Entrando le dijo: Alégrate, llena de gracia; el Señor es contigo. 29 Ella se turbó al oír estas palabras, y discurría qué podría significar aquella salutación. 30 El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios, 31 y concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. 3: EL será grande y llamado Hijo del Altísimo, y le dará el Señor Dios el trono de David, su padre, 33 y reinará en la casa de Jacob por los siglos, y su reino no tendrá fin. 34 Dijo María al ángel: ¿Cómo podrá ser esto, pues yo no conozco varón? 35 EL ángel le contestó y dijo: EL Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por esto el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios. 36 E Isabel, tu pariente, también ha concebido un hijo en su vejez, y éste es ya el mes sexto de la que era estéril, 37 porque nada hay imposible para Dios. 38 Dijo María: He aquí a la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y se fue de ella el ángel.

La anunciación a María tiene lugar en el sexto mes con referencia a la concepción de Isabel (v.24). Para ello es enviado de parte de Dios el ángel Gabriel, hombre de Dios. Cuál fuese su valimiento ante Dios, ya lo dijo al presentarse a Zacarías (v.19; Tob_12:15) 12. La escena va a tener lugar en la región cié Galilea y en el villorrio de Nazaret. La Galilea de entonces era una región mixtificada de razas dedicadas al comercio. La frase de Isaías Galilea de los gentiles (Isa_8:23) tenía valor en este tiempo. Los judíos de la provincia de Judea los despreciaban como a judíos no puros, por su mistificación de razas y de costumbres, y en esta región casi universalizada se realizo la encarnación redentora de Cristo. La Nazaret actual (en-Nasirá) no da idea de lo que fue en los tiempos de Cristo. Su nombre probablemente significa retoño o vigía. No es citada nunca en los documentos extrabíblicos hasta el siglo VIII d.C. 13.
María era virgen (???????? ). La palabra significa una joven virga, como se ve en la parábola de las vírgenes necias. Mas el contexto hace ver que se trata de una virginidad en sentido estricto. Pero estaba desposada (????????????? ) con José. El verbo usado lo mismo puede significar desposorio que matrimonio (Luc_2:5). Algunos autores sostienen que aquí se trata ya del matrimonio, pero lo ordinario es entenderlo como desposorio 14. La edad para contraer matrimonio o casarse en Israel se realiza para las jóvenes entre los doce y los trece años, y para los jóvenes entre los dieciocho y los veinticuatro, y el matrimonio al año de la edad para casarse . El desposorio tenía características especiales: si la desposada en el intervalo de su desposorio era infiel, se la consideraba adúltera; si el prometido moría, se la consideraba viuda, con los derechos del levirato; el prometido no podía anular los esponsales sino con el derecho del rechazo y del repudio ; y el hijo concebido después de los esponsales era considerado legítimo 15.
El nombre de José significa añadir (yasaf). Se lee en el Génesis: Le llamó José, pues dijo: Añádame Yahvé otro hijo (Gen_30:24). Posiblemente esté abreviado y en su forma plena fuese Josef-Eí o Josef-Yah, añádame Dios o Yahvé.
Para la interpretación del nombre de María se han propuesto más de sesenta etimologías. Científicamente en hebreo solamente se podrían admitir las procedentes de la raíz marah, ser rebelde; mará, ser bella, o miryam, como el nombre de la hermana de Moisés (Exo_15:20), que se la llama profetisa, de la raíz ra'ah, ver, ser vidente I6. Pero el Evangelio da la transcripción aramea de! nombre Maryam. Su etimología responde a la raíz maryman, señora. Maryam es abreviatura de Mariame o Mariamme, nombre muy usual en la época desde los días de los asmoneos. El Talmud da como equivalente del nombre de Maryam, hija del que fue sumo sacerdote, Boethos, los nombres de Martha (maestra, señora) y Sara (señora). Es la etimología que sin duda le corresponde: Señora 17. Otras etimologías propuestas más recientemente son: Zorell la quiere derivar del egipcio merit-Yam amada de Yahweh. Pero él mismo la rechazó posteriormente. E. Vogt la ha querido poner en función del verbo rum, exaltar. Así María sería igual a la Exaltada. Respondería al hebreo marón alto, exaltado.
El evangelista destaca quejóse era de la casa de David. Esto es porque legal mente los derechos dinásticos venían al hijo por el padre. Pero que María era de la casa de David es una enseñanza de la tradición cristiana 18.
La aparición del ángel es en su casa. Por los datos arqueológicos del viejo Nazaret, debía de ser una especie de cueva o excavación, de una habitación sola, y teniendo delante un relleno de piedras, que la cerraban, como fachada 19.
El saludo que le dirige es: Alégrate, agraciadísima; el Señor está contigo, El bendita entre las mujeres es interpolación proveniente del saludo de Isabel 20.
La palabra hebrea de saludo era Shalom lak: la paz contigo. Pero podría ser la palabra griega una traducción idiomática. Sin embargo, por la estilística de los profetas, donde hay el clisé: No temas., alégrate, y porque en Lc se traduce en otros pasajes la paz como saludo por ?????? , parece que aquí ????? tiene el sentido de alegría 21. Es la alusión a la alegría mesiánica que comienza.
El gratia plena está redactado en griego por la palabra ???? -???????? . Es palabra tan rara, que este verbo (??????? ) sólo sale doce veces en toda la literatura griega desde el siglo u a. C. hasta el siglo V después de Cristo 22. Aparece con seis sentidos diferentes. La elección de esta palabra tan rara indica ya una intención muy especial en el autor: se diría algo inusitado. Por el solo análisis exegético no cabría deducir una plenitud absoluta de gracia, ya que los verbos en -óo son factitivos; pero no se probó satisfactoriamente que sean también de plenitud. Lc dice del Bautista y de San Esteban que estaban llenos del Espíritu Santo (1.15; Hec_7:55). Por eso, el uso aquí de esta palabra inusitada hace ver que se trata de indicar una plenitud de agraciamento por parte de Dios para ser su madre.
Para esta obra, el Señor está contigo. Esta expresión no se dice de personas en circunstancias normales, aunque puede haber casos (Rut_2:4), sino que se dice del pueblo de Dios o de alguna persona a la que Dios ha impuesto un oficio arduo de realizar. La preposición meta (???? ) importa la presencia eficaz de Dios, que dirige esta persona a la finalidad propuesta 24.
Ante este saludo del ángel, inesperado, y sin decirle la finalidad estricta, María, en su humildad, se turbó, y pensaba a qué se podrían referir estas palabras. Pero el ángel la tranquiliza y le transmite el mensaje. En él se le dice que va a ser ella la madre del Mesías, por una singular elección de Dios. Y todo el discurso está trazado con alusiones a profecías mesiánicas del Antiguo Testamento. Con ello se quiere conectar el cumplimiento de ellas con este niño cuyo nacimiento encarnación se anuncia.
La primera parte: concebirás y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús, es referencia literaria a la profecía de la concepción virginal del Mesías, de Isaías (Rut_7:14). Si no pone aquí la virgen, es porque no lo pide la situación del diálogo, pero ya la presentó antes como la virgen. Como en Isaías, ella le pondrá el nombre propio, ya que en Isaías el nombre de Emmanuel es el nombre profético. Es profecía que estaba para probar esta finalidad en el ambiente neotestamentario (Mat_1:18-25).
Le dará el Señor Dios el trono de David, su padre. Desde la profecía de Natán (2Sa_7:12-14) se sabía que el Mesías procedería de la casa de David. Tanto que Hijo de David, como se ve en los evangelios, es el título más usual del Mesías. Pero por la expresión que aquí se lee, su padre, se ve. la dependencia literal del vaticinio de Natán.
Reinará en la casa de Jacob. Es el universalismo mesiánico reuniendo las doce tribus. Era obra del Mesías volver otra vez el judaísmo a la unidad primitiva e ideal (Isa_49:6; Eco_48:10). Era un tema que preocupaba hondamente al rabinismo 25.
Su reino no tendrá fin. En forma positivo-negativa se anuncia la eternidad de este reinado. La duración del reinado del Mesías era tema que preocupaba a los apócrifos, a los targumin y al Talmud. Era un tema muy frecuente en los profetas (Isa_9:6; Jer_30:9, etc.). El libro apócrifo Apocalipsis de Baruk (Jer_7:31) es el único que lo proclama eterno, pero es más en apariencia que en realidad. Mas aquí, con su forma no tendrá fin, se acusa bien esta eternidad del mismo. Al tiempo que acusa un mesianismo trascendente, ya que las cosas temporales están limitadas y tienen fin 26.
María, como cualquier israelita, comprendió al punto que se le anunciaba la maternidad del Mesías. Pero esto le hace presentar una objeción, que podría interpretarse como una simple exclamación de sorpresa (Lagrange). Hay para ello una dificultad: no conoce varón, hebraísmo por las relaciones conyugales. La forma no conozco varón y la forma futura ¿cómo será esto? no se explican en una casada o desposada, si no se ve en ella el propósito de virginidad. Pensar que ella entiende que estas relaciones, estando desposada, han de celebrarse antes de cumplirse el año de desposorio (Hahn, Gunkel, Haug, Gaechter), es una posición gratuita, basada en que María, como hija de su tiempo, no podía soñar en la virginidad: el matrimonio era ansia en Israel por razón del Mesías. Pero la pregunta de la Virgen al ángel es que no conozco (?? ? (?????? ) varón, y tiene valor de un propósito indefinido. Es, sin duda, la traducción de un presente-futuro semita. ¿Por qué habría que entendérselo de un futuro inminente? Si estaba desposada y no pretende conocer varón, de no suponerse gratuitamente que esta negativa se refiere a una relación inminente, en plenos desposorios, es que el propósito de virginidad en ella es claro. Ni se puede tampoco negar la evolución que había habido en Israel sobre la excelencia de la virginidad. Basta citar los casos del celibato de Jeremías y del Bautista y el impacto que tuvieron que causar en Israel las comunidades de 4.000 esenios y las comunidades célibes de Quníran. Y, sobre todo, no se puede pensar en que la Virgen era una hija de su tiempo en lo sobrenatural, porque en este orden fue siempre la excepcional. Además, en el ambiente judío la castidad era exigencia para el contacto cultual en el templo, para las relaciones con Yahvé. La virginidad de María es exigencia también máximamente ambiental, en orden a la maternidad divina 26.
Pero el ángel calma su inquietud, al anunciarle que su fecundidad será sobrenatural por obra del Espíritu Santo, es decir, en este vocabulario del Antiguo Testamento, es la obra de Dios ad extra. La acción del Espíritu vendrá sobre ti para fecundarte. Pero el texto añade luego una frase de una gran portada teológica:

El Espíritu Santo vendrá sobre ti;
y el Poder (??????? ) del Altísimo
te cubrirá con su sombra (?????????? ).

¿Qué significa aquí la expresión cubrir con su sombra? (?????????? ). Los diversos significados con que aparece usada oscurecer, cubrir de tinieblas, cubrir, velar, proteger, defender no convienen a este propósito, pues aquí no se trata de proteger ni de velar o cubrir, sino fecundar. Sólo cabría pensar que el autor le daba un significado nuevo. Pero éste, si no se lo explica, ¿cómo saberlo? Máxime en un vocabulario que tiene sus alusiones constantes al A.T. y con cuyas citas o alusiones están elaborados estos dos primeros capítulos de Lc.
En efecto, en el A.T. se lee que en el tabernáculo se hacía sensible la presencia de Dios en forma de nube. Era la teofanía de lashekina, y cuando los Setenta traducen esta nube, símbolo de la presencia de Dios en el tabernáculo, lo traducen por este verbo ????????? (Exo_40:34; Num_9:18-22). Así se lee:

La nube cubría (?????????? ) el tabernáculo,
y la gloria de Yahvé llenaba la morada (Exo_40:34).

Y Lc mismo dice, en el pasaje de la transfiguración, que mientras estaban hablando (los apóstoles) apareció una nube, y los cubría con su sombra (?????????? ), y quedaron atemorizados al entrar en la nube (Luc_9:34), porque era símbolo de la presencia de Dios. Además hay que notar que la virtud (Poder) del Altísimo significa Dios. En Lc, en el proceso por el sanedrín, dice que Cristo se sentará a la derecha del Poder de Dios (???????? ??? ???? ; Luc_22:69). Poder de Dios es sinónimo de Dios.
Por tanto, esta frase del ángel significa que el Espíritu Santo la acción divina fecundará sobrenaturalmente a María; que por esa fecundación la virtud del Altísimo Dios bajará a ella, estará en ella, corno en el tabernáculo. Pero al presentar así a María como templo, es decirle que el que en ella va a morar es Dios; que su Hijo, por el que ella va a ser tabernáculo y templo, es el Hijo de Dios 27.
Por eso (??? ??? ), lo nacido santo será llamado Hijo de Dios. La construcción de esta frase da lugar a varias lecturas. Fundamentalmente no cambian. De suyo, bíblicamente, por el hecho de ser uno creado por Dios, puede ser llamado hijo suyo. Así Adán en su creación (Luc_3:38). Pero aquí es el contexto el que hace ver bien por qué por esa concepción será reconocido públicamente por lo que es: como el Hijo de Dios; porque Dios tomó carne en María. Divinidad de Cristo que aquí se confirma por el hecho de que Lc ya en él v. 17 presentó a Cristo como Dios. La lectura Santo e Hijo de Dios son lecciones, críticamente, seguras. ¿Acaso Lc añadió completándolo o explicitándolo el Hijo de Dios. Porque también se dice que Dios creó a Adán y no se dice por ello que Adán sea santo. Aquí está, sin duda, por la encarnación. Pero también Santo es título mesiánico (cf. Hec_3:14) aunque aparece con artículo (cf. Mar_1:24; Jua_6:69).
El ángel da a María una señal de la verdad de todo el anuncio. Isabel, su parienta, la anciana estéril, también concibió milagrosamente, porque para Dios nada hay imposible, y ya está en el mes sexto de su esperanza ¿Por qué Lc dice que Isabel era parienta (??????? ) de la Virgen, y no hermana, como es el término usual hebreo para expresar estas relaciones familiares? El texto original de estos capítulos 1-2 de Lc son hebraico-aramaicos. En el substractum debió de estar la palabra ordinaria. Pero el traductor griego debió de traducirla por parienta para no inducir a equivocación a sus lectores griegos, al no darle éstos una mayor amplitud de cognación familiar. Lo que no es lo mismo en Mt al hablar de los hermanos de Jesús = primos, por ir destinado a un público judío, que valoraba esta expresión en sus justos límites.
Siendo ésta de la familia de Aarón, es decir, de estirpe sacerdotal, se han preguntado varios autores si María, por este parentesco, pertenecería también a familia sacerdotal. Así correría por el Mesías sangre real y sacerdotal. Bella hipótesis, ambientada desde la época de los macabeos y asmoneos. Así lo recoge uno de los apócrifos 28.
Ante la voluntad de Dios, María no tenía más que una respuesta: aceptarla. Y proclamándose esclava del Señor, frase usual en el ambiente oriental para hablar con un superior, acepta sus designios, que es una muestra de confianza (fe) en la Palabra de Dios y de sus efectos: humildad y obediencia. En la antigüedad, en época de esclavos, es donde hay que valorar esta expresión. El esclavo no tenía voluntad propia ni querer fuera del de su amo. Así María, ante Dios, no tenía otro querer que el suyo 28.

