Apocalipsis  16 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 21 versitos |
1 Luego escuché una potente voz que dijo a los siete ángeles: Vayan y derramen las siete copas de la ira de Dios sobre la tierra.
2 El primero fue y derramó su copa sobre la tierra, y una úlcera maligna y dolorosa se produjo en los hombres que tenían la marca de la bestia salvaje y que adoraban su imagen.
3 Y el segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y se convirtió en sangre como de muerto, y toda criatura viviente que había en el mar murió.
4 Después el tercer ángel derramó su copa en los ríos y en las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre.
5 Y escuché al ángel de las aguas que dijo: Justo y Santo eres tú, el que eres y que eras, porque has juzgado estas cosas,
6 porque ellos derramaron la sangre de santos y de profetas, y tú les has dado a beber sangre, pues lo merecen.
7 Y escuché al altar que dijo: Sí, Señor Dios Todopoderoso, tu juicio es verdadero y justo.
8 Entonces el cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, y se le permitió que quemara a los hombres con fuego;
9 y los hombres fueron quemados por el intenso calor, y los hombres blasfemaron el Nombre de Dios, que tiene el dominio sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.
10 Después el quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia salvaje, y su reino se convirtió en tinieblas, y ellos se mordían la lengua a causa del dolor,
11 y blasfemaron contra el Dios del Cielo por causa de sus dolores y de sus úlceras, y no se arrepintieron de sus acciones.
12 El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates, y sus aguas se secaron para que el camino para los reyes de oriente estuviera listo.
13 Entonces vi que surgieron de la boca del dragón, de la boca de la bestia salvaje y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos semejantes a ranas,
14 porque son espíritus de espíritus malignos que realizan prodigios, que van a los reyes de todo el mundo habitado para reunirlos para la batalla del gran día del Dios Todopoderoso.
15 (He aquí, yo vengo como ladrón. Dichoso el que vela y preserva sus vestiduras para no andar desnudo y que vean su desnudez).
16 Y los reunieron en el lugar llamado en hebreo Armagedón.
17 Después el séptimo ángel derramó su copa por el aire, y una potente voz salió del templo, del trono, que decía: ¡Hecho está!
18 Entonces hubo relámpagos, truenos, ruidos y un gran terremoto, tal como no lo había habido desde que los hombres han estado sobre la tierra. Fue tan grande este terremoto,
19 que la gran ciudad fue dividida en tres partes, y la ciudad de las naciones fue derrumbada. Entonces fue recordada delante de Dios la gran Babilonia, para darle la copa del vino del furor de su ira.
20 Y toda isla huyó, y las montañas no fueron encontradas.
21 Luego vino del cielo sobre los hombres un enorme granizo, como de un talento, y los hombres blasfemaron contra Dios por causa de la plaga del granizo, porque su sufrimiento era muy grande.

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Introducción a Apocalipsis 

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