Hechos 21 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 40 versitos |
1 Y habiéndonos separado de ellos, navegamos con rumbo directo hacia la isla de Cos, y al día siguiente arribamos a Rodas, y de allí continuamos hacia Pátara,
2 donde hallamos un barco que iba hacia Fenicia, el cual abordamos. Y navegamos.
3 Y arribamos a la isla de Chipre, la cual dejamos a mano izquierda, y llegamos a Siria, desde donde arribamos a Tiro, porque el barco debía dejar allí su cargamento,
4 y después de encontrar discípulos allí, permanecimos con ellos siete días. Y éstos, por el Espíritu, le decían diariamente a Pablo que no fuera a Jerusalén.
5 Después de esos días, partimos a fin de continuar el viaje. Todos ellos nos acompañaron hasta las afueras de la ciudad, juntamente con sus esposas e hijos, y puestos todos de rodillas en la playa, oraron.
6 Entonces nos besamos unos a otros, y abordamos el barco, y ellos regresaron a sus casas.
7 Y navegamos desde Tiro y arribamos a la ciudad de Aca, y saludamos a los hermanos de allí, con los cuales nos hospedamos un día.
8 Al día siguiente zarpamos y llegamos a Cesarea, donde entramos y nos alojamos en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete.
9 Éste tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban,
10 y mientras estábamos allí por muchos días, descendió de Judea un profeta cuyo nombre era Agabo,
11 quien viniendo a nosotros, tomó el cinto de Pablo y se ató los pies y las manos, diciendo: Así dice el Espíritu Santo: “Así atarán los judíos en Jerusalén al varón a quien pertenece este cinto, y lo entregarán en manos de los gentiles”.
12 Al escuchar estas palabras, tanto nosotros como los habitantes del lugar le suplicamos que no fuera a Jerusalén.
13 Pero Pablo contestó, diciendo: ¿Qué hacen llorando y quebrantando mi corazón? Porque estoy preparado no solamente para ser atado, sino también para morir en Jerusalén por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
14 Y al no ser convencido por nosotros, desistimos de esto, y dijimos: Que se haga la voluntad de nuestro Señor.
15 Después de esos días, habiendo hecho los preparativos subimos a Jerusalén.
16 Y venían algunos discípulos con nosotros desde Cesarea, que traían consigo a un hermano que fue de los primeros discípulos, cuyo nombre era Mnasón, de Chipre, y que nos había acogido en su casa.
17 Y cuando arribamos a Jerusalén, fuimos recibidos con gozo por los hermanos.
18 Y al otro día, cuando estaban todos los ancianos presentes, fuimos con Pablo ante Jacobo,
19 y después de haberlos saludado, Pablo empezó a narrarles una tras otra todas las cosas que Dios había realizado entre los gentiles mediante su ministerio.
20 Y cuando ellos lo escucharon, dieron gloria a Dios y le dijeron: Hermano nuestro, tú ves cómo en Judea existen miles de creyentes y que todos ellos tienen celo de la ley,
21 pero se les ha dicho acerca de ti que enseñas a todos los judíos que se encuentran entre los gentiles que se separen de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos, ni anden en las costumbres de la ley.
22 Así pues, por cuanto ellos se han enterado de que has venido para acá,
23 haz esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que han hecho voto de purificarse;
24 tómalos y ve, purifícate con ellos y cubre los gastos para que se rapen la cabeza. Así todos sabrán que lo que se dice respecto a ti es mentira, y que tú cumples la ley y la obedeces.
25 Pero acerca de los gentiles que han creído, les hemos escrito que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de fornicación, de lo estrangulado y de sangre.
26 Entonces Pablo tomó a estos hombres al siguiente día y se purificó junto con ellos, y entró al templo, dándoles a conocer del término de los días de la purificación hasta que hubiera sido presentada la ofrenda de cada uno de ellos.
27 Y cuando llegó el séptimo día, lo vieron los judíos de Asia en el templo, e instigaron a todo el pueblo contra él, y echándole mano,
28 gritaban diciendo: ¡Ayuden varones israelitas! Este varón es el que se opone a nuestro pueblo, enseñando en contra de la ley y en contra de este lugar por todas partes. Además, ha traído paganos al templo, y ha profanado este santo lugar
29 (porque habían visto antes a Trófimo el efesio con él en la ciudad, y pensaban que había entrado al templo con Pablo).
30 Y la ciudad entera se alborotó, y todo el pueblo se reunió, y tomando a Pablo lo arrastraron fuera del templo, y de inmediato cerraron las puertas.
31 Y mientras la multitud procuraba darle muerte, se le dio aviso al capitán de la compañía de soldados que toda la ciudad se encontraba alborotada,
32 y tomando inmediatamente a un centurión y muchos soldados, corrieron hacia ellos, y al ver al capitán y a los soldados, cesaron de golpear a Pablo.
33 Entonces el capitán, acercándose a Pablo, lo aprehendió y ordenó atarlo con dos cadenas, y preguntaba respecto a él quién era y qué había hecho,
34 pero en el tumulto unos gritaban contra él una cosa y otros otra. Y por causa del griterío no podía saber cuál era la verdad. Entonces ordenó que lo llevaran al cuartel.
35 Al llegar Pablo a las gradas, los soldados tuvieron que cargarlo por causa de la violencia del pueblo,
36 porque mucha gente venía siguiéndolo, y gritaban diciendo: ¡Échenlo fuera!
37 Y al llegar Pablo a la entrada del cuartel, dijo al capitán: ¿Me permites hablarte? Entonces el capitán le dijo: ¿Sabes griego?
38 ¿No eres tú aquel egipcio que provocó los disturbios antes de estos días sacando al desierto a cuatro mil malhechores?
39 Pablo le respondió: Yo soy un varón judío de Tarso, reconocida ciudad de Cilicia, en la cual nací. Te pido que me permitas hablar al pueblo.
40 Y cuando él se lo permitió, Pablo se puso de pie en las gradas haciéndoles una señal con la mano, y cuando ellos guardaron silencio, les habló en lengua hebrea diciéndoles:

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