La visitación de Maria a Isabel: el
Magníficat, 1:39-56.
39 En aquellos días se puso María en camino y con presteza fue a la montaña, a una ciudad de Judá, 40 y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41 Así que Isabel oyó el saludo de María, exultó el niño en su seno, e Isabel se llenó del Espíritu Santo, 42 y clamó con fuerte voz: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! 43 ¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? 44 Porque así que sonó la voz de tu salutación en mis oídos, exultó de gozo el niño en mi seno. 45 Dichosa la que ha creído que se cumplirá lo que se le dijo de parte del Señor: 46 Dijo María:

Mi alma magnifica al Señor
47 y exulta de júbilo mi espíritu en Dios, mi Salvador,
48 porque ha mirado la humildad de su sierva; por eso todas las generaciones me llamarán bienaventurada, 49 porque ha hecho en mí maravillas el Todopoderoso, cuyo nombre es santo. 50 Su misericordia se derrama de generación en generación sobre los que le temen. 51 Desplegó el poder de su brazo, y dispersó a los que se engríen con los pensamientos de su corazón. 52 Derribó a los potentados de sus tronos y ensalzó a los humildes. 53 A los hambrientos los llenó de bienes, y a los ricos los despidió vacíos. 54 Acogió a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia. 55 Según lo que había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia para siempre. 56 María permaneció con ella como unos tres meses, y se volvió a su casa.

Muy próximo a los días de la encarnación, como se ve por el sexto mes de Isabel y los tres que allí permanecerá María, ésta se levantó (???????? ), hebraísmo con el que se indica el comienzo de una escena, y se puso en camino con presteza. No eran motivos de curiosidad. Más lo serían de caridad por atender a su anciana pariente. Pero, sobre todo, debió de ser la comunicación del gozo de felicitarla. No obstante esta solicitud y presteza, le hicieron esperar la oportunidad de unirse a alguna caravana de las que iban con frecuencia a la Ciudad Santa, sea con motivo de fiestas de peregrinación o por motivos comerciales. Se ve la ausencia de San José; si no, no hubiera sido necesario el informe que le dará el ángel sobre la concepción milagrosa de su prometida (Mat_1:18-21).
Isabel vivía en la región montañosa de Judea, en un pueblo que no se cita. Una tradición que llega hasta el siglo VI lo localiza en el actual Kain Karim, a siete kilómetros al oeste de Jerusalén, aunque no es muy segura. Otros han propuesto otras localidades 29. Para ir entonces de Galilea a Jerusalén se empleaban tres o cuatro días 30.
Llegada María a casa de Isabel, la saludó primero. El parentesco debía de ser próximo o de relaciones muy cordiales. El saludo hubo de ser al modo oriental, con reiteradas muestras de afecto 31. Acaso María, con un gesto de delicadeza, se daría por enterada del hecho de su gozosa maternidad. Es en esta atmósfera de exquisitez espiritual donde se desarrollaban estas escenas.
Al oír Isabel el saludo de María, el Evangelista relata que suceden dos hechos: el Bautista saltó en su seno de gozo, y ella fue llena del Espíritu Santo, y bendijo a María y al Niño que guardaba en su seno.
La bendición de María la hace con fuerte voz. Es frecuente en Lc para expresar emociones vivas (Mat_4:33; Mat_8:28, etc.). Y la proclama bendita entre las mujeres, que es el modo oriental de suplir la carencia de superlativos (Jue_5:24-27; Jud_1:13 :18). Pero Isabel, por revelación del Espíritu Santo, sabe que se halla ante la madre de mi Señor. Es la proclamación de hallarse ante el Mesías. Pero después de la escena de la anunciación es el ?????? divino del cristianismo primitivo.
¿Qué significa que el Bautista saltó de gozo en el seno de Isabel cuando sonó la voz de tu salutación en mis oídos? Esto último no es más que un conocido semitismo por oír. Isabel atribuyó a la voz de María que el niño saltó en su seno. Estos movimientos fetales son muy conocidos, máxime ante emociones muy fuertes en la madre. Ya en el Génesis se hablaba de Esaú y Jacob, que chocábanse en el seno de su madre (Gen_25:22), con lo que se quería interpretar, etiológicamente, el futuro de ambos. Pero el gozo por el que, según Isabel, saltó el niño, ¿qué valor tiene? En el texto es una atribución que hace Isabel. Podría ser todo ello un género literario, con el que se quisiera indicar el privilegio de hallarse el Precursor ante el Mesías. Así se dice en los Salmos que los montes saltaron. como corderos, y el contexto pide de gozo (Sal_114:4). Algunos teólogos han pensado que en este momento fue la santificación del Bautista, y se plantearon problemas sutiles y gratuitos relativos a su libertad y conocimiento por razón del gozo 32.
Y nuevamente beatifica Isabel a María: dichosa la que creyó, porque (??? ) se cumplirá lo que se le ha dicho de parte de Dios. La frase puede tener un doble sentido. La partícula griega ??? puede tener sentido causal, porque, o recitativo, que. Según se adopte una u otra significación, el sentido cambia. Los latinos y coptos la han traducido con sentido causal. En este caso se beatifica a María por los misterios que se realizarán en ella. Los autores griegos y sirios han valorado esta partícula en analogía con otros casos semejantes (Mar_11:23; Jua_6:69; Hec_27:25, etc.) y le han dado valor recitativo-copulativo. Se elogia a María, que creyó, por lo que se realizarán en ella los misterios anunciados de parte de Dios. Con ello se exalta la fe de María.

El
Magníficat (v.46-56).
El Magníficat responde a una explosión de júbilo en Dios, incubada desde que se había realizado en ella el misterio de la encarnación. El himno de María no es ni una respuesta a Isabel ni propiamente una plegaria a Dios; es una elevación y un éxtasis 33, y una profecía. Tal es el sentido de su inserción aquí. El que algún códice lo atribuye a Isabel es críticamente nulo 34. Literariamente considerado, aparece como una composición métrica. El ritmo interno del verso acusado por el paralelismo hebreo es totalmente perceptible. Los autores discuten el número de estrofas de que consta. La redacción literaria está hecha en su mayor parte con elementos literarios del A.T. De 102 vocablos, en 60 se ven vestigios del A.T. (Nestlé).
Se ven en él tres partes bien marcadas: 1) alabanza de María a Dios por la elección que hizo de ella (v.46b-50); 2) reconocimiento de la providencia de Dios en el mundo (v.51-53); 3) con esta obra se cumplen las promesas hechas a los padres (v.54-55).
1. Alabanza Que María Hace A Dios Por La Elección Que Hizo De Ella (v.46b-50). María comienza engrandeciendo (????????? ) a Dios. El paralelismo del verbo siguiente, que ella se exultó (?????? '???? ), da el mismo sentido de alabanza. Por razón de este mismo paralelismo sinónimo hebreo vienen a tener el mismo sentido los dos sujetos alma (???? ) y espíritu (?????? ). El primero significa, de suyo, el principio de la parte sensible, el hombre sensitivo, y el segundo el principio de la vida espiritual. Ambos vienen aquí a ser sinónimos, usados sólo por razón de variación literaria. Es, pues, María la que alaba y se exulta profundamente en Dios, lo que es, agradecida, bendecirle, celebrarle (1Sa_2:1).
En una primera lectura extraña el que los dos verbos estén en tiempos distintos: engrandece y se exultó. Parecería como si esta exultación puesta en aoristo respondiese a un momento histórico pasado, en concreto al momento de la encarnación. Pero este segundo no es más que la traducción servil de un futuro conversivo (wayyitol) hebreo, que ordinariamente tiene valor de pretérito, y que después de un presente, como aquí, puede tener sentido también de presente 35. Por eso su traducción ha de ser: se exulta.
Este gozo de María es en Dios mi Salvador. Dios Salvador es fórmula bíblica, pero no significa sólo el liberar de algún mal, sino que significa también la concesión de bienes y bendiciones (Sal_132:16; 2Cr_6:41).
Nunca como aquí cobra esta expresión el sentido mesiánico más profundo. Ese Dios Salvador es el Dios que ella lleva en su vientre, y que se llamará Jesús, Yehoshúa, es decir, Yahvé salva. Y ella se goza y alaba a Dios, su Salvador.
María atribuye esta obra a la pura bondad de Dios, que miró la humanidad (?????????? ) de su esclava. Fue pura elección de Dios, que se fijó en una mujer de condición social desapercibida. No es la virtud de la humildad a la que alude, que incluso filológicamente se suele expresar con otra palabra (??????????????? ) 36, sino a una joven socialmente desconocida, residente en un villorrio desconocido, y, aunque de la casa de David, venida a menos. No escogió para madre del Mesías, triunfador y socialmente victorioso y esplendoroso que se esperaba, a una reina, sino a una esclava desconocida.
Pero por esa mirada de elección de Dios, desde ahora (??? ??? ??? ), es decir, en adelante, después de estos momentos, principalmente por su uso en Lc, sobre todo a partir de la vida pública de Cristo, la van a llamar bienaventurada todas las generaciones. En Israel la madre se llama dichosa con el nacimiento de un niño (Gen_30:13). Lc mismo dirá que, con el nacimiento del Bautista, sus vecinos y parientes se congratulaban con Isabel (Luc_1:58). Pero aquí no es el motivo de regocijo familiar. Es la universalidad de las generaciones. Es la eterna bendición a la Madre del Mesías. Esta afirmación parecería entonces una hipérbole oriental si no hubiese sido una profecía cumplida ya por veinte siglos. Y todo es debido a eso: a que hizo en ella maravillas (?????? ), cosas grandes la maternidad mesiánica y divina en ella , el único que puede hacerlas, Dios. Pero no pone el nombre divino, acaso más que por evitar las prohibiciones rabínicas de pronunciar el nombre inefable, por variación literaria.
Lo hizo el Poderoso (ó ??????? ). Esta obra sólo podía ser obra de la omnipotencia de Dios. Y cuyo nombre es Santo. En los semitas, el nombre está por la persona. Es, pues, obra también de la santidad de Dios. Para el semita, la santidad nace genéticamente de la incontaminación. Dios es santo porque está incontaminado de la tierra, porque está separado por ella (????? :), en el cielo; por lo que es trascendente y tiene poderes trascendentes. De ahí el temor reverencial de la criatura ante él. Su nombre es santo y terrible (Sal_111:9). Por eso, este concepto se entronca con el concepto de poderoso. Pero esta santidad no excluye, sino que incluye aquí también la perfección moral, que está postulada en el Magníficat por la justicia de su providencia (v.51-53) y por la misericordia que tiene para todos (v.50-55).
El pensamiento progresa, haciendo ver que todo este poder es ejercido por efecto de su misericordia. Esta es una de las constantes de Dios en el Antiguo Testamento. Ya al descubrir su nombre a Moisés se revela como el Misericordioso (Exo_34:6). Y ninguna obra era de mayor misericordia que la obra de la redención. Pero se añade que esta obra de misericordia de Dios, que se extiende de generación en generación, es precisamente sobre los que le temen. Era el temor reverencial a Dios. Así, en el A.T., cuando el pueblo pecaba, Dios lo castigaba; pero, vuelto a él, Dios lo perdonaba. No deja de extrañar aquí esta frase de tipo sapiencial, cuando la obra mesiánica de la encarnación abarca a todos y es' independiente del mérito o temor de cada uno. Esto puede ser debido a que, con una frase sapiencial, se quiere expresar su actitud personal de veneración y temor a Dios, es decir, por lo que en ella hizo esta misericordia, hasta el punto de vincularla, como Madre del Mesías, a la obra de la salvación.
2. Reconocimiento de La Providencia de Dios en El Gobierno del Mundo (v.51-53). El segundo grupo de ideas con unidad propia lo constituyen los versículos 51-53. Literariamente aparecen expresados en forma paralelística, sintética y antitética. Su redacción plantea un problema previo de interpretación. Los verbos aparecen formulados en aoristo: desplegó, dispersó, etc. ¿Qué se indica con todos estos tiempos pasados?

Se han propuesto cuatro soluciones.
1) Valor histórico: se referiría a la providencia de Dios en la historia de Israel (Faraón, Antíoco, Saúl., José, Moisés, Daniel, etcétera); son alusiones demasiado concretas. 2) Valor profético: el aoristo puede equivaler a un pasado profético = futuro. Se aludirá a la futura transformación que se experimentará, en los hombres, en los días mesiánicos. Pero no es compatible con los aor. anteriores y posteriores (v.48-49 y v.54) en que se halla encuadrado. 3) Sentido gnómico: sería forma sapiencial, atemporal, de exponer la providencia de Dios. El aor. con sentido gnómico no es seguro que exista en la koiné 37. 4) Valor de presente: estos aor. estarían condicionados por los aor. de los v.48 y 49. Cantaría la providencia ordinaria de Dios, encuadrándose en ella, y quedaría la siguiente redacción literaria condicionada por los aor. anteriores.
Y celebra esta providencia divina con tres imágenes. La primera hace ver cómo Dios utiliza su poder, antropomórficamente su brazo, para dispersar a los que se engríen con los pensamientos de su corazón. Es un modo de hablar conforme a la psicología judía, para quienes el corazón era considerado no sólo como sede de las emociones, sino también de los pensamientos. Estos enemigos que así se ensoberbecen no son ni los enemigos de Israel, pueblo de Dios, ni los paganos. Son personalmente los sabios que se guían por la sabiduría de este mundo. Son aquellos a quienes les falta aquella sabiduría que viene de Dios, cantada en los Sapienciales (Pro_2:1-9, etc.). A éstos no se los considera como un cuerpo de ejército, sino idealmente reunidos, coincidiendo en la necedad y orgullo de su vida.
Frente a esta sabiduría, Dios realiza sus obras con la suya, totalmente opuesta. Voy a hacer (dice Yahvé) nuevamente con este pueblo extraordinarios prodigios, ante los que fallará la ciencia de los sabios, y será confundida la prudencia de los prudentes (Isa_29:14; Isa_55:8-9; Sal_5:7-8).
Tal es el caso de María: a una virgen, la hace madre milagrosamente; y a una esclava, madre del Mesías.
La segunda imagen celebra cómo Dios quita a los poderosos de sus tronos y ensalza a los que no son socialmente poderosos. Es la teología de la providencia divina, que la Escritura en tantos casos enseña (Job_5:11; Job_12:19, Sal_147:6; Eco_10:17; 1Sa_2:4 y 7-8). Por poderosos usa la palabra ???????? , que lo mismo puede significar un gobernador o régulo de un territorio que un rey.
No sería improbable que se sugiriese lo que flotaba en el ambiente: que el Mesías destronaría a los reyes de sus tronos 38; y en los Salmos de Salomón se dice que muchos usurpadores habían invadido el trono de David, y Dios debía deponerlos para reemplazarlos por el Mesías 39. Herodes era entonces el gran usurpador. El trono de David estaba ocupado por un tirano e idumeo. El Mesías lo destronaría, no tanto en el aspecto político cuanto heredando el trono (verdadero) de David, su padre.
El tercer cuadro parece tomado de una corte oriental. En ella los ricos son admitidos a la presencia del monarca, al que, según costumbre, le ofrecen regalos; pero el monarca, en cambio, para no dejarse vencer en opulencia ya que ésta es una tónica de las cortes orientales les hace presentes mayores (1Re_10:2 y 13). Los pobres no son admitidos ni reciben estos dones.
Pero en la obra divina esto no cuenta. Los ricos, como tales, no cuentan con su influjo ante Dios. El los castiga y empobrece (Sal_34:11; 1Sa_2:6), mientras que los pobres son socorridos y enriquecidos (Sal_107:9). No se trata de una revolución social. El gobierno del mundo está en sus manos, y él ejerce su justicia sabia y libremente.
En este canto estos bienes no son específicamente los bienes o pobreza materiales. Se trata de los bienes mesiánicos. Se ve por el tono general del canto. A María la elige para enriquecerla mesiánicamente. Es lo mismo que cantará luego: los bienes prometidos a Abraham, que eran las promesas mesiánicas. Al fin, todo el Antiguo Testamento giraba en torno a estas promesas.
3. Con Esta Obra Cumple Dios las Promesas, hechas a los Padres. (v.54-55). El tercer pensamiento fundamental lo constituyen estos dos últimos versículos. Se confiesa que esas maravillas que Dios obró en María son el cumplimiento de las promesas mesiánicas hechas a los padres.
Se presenta antropomórficamente a Dios, acordándose. Después de tantas vicisitudes pasadas en la historia de Israel, parecería como si Dios lo hubiese olvidado. Pero las va a cumplir ahora. Y las va a cumplir para la época que las señaló y cómo las anunció. No el mesianismo racial, sino el mesianismo espiritual. En realidad, ya las comenzó a cumplir, pues ya está el Mesías en su pueblo. Por eso ya acogió a Israel.
Este Israel es el Israel universal, el que se prometió a Abraham, ya que en él serían bendecidas todas la gentes de la tierra. María no es ajena a esto, cuando se reconoce que esta marávilla es la prometida a los padres Abraham, Isaac, Jacob, David. y cuando, por ello, la llamarán bienaventurada todas las generaciones, que se beneficiarán, como enseñaban los profetas, del mesianismo.
La expresión a nuestros Padres es un inciso, incluso sintácticamente considerado, ya que el régimen gramatical cambia: a nuestros padres, a Abraham. La construcción gramatical lógica sería: según prometió. a Abraham. Algunos lo traducen teniendo en cuenta el hebraísmo, al que posiblemente responda (Miq_7:20), de la siguiente manera: según había prometido a nuestros padres, mirando a Abraham y su descendencia. 40 La promesa resalta la perennidad de la misma: para siempre. Es el mesianismo espiritual y eterno (v.33) 41.
El evangelista termina diciendo que María permaneció con Isabel como unos tres meses, y se volvió a su casa. ¿Esperó el nacimiento del Bautista? Los Padres latinos generalmente se inclinan por su permanencia. En cambio, los Padres griegos, buenos conocedores del ambiente, se inclinan por la negativa 41. Porque, según los usos de Oriente, no era aquella circunstancia el lugar más conveniente para una joven virgen 42.

