Lamentaciones  1 Nueva Traducción Viviente (Tyndale House, 2009) | 22 versitos |
1 * Jerusalén, antes colmada de gente, ahora está desierta. La que en su día fue grande entre las naciones ahora queda sola como una viuda. La que antes era la reina de toda la tierra, ahora es una esclava.
2 Durante toda la noche solloza; las lágrimas corren por sus mejillas. De todos sus amantes no hay quien la consuele. Todos sus amigos la traicionaron y se volvieron sus enemigos.
3 Judá fue llevada al cautiverio, oprimida por la cruel esclavitud. Vive entre naciones extranjeras y no tiene lugar donde descansar. Sus enemigos la persiguieron y la alcanzaron y ya no tiene a quien recurrir.
4 Los caminos a Jerusalén* están de luto, porque las multitudes ya no vienen para celebrar los festivales. En las puertas de la ciudad hay silencio, sus sacerdotes gimen, sus mujeres jóvenes lloran; ¡qué amarga es su suerte!
5 Sus opresores son ahora sus amos y sus enemigos prosperan, porque el SEÑOR castigó a Jerusalén por sus muchos pecados. Sus hijos fueron capturados y llevados a tierras lejanas.
6 La bella Jerusalén* ha sido despojada de toda su majestad. Sus príncipes son como venados hambrientos en busca de pastos. Están demasiado débiles para huir del enemigo que los persigue.
7 En medio de su tristeza y sus andanzas Jerusalén recuerda su antiguo esplendor. Pero ahora ha caído en manos de su enemigo y no hay quien la ayude. Su enemigo la derribó y se burlaba cuando ella caía.
8 Jerusalén ha pecado grandemente, por eso fue desechada como un trapo sucio. Todos los que antes la honraban ahora la desprecian, porque vieron su desnudez y su humillación. Lo único que puede hacer es gemir y taparse la cara.
9 Se deshonró a sí misma con inmoralidad y no pensó en su futuro. Ahora yace en una zanja y no hay nadie que la saque. «SEÑOR, mira mi sufrimiento —gime—, el enemigo ha triunfado».
10 El enemigo la saqueó por completo y se llevó todo lo valioso que poseía. Vio a los extranjeros profanar su templo sagrado, el lugar al que el SEÑOR les había prohibido entrar.
11 Su pueblo gime en busca de pan; vendieron sus tesoros para comprar comida y mantenerse con vida. «Oh SEÑOR, mira —se lamenta— y observa cómo me desprecian.
12 »¿No les importa nada, ustedes que pasan por aquí? Miren a su alrededor y vean si hay otro sufrimiento como el mío, que el SEÑOR descargó sobre mí cuando estalló en ira feroz.
13 »Él mandó fuego del cielo que me quema los huesos. Tendió una trampa en mi camino y me hizo volver atrás. Me dejó devastada y atormentada día y noche por la enfermedad.
14 »Él tejió sogas con mis pecados para atarme a un yugo de cautiverio. El Señor minó mis fuerzas; me entregó a mis enemigos y en sus manos soy incapaz de levantarme.
15 »El Señor trató con desdén a mis hombres valientes. A su orden llegó un gran ejército para aplastar a mis jóvenes guerreros. El Señor pisoteó su amada ciudad* como se pisotean las uvas en un lagar.
16 »Por todas estas cosas, lloro; lágrimas corren por mis mejillas. No tengo a nadie que me consuele; todos los que podrían alentarme están lejos. Mis hijos no tienen futuro porque el enemigo nos ha conquistado».
17 Jerusalén extiende la mano en busca de ayuda, pero nadie la consuela. El SEÑOR ha dicho de su pueblo Israel:* «¡Que sus vecinos se conviertan en enemigos! ¡Que sean desechados como un trapo sucio!».
18 «El SEÑOR es justo —dijo Jerusalén—, porque yo me rebelé contra él. Escuchen, pueblos de todas partes; miren mi angustia y mi desesperación, porque mis hijos e hijas fueron llevados cautivos a tierras lejanas.
19 »Les supliqué ayuda a mis aliados, pero me traicionaron. Mis sacerdotes y mis líderes murieron de hambre en la ciudad, mientras buscaban comida para salvar sus vidas.
20 »¡SEÑOR, mira mi angustia! Mi corazón está quebrantado y mi alma desespera porque me rebelé contra ti. En las calles la espada mata, y en casa sólo hay muerte.
21 »Otros oyeron mis lamentos pero nadie se volvió para consolarme. Cuando mis enemigos se enteraron de mis tribulaciones se pusieron felices al ver lo que habías hecho. Oh, manda el día que prometiste, cuando ellos sufrirán como he sufrido yo.
22 »SEÑOR, mira todas sus maladades. Castígalos como me castigaste a mí por todos mis pecados. Son muchos mis gemidos y tengo el corazón enfermo de angustia».

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Introducción a Lamentaciones 

Autor: Jeremías.

Fecha: Poco tiempo después de la caída de Jerusalén en el 586 a.C.

Género: Poesía.

Resumen: Lamentaciones es un libro de tristeza. Comienza con Jeremías llorando sobre la destrucción de Jerusalén y el traslado de los cautivos a Babilonia. Sin embargo, cerca del final, Jeremías encuentra esperanza en el amor y la compasión de Dios.

Fuente:

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Notas

Lamentaciones  1,1

Cada uno de los primeros cuatro capítulos de este libro es un acróstico, presentado según el orden del alfabeto hebreo. La primera palabra de cada versículo comienza con una letra hebrea en sucesión. Los capítulos Lam 1:1-22, Lam 2:1-22 y Lam 4:1-22 tienen un versículo para cada una de las 22 letras hebreas. El Lam 3:1-66 contiene 22 estrofas de tres versículos cada una. El Lam 5:1-22 contiene 22 versículos, pero no es un acróstico.


Lamentaciones  1,4

En hebreo Sión; también en Lam 1:17.


Lamentaciones  1,6

En hebreo de la hija de Sión.


Lamentaciones  1,15

En hebreo a la virgen hija de Judá.


Lamentaciones  1,17

En hebreo Jacob. Los nombres «Jacob» e «Israel» a menudo son intercambiables en el Antiguo Testamento. Algunas veces hacen referencia al patriarca como individuo y otras veces a la nación.