Juan  5 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 47 versitos |
1 Después de esto, se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
2 Y había allí en Jerusalén un estanque cuyo nombre en hebreo es Betesda, el cual tenía cinco pórticos,
3 y en éstos mucha gente yacía enferma; ciegos, cojos y paralíticos que esperaban a que el agua se moviera,
4 porque un ángel bajaba al estanque de vez en cuando y movía el agua, y el primero en descender al estanque una vez que el agua se movía, era sanado de cualquier enfermedad que padeciera.
5 Se encontraba allí cierto varón que hacía treinta y ocho años estaba enfermo.
6 A éste, viéndolo Jesús tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo así, le preguntó: ¿Quieres ser sano?
7 El enfermo le respondió, diciendo: Sí, mi Señor, pero no tengo quién me meta al estanque cuando el agua es movida, sino que cuando yo llego, otro baja primero que yo.
8 Jesús le dijo: Ponte de pie, toma tu camilla y anda.
9 Y de inmediato el varón quedó sano, y levantándose tomó su camilla y anduvo. Y ese día era día de reposo.
10 Entonces los judíos le dijeron al que había sido sanado: Es día de reposo; no te es lícito cargar tu camilla.
11 Pero él, respondiendo les dijo: El mismo que me sanó, me dijo: “Toma tu camilla y anda”.
12 Entonces le preguntaron: ¿Quién es ese hombre que te dijo: “Toma tu camilla y anda”?,
13 pero el que había sido sanado ignoraba quién era Él, porque Jesús se había retirado de la gran multitud que estaba en aquel lugar.
14 Después de un tiempo, encontrándolo Jesús en el templo, le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más para que no te sobrevenga algo peor que lo primero.
15 Luego el varón fue y dijo a los judíos que Jesús era el que lo había sanado.
16 A causa de esto, los judíos perseguían a Jesús y lo buscaban para darle muerte, porque hacía estas cosas en día de reposo.
17 Pero Jesús les dijo: Mi Padre hasta ahora trabaja, y también yo trabajo.
18 Por esta causa, los judíos todavía más procuraban darle muerte, no solamente porque profanaba el día de reposo, sino porque también decía acerca de Dios que era su Padre, haciéndose a sí mismo igual a Dios.
19 Pero respondiéndoles Jesús, dijo: De cierto, de cierto les digo que el Hijo nada puede hacer por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre, porque las cosas que el Padre hace, ésas también hace el Hijo de igual modo.
20 Porque el Padre ama a su Hijo y le muestra todo lo que Él hace, y obras mayores que éstas le mostrará, de modo que ustedes se asombren,
21 porque así como el Padre levanta a los muertos y les da vida, así también el Hijo a los que Él quiere da vida,
22 porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio lo ha otorgado al Hijo,
23 para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
24 De cierto, de cierto les digo: El que escucha mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no va a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida.
25 De cierto, de cierto les digo: Viene el tiempo y ahora es, en el que los muertos escucharán la voz del Hijo de Dios, y los que la escuchen vivirán,
26 porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha concedido al Hijo el tener vida en sí mismo,
27 y le concedió autoridad para también ejecutar juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre.
28 No se admiren de esto, porque viene el tiempo en el que todos los que están en los sepulcros escucharán su voz,
29 y los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de salvación, pero los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.
30 Nada puedo hacer por mi propia cuenta, sino que como escucho, juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió.
31 Si testifico respecto a mí mismo, mi testimonio no es válido.
32 Otro es el que testifica acerca de mí, y sé que el testimonio que da respecto a mí es verdadero.
33 Ustedes mandaron preguntar a Juan, y él ha testificado acerca de la verdad,
34 pero yo no recibo testimonio de hombre alguno, sino que digo esto para que ustedes sean salvos.
35 Él era una lámpara que estaba encendida y alumbraba, y ustedes quisieron gloriarse en su luz por un tiempo,
36 pero yo tengo mayor testimonio que el de Juan, porque las obras que mi Padre me dio para que las lleve a cabo, esas obras que yo hago, testifican acerca de mí, de que es el Padre el que me envió,
37 y el Padre que me envió ha testificado acerca de mí. Ustedes nunca han escuchado su voz ni han visto su apariencia,
38 ni su palabra habita en ustedes, porque no creen en el que Él envió.
39 Escudriñen las Escrituras, por cuanto ustedes piensan que en ellas tienen la vida eterna, porque ellas testifican acerca de mí.
40 Pero no quieren venir a mí para que tengan vida eterna.
41 Yo no recibo alabanza de los hombres,
42 porque los conozco, que no hay amor de Dios en ustedes.
43 Yo he venido en el Nombre de mi Padre, y no me han recibido, pero si viniera otro en su propio nombre, a ése recibirían.
44 ¿Cómo pueden creer, cuando reciben alabanza unos de otros y no buscan la alabanza que procede del único Dios?
45 ¿Piensan ustedes que los acusaré delante del Padre? Hay uno que los acusa: Moisés, en quien ustedes han depositado su esperanza.
46 Porque si le creyeran a Moisés, a mí también me creerían, porque Moisés escribió acerca de mí;
47 pero si no creen a sus escritos, ¿cómo creerán a mis palabras?


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Introducción a Juan 

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