Nacimiento del Bautista: el
Benedictus, 1:57-80.
57 Le llegó a Isabel el tiempo de dar a luz, y parió un hijo. 58 Habiendo oído sus vecinos y parientes que el Señor le había mostrado la grandeza de su misericordia, se congratulaban con ella. 59 Al octavo día vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarle con el nombre de su padre, Zacarías. 60 Pero la madre tomó la palabra y dijo: No, se llamará Juan. 61 Le decían: ¡Si no hay ninguno en tu parentela que se llame con ese nombre! 62 Entonces preguntaron por señas al padre cómo quería que se llamase; 63 y pidiendo unas tablillas, escribió: Juan es su nombre. Y todos se maravillaron. 64 Y abrió al instante su boca y habló bendiciendo a Dios. 65 Se apoderó el temor de todos los vecinos, y en toda la montaña de Judea se contaban todas estas cosas, 66 y cuantos las oían, pensativos, se decían: ¿Qué vendrá a ser este niño? Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él. 67 Zacarías, su padre, se llenó del Espíritu Santo y profetizó diciendo: 68 Bendito el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, 69 y levantó en favor nuestro un poder de salvación en la casa de David, su siervo, 70 como había prometido por la boca de sus santos profetas desde antiguo, 71 salvándonos de nuestros enemigos y del poder de todos los que nos aborrecen, 72 para hacer misericordia con nuestros padres y acordarse de su alianza santa, 73 del juramento que juró a Abraham, nuestro padre, darnos; 74 para que, sin temor, libres del poder de los enemigos, le sirvamos 75 en santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. 76 Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, pues tú irás delante del Señor para preparar sus caminos, 77 para dar la ciencia de la salud a su pueblo, para remisión de sus pecados; 78 por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, en las cuales nos visitará naciendo de lo alto, 79 para iluminar a los que están sentados en tinieblas y sombras de muerte, para enderezar nuestros pies por el camino de la paz. 80 El niño crecía y se fortalecía en espíritu, y moraba en los desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.

La narración del nacimiento del Bautista es sobria. Los familiares y vecinos se congratulaban con Isabel por su maternidad, que revestía para ella, y para todos, aun desde el punto de vista familiar, una bendición, al quitarse a Isabel el oprobio de la esterilidad.
Al octavo día se hacía la circuncisión. Era el rito por el que un judío se incorporaba a Israel. Se le podía practicar por cualquier persona, hombre o mujer, y dentro de casa 42, y dispensaba del reposo sabático. Aunque primitivamente no se hacía así, en la época neotestamentaria se ponía el nombre el día de la circuncisión 43. Se solía poner el nombre del abuelo 44, y aunque era raro ponerles el nombre de sus padres, había casos en que se hacía así en el judaísmo tardío 45. Por eso, dada la avanzada edad de Zacarías, querían llamarle con su nombre. Pero Isabel interviene. Ni Isabel ni Zacarías se podían haber ocultado los prodigios de Dios en ellos. Por eso declara que se llamará Juan. Extrañó este nombre por no haber nadie en la familia que se llamase así. Ante esta pequeña disputa interviene Zacarías. Como sordo y mudo, le hacen señas para que responda. Pero pidió una tablilla recubierta de cera y escribe que ha de llamarse Juan. Y al punto recobró su voz.
El hecho causó su impacto, y por toda la región montañosa de Judea pensaron en los destinos providenciales de aquel niño: concebido en una vejez estéril y acompañado su nacimiento de prodigios.

El Benedictus.
Lc presenta a Zacarías lleno del Espíritu Santo, por lo que va a profetizar. El Espíritu Santo es aquí la acción de Dios ad extra, como se ve por el vocabulario del A.T. Otra cosa sería si Lc le vinculó ya a este clisé paleo-testamentario el sentido de persona divina. Es la acción divina la que le va a mover a profetizar. Esta palabra no exige de suyo el anuncio de un futuro, sino el hablar movido por la acción de Dios, o hacer exhortaciones religiosas (Hec_15:32). Aunque aquí se juntan ambas cosas.
Los autores discuten ampliamente sobre el posible número de estrofas de que conste. Tiene dos partes bien marcadas: 1) la obra de la redención está comenzada; 2) su hijo será el Precursor del Mesías.
1) La obra de la redención está comenzada. El Dios de Israel, si visitaba a su pueblo con castigos, también tenía visitas de bendición. Esta fue la gran visita. Porque con ella ha traído a su pueblo la liberación. Esta tenía por tipo la liberación de su pueblo de Egipto; aquí es la gran ???????? ? redención. ¿A qué pueblo se refiere? El vocabulario es del A.T., diciéndose, además, que se hizo esta obra en favor nuestro. Pero, al entroncarse esta redención con la promesa hecha a Abraham (v.73), esta visita redentora se extiende así a todos.
Para ello levantó el gran poder salvador (cuerno = fuerza) en la casa de David. Aquí el Mesías, pues con esta locución se designaba también al Mesías 46. Y en un paréntesis (v.70) evoca la promesa hecha por los profetas, ya desde antiguo. La frase podría abarcar, no sólo las enseñanzas proféticas posteriores al davidismo de Natán, sino, acaso, a toda la historia previa de Israel, con su promesa a Abraham, Isaac, Jacob. que se concreta en la casa de David.
Con este poder, el Mesías levantado en la casa de David, se cumple la promesa hecha por Yahvé a Abraham y su alianza (Gen_12:3).
Con esta obra mesiánica los salvará de los enemigos y del poder de los que aborrecen a Israel 47. Se piensa en los romanos y en la dinastía herodiana, que quitaba la libertad teocrática a Israel, lo cual era, conforme a la ley, castigo (2Sa_7:14). Por eso buscan esta liberación por obra del Mesías, para poder más libremente servir a Dios en santidad (disposición interior del alma) y justicia (cumplimiento de los preceptos legales) siempre: todos nuestros días.
En el cuadro pintado, con elementos tradicionales, se está enseñando la acción de redención espiritual del Mesías. El liberará, conforme a las promesas bíblicas, del castigo enemigo, por el poder del Mesías: siempre por él y en función de él, como por él aun a siglos de distancia las catástrofes de Israel tenían que ser episodios. Entonces Israel será santo y libre, y podrá servir en plenitud nacional a su Dios. Pero en esta formulación nacionalista se está cantando, en su fondo, la providencia espiritual de esta obra mesiánica: liberación de castigos, por liberación espiritual de pecado y enemigos, según los planes de Dios hecha por el Mesías.
2) El Precursor del Mesías. Zacarías, dirigiendo el pensamiento a su hijo, le anuncia lo que va a ser, conforme el ángel le dijo en el templo.
Será llamado, hebraísmo con el que se indica lo que se es y el reconocimiento en que todos le tendrán, profeta del Altísimo. El Bautista tan profeta fue del Altísimo, nombre con que los gentiles conocían al Dios de Israel (Strack-B.), que lo presentará a Israel. Por eso, irás delante del Señor. Es la alusión ambiental a Malaquías. Este pasaje, puesto en función del v.16, hace ver que el evangelista presenta a Cristo como Dios.
La misión del Bautista era preparar la venida del Mesías, logrando un pueblo dispuesto a recibirle. Esto es lo que dirá en su predicación en el desierto: convertios (?????????? ). Por eso, su misión es enseñar la ciencia de la salud a su pueblo, para la remisión de sus pecados. Es la preparación espiritual del pueblo para recibir al Mesías en su mesianismo espiritual.
Todo ello es obra de la misericordia de Dios. Del cielo nos visitará: Oriens ex alto es el Mesías en la literatura rabínica. El viene del cielo, como Lc narró antes, en la encarnación. Su misión es iluminar con la luz de la verdad a los que están sentados en tinieblas y sombras de muerte (Isa_9:2). A su luz se podrá caminar verdaderamente por el camino de la paz. Esta (shalóm) no es el fruto de la justicia, sino que para el judío expresa todo tipo de bienes, aquí mesiánicos.
El evangelista cierra el pasaje preparando la escena del Bautista en su acción de Precursor en el desierto o en lugares desiertos.
Ya niño, no sólo crecía físicamente, sino que se fortalecía en la vida de austeridad y penitencia en los desiertos (??????? ), hasta el día de su manifestación a Israel. Momento que Lc precisará con una solemnidad literaria cronológica especial. Acaso no sea improbable que hubiese podido recibir de los esenios (Qumrán) algunas lecciones sobre la Ley. Por Josefo se sabe que éstos recibían niños para educarlos 48, aunque después podían salir.
Naturalmente el niño no pudo ir al desierto hasta una edad oportuna, ni se lo presenta en él morando, v. gr., de pastor, como Amos (Amo_1:1; Amo_7:12-15), sino que se lo sitúa en él como en lugar de preparación, para su misión. La frase moraba en los desiertos. hasta el día de su manifestación a Israel (Luc_1:80) ¿supone su ausencia del culto del Templo y sinagogas? Si esto fuese así no habrá que olvidar que era esto una característica también de los esenios de Qumrán. Y si el fortalecerse en espíritu en el desierto, ha de entenderse de una vida de tipo monacal/solitaria, ¿no parecería, en este contexto desértico y de geografía esenio-qumránica, que se ejercitase, temporalmente, en esta vida cenobítica? Y también su misma predicación con que aparece en Israel de inminencia escatológica, ¿no podría ser otro de los puntos de contacto de sus relaciones temporales con Qumrán? Además, que aquí y en Lc hay un profeta precursor·. (1QSB; cf. Luc_9:19).

