Romanos  7 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 25 versitos |
1 ¿Acaso ignoran, hermanos míos (pues hablo a los que conocen la ley), que la ley tiene dominio sobre el hombre mientras vive,
2 así como la mujer casada está ligada por la ley a su esposo mientras él vive? Pero si su esposo fallece, ella queda libre de su esposo por la ley,
3 pero si ella se une a otro varón mientras vive su esposo, es adúltera, pero si su esposo fallece, ella queda libre por la ley, y no es adúltera aunque se case con otro.
4 Ahora pues, hermanos míos, también ustedes están muertos a la ley mediante el cuerpo del Cristo, para que sean de otro, de Aquel que resucitó de entre los muertos, para que produzcan fruto para Dios.
5 Porque cuando estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas, estimuladas por la ley, actuaban en nuestros miembros para que produjéramos fruto para muerte,
6 pero ahora hemos quedado libres de la ley estando muertos a lo que nos tenía sujetos, para que desde ahora atendamos a lo nuevo del Espíritu, y no al antiguo orden de la letra.
7 ¿Qué, pues, diremos? ¿La ley es pecado? ¡De ninguna manera! Sin embargo, yo no hubiera aprendido lo que es el pecado si no fuera por la ley, porque no hubiera tenido consciencia de lo que es la codicia si la ley no dijera: NO CODICIARÁS,
8 porque el pecado, por medio de este mandamiento, encontró ocasión y consumó en mí toda codicia, porque sin la ley el pecado estaba muerto.
9 Y antes yo vivía sin la ley, pero al venir el mandamiento, el pecado vino a la vida
10 y yo morí; y encontré que el mandamiento que era para vida, resultó para muerte,
11 porque el pecado encontró ocasión mediante el mandamiento, provocando que yo me extraviara, y mediante él me mató.
12 De modo que la ley es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno.
13 Así pues, ¿lo que es bueno llegó a ser muerte para mí? ¡De ninguna manera! Más bien el pecado, para que se mostrara como pecado, consumó la muerte en mí mediante lo que es bueno, para que mediante el mandamiento el pecado fuera sobremanera condenado.
14 Porque sabemos que la ley es espiritual, pero yo soy carnal y estoy vendido al pecado,
15 porque no entiendo lo que hago, pues no hago lo que yo deseo sino que lo que detesto eso hago,
16 y si hago lo que no deseo, testifico que la ley es buena.
17 Pero ahora, no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí,
18 porque yo sé que el bien no habita en mí, es decir, en mi carne, porque el desear el bien me resulta fácil, pero no puedo ponerlo por obra,
19 ya que no hago el bien que deseo hacer, sino que hago el mal que no deseo hacer,
20 pero si hago lo que no deseo, no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí.
21 Encuentro, pues, una ley que está de acuerdo con mi mente que desea que haga el bien, debido a que el mal está cercano a mí.
22 Porque conforme al hombre interior, yo me regocijo en la ley de Dios,
23 pero veo en mis miembros otra ley, la cual combate a la ley de mi mente, y me hace cautivo de la ley del pecado que está en mis miembros.
24 ¡Soy un hombre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?
25 Gracias doy a Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, porque ahora yo en mi mente soy siervo de la ley de Dios, aunque en mi carne sea siervo de la ley del pecado.

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