Juan  13 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 38 versitos |
1 Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora para que partiera de este mundo hacia su Padre, y habiendo amado a los suyos que estaban en este mundo, los amó hasta el final.
2 Y mientras cenaban, Satanás puso en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, que lo entregara.
3 Y conociendo Jesús que el Padre había entregado todas las cosas en sus manos, y que de Dios había salido y a Dios iba,
4 se levantó de la cena, y poniendo su manto a un lado, tomó una toalla y se la ciñó.
5 Luego vació agua en una vasija y empezó a lavar los pies de sus discípulos y a secárselos con la toalla con la cual se había ceñido.
6 Pero cuando llegó a Simón Cefas, éste le dijo: ¿Tú me lavas los pies a mí, mi Señor?
7 Jesús contestó, diciéndole: Lo que yo hago, ahora no lo entiendes, pero lo entenderás después.
8 Simón Cefas le dijo: ¡Tú jamás me lavarás los pies! Jesús le dijo: Si no te lavo, no tendrás parte conmigo.
9 Le dijo Simón Cefas: Entonces no solamente lávame los pies, mi Señor, sino también las manos y la cabeza.
10 Jesús le dijo: El que se ha bañado no necesita lavarse sino solamente los pies, porque está todo limpio. Ustedes están todos limpios, aunque no todos;
11 porque Jesús conocía al que lo iba a entregar. Por eso dijo: “No todos ustedes están limpios”.
12 Después de que les hubo lavado los pies, poniéndose su manto se sentó a la mesa, y les dijo: ¿Comprenden ustedes lo que les he hecho?
13 Ustedes me llaman “Maestro nuestro y Señor nuestro”, y dicen bien, puesto que lo soy.
14 Pues si yo, su Señor y su Maestro, les he lavado los pies, ¿cuánto más deben lavarse los pies unos a otros?
15 Porque les he dado este ejemplo, para que conforme yo les he hecho, también ustedes lo hagan.
16 De cierto, de cierto les digo: No hay siervo que sea mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que lo envió.
17 Si entienden estas cosas, serán dichosos si las ponen por obra.
18 No les hablo a todos ustedes, pues yo conozco a los que he elegido, sino para que tenga cumplimiento la Escritura: “EL QUE COME PAN CONMIGO, HA LEVANTADO SU TALÓN EN CONTRA MÍA”.
19 Se los digo desde ahora, antes de que acontezca, para que cuando acontezca, crean que yo soy.
20 De cierto, de cierto les digo: El que acepte al que yo envío, me acepta a mí, y el que me acepta a mí, acepta al que me ha enviado.
21 Cuando hubo dicho estas cosas, Jesús se conmovió en su espíritu profundamente y testificó, diciendo: De cierto, de cierto les digo que uno de ustedes me entregará.
22 Los discípulos se miraban unos a otros, porque ignoraban de quién de ellos hablaba.
23 Y estaba uno de sus discípulos que se recostaba sobre su pecho, a quien Jesús amaba,
24 al cual Simón Cefas le hizo señas para que le preguntara a quién se refería.
25 Entonces aquel discípulo, recostándose sobre el pecho de Jesús, le preguntó: ¿Quién es ese hombre, mi Señor?
26 Jesús contestó, diciendo: Es aquel al que yo daré el pan mojado. Entonces Jesús mojó el pan, y lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote.
27 Y luego del pan, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo ya.
28 Pero ninguno de los que estaban sentados a la mesa comprendió por qué le había dicho esto,
29 y algunos de ellos pensaron que como Judas era el que cargaba la bolsa del dinero, Jesús le había mandado expresamente que comprara lo que se iba a necesitar para la fiesta, o que diera algo a los necesitados.
30 Y tomando el pan inmediatamente, Judas salió, y ya era de noche cuando salió.
31 Entonces dijo Jesús: Ahora el Hijo del Hombre es glorificado, y Dios es glorificado por medio de Él.
32 Y si Dios es glorificado por medio de Él, también Dios lo glorificará en sí mismo; de inmediato lo glorificará.
33 Todavía estaré un poco con ustedes, hijos míos, y me buscarán, pero como he dicho a los judíos, también a ustedes les digo ahora: A donde yo voy, ustedes no pueden venir.
34 Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; de la manera que yo los he amado, ámense también ustedes unos a otros.
35 Por esto todos sabrán que ustedes son mis discípulos, si se tienen amor unos a otros.
36 Le dijo Simón Cefas: Señor nuestro, ¿adónde vas? Entonces Jesús contestó, y le dijo: Adonde yo voy, tú no puedes seguirme ahora, pero al final me seguirás.
37 Le dijo Simón Cefas: ¿Por qué no puedo seguirte ahora, mi Señor? ¡Mi vida pondré por ti!
38 Jesús le dijo: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: El gallo no cantará hasta que me hayas negado tres veces.


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Introducción a Juan 

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