1 San Justino, Dial. Lxxx 4. 2 Mg 1:1453; 1:1049; 10:71. 3 Holzmeister, En Verb. Dom (1930) P.6-4; Ii Prologo Dew Evangelo Di S Lúea· Pal. Cler (1957) P.40-44.76-86.115-124.167-176.210-218; J. B. Bauer, Polloi Luc_1:1 : Nov. Test. (Leiden 1960) 263-266. 4 Josefo, Antiq. XIV 4:3. 5 Strack-B., Kommentar. II P.77. 6 Strack-B., Kommentar. II P.71-79; Schürer, Geschichte. II P.286-357; Edersheim, The Temple P. 157-171. 7 Bonsirven, Ii Judaismo Palestinese Al Lempo Di Gesü Cristo (1950) P. 3 23-124. 8 San Jerónimo, M 9 Buzy, S. Jean Baptiste A-T-Il Ete Sawtifie Dans Lc Sein De Sa Mere? (1913) P.680-689; Sussarelli, De Praevia Sanctifaatione Praecursoris: Stud. B. Franc. Líber Annus (1953) P. 37-110; León XIII, Ene Lucunda Semper. 10 Strack-B., Kommentar. Iv P.779ss. 11 Eab. Yoma 52.A; Strack-B., Kommentar. Ii P.77. 12 Sobre El Arcángel Gabriel En La Teología Judia, Cf. Strack-B., Kommentar. Ii P.89-98. 13 Abel, Geographie De La Palestine (1938) Ii P.395. 14 Cf. comentario A Mat_1:18-25; X. Glzzi, // Significaío Delle Parole Ad Virginem Desponsatam (Lúe 1:27): Diss. Instituti Mariologiae (Roma 1961). 15 Strack-B., Kommentar. Ii P.303-398; Bonsirven, Textes. índice Sistemático, Palabra Fiancailles. 16 Bardenhewer, Der Ñame Maña: Biblische Studien (1895). 17 J. B. Bauer, Mar. (1957) P.231-234; R. Laurentin, ? (1957) P.1-23; Cf. Leal, Y El Nombre De La Virgen, María: Lumen (1953) 24-37. 18 Rom_1:3; 2Ti_2:8; San Ignacio A., Ad Efe_18:2; Ad. 1:1; Ad Trall. 9:1; San Ireneo, Mg 7:921; San Justino, Mg 6:567; Tert., Mg 2:378; 2:834. 19 Lagrange, L'évonguedej.-Ch. (1930) P.16. 20 Nestlé, í. Ô. Graece Et Latine, Ap. Crit. A Luc_1:28. 21 M. De T., Valoración Exegético-Teológica Del Ave, Gratia Plena: La Ciencia Tomista (1956) 4-8; F. Baurassa, Kediantomene, Lúe 1:28: Scienc. Ecclésiastiques (Montreal 1957) 313-316; E. Marchisano, L'interpretazione Di Kejañtoméne Fino Alia Meta Del Sec.Xiii (Diss. Gregoriana 1957s); I. Rodríguez, Consideración Filológica El Mensaje De La Anunciación (Luc_150:26ss): Helmántica (1957) 223-256; P. Della M. De Dio, Gratia Plena (DeJarís VirginisKejaritoméne Et Opere R. Laurentin): Eph. Carm. (1960) 75-126; M. Zérwick, .. Quoniam Virum Non Cognosco: Verb. Dom (1959) 212-223 (Crítica De Opiniones Recientes). 22 ábside (1954) P.405-406. 23 Fulgens Corona, Cf. Doctrina Pontificia (Bac, Madrid 1954) N.850 P.707; M. De T., Valoración Exege'tico-Teológica Del Ave, Gratia Plena: La Ciencia Tomista (1956) 9-27. 24 Holzmeister, Dominas Tecum, Luc_1:28 : Verb. Dom (1943) 232-237.257-262.360-361. 25 Bonsirven, Lc Judaisme Palestinien Au Temps Dej.-Ch. (1934) I P. 134-136. 26 Lagrange, Lc Messianisme. (1909) P.198; M. De Tuya, En El Relato De La Anunciación, ¿Está Expresada La Divinidad Del Mesías?: La Ciencia Tomista (1955) 384-387.400-403. 26 M. Vlllanueva, Nueva Controversia En Torno Al Voto (Lc Virginidad De N.A S.A: Est. Bíbl. (1957) 307-328; P. Della M. Di Dio, Quomodo Fiel Istud,.: Eph. Cann. (1957) 277-314; S. Del Páramo, La Anunciación (Lc La Virgen. Reparos Exegélicos Y Doctrinales A Una Reciente Interpretación (De P. J. Audet, R. B. 1956): Est. Bíbl. (1957) 161-181; R. H. Küller, The Virgin Birttr. Histórica! Kact Or Kerygmalic Truth?: Bibl. Research (1957) 1-8; J. Gewies./To Manenjrage, Luc_1:34 : Theol. Üigest (1963) 39-42; J. Cantinat, L'annonciation, Lc 1:Luc_26:38 : Masses Ouvriéres (1963) 13-20; W. Harrington, The Annunciation (Luc_1:26-38): Doctr. Lite (1963) 306-315. 27 M. De Tuya, En El Relato De La Anunciación, ¿Está Expresada La Divinidad Del Mesías?: La Ciencia Tomista (1955) 405-414.417-418; Lyonnet, // Racconto Dell' Anun-Ciazione: Scuola Catt. (1954) 441; H. Sahlin, Der Messias Und Das Gottesvolk (1945) P. 127-128; A. G. Hebert, La Vierge Mane, Filie De Sion: La Vie Spirituelle (1951) 131-132; Coppens, La Vierge Mane Dans L'ancien Testament: Eph. Theol Lov. (1955) 15-16; Max Thurian, Mane Mere Du Seigneur, Figure De L'église (1962) P.68-70; M. Peinador, La Divinidad Divina De María En El Mensaje Del ángel: Est. Mar. (1949) P.29-63; Gaechter, María In Enderleben: Neutestamentliche Marienstudien C1955); Laurentin, Structure Et Theologie De Lúe I-Ii (1957); J. Galot, Mane Dans L'évangile (1958); L. Bauyer, La Shefánah: Dieu Avec Nous: Bible Et Vie Chrét. (1957) P.7-22; J. R. Scheifler, Así Nacieron Los Evangelios (1964) P.351-353; L. Legrand, L'arriere-Plan Neotestamentaire De Lúe 1:35: Rev. Bibl. (1963) 161-192, Piensa Que La Nube Tenia Carácter Escatológico Más Que Teofánico; M. De Tuya, ..Te Cubrirá Con Su Sombra. En I-M. (1975)28 Testamento De Los Patriarcas; Simeón Vii 2-Cf. San Agustín, Mal_34:1076; S. Bartina María En La B. Y El Signo De La Visitación: Est. Ecl. (1970) 99-102. 28 Didier De Cré, Lc Fiat De V Annonciation (Mal_1:38): Est. Franc. (1962) 129-162. 29 Perrella, / Luoghi Santi (1936) P.45-49; Cangiolo, // Santuario E U Convento Di S. Giovanni In 'Ain Karem Qerusalén 1947). 30 Josefo, Vita 54. 31 William, La Vida De Jesús En., Vers. Del Al. (1940) P.33-34. 32 Buzy, S.Jean Baptiste (1922) P. 84-96; Susarelli, De Praevia Sanctificatione, Praecursoris: Stud. B. Franc. Lib. Annuus (1952-1953) 37-110. 33 Prat,Jesus-Christ (1947) I P.66. 34 Nestlé, Iv. T. Graece Et Latine, Ap. Crít. A Luc_1:46. 35 Joüon, évangüe. (1930) P.289. 36 Zorell, Lexicón. Col. 1300-1302. 36 Graechter, Mana En El Evang., Vers. Del Al. 1959) P.238. 37 Blass-Debrünner, Grammatik des neotest. griechisch. (1931) § 333. 38 Libro de Henoc, Parábolas, XLVI 5. 39 Sal. de Salom. XVII 8. 40 Joüon, Uévangile. (1930) h.l. 41 Lagrange, évang. s. st. Lúe (1927) p.51. 42 R. Sciammannini, // cántico della Visitazione: CiVit (1958) 265-273; ? . ?? lagué , El Magníficat: Cult. Bíbl. (1957) 158-164; J. T. Forestell, OT Background of the Magníficat; Marian Studies (N. Y 1961) 205-244; S. Garofalo, The Magníficat (Dayton, Ohío 1963); K. Sullivan, His Lowly Maid (Luc_1:46-55; Worship 1962) 374-379. 42 Strack-B., Kommentar. II p.107. 43 Bonsirven, Textes. n. 1342.2213.694. 44 Libro de los Jubileos ll,14ss. 45 Josefo, Antiq. XIV 1:3; BI V 12:2; Antiq. XX,9:1; cf. Tob_1:1.9. ). 46 Strack-B., Kommentar. II p.HOss. 47 Bonsirven, Salutem ex irúmicis nostris: Verb. Dom. (1921)114ss; J. Gnilka, DerHymnus des Zachanas.: Biblische Zeitschr. (Paderborn 1962) 275-238. 48 Geyser, The youth of John Baptiste: Nov. Test. (1956) p.70-75.

Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo. Nuevo Testamento (Verbo Divino, 2004)



11 (I) Prólogo (1,1-4). Lucas es el único evangelista que introduce su obra con una frase periódica en griego bellamente elaborada. Los vv. 1-2 suministran la proposición «puesto que» de la frase; el v. 3 es la oración principal; el v. 4 es una proposición final. Una comparación con Josefo, Apion. 1.1 §1-3; 2.1; §3; y Ep. Arist. 1, indica que la mayor parte del vocabulario de Lucas es convencional. El significado de las palabras debe obtenerse principalmente a partir del vocabulario paralelo de la doble obra lucana Lc-Hch y de su teología. Así, por ejemplo, el término diegésis, «narración», no deben interpretarse solamente a partir de prólogos similares al de Lucas, pareciendo que él no hubiera escrito el kerigma, sino un fundamento histórico del evangelio. 1. puesto que: Este término literario, epeidéper, aparece solamente en esta ocasión en la Biblia griega, narración: diegésis, en textos paralelos (p.ej., Ep. Arist. 1) significa una narración ordenada y no un mero ensartar anécdotas o notas. Dentro del conjunto Lc-Hch encontramos el vb. diegeislhai, con un significado denso, en Lc 8,39 y Hch 12,17, como equivalente a «proclamar». Diegésis podría traducirse por «narración kerigmática». Aunque Lucas, a diferencia de Marcos, no llame a su obra «evangelio», su intención es la misma: suscitar la fe. acontecimientos cumplidos entre nosotros: En esta proposición queda patente que la finalidad de Lucas no es escribir una mera historia. Esta proposición anticipa un motivo dominante en la obra lucana (cf. 4,16-21; 22,37; 24,25.27.44-47). Lucas narra acontecimientos que se interpretan como cumplimiento de Dios para la salvación del hombre. 2. llegaron a ser ministros de la Palabra: Se refiere a un grupo determinado. Como deja claro el tema lucano del testimonio ocular, esp. en el cap. 24, éste no es suficiente para ser testigo. La incorporación a la fe en las promesas de Dios y su cumplimiento en Jesús resucitado convierten al testigo en aquel que proclama la Palabra. 3. narración ordenada: kathexés puede referirse a una secuencia cronológica, espacial o lógica. El paralelo de Hch 11,4 indica que el significado en este contexto es el de «secuencia lógica». El orden del relato está determinado por el modelo «lógico» lucano de la promesa-cumplimiento de la acción de Dios. Así, p.ej., Lc 4,16-30 se encuentra fuera del orden cronológico, pero está en orden lógico puesto que ayuda al desarrollo del programa lucano de hacer ver cómo las promesas de salvación de Dios se cumplen en el ministerio de Jesús a favor del pobre y del desgraciado. Teófilo: Tal vez el mecenas de Lucas; pero también representa a una amplia audiencia que necesita fortalecer su fe. 4. solidez:, asphaleia puede interpretarse mejor en la perspectiva de Hch 2,36. La finalidad de Lucas no es presentar la auténtica enseñanza en contra de los herejes, ni tampoco una crónica neutral de los acontecimientos pasados. Más bien, como Pedro en Hch 2, asegura a sus lectores que los acontecimientos que proclama están de acuerdo con el plan salvífico de Dios y los invita a responder con fe a su relato kerigmático. Este relato, sin embargo, no libra a los lectores del riesgo de decidirse a favor o en contra de la afirmación de que las promesas de Dios se han cumplido entre nosotros para nuestra salvación. Cf. R. J. Dillon, CBQ 43 (1981) 205-27. Contrastar con Conzelmann (TL 23-24).

12 (II) La aurora del cumplimiento divi(-)no de la promesa (1,5-2,52). Aunque es habitual denominar el conjunto 1,5-2,52 como «relato de la infancia», este título no es adecuado, pues sólo 2,1-40 trata de la infancia de Jesús, y la idea clave de 1,5-2,52 no se encuentra en la narración, sino en los discursos de Gabriel, María, Zacarías, el ángel que se aparece a los pastores, Simeón y Jesús a sus doce años. 1,5-2,52 debe considerarse mejor como una obertura de todo el evangelio. En ella resuenan los principales temas teológicos de Lucas, esp., el de la fidelidad de Dios a la promesa. Los 20 temas lucanos, investigados por J. Navone (Themes of St Luke [Roma 1970]), se encuentran ya enunciados en 1,5-2,52: banquete, conversión, fe, paternidad, gracia, Jerusalén, alegría, reinado, misericordia, deber, pobreza, oración, profeta, salvación, espíritu, tentación, actualidad, universalismo, camino, testimonio. Esta obertura es evangelio, pues trata de suscitar en sus lectores una confesión de fe más intensa en Dios como alguien fiel y digno de toda confianza, y en Jesús como Cristo, Salvador e Hijo de Dios (cf. H. Schürmann, Lukasevangelium 24). Lo que dijo R. Tannehill (JBL 93 [1974] 265) a propósito del Magníficat de María (1,46-55) puede aplicarse perfectamente a 1,5-2,52: estos discursos detienen la acción y generan en el lector una consciencia más profunda de cuanto está aconteciendo. Como muestra el esquema de BBM (248-49), ha habido muchos intentos de organizar la estructura artística de 1,5-2,52. La organización que aquí ofrecemos da prioridad al contenido (cf. Ellis, Luke 67).

13 Sobre la cuestión de la fiabilidad histórica de los materiales de 1,5-2,52, debemos seguir el sabio consejo de I. H. Marshall (Gospel 51): «A pesar de Lewis Carroll, es imposible la sonrisa del gato de Cheshire sin el gato de Cheshire como su portador». Lucas utilizó tradiciones en la creación de su obertura, pero las interpretó maravillosamente y con una fe profunda en la fidelidad de Dios a la promesa, mediante los discursos de Gabriel, María, Zacarias, el ángel y Simeón. Al interpretarlas de este modo, escribe de forma similar a como lo hace en los discursos de Hechos (? Hechos, 44:7). Estas tradiciones deben, en general, proceder de aquellos doce elementos que Lucas y Mateo, a pesar de sus grandes discrepancias (p.ej., Lucas no narra la visita de los magos), tienen en común:

(1) El nacimiento de Jesús se relaciona con el reinado de Herodes el Grande (Lc 1,5; Mt 2,1).
(2) María, la futura madre de Jesús, es una virgen desposada con José, pero aún no están viviendo juntos (Lc 1,27.34; 2,5; Mt 1,18).
(3) José desciende de la casa de David (Lc 1,27; 2,4; Mt 1,16.20).
(4) Un ángel anuncia el próximo nacimiento de Jesús (Lc 1,28-30; Mt 1,20-21).
(5) Jesús es proclamado como hijo de David (Lc 1,32; Mt 1,1).
(6) La concepción de Jesús acontecerá mediante el Espíritu Santo (Lc 1,35; Mt 1,18.20).
(7) José no participa en la concepción de Jesús (Lc 1,34; Mt 1,18-25).
(8) El nombre «Jesús» es dado por el cielo antes del nacimiento de Jesús (Lc 1,31; Mt 1,21).
(9) El ángel dice que Jesús es el «Salvador» (Lc 2,11; Mt 1,21).
(10) Jesús nace una vez que María y José están viviendo juntos (Lc 2,4-7; Mt 1,24-25).
(11) Jesús nace en Belén (Lc 2,4-7; Mt 1,24-25).
(12) Jesús se establece, con María y José, en Nazaret de Galilea (Lc 2,39.51; Mt 2,22-23).

Cf. FEL, II, 46-47; TAG 41-78, esp. 53-54. En el comentario trataremos adecuadamente las modificaciones que Lucas realizó de estas y otras tradiciones.
14 En medio de las acaloradas discusiones sobre la historicidad de algunos detalles particulares de 1,5-2,52 (cf. R. Laurentin, The Truth of Christmas Beyond the Myths [Petersham 1985]), nunca debemos perder de vista el hecho de que Lucas está escribiendo con la finalidad de que Teófilo y sus condiscípulos cristianos profundicen en la fe (cf. 1,1-4). Lucas invita a Teófilo y a sus amigos a ver mediante la fe que en Jesús se han cumplido todas las promesas de Dios. Lucas les invita a confesar su fe en Jesús como Salvador, Cristo y Señor, no sólo a partir de sus meditaciones sobre la resurrección y el bautismo de Jesús, sino también reflexionando sobre el inicio de su vida en Dios. Trata de provocarles una fe más profunda en un Dios cuya gracia es soberana y generosamente inconmensurable, un Dios que da la vuelta a las expectativas humanas y crea nuevas posibilidades en situaciones imposibles. Con sus meditaciones de 1,5-2,52, Lucas pretende que sus lectores se empapen de aquellas enérgicas corrientes de alegría, confianza, fe, esperanza, resistencia, expectación y exultación, de quienes respondieron en su vida a las acciones del Dios fiel. Cf. P. S. Minear, «Luke's Use of the Birth Stories», StLA 11-30. Entre quienes respondieron a las acciones de Dios, Lucas se centra en María, la esclava, la humillada, la creyente modelo. Cf. MNT 105-77.

