Jeremías  3 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 25 versitos |
1 Si un hombre se divorcia de su esposa, y ella se va de su lado y se casa con otro hombre, ¿podrá él volver con ella de nuevo? ¿No habrá quedado esa tierra profanada del todo? Pues tú te has prostituido con muchos pastores. Regresa a mí —declara Yahweh.
2 Levanta tus ojos hacia los senderos, y mira dónde no has cometido abominación. A un lado de los senderos te sentabas para ellos como cuervo en el desierto, profanando la tierra con tu prostitución.
3 Han sido detenidas las lluvias a causa de tu maldad, y no hubo lluvia temprana. Tenías la frente de una prostituta; no quisiste reprimirte.
4 He aquí, ahora me llamas: “Padre mío, tú eres el que me ha criado desde mi juventud.
5 “¿Acaso retendrá su ira permanentemente? ¿La retendrá para siempre?” He aquí, así hablaste, pero hiciste lo malo y te has fortalecido.
6 Y en el tiempo del rey Josías, Yahweh me dijo: Tú viste lo que ha hecho la moradora de Israel. Ella ha ido a todo monte alto y debajo de todo árbol frondoso para fornicar allí.
7 Y dije: “Regresará a mí, luego que haya hecho todas estas cosas”; pero no regresó; entonces Judá su hermana vio su falsedad,
8 y miró todas sus obras. Y puesto que la moradora de Israel ha cometido adulterio, la dejé y le di carta de divorcio; sin embargo, su pérfida hermana Judá no ha tenido temor; del mismo modo ella se ha marchado y se ha prostituido.
9 Puesto que ha sido lujuriosa, profanó la tierra con su prostitución, cometiendo adulterio con piedras y con pedazos de madera.
10 Y ni siquiera después de todas estas cosas, su pérfida hermana Judá regresó a mí con todo su corazón, sino con falsedad —declara Yahweh.
11 Entonces Yahweh me dijo: Más justa ha sido el alma de la moradora de Israel que la de su pérfida hermana Judá.
12 Ve y pregona estas palabras al norte, diciendo: “Vuelve moradora de Israel” —declara Yahweh—, “y no seré severo con ustedes, porque yo soy bueno —declara Yahweh— y no retendré mi ira permanentemente.
13 “Sólo reconoce tus pecados, porque pecaste contra Yahweh tu Dios. Te extraviaste en tu conducta en pos de extranjeros debajo de todo árbol frondoso, y no obedeciste mi voz” —declara Yahweh.
14 “Vuélvanse, hijos extraviados” —declara Yahweh—, “porque me agradé de ustedes. Tomé a uno de ustedes de cada pueblo y dos de cada familia y los llevé a Sion.
15 “Entonces les pondré pastores conforme a mi corazón, que los apacentarán con conocimiento y con entendimiento.
16 “Y acontecerá en aquellos días —declara Yahweh— que cuando fructifiquen y se multipliquen en la tierra, no dirán más: ‘Arca del pacto de Yahweh’, ni subirá al corazón, ni la recordarán, ni la visitarán, ni la volverán a hacer.
17 “En aquel tiempo llamarán a Jerusalén: ‘Trono de Yahweh’. Y esperarán todas las naciones en el nombre de Yahweh, y no irán de nuevo tras los apetitos de su malvado corazón.
18 “En aquellos días caminará la casa de Judá con la casa de Israel, y vendrán juntas desde la tierra del norte a la tierra que entregué a sus padres por heredad.
19 “Y yo dije:
‘Te consideraré entre los hijos, y te entregaré una tierra selecta, la heredad de las riquezas de las huestes de las naciones’. Y dije: ‘Me llamarán Padre mío, y no se apartarán de andar en pos de mí’.
20 “Como una mujer traiciona a su compañero, oh hijos de Israel, de cierto así me han traicionado ustedes a mí” —declara Yahweh.
21 Se oye una voz en los senderos; llanto y clamor de la casa de Israel, pues han pervertido sus caminos y se han olvidado de Yahweh su Dios.
22 Vuélvanse, oh hijos extraviados, pues sanaré su extravío. Digan ellos: “He aquí, somos tuyos, porque tú eres Yahweh nuestro Dios”.
23 De cierto, falsedad son las colinas y la fuerza de las montañas; en verdad la salvación de Israel está en Yahweh nuestro Dios.
24 Sin embargo, el oprobio ha consumido el esfuerzo de nuestros padres desde su juventud: sus ovejas y sus toros, sus hijos y sus hijas.
25 Yaceremos con nuestro oprobio y nos cubrirá nuestra vergüenza, pues nosotros y nuestros padres hemos cometido pecado contra Yahweh nuestro Dios desde nuestra juventud hasta el día de hoy, y no hemos prestado atención a la voz de Yahweh nuestro Dios.

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Introducción a Jeremías 

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