15 (A) Gabriel anuncia el nacimiento de Juan a Zacarías en el templo (1,5-25). Con relación a la historicidad de este relato, Marshall (Gospel 50) está en lo cierto cuando dice: «No es improbable que Zacarías e Isabel tuviesen un niño en edad tardía, y que este hecho fuese visto a la luz de acontecimientos similares del AT». A esto debemos añadir la observación de que los vv. 13-17 proceden, probablemente, de la reelaboración lucana de las tradiciones sobre Juan Bautista que encontramos en 3,1 -20 y 7,18-35, y no de una fuente independiente sobre el Bautista (BBM 272-79). Lucas ha reescrito la información sobre el nacimiento de Juan, transmitida por la tradición, según el modelo de las anunciaciones de nacimiento del AT. Según R. E. Brown (BBM 156.272), este modelo no tiene cinco partes, si(-)no tres: anuncio del nacimiento (vv. 11-13d), comunicación del nombre del niño (v. 13e) y especificación del destino del niño (vv. 14-17). Cf. E. VV. Conrad, CBQ 47 (1985) 656-63. Este modelo AND se encuentra en Gn 16,11-12 (Ismael); Gn 17,19 (Isaac); 1 Re 13,2 (Josías); Is 7,14-17 (Emmanuel); 1 Cr 22,9-10 (Salomón). Notemos que los tres últimos textos se refieren al nacimiento de un rey davídico. En esta perspectiva, también debemos percatarnos de que el modelo AND aparece en Lc 1,28-33 referido al nacimiento de un rey davídico, a Jesús. Lucas también ha interpretado la tradición del nacimiento de Juan presentando a Zacarías e Isabel (también a María) con el colorido de los matrimonios sin hijos del AT, esp. Abrahán y Sara (Gn 16 y 18), y Elcaná y Ana (1Sm 1-2), cuyos hijos, Isaac y Samuel, desempeñaron una función clave en la historia de la salvación como patriarca y profeta respectivamente. Dios hace de nuevo, como cumplimiento de la promesa, lo que ya había hecho en el pasado: lo imposible, hacer concebir un niño a un matrimonio anciano estéril. Las últimas citas del AT que Lucas utilizó para interpretar la tradición del nacimiento de Juan (y los acontecimientos de la vida de Jesús) están tomadas de Dn 9,20-24; 10,7-17; y Mal 2,6; 3,1.23-24: con los acontecimientos de 1,5-2,52 ha comenzado la era mesiánica de la justicia, la llegada del día del Señor para el perdón y la entrada de Jesús como Señor en el templo del Señor. J. A. Fitzmyer (FEL, II, 61-62) presenta ejemplos de estas alusiones clave al AT, que con frecuencia son bastante sutiles: Lc 1,12-13 = Dn 10,7.12; Lc 1,16 = Mal 2,6; Lc 1,17 = Mal 3,1.23-24 (cf. Eclo 48,1.3.10); Lc 1,19 = Dn 9.20-21; Lc 1,26-29 = Dn 9,21-24; Lc 1,64-65 = Dn 10,16-17; Lc 1,76 = Mal 3,1.23; Lc 2,11.22.42 = Mal 3,1.

16 5. Herodes'. La indicación temporal es imprecisa, pues Herodes el Grande gobernó durante el período 37-4 a.C. Zacarías: El nombre significa «Yahvé ha recordado». Isabel: Su nombre puede significar «Mi Dios es el único por quien juro» o bien «Mi Dios es plenitud». Lucas podría tener la intención de que algunos miembros de su audiencia entendiesen el significado de estos nombres, como también el significado de Juan, Gabriel, José, María, Jesús, Simeón y Ana, y alabasen a Dios por haber actuado a favor de su pueblo. Pero lo más importante es que Lucas utiliza a estas personas, junto con los pastores de 2,8-20, como representantes del Israel expectante que reacciona con entusiasmo a la revelación de Dios. 6. justos: Este matrimonio sacerdotal vive en conformidad con la voluntad de Dios, es decir, conforme a lo prescrito en la ley. Describiendo a los padres de Juan de este modo, Lucas inicia un tema que recorrerá todo el evangelio y que culmina con la confesión que hace el centurión de Jesús como hombre «justo» (23,47) y con la obra de misericordia de José de Arimatea, hombre justo que aguardaba el reino de Dios (23,50-51). En el evangelio de Lucas, muchos dirigentes religiosos de Israel, en contraste con el justo sacerdote Zacarías, no aparecen como justos. Cf. Karris, Luke 23-46. «Asociando su origen sacerdotal a una observancia irreprochable de la ley, Zacarías e Isabel eran para Lucas los representantes de lo mejor de la religión de Israel; y en cuanto resto que acoge la "buena noticia (1,19), personifican la continuidad de la historia de la salvación» (BBM 268). 7. no tenían hijos: Como confirmará el v. 25, no tener hijos en el judaísmo era un infortunio, incluso una desgracia, para un matrimonio. Emergen ecos de mujeres estériles del AT, esp. de Sara, que posteriormente darán a luz hijos famosos: Sara (Gn 16,1) , Rebeca (Gn 25,21), Raquel (Gn 30,1), la madre de Sansón (Jue 13,2) y Ana (1 Sm 1-2).

17 8-10. Con la descripción de la ofrenda del incienso durante el sacrificio vespertino en el santuario del templo, Lucas introduce el tema del templo que desarrollará en 1,21-23 y 2.21-42. «La buena noticia de la inauguración del plan definitivo de salvación de Dios tenía que anunciarse en primer lugar en el santuario, que manifestaba la presencia divina en medio de Israel» (BBM 270). 11. Se oculta el nombre del ángel hasta el v. 19. En Dn 9,21, el ángel se aparece también a la hora del sacrificio vespertino. 13. Juan: Aunque Lucas no presenta el significado del nombre -«Yahvé ha mostrado su favor»-, la importancia del nombre del niño reaparece en 1,57-67. 14. El tema de la alegría por el cumplimiento divino de la promesa encuentra aquí su expresión. 15. La abstención de alcohol parece aludir a Nm 6,3 y a las figuras de Samuel y Sansón, que, desde su nacimiento, fueron consagrados al Señor como nazireos. 16-17. El advenimiento de Juan cumplirá la profecía de Mal 3,23-24.

18 18-20. En aquellos análisis de las anunciaciones bíblicas que defienden un modelo en cinco partes, el v. 18 sería la cuarta (objeción) y los vv. 19-20 la quinta (el signo). Pero parece más probable que los vv. 18-20 sean una elaboración lucana de un modelo formado por tres partes AND. Utilizando preguntas como las de Gn 15,8 y 17,7, con el objeto de dar viveza a su relato, Lucas añadió los vv. 18-20 para (1) introducir el nombre de Gabriel («Dios es mi guerrero»), que procede de Dn 9,21-24 y 10,15; (2) preparar la conclusión en 1,57-80 de la anunciación del nacimiento de Juan; (3) preparar la pregunta paralela de María en 1,34; y (4) preparar el final de 24,50-53. Así, el enmudecimiento de Zacarías por Gabriel no es un castigo por una objeción provocada por la increencia, sino el equivalente lucano del enmudecimiento de Daniel por Gabriel en Dn 10,15. Lc 1,57-80 no es realmente el signo confirmatorio señalado en 1,20, sino que se trata de un ejemplo de lo que podríamos denominar la redundancia lucana: lo que es importante debe repetirse. Es importante que el niño sea llamado una vez más «Yahvé ha mostrado su favor», y que los seres humanos reconozcan a su Dios como aquel que es fiel incluso ante la impotencia humana. La pregunta de Zacarías (1,18), como la de María en 1,34, es fruto del modo artístico y teológico mediante el que Lucas hace avanzar el drama hacia el siguiente acto, por lo que no debe interpretarse como una «objeción». El siguiente acto presenta el tema lucano del templo, y ésta es, tal vez, la razón más importante para no considerar los vv. 18-20 como las partes cuarta y quinta de un modelo estereotipado. Al presentar a Zacarías como mudo, Lucas afirma, efectivamente, que es incapaz de concluir la liturgia que había iniciado, dado que no puede bendecir al pueblo (1,21-23). Mediante este elemento de teología narrativa, Lucas establece el primer polo de una inclusio, cuyo segundo se encuentra en 24,50-53. En 24,50-53, Jesús, que ha tomado posesión del templo de Dios y es el mismo templo de Dios (19,28-44), que es la piedra angular del templo del Israel reconstituido (20,9-19) y la presencia de Dios en medio del pueblo (23,44-45), bendice finalmente a sus discípulos tras haber concluido la liturgia de su vida. La permanencia de sus discípulos en el templo es el símbolo lucano de la continuidad entre la promesa del AT y su cumplimiento en Jesús. 24-25. Lucas menciona el retiro de Isabel para preparar 1,36 y conectar, de este modo, más estrechamente la anunciación del nacimiento de Juan con la de Jesús.

19 (B) Anunciación de Gabriel del nacimiento de Jesús a María en el recóndito Nazaret (1,26-38). Las tradiciones tras estos versículos corresponden a los números 2 y 8 del número 13 supra. Brevemente, la base histórica sobre la que Lucas construye este episodio es el hecho de que María estaba en cinta antes de haber tenido relaciones sexuales con José. Este dato básico fue desarrollado de varios modos: (1) El credo anterior al año 50 que encontramos en Rom 1,3-4 atestigua la existencia de una reflexión cristiana sobre Jesús como descendiente de David y constituido Hijo de Dios por la acción del Espíritu Santo en su resurrección. La reflexión cristológica tras 1,31-35 está más desarrollada que la de Rom 1,3-4, al proclamar que el Jesús davídico es el Hijo de Dios mediante la acción del Espíritu Santo en el momento de su concepción. Así pues, la concepción de María es una concepción virginal realizada por el poder del Espíritu Santo. Cf. BBM 517-33; J. A. Fitzmyer, A Christological Catechism (Nueva York 1982) 67-71 (trad. esp.: Catecismo cristológico [Salamanca 1998]). (2) Mediante el uso del mismo modelo o patrón AND en 1,5-25 y 1,26-38, Lucas compara y contrasta las figuras de Juan y Jesús, esp. en lo que respecta a la parte D: mientras que Juan llegará a ser grande ante el Señor (1,15), Jesús es el Hijo del Altísimo, ocupará el trono de David y su reino no tendrá fin (1,33). El nacimiento de Juan fue, efectivamente, extraordinario por haber nacido de unos padres ancianos; pero el de Jesús es aún más extraordinario, pues nace de una virgen. (3) La figura de Gabriel vincula las anunciaciones e invita a la reflexión sobre el significado del nacimiento de Jesús como cumplimiento de Dn 9,24-27: las 70 semanas (490) de años están llegando a su cumplimiento (tras los 180 días del embarazo de Isabel, comienzan los 270 días del embarazo de María, a lo que sigue, posteriormente, tras 40 días, la entrada de Jesús en el templo); el reino justo está comenzando. Finalmente, se resalta la fe de María. En esta perspectiva, Lucas recurre a la tradición de 8,19-21 para pintar el cuadro de María como modelo de creyente. En todo el conjunto 1,26-38, Lucas juega intensamente con su tema de «la sola gracia». Cf. VV. Kaliber, «Eine lukanische Fassung des sola gratia. Beobachtungen zu Lk 1,5-56», Rechtf 211-18.

20 26. Nazaret: El nombre de este recóndito pueblo (cf. Jn 1,45) de unos 150 habitantes, contribuye al tema lucano de la gracia sobera(-)na de Dios que actúa en la historia humana. 27. José'. El nombre significa «Que Yahvé acreciente». María: El nombre significa «Excelencia». 28. llena de gracia: De los tres saludos que recibe María, el más relevante es kecharitómené. Éste incita a María a preguntar (v. 29) por qué es agraciada o favorecida por Dios. Gabriel dará su respuesta en los vv. 30-33. 31. Jesús: El nombre significa «Dios salva». 32-33. El resto del evangelio de Lucas explicará deta(-)lladamente cómo es rey Jesús. Véase, esp., cómo Jesús personifica el reino de Dios, que ha venido para los marginados, y cómo se le lla(-)ma frecuentemente rey (p.ej., 23,3.37.38) en el relato de la pasión, cuando su poder está en su punto más bajo. 34. cómo: La pregunta de María es paralela a la de Zacarías (1,18). Es un recurso por el que Lucas mueve su drama a la siguiente fase. 35. La concepción de María es un puro don de Dios mediante el poder del Espíritu Santo. 36. tu pariente: Lucas relaciona ambas anunciaciones y ofrece un nexo proléptico de los acontecimientos de 1,39-56. Con la referencia (cf. 1,25) al mes del embarazo, Lucas invita a reflexionar sobre el cumplimiento de la promesa de Dn 9,24. 37. Resuena aquí una alusión al anuncio del nacimiento de Isaac (Gn 18,14), y de nuevo se repite el tema lucano de que Dios es capaz de crear algo de la nada. 38. María de Nazaret es la creyente y la esclava modelo que responde con todo el corazón al plan de Dios, y es también la precursora de la galería de gentes de mala fama, es decir, de mujeres, pecadores y gente sencilla, de los que nadie esperaría que respondiesen favorablemente a la revelación de Dios.

21 (C) Discursos de Isabel y María sobre el significado de Jesús en el plan salvífico de Dios (1,39-56). El significado de la inauguración del estadio final de la historia de la salvación mediante Jesús tiene tanta riqueza teológica que Lucas lo explica dos veces más, en 1,39-45 y 1,46-56. 39. se fue con prontitud: No entenderíamos el mensaje que Lucas quería transmitimos en los vv. 39-56 si acentuáramos la preocupación social y la caridad de María en la visita a su anciana y embarazada pariente Isabel. Si Lucas hubiera tenido la intención de presentar a María como modelo de caridad no habría escrito el v. 56, en donde abandona a Isabel precisamente en el momento en el que más la necesitaba. También va en contra de lo verosímil imaginar a una virgen judía de catorce años haciendo un viaje de cuatro días ella sola. Más bien, la intención de Lucas en la escena de la «visitación» es de naturaleza literaria y teológica. Une a las dos futuras madres (1,25 y 1,36) para que ambas puedan alabar a Dios, que está presente en sus vidas, y para presentar al hijo de Isabel como el «precursor» del hijo de María. Lucas elimina de la escena a María antes del nacimiento de Juan, para que cada relato de nacimiento contase exclusivamente con los principales personajes de cada uno: Zacarías, Isabel y Juan; José, María y Jesús. 41. saltó: El «salto» de Esaú y Jacob en el vientre de Rebeca (Gn 25,22 LXX) presenta un paralelo con el «salto» de Juan: tal acción presagia relaciones futuras. El contexto, esp. el v. 44, deja claro que, al saltar, Juan reconoce a su Señor, a Jesús. Por el don del Espíritu Santo, Isabel recibe la autorización para interpretar el salto de Juan. 42. Con palabras que evocan la liberación del pueblo, emitidas por Jael (Jue 5,24) y Judit (jdt 13,18), Isabel alaba a María, cuya contribución a la liberación es el nacimiento del que trae la paz (2,14). 43. mi Señor: Juan ha saltado en el vientre de Isabel porque María lleva en su seno a su Señor. 44. alegría: La alegría de Juan es la respuesta apropiada al cumplimiento de la promesa de Dios en Jesús. 45. bendita: María, como creyente modelo (cf. 1,38), es alabada por su confianza en la fidelidad de Dios.

22 El Magníficat de María (1,46-55), que suscita la reflexión sobre la naturaleza de la acción de Dios en la concepción de Jesús, puede dividirse, fácilmente, en dos partes: 1,46-50 y 1,51-55. La primera se centra en María, y la segunda universaliza la experiencia de María proyectándola a la relación de Dios con toda la humanidad. Cf. R. C. Tannehill, JBL 93 (1974) 263-75. Estos versículos tienen muchos paralelos en el AT, esp., con el Cántico de Ana en 1 Sm 2,1-11 (cf. BBM 358-60). Proceden de una fuente gr. prelucana. Lucas ha modificado la teología crítica de este cántico revolucionario añadiendo el v. 48 y situándolo en el desarrollo de su evangelio, que amonesta a los ricos para que compartan sus bienes y ordena la paz y el amor a los enemigos.

23 46. María dijo: Aunque el contenido del cántico es más afín a la situación de Isabel que a la de María, no es razón suficiente para ne(-)gar la evidencia de todos los mss. gr. en los que María es quien habla, en contraposición a las tres copias de la Vetus Latina en las que el sujeto es Isabel. María glorifica a Dios por lo que está haciendo a favor de los hombres y mujeres mediante su hijo. 47. glorifica: El tema del regocijo por el cumplimiento divino de la promesa sigue borboteando. 48. Plausiblemente, Lucas insertó este versículo en un cántico tradicional con el objetivo de unirlo más estrechamente a su nuevo contexto. Véase cómo doulé, «esclava, criada», evoca 1,38, y cómo «dichosa» evoca 1,45. La humilde esclava María será aclamada por todos en la nueva era de la salvación, que Dios inicia mediante su hijo. 49. poderoso: La humildad de María se con(-)trasta con el poder de Dios, para quien nada es imposible (cf. 1,37). 50. Este versículo concluye la primera parte y conduce a la segunda: lo que Dios ha hecho en María se universaliza en lo que hace a favor de «aquellos que temen a Dios». 51-53. En esta unidad abundan las dificultades. Lucas usa seis vb. en aor. (pasado): desplegó su poder y dispersó (v. 51); derribó y ensalzó (v. 52); colmó y despidió (v. 53). Puesto que no resulta fácil comprobar cómo Dios ha realizado (pasado) todo esto en la concepción de Jesús, los especialistas explican diversamente estos seis vb. en pasado. Es preferible el punto de vista según el cual estos seis vb. describen a Dios como aquel que realiza exclusivamente las acciones (aor. gnómico) que ya está comenzando a desarrollar en la concepción de Jesús (aor. incoativo). Cf. J. Du(-)pont, NRT 102 (1980) 331-35. Otro problema es la cuestión del referente histórico del rico (arrogante/poderoso) y del humilde (hambriento). R. E. Brown (BBM 350-65) sostiene que los humildes son los judecristianos, los anawim. D. P. Seccombe (Possessions and the Poor in Luke-Acts fSNTU B/6, Linz 1982] 70-83) defiende que los humildes son Israel y que los ricos son sus opresores gentiles. Para J. A. Fitzmyer (FEL, II, 141-42.154-55), los pobres son los materialmente pobres en Israel, más los infortunados, los humillados, los enfermos y oprimidos; los ricos son los materialmente ricos, los orgullosos, los arrogantes, y todos aquellos que no tienen necesidad de Dios. J. M. Ford (My Enemy 19-23) subraya el carácter militar, de guerra santa, de los vv. 51-53. F. VV. Hora (Glaube und Handeln in der Theologie des Lukas [GTA 26, Gotinga 1983] 137-44) sostiene que los vv. 51-53 contienen puntos de vista ebionitas, es decir, a los ricos se les rechaza por el hecho de ser ricos, y a los pobres se les ensalza por el hecho de ser pobres. El ser pobre es una condición para recibir la gracia de Dios. Dada su insistencia en la gratuidad absoluta de la salvación de Dios en 2,1-20, Lucas modifica este punto de vista, que está también presente en 6,20-26 y 16,19-26. Hay mucho que alabar en la opinión de Horn. Al mantener la tradición ebionita, Lucas está de acuerdo en que Dios, cuyo brazo poderoso (v. 51) ha generado un nuevo éxodo, muestra su preferencia por el oprimido, una preferencia que se manifestará en Jesús Hijo y en la misión de sus discípulos. La situación del oprimido (en la persona de María; cf. la modificación lucana en 1,48) será transformada. Pero, como cuenta Lucas en el contexto inmediato, también los oprimidos tienen que responder a la buena nueva de Dios (p.ej., los pastores en 2,6-20). En el desarrollo posterior del evangelio se harán nuevas modificaciones a 1,51-53, esp. mediante los temas lucanos de que los ricos deben compartir sus bienes, la construcción de la paz y el perdón de los enemigos. Cf. Ford, My Enemy 36; Karris, RR 42 (1983) 903-08. Para Lucas, pertenecer a los «pobres de Dios» no tiene nada que ver con la posición social ni con la herencia étnica. 54-55. De nuevo encontramos el tema de la fidelidad de Dios a las promesas. Abrahán: Esta es la primera vez que aparece en el evangelio este frecuente tema lucano. Cf. 1,72-73:3,7-11,34; 13,16; 13,28-29; 19,9; 20,37; Hch 3,13.25; 7,17.32; 13,26; 26,6; 28,20. Aunque es cierto que Dios realiza la nueva historia de la salvación en continuidad con las promesas hechas a Abrahán, el ser miembros del Israel reconstituido es un don suyo que debe provocar la respuesta de conducta apropiada y no depende exclusivamente de la propia herencia étnica como hijos de Abrahán. 56. María regresó: Modo literario lucano de sacar a María de la escena, para que solamente queden en la próxima los persona(-)jes apropiados para el nacimiento y nombramiento de Juan.

24 (A) Discurso de Zacarías sobre el significado de Juan en el plan salvífico de Dios (1,57-80). Esta sección tiene dos partes. Después de haber suministrado suficientes detalles narrativos para hacer avanzar el drama (1,57-66), Lucas detiene la acción y la interpreta mediante el cántico de 1,67-80. Ambas partes nos recuerdan la teología lucana de que Dios ha actuado en la historia cumpliendo las antiguas promesas.
25 58. se alegraron con ella: Ha ocurrido lo que el ángel Gabriel anunció en 1,14. De nuevo, la alegría es la respuesta a la acción misericordiosa de Dios ante la imposibilidad humana. 59. circuncidar: El acontecimiento de la circuncisión y de la imposición del nombre es paralelo al de Jesús en 2,21. A través de la circuncisión, Juan y Jesús se incorporan a Israel. Puesto que, para Lucas, el cristianismo es un desarrollo lógico del judaismo, «aquellos que lo inauguran y lo fundan deben mostrar que son de profunda raigambre judía» (FGL, II, 166-67). 60. Juan: Lo que deja atónitos a todos es que Isabel y, después, Zacarías, que está sordo y no puede oír lo que dice Isabel, estuvieran de acuerdo en que el niño debía llamarse Juan: Yahvé ha mostrado favor. 64. ben(-)decir: Las primeras palabras pronunciadas por Zacarías, recuperada ya la facultad de hablar, como cumplimiento de 1,20, son una alabanza a Dios. 65-66. La pregunta por el futuro papel de Juan será respondida inicialmente en 1, 76-79, y, después, de forma más completa, en 3,1-20 (cf. también 7,17-35).

26 El Benedictus de Zacarías (1,67-79) no constituye una pieza unitaria, pues comienza alabando a Dios por lo que ha hecho en Jesús a favor de Israel (1,68-75), y después cambia el engranaje teológico para anunciar el futuro papel de Juan Bautista (1,76-77), y, finalmente, vuelve a cambiar para proclamar el papel de Jesús (1,78-79). Son bastante numerosas las soluciones que se han propuesto a este problema. R. E. Brown (BBM 377-92) sostiene que Lucas insertó en un cántico prelucano de los anawim judeocristianos los vv. 76-77, referentes al Bautista, para relacionar, de este modo, el cántico con su nuevo contexto (de modo similar hizo con el Magníficat, uniendo este cántico prelucano a su contexto actual mediante 1,48). Sin embargo, es preferible la solución que propone Schürmann (Lukasevangelium 84-94): Lucas asumió y unió dos himnos judeocristianos: 1,68-75 y 1,76-79. Este último acentúa el papel de Juan como precursor de Jesús. 67. lleno del Espíritu Santo: La misma descripción que Lucas aplicó a Isabel, la esposa de Zacarías, en 1,41. De igual modo que Isabel habló de la grandeza de Jesús (1,41-44), así también lo hace Zacarías (1,68-75). Es propio de la labor artística y teológica de Lucas que todos los personajes de los cánticos de 1,5-2,52 hablen de Jesús. 68. Dios de Israel: Todo este cántico se encuentra dentro de la órbita del judaismo y de la relación de Dios con el pueblo elegido, visitado: Con su empleo de vb. en pasado, el himno de 1,68-75 se parece al Magníficat, y, probablemente, proceden del mismo grupo que compuso este cántico prelucano. Estos aor. deben considerarse como gnómicos e incoativos. Presentan la forma habitual de actuar de Dios (gnómico) y aquello que está inaugurando (incoativo) en Jesús. 69. David: El tema de la promesa y cumplimiento desarrolla lo que Gabriel dijo en 1,32. Al igual que en 1,51-53, la consecuencia de la llegada del Mesías davídico se presenta con imágenes militares. El heredero de David llevará a cabo la liberación de los enemigos. En el siguiente relato sobre Jesús, el Mesías davídico, será presentado como Mesías pacífico (2,1-20). En Jesús, Dios vence a los enemigos trayéndoles la paz. 70-73. De nuevo aparece la fidelidad de Dios a la promesa. Como en 1,55, se pone de relieve la fidelidad de Dios a la alianza con Abrahán. 76. Este versículo y los siguientes evocan las palabras de Gabriel en 1,16-17, y responden a la pregunta de 1,66. De nuevo, hay un eco de Mal 3,1. 77. Véase la descripción del ministerio del Bautista en 3,1-20. Este pasaje procede de las tradiciones incorporadas en 3,1-20. 78. Para un cercano paralelo de este versículo, cf. TestXIIZab 9,8, en donde aparecen sus dos palabras clave: «Después de esto, el mismo Señor alzará (anatelei) para vosotros la luz de la justicia, con curación y misericordia (eusplanchnia) en sus alas», visitará: Siguiendo los mejores mss. gr., deberíamos leer aquí un futuro y no un aor. R. E. Brown (BBM 373) defiende la validez de la tradición textual que lee el aor. (pasado), en la que encuentra un fundamento a favor de su tesis del carácter no unitario del Benedictus. Pero estos vv. 78-79 no constituyen la conclusión del himno original, en el que Lucas insertó los vv. 76-77, con sus tiempos en futuro, pues aquéllos continúan con la descripción del Bautista. Presentado en los vv. 76-77 como un profeta, en los vv. 78-79 lo presenta como el precursor de Jesús, «la aurora que viene de lo alto». 79. paz: Ésta es la primera vez que aparece un tema importante que recurre intensamente en Lucas. La paz no consiste solamente en el cese o la ausencia de hostilidades, sino que abarca todo, la armonía, el bienestar, la prosperidad y la seguridad. En Lucas, está interconectada con el amor a los enemigos. El v. 79 forma una inclusio con 24,36, donde se cuenta que la primera palabra de Jesús crucificado y resucitado fue «paz». 80. en el desierto: Lucas hace desaparecer a Juan de la escena y prepara a sus lectores para un acto posterior en su obra, en el que narrará la profecía de Juan a Israel.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter I.

1 The Preface of Luke to his whole Gospel. 5 The conception of Iohn the Baptist, 26 and of Christ. 39 The prophecie of Elizabeth, and of Mary, concerning Christ. 57 The natiuitie & circumcision of Iohn. 67 The prophesie of Zachary both of Christ, 76 and of Iohn.
1 Forasmuch as many haue taken in hande to set foorth in order a declaration of those things which are most surely beleeued among vs,
2 Euen as they deliuered them vnto vs, which from the beginning were eye-witnesses, & ministers of the word:
3 It seemed good to me also, hauing had perfect vnderstanding of things from the very first, to write vnto thee in order, most excellent Theophilus,
4 That thou mightest know the certainetie of those things wherein thou hast bene instructed.
5 There was in the dayes of Herode the king of Iudea, a certaine Priest, named Zacharias, of the course of Abia, and his wife was of the daughters of Aaron, and her name was Elizabeth.
6 And they were both righteous before God, walking in all the Commandements and ordinances of the Lord, blamelesse.
7 And they had no childe, because that Elizabeth was barren, and they both were now well striken in yeeres.
8 And it came to passe, that while he executed the Priests office before God in the order of his course,
9 According to the custome of the Priests office, his lot was to burne incense when he went into the Temple of the Lord.
10 [ Exo_30:7; Lev_16:17.] And the whole multitude of the people were praying without, at the time of incense.
11 And there appeared vnto him an Angel of the Lord, standing on the right side of the Altar of incense.
12 And when Zacharias sawe him, hee was troubled, and feare fell vpon him.
13 But the Angel said vnto him, Feare not, Zacharias, for thy prayer is heard, and thy wife Elizabeth shall beare thee a sonne, and thou shalt call his name Iohn.
14 And thou shalt haue ioy and gladnesse, and many shall reioyce at his birth:
15 For he shall be great in the sight of the Lord, and shal drinke neither wine, nor strong drinke, and he shall bee filled with the holy Ghost, euen from his mothers wombe.
16 [ Malac.4.6.] And many of the children of Israel shall hee turne to the Lord their God.

[An Angel is sent to the virgin Mary.]

17 And hee shall goe before him in the spirit and power of Elias, to turne the hearts of the fathers to the children, and the disobedient [ Or, by.] to the wisedome of the iust, to make ready a people prepared for the Lord.
18 And Zacharias said vnto the Angel, Whereby shall I know this? For I am an old man, and my wife well striken in yeeres.
19 And the Angel answering, said vnto him, I am Gabriel that stand in the presence of God, and am sent to speake vnto thee, and to shew thee these glad tidings.
20 And behold, thou shalt be dumbe, and not able to speake, vntill the day that these things shall bee performed, because thou beleeuest not my words, which shall bee fulfilled in their season.
21 And the people waited for Zacharias, and maruelled that hee taried so long in the temple.
22 And when he came out, he could not speake vnto them: and they perceiued that he had seene a vision in the temple: for he beckened vnto them, and remained speechlesse.
23 And it came to passe, that as soone as the dayes of his ministration were accomplished, he departed to his owne house.
24 And after those dayes his wife Elizabeth conceiued, and hid her selfe fiue moneths, saying,
25 Thus hath the Lord dealt with me in the dayes wherein he looked on me, to take away my reproch among men.
26 And in the sixt moneth, the Angel Gabriel was sent from God, vnto a citie of Galilee, named Nazareth,
27 To a virgine espoused to a man whose name was Ioseph, of the house of Dauid, and the virgins name was Marie.
28 And the Angel came in vnto her, and said, Haile thou that art [ Or, graciously accepted, or much graced, see verse 30.] highly fauoured, the Lord is with thee: Blessed art thou among women.
29 And when she saw him, she was troubled at his saying, and cast in her minde what maner of salutation this should be.
30 And the Angel said vnto her, Feare not, Marie, for thou hast found fauour with God.
31 [ Isa_7:14 Mat_1:21 .] And behold, thou shalt conceiue

[An Angel is sent to the virgin Mary.]

in thy wombe, and bring forth a sonne, and shalt call his name Iesus.
32 He shall be great, and shall be called the sonne of the Highest, and the Lord God shall giue vnto him the throne of his father Dauid.
33 [ Dan_7:14 ; Mic_4:7 .] And hee shall reigne ouer the house of Iacob for euer, and of his kingdome there shall be no end.
34 Then said Marie vnto the Angel, How shall this be, seeing I know not a man?
35 And the Angel answered and said vnto her, The holy Ghost shall come vpon thee, and the power of the Highest shall ouershadow thee. Therefore also that holy thing which shall bee borne of thee, shall bee called the sonne of God.
36 And behold, thy cousin Elizabeth, she hath also conceiued a sonne in her old age, and this is the sixt moneth with her, who was called barren.
37 For with God no thing shall be vnpossible.
38 And Marie said, Behold the handmaide of the Lord, be it vnto me according to thy word: and the Angel departed from her.
39 And Marie arose in those dayes, and went into the hill countrey with haste, into a citie of Iuda,
40 And entred into the house of Zacharias, and saluted Elizabeth.
41 And it came to passe that when Elizabeth heard the salutation of Marie, the babe leaped in her wombe, and Elizabeth was filled with the holy Ghost.
42 And she spake out with a loud voyce, and saide, Blessed art thou among women, and blessed is the fruite of thy wombe.
43 And whence is this to me, that the mother of my Lord should come to mee?
44 For loe, assoone as the voice of thy salutation sounded in mine eares, the babe leaped in my wombe for ioy.
45 And blessed is she [ Or, which beleeued, that there.] that beleeued, for there shalbe a performance of those things, which were told her from the Lord.
46 And Marie said, My soule doth magnifie the Lord.
47 And my spirit hath reioyced in God my sauiour.
48 For hee hath regarded the low estate of his handmaiden: for behold,

[Maries song.]

from hencefoorth all generations shall call me blessed.
49 For he that is mighty hath done to mee great things, and holy is his Name.
50 And his mercy is on them that feare him, from generation to generation.
51 [ Isa_51:9 .] Hee hath shewed strength with his arme, [ Psa_33:10 .] he hath scattered the proud, in the imagination of their hearts.
52 [ 1Sa_2:6 .] He hath put downe the mighty from their seates, and exalted them of low degree.
53 [ Psa_34:10 .] Hee hath filled the hungry with good things, and the rich hee hath sent emptie away.
54 Hee hath holpen his seruant Israel, [ Jer_31:3 ; Jer_31:20 .] in remembrance of his mercy,
55 [ Psa_132:10 ; Gen_17:19 .] As he spake to our fathers, to Abraham, and to his seed for euer.
56 And Mary abode with her about three moneths, and returned to her owne house.
57 Now Elizabeths full time came, that shee should be deliuered, and shee brought foorth a sonne.
58 And her neighbours and her cousins heard how the Lord had shewed great mercy vpon her, and they reioyced with her.
59 And it came to passe that on the eight day they came to circumcise the childe, and they called him Zacharias, after the name of his father.
60 And his mother answered, and said, Not so, but he shalbe called Iohn.
61 And they said vnto her, There is none of thy kinred that is called by this name.
62 And they made signes to his father, how he would haue him called.
63 And he asked for a writing table, and wrote, saying, His name is Iohn: and they marueiled all.
64 And his mouth was opened immediatly, and his tongue loosed, and hee spake, and praised God.
65 And feare came on all that dwelt round about them, and all these [ Or, things.] sayings were noised abroad thorowout all the hill countrey of Iudea.
66 And all they that had heard them, layde them vp in their hearts, saying, What maner of childe shal this be? And the hand of the Lord was with him.
67 And his father Zacharias was filled with the holy Ghost, and prophesied, saying,

[Zacharias song.]

68 Blessed bee the Lord God of Israel, for hee hath visited and redeemed his people,
69 [ Psa_132:18 .] And hath raised vp an horne of saluation for vs, in the house of his seruant Dauid,
70 [ Jer_23:5 ; Jer_30:9 .] As he spake by the mouth of his holy Prophets, which haue bene since the world began:
71 That wee should be saued from our enemies, and from the hand of all that hate vs,
72 To performe the mercy promised to our fathers, and to remember his holy Couenant,
73 [ Gen_22:16 .] The oath which he sware to our father Abraham,
74 That hee would grant vnto vs, that wee beeing deliuered out of the hands of our enemies, might serue him without feare,
75 In holinesse and righteousnesse before him, all the dayes of our life.
76 And thou childe shalt bee called the Prophet of the Highest: for thou shalt goe before the face of the Lord to prepare his wayes.
77 To giue knowledge of saluation vnto his people, [ Or, for.] by the remission of their sinnes,
78 Through the [ Or, bowels of the mercy.] tender mercy of our God, whereby the [ Or, Sunne-rising, or branch, Zec_3:8 ; Isa_11:1 ; Mal_4:2 ; Num_24:17 .] day-spring from on high hath visited vs,
79 To giue light to them that sit in darknes, and in the shadow of death, to guide our feet into the way of peace.
80 And the childe grew, and waxed strong in spirit, and was in the deserts, till the day of his shewing vnto Israel.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



3. "Teófilo", que significa "amigo de Dios", era probablemente un hombre de elevada posición social. A él está dirigido también el libro de los Hechos de los Apóstoles. Ver Hec_1:1.

5. "La clase sacerdotal de Abías" era la octava de las veinticuatro clases que se turnaban semanalmente en el servicio del Templo ( 1Cr_24:10, 1Cr_24:19).

9. Este rito tenía lugar a diario por la mañana y por la tarde. Consistía en la renovación de las brasas y los perfumes que estaban sobre el altar del incienso, delante del Santo de los santos ( Exo_30:6-8).

15. El hecho de no beber bebidas alcohólicas evoca la idea del "nazireato" ( Num_6:1-8), que consistía en una consagración personal a Dios, mediante cierta separación del mundo, acompañada de una vida de abstinencia, pureza legal y austeridad.

17. Mal_3:23-24; Ecli. 48. 10-11. Ver notaMt. 11. 14.

18. Gen_15:8.

25. "Lo que me avergonzaba": se refiere a la esterilidad, que en Israel era un deshonor ( Gen_30:23; 1Sa_1:5-8) y una especie de castigo ( 2Sa_6:16, 2Sa_6:20-23).

32. "El Señor Dios le dará el trono de David, su padre": Dios había prometido a David una dinastía y un trono eternos ( 2Sa_7:16). Jesús es el Mesías, el "Hijo de David", que viene a dar cumplimiento a esa promesa divina. Ver nota Mat_1:1.

34. De la pregunta de María se concluye con certeza que ella, de hecho, no tenía relaciones conyugales. Más aún, el texto parece sugerir la determinación de no tenerlas.

35. "Descender sobre" y "cubrir con su sombra" son dos expresiones que evocan la nube que cubría al Pueblo judío en el desierto, después que salió de Egipto, y que simbolizaba la presencia y el poder de Dios ( Exo_13:21-22). El Espíritu Santo "cubre con su sombra" a María en el momento de la encarnación, convirtiéndola en la Morada de la presencia divina ( Exo_40:34-38).

37. Gen_18:14.

46. Este canto de la Virgen está inspirado en el canto de Ana, la madre del profeta Samuel ( 1Sa_2:1-10), y celebra la misericordia de Dios hacia los pobres y los humildes, así como también su poder y su fidelidad a las promesas hechas a los Patriarcas.

47. 1Sa_2:1; Hab_3:18.

48. 1Sa_1:11.

49. Sal_111:9.

50. Sal_103:17-18.

52. Job_12:19; Job_5:11.

53. Sal_107:9.

54. Isa_41:8-9; Sal_98:3.

59. Por el rito de la circuncisión, que se realizaba a los ocho días del nacimiento, el recién nacido entraba a participar de la Alianza entre Dios y su Pueblo. Ver Gen_17:9-27; Lev_12:3.

62. "Preguntaron por señas": esto da a entender que Zacarías, además de mudo, también había quedado sordo.

67. Este canto contiene un himno de acción de gracias (vs. 68-75) y una visión profética de la Nueva Alianza (vs. 76-79).

68. Sal_41:14; Sal_72:18; Sal_106:48; Sal_111:9.

72. Lev_26:42; Sal_106:45.

79. Isa_9:1; Isa_42:7. Ver Jua_8:12.

Catena Aurea (S.Tomás de Aquino ,1269. Tr. Dr. D. Ramón Ezenarro, 1889)



Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la suerte de Abías; y su mujer de las hijas de Aarón; y el nombre de ella Isabel. Eran ambos justos delante de Dios, caminando irreprensiblemente en todos los mandamientos y estatutos del Señor. Y no tenían hijos, porque Isabel era estéril, y ambos eran avanzados en sus días. (vv. 5-7)

San Juan Crisóstomo
Lucas inicia la narración evangélica con el relato de Zacarías y de la natividad de Juan, contando maravilla antes de maravilla, menor antes que mayor. Pues como había de dar a luz una virgen, la gracia nos prepara a ese misterio, mostrándonos una anciana estéril que concibe. Declara también el tiempo cuando dice: "Hubo en los días de Herodes". Y añadió la dignidad cuando dijo: "Rey de Judea". Hubo otro Herodes, que mató a San Juan; pero aquél fue tetrarca y éste fue rey.

Eutimio
Rey -digo- el que mató a los niños, padre de aquel Herodes, que mató a Juan Bautista.

Beda
El tiempo de Herodes, esto es, de un rey extranjero, atestigua la venida del Señor. Se había predicho: "No faltará un príncipe de Judá, ni un jefe de su familia hasta que venga el que ha de ser enviado" (Gén_49:12). Desde que los judíos salieron de Egipto fueron regidos por jueces, sacados de su misma gente, hasta el profeta Samuel y después por reyes hasta la cautividad de Babilonia. Después de la vuelta de Babilonia, la suprema autoridad era ejercida por los sacerdotes, hasta Hircano, que fue rey y sacerdote a la vez. Muerto éste por Herodes, el reino de Judea fue entregado para su gobierno, por mandato de César Augusto, al mismo Herodes, extranjero; en cuyo año trigésimo primero vino el que había de ser enviado, según la dicha profecía.

San Ambrosio
Nos enseña la Divina Escritura que conviene alabar las costumbres, no solamente de aquellos que conmemoramos, sino también las de sus padres, a fin de que brillen en aquellos que queremos alabar como una herencia inmaculada de pureza. Por eso la nobleza de San Juan se extiende, no sólo a sus padres, sino también a sus antepasados. No es ilustre por el ejercicio de un poder secular, sino venerable por la sucesión de piedad. Es completa la alabanza cuando comprende la descendencia, las costumbres, el oficio, los hechos y la rectitud.
El oficio fue de sacerdote. De donde dice: "Un sacerdote llamado Zacarías".

Beda
San Juan nació de linaje sacerdotal, para que con tanto más poder anunciase la permanencia del sacerdocio, cuanto apareciese que él pertenecía a la raza sacerdotal.

San Ambrosio
Su ascendencia se comprende por la mención de sus antepasados. Por ello sigue: "De la familia de Abías", es decir, noble entre las mejores familias.

Beda
Habían príncipes del santuario (esto es, sumos sacerdotes) tanto entre los hijos de Eleazar como entre los de Tamar, cuyos turnos para entrar en la casa del Señor -según sus ministerios- los dividió David en veinticuatro, tocándole a la familia de Abías (de la cual nació Zacarías) el octavo. (1Cr_24:10). No sin motivo el primer anunciador del Nuevo Testamento nace con los derechos del octavo grupo. Pues así como el Antiguo Testamento se expresa muchas veces con el número siete, a causa del sábado, así también el Nuevo Testamento se expresa algunas veces con el número ocho, a causa del misterio del domingo, o de la resurrección del Señor, o de la nuestra.

Teofilacto
Queriendo demostrar que era legalmente de raza sacerdotal, añade: "Y su mujer era de las hijas de Aarón, y el nombre de ella Isabel"; pues no se permitía tomar mujer de otra tribu sino de la propia. Isabel quiere decir descanso y Zacarías recuerdo del Señor.

Beda
San Juan fue engendrado de padres justos, a fin de que pudiese dar a los pueblos preceptos de justicia con tanta más confianza cuanto que él no los había aprendido como nuevos, sino que los guardaba como recibidos de sus antepasados por derecho hereditario, de donde sigue: "Pues eran ambos justos delante de Dios".

San Ambrosio
Y así comprende las costumbres en la justicia. Dice, pues, bien: "Delante de Dios", porque puede suceder que alguno aparezca justo por una bondad afectada y popular, y no lo sea delante de Dios, si la justicia no nace de la simplicidad de la mente, sino que se simula con la adulación. La perfecta alabanza, pues, consiste en ser justo delante de Dios. Sólo puede llamarse perfecto aquel que es probado por quien no puede ser engañado. En los mandamientos comprende los actos, en la justificación el juicio. De donde prosigue: "Caminando irreprensiblemente en todos los mandamientos y estatutos del Señor". Cuando obedecemos a los mandatos celestes, marchamos en los mandamientos del Señor. Cuando juzgamos convenientemente, parece que tenemos las justificaciones de Dios. Con todo, conviene hacer el bien, no sólo delante de Dios, sino también delante de los hombres. Por esto continúa: "Sin queja". Ninguna queja hay donde la bondad de la inteligencia está conforme con la bondad de la acción. Mas la justicia de los hombres -algunas veces más dura- suscita quejas.

Orígenes
Una cosa justa puede hacerse injustamente, como si uno hace dádivas por ostentación, lo cual no deja de ser censurable.
Prosigue: "Y no tenían hijo porque Isabel era estéril", etc.

San Juan Crisóstomo, in cap. graec. Patr. ex homil. in Genes
No sólo Isabel era estéril, sino que también lo habían sido las mujeres de patriarcas: Sara, Rebeca y Raquel, lo cual era deshonroso entre los antiguos. No podemos decir que la esterilidad sea efecto de pecado, puesto que los que vivían unidos eran justos y virtuosos. La causa de la esterilidad fue más bien tu propio beneficio, para que cuando vieses a la Virgen dar a luz al Señor, no fueses incrédulo, negándote a creer en tu interior la fecundidad de las estériles.

Teolifacto
Y para que tú también aprendas que la ley de Dios no estimula la multiplicación corporal de los hijos, sino más bien la espiritual, "habían adelantado los dos" no sólo según el cuerpo, sino también según el espíritu poniendo ascensiones en el corazón 1 y teniendo su vida como un día y no como una noche, andando honestamente como en el día.

Notas
1. Ver Sal_84:6.


La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

1:5-2:52 «Evangelio de la Infancia»: historia de Juan el Bautista y de Jesús. Consecuente con lo que dice en 1,3, Lucas quiere «escribir todo por orden y exactamente, comenzando desde el principio». Y el principio es lógicamente el origen del protagonista de su obra, es decir, Jesús. Ahora bien, dado que Jesús va a marcar la diferencia entre el tiempo antiguo y el nuevo, entre el tiempo de las promesas y el de su cumplimiento, Lucas nos va a presentar el último eslabón entre esos dos tiempos, ése es Juan el llamado Bautista o bautizador, de quien también quiere contar su origen.
Aparte de los personajes extraordinarios que intervienen en este primer bloque narrativo como el ángel que se aparece a Zacarías, el arcángel Gabriel que se aparece a María y los ángeles que anuncian a los pastores el nacimiento de Jesús, los demás, van a ser lo más sencillo del pueblo: una mujer estéril, Isabel; una muchacha de Nazaret, María; y unos humildes pastores de Belén. Ya desde el principio, Lucas quiere ir mostrando cómo Dios tiene su propia manera de hacer historia, no desde lo más «importante» para el mundo y la sociedad, sino desde los que no cuentan para nada ni para nadie.

1:5-25 Anuncio del nacimiento de Juan el Bautista. Es necesario tener en cuenta ciertos detalles de este relato que nos ayudarán a entender mejor el sentido que Lucas quiso darle. En primer lugar, las personas: Zacarías e Isabel, son descritos como personas piadosas, apegadas en todo a la Ley del Señor y por tanto, a juicio de Dios, rectos (6). Segundo, no tenían hijos porque Isabel era estéril (7). Con esto, Lucas quiere subrayar el origen extraordinario de Juan al estilo de otros personajes también claves en la historia de la salvación en la antigüedad: Isaac (Gén_18:1-15), Samuel (1 Sm 1), y además quiere resaltar que Dios siempre se manifiesta allí donde menos se piensa, en las personas que no cuentan para nada ni para nadie; Isabel es una mujer humillada por su infecundidad (25) y Zacarías no era menos: ya anciano, no tenía en quien prolongar su nombre. Tercero, las personas y la institución, Templo y culto, juegan un papel muy importante. Quizás Isabel y Zacarías simbolizan ese viejo orden que es el templo y el culto de donde no han salido los beneficios salvíficos para el pueblo. Desde acá, sin embargo, saldrá un último llamado, un nuevo aviso por parte de Dios para que Israel se disponga a recibir a su próximo enviado. Cuarto, Lucas deja aquí constancia del modelo de respuesta histórico del pueblo israelita ilustrándolo con las palabras de Zacarías y con su mudez. Quinto, la misión futura del prometido infante es descrita con características extraordinarias; Juan será el nuevo Elías que dispondrá los corazones de los padres a los hijos... (16s). Sexto, Lucas quiere subrayar, finalmente que la Palabra de Dios se cumple, que su mensaje no es demagogia ni vana palabrería. En línea con sus palabras a lo largo de todo el Antiguo Testamento, aquí la Palabra de Dios, promesa hecha por medio del ángel, se cumple, y el testimonio de ese cumplimiento es el embarazo de Isabel (24) quien «se quedó escondida cinco meses» y cuyo valor simbólico es: las cosas de Dios no se entienden de una vez, somos lentos para entender a Dios (cfr. Luc_24:25); pero finalmente, si hay fe y sencillez de corazón, las acciones de Dios sí pueden ser comprendidas.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Profecía del nacimiento de Juan

Lucas introduce la historia de Juan con palabras casi tan majestuosas como las que reserva para Jesús, debido a que Juan fue el mayor personaje de su generación (7:28). Sus padres eran fieles en la religión judía de la época (su descripción es un eco de Gén. 17:1 y 1 Rey. 9:4). Fue mientras Zacarías, el padre de Juan, que era sacerdote, estaba ocupado en sus obligaciones en el templo que tuvo una visión de un ángel que le dijo que su oración había sido oída y que se le concedería tener un hijo. El nombre del niño debía ser Juan, que significa Dios es bondadoso, y él prepararía el camino para la venida final de Dios a su pueblo, como era la esperanza de los judíos. Estaría dedicado en forma especial al servicio de Dios, como Samuel (1 Sam. 1:11) y recibiría el poder del Espíritu Santo para cumplir su tarea. Su venida traería gozo al pueblo, porque cumpliría el papel de Elías que había de volver para preparar el camino para la venida de Dios (Mal. 4:5).

Como Abraham (Gén. 15:8), Zacarías no podía creer lo que Dios había dicho y pidió una confirmación. El ángel respondió dándole sus credenciales -su nombre y la comisión de Dios- y agregó que Zacarías quedaría mudo (y sordo), estado en el que continuaría hasta el nacimiento del niño. Cuando Zacarías salió del edificio, la gente que estaba fuera se sorprendió por su incapacidad para hablar y pensó que debía haber tenido una visión de Dios que le había impresionado. A su debido tiempo se cumplió la promesa de Dios y el niño fue concebido.

Notas. 5 Herodes el Grande gobernó en Judea hasta 4 a. de J.C. (ver 2:1). 6, 7 Si una esposa judía permanecía estéril, esto era considerado una desgracia para ella (1:25; cf. Gén. 30:23) y a veces se creía que era una consecuencia del pecado. Es claro que ése no era el caso de Elisabet (1:6). El nacimiento de un niño cuya madre había sido estéril podría ser una señal de que una gran bendición vendría al pueblo por medio de aquel niño (p. ej. Isaac, Gedeón y Samuel). 8-12 La tribu de Leví aportaba los sacerdotes que servían en el templo. Como había tantos disponibles, la tribu estaba dividida en 24 clases; la de Abías (5) era la octava (1 Crón. 24:10). Cada clase cumplía su deber por dos semanas en el año y muchos sacerdotes pasaban el resto del tiempo lejos de Jerusalén en ocupaciones seculares (cf. v. 23). El incienso era ofrecido dos veces por día y la elección del individuo que lo ofrecería en el lugar santo se fijaba echando suertes. Ningún sacerdote podía tener el honor más de una vez en la vida y muchos ni siquiera tenían la fortuna de llegar a ser elegidos. El sacerdote entraba solo y ofrecía el incienso, mientras el pueblo esperaba afuera en actitud de oración hasta que reaparecía y los despedía con una bendición. 13 El padre tenía la obligación de dar el nombre del hijo. El hecho de que Dios lo hiciera era una señal de que estaba tomando al niño bajo su responsabilidad. 24 Elisabet se recluyó durante el tiempo en que su embarazo no sería plenamente obvio cuando aún se le podía echar en cara su esterilidad. María fue la primera persona en enterarse, y el carácter milagroso de lo que ocurrió siguió siendo un secreto para la gente en general.

Biblia Latinoamericana (San Pablo, 1995)



[=] *1Crón 4:10

[.] Siendo Herodes rey de Judea. Este Herodes, conocido como Herodes el Grande, era el padre del Herodes, de quien se habla en 3,1 y a quien conoció Jesús. Fue el último rey de los judíos y, a su muerte, la nación perdió la autonomía. Este Evangelio da su comienzo en el Templo y termina en el Templo. Este primer libro de Lucas se desarrollará todo en un ambiente estrictamente judío. Sólo en su segundo libro se verá la extensión del Evangelio a todas las naciones. La obra de Dios comienza entre creyentes sencillos, que había muchos en Israel, y a los que los salmos llamaban los . Zacarías era sacerdote. En el pueblo judío había un cierto número de familias sacerdotales, llamadas descendientes de Aarón y todos los varones de dichas familias eran sacerdotes que se sucedían de padres a hijos. Tenían el privilegio y el deber de cumplir de cuando en cuando las funciones del culto en el Templo de Jerusalén, pero el resto del tiempo trabajaban como cualquier otro ciudadano. Isabel no podía tener familia (7). Al igual que Sara, Rebeca, Raquel, ilustres antepasadas del pueblo de Israel, y Ana, madre del profeta Samuel, Isabel no puede tener familia, para que así se hicieran más evidentes la bondad y el poder de Dios para con los humildes y despreciados (1 Sam 1). Tu oración ha sido escuchada (13). Zacarías había deseado un hijo, pero ya no lo esperaba. Acababa de pedir en el Templo la salvación que Dios daría a su pueblo. Se le promete lo uno y lo otro. No beberá vino. En Israel había hombres que se consagraban a Dios de esta manera no se cortaban el pelo ni bebían bebidas alcohólicas, y se apartaban del mundo por un tiempo (Núm 6). Eran llamados nazireos. El hijo de Zacarías deberá ser un nazireo desde el seno de su madre y hasta el fin de su vida, como había sido el caso de Sansón (Jue 13,3). El que será Juan Bautista recibe como misión predicar la penitencia, y su misma existencia será un modelo de austeridad (Mc 1,6). En esto se diferenciará de Jesús que, fuera de algunos períodos excepcionales como el ayuno en el desierto, vivirá la existencia común de todos y no pedirá a sus discípulos ayunos especiales (Lc 7,33-34). El ángel indica a continuación cuál será la misión de Juan, hijo de Zacarías abrirá el camino al Señor con el espíritu y el poder de Elías. Vemos en la Biblia que, después de desaparecer Elías, llevado al Cielo en un carro de fuego (2 R 2,11), la comunidad creyente se preguntó bastante sobre el significado de este hecho tan fuera de lo común, y llegaron a pensar que, así como Elías había actuado en un tiempo de crisis religiosa para traer a su pueblo de vuelta a la fe, así también volvería del cielo, antes de la venida de Dios salvador, para restablecer la fidelidad del pueblo. El ángel rectifica esta esperanza; no se debía pensar que Elías volvería personalmente del cielo como parecía indicarlo Mal 3,23; más bien sería Juan Bautista quien actuaría con el espíritu de Elías para conseguir la reconciliación de todos mediante la justicia y la fidelidad a la ley de Dios. Así comienza la Buena Nueva en un rincón del mundo, con una pareja de ancianos que no tenían hijos, porque nada hay imposible para Dios.

Comentario al Nuevo Testamento (EUNSA, 2008)

Como en otras ocasiones (cfr 2,1ss.; 3,1ss.), Lucas, conocedor de las formas narrativas de la Historia, comienza su relato inscribiendo los hechos en el marco de la historia profana (v. 5). Con referencia a este acontecimiento, situará después la anunciación a la Virgen, ocurrida seis meses más tarde (cfr 1,26).

Por medio del arcángel, Dios interviene de forma extraordinaria en la vida de Zacarías e Isabel. Pero lo que se anuncia sobrepasa el ámbito de la intimidad familiar (v. 14). Isabel, ya anciana, va a tener un hijo que se llamará Juan (v. 13) -nombre que significa «Dios es misericordioso»- y que tendrá una santidad extraordinaria (v. 15), ya que su misión como precursor del Mesías esperado (v. 17) le llevará a ser instrumento de la salvación de Dios (v. 16): «con Juan Bautista, el Espíritu santo inaugura, prefigurándolo, lo que realizará con y en Cristo: volver a dar al hombre la semejanza divina. El bautismo de Juan era para el arrepentimiento, el del agua y del Espíritu será un nuevo nacimiento» (CCE 720).

Por lo demás, la escena, tanto en la forma -intervención divina, turbación, anuncio, dificultad, señal- como en los contenidos, parece concebida en paralelo y como preparación de la anunciación a María, que queda de esta manera resaltada. En efecto, Zacarías quería tener descendencia (v. 13) pero no podía; la Virgen, en cambio, no la pedía (cfr 1,34) pero Dios se la da; tanto Zacarías como María se turban ante el saludo del ángel (1,12.29), pero Ella no tiene miedo (1,29), mientras que Zacarías, sí (v. 12); finalmente Zacarías duda (v. 20) y pide una señal (v. 18), mientras que María cree (1,38) y se le ofrece una señal que no había pedido (1,36).


Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

— Herodes... Judea: Se trata de Herodes el Grande (ver nota a Mat 2:1 y VOCABULARIO BÍBLICO) que en realidad fue rey de toda Palestina durante 33 años.

— el grupo sacerdotal de Abías: Según 1Cr 24:4-19 la clase sacerdotal israelita estaba dividida en veinticuatro grupos para ejercer por turno las funciones sagradas en el Templo; el octavo grupo o turno era el de Abías.

— Aarón: hermano de Moisés, elegido junto con sus hijos y sus descendientes para ejercer el sacerdocio en Israel (Éxo 28:1-43; Núm 17:1-8). Únicamente sus descendientes constituían la familia sacerdotal israelita.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 1.5 Herodes: El Grande, rey de todo el territorio de Israel (Mt 2.1).

[2] 1.5 Abías: Cf. 1 Cr 24.7-18. Cada turno oficiaba en el templo de Jerusalén, dos veces al año, durante una semana.

[3] 1.9 Cf. Ex 30.1-8; 1 R 7.48-50.

[4] 1.15 Lc 7.33. Cf. Nm 6.1-5; Jue 13.4,7-14.

[5] 1.17 Mal 4.5-6; Eclo 48.4,10.

[6] 1.19 Gabriel: Cf. Dn 8.16; 9.21.

[7] 1.25 Cf. Gn 30.23; 1 S 1.1-18.

[8] 1.31 Cf. Is 7.14; Mt 1.21-23.

[9] 1.32-33 Cf. 2 S 7.9,12-14,16; Is 9.7; Miq 4.6-7.

[10] 1.35 Cf. Ex 24.15-18; 40.35. Cf. también Lc 9.34-35 y paralelos.

[11] 1.35 Mt 1.18-21.

[12] 1.46-55 Cf. 1 S 2.1-10; Sal 113.5-9.

[13] 1.46-47 Is 61.10; Hab 3.17-18.

[14] 1.53 Sal 107.9.

[15] 1.54 Sal 98.3.

[16] 1.55 Gn 17.7; 26.3; Sal 105.8-9; Miq 7.20.

[17] 1.69 Cf. Sal 132.17.

[18] 1.72 Ex 2.24.

[19] 1.73 Gn 17.7.

[20] 1.76 Mal 3.1.

[21] 1.79 Is 9.2.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Cr_24:10

NOTAS

1:5 Hasta el cap. 3 , Lucas adopta el griego semitizante de los Setenta. Las alusiones y reminiscencias bíblicas son abundantes. El conjunto es arcaizante. Lucas restablece la atmósfera del ambiente de los «pobres», ver Sof_2:3+, en que vivían sus personajes y del que sin duda ha tomado lo esencial de la información. Dispone en forma de díptico los relatos sobre el nacimiento y la infancia de Juan y de Jesús y los narra desde el punto de vista de María, mientras que Mt lo hacía desde el punto de vista de José.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Cr_24:10

NOTAS

1:5 Hasta el cap. 3 , Lucas adopta el griego semitizante de los Setenta. Las alusiones y reminiscencias bíblicas son abundantes. El conjunto es arcaizante. Lucas restablece la atmósfera del ambiente de los «pobres», ver Sof_2:3+, en que vivían sus personajes y del que sin duda ha tomado lo esencial de la información. Dispone en forma de díptico los relatos sobre el nacimiento y la infancia de Juan y de Jesús y los narra desde el punto de vista de María, mientras que Mt lo hacía desde el punto de vista de José.

Reina Valera (Sociedades Bíblicas Unidas, 1960)

Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías;a su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet.

a 1Cr 24:10.

Greek Bible (Septuagint Alt. Versions + SBLGNT Apparatus)

Ἡρῴδου WH Treg NA28 ] + τοῦ RP
  • καὶ WH Treg NA28 ] + ἡ RP
  • αὐτῷ WH Treg NA28 ] αὐτοῦ RP

iNT-CEVALLOS+ Interlineal Académico Del Nuevo Testamento Por Cevallos, Juan Carlos

[I γυνὴ αὐτῷ I] su mujer

[I τὸ ὄνομα αὐτῆς Ἐλισάβετ I] se llamaba Elisabet.

Torres Amat (1825)



[15] Num 6, 3; Lev 10, 9.

[17] Mal 4, 5; Mat 11, 14.

[25] La esterilidad, entre los hebreos, solía mirarse como oprobio y pena de algún pecado oculto.

[48] Escogiéndome por madre de su Hijo.

[60] Gen 17, 7; 26, 9; 35, 11-12.

[78] Mal 4, 2.

Nuevo Testamento México (Centro Bíblico Hispano Americano, 1992)

Herodes, el Grande, rey de toda Palestina, padre de Herodes Antipas, rey de Galilea y Perea, al tiempo de la Vida Pública de Jesús.

Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)



EL TURNO DE ABÍAS era el octavo de los 24 grupos en que David había distribuido los sacerdotes para que semanalmente se turnasen en el servicio del templo.

Biblia Peshitta en Español (Holman, 2015)

a 1Cr 24:10

Biblia Textual IV (Sociedad Bíblica Iberoamericana, 1999)

del turno de Abías... Natividad → §060.