Juan  9 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 41 versitos |
1 Cuando Jesús pasaba, vio a un varón que era ciego desde el vientre de su madre,
2 y sus discípulos le preguntaron, diciendo: Maestro nuestro, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego?
3 Jesús les contestó: Ni él pecó, ni sus padres, sino que es para que se manifiesten en él las obras de Dios.
4 Me es necesario hacer las obras del que me envió mientras es de día. Viene la noche, cuando ninguno puede trabajar.
5 Mientras yo esté en el mundo, soy la luz del mundo.
6 Habiendo dicho estas cosas, escupió en el suelo, y haciendo lodo con su saliva, lo untó en los ojos del ciego.
7 Y le dijo: Ve al estanque de Siloé a lavarte; y el ciego fue a lavarse, y al regresar veía.
8 Y sus vecinos y los que anteriormente lo veían mendigar decían: ¿No es éste aquel que se sentaba y mendigaba?
9 Unos decían: Él es. Y otros decían: No, sino que se parece mucho a él. Pero él decía: Soy yo.
10 Le preguntaron ellos: ¿Cómo es que fueron abiertos tus ojos?
11 Él contestó, diciéndoles: Un varón llamado Jesús hizo lodo, y untándolo en mis ojos, me dijo: “Ve a lavarte en las aguas del Siloé”. Y fui y me lavé, y recibí la vista.
12 Luego le preguntaron: ¿Dónde se encuentra Él? Él les contestó: No sé.
13 Llevaron entonces ante los fariseos al que anteriormente había sido ciego,
14 porque cuando Jesús hizo lodo y abrió los ojos al ciego era día de reposo.
15 Entonces los fariseos nuevamente le preguntaron cómo había recibido la vista. Y él les respondió: Puso lodo en mis ojos; luego me lavé, y recibí la vista.
16 Y decían algunos de los fariseos: Este hombre no es de Dios, puesto que no respeta el día de reposo. Pero otros decían: ¿Cómo un hombre pecador puede hacer estas señales? Y había división entre ellos.
17 Otra vez le preguntaron al que había sido ciego: ¿Qué dices respecto al que te abrió los ojos? Él les contestó: Yo digo que es profeta.
18 Pero los judíos no le creían que hubiera sido ciego y que hubiera recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista,
19 y les preguntaron: ¿Éste es su hijo, el que dicen ustedes que nació ciego? ¿Cómo ahora ve?
20 Y sus padres contestaron, y dijeron: Sabemos que éste es nuestro hijo y que nació ciego,
21 pero cómo ve ahora, o quién le haya abierto sus ojos, lo ignoramos. Él ya tiene edad; pregúntenle. Él hablará por sí mismo.
22 (Sus padres dijeron esto porque tenían miedo de los judíos, porque los judíos se habían puesto de acuerdo en que si alguien confesaba que Jesús era el Cristo, sería expulsado de la sinagoga.
23 Por esta causa sus padres dijeron: “Edad tiene, pregúntenle”).
24 Por segunda vez llamaron al varón que había sido ciego, diciéndole: Da gloria a Dios, pues nosotros sabemos que ese hombre es un pecador.
25 Él les contestó, y dijo: Si es pecador, no lo sé. Pero sé una cosa: que yo era ciego, y he aquí que ahora veo.
26 Y de nuevo le preguntaron: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?
27 Él les contestó: Ya se los he dicho y no han prestado atención. ¿Por qué lo quieren escuchar nuevamente? ¿Acaso también quieren hacerse discípulos suyos?
28 Entonces ellos, insultándolo, le dijeron: Tú eres su seguidor, pero nosotros somos discípulos de Moisés.
29 Sabemos que Dios habló a Moisés, pero en cuanto a éste, ignoramos de dónde es.
30 El hombre les contestó, y dijo: Pues esto es lo sorprendente, que ustedes ignoren de dónde es y a mí me haya abierto los ojos.
31 Y sabemos que Dios no escucha la voz de los pecadores, pero al que tiene temor de Él y hace su voluntad, a ése escucha.
32 Desde la antigüedad no se había oído que un hombre abriera los ojos a un ciego de nacimiento.
33 Si éste no fuera de Dios, no hubiera podido hacer esto.
34 Ellos le contestaron, y dijeron: Tú naciste completamente en pecados, ¿y tú nos enseñas a nosotros? Y lo expulsaron.
35 Jesús se enteró de que habían expulsado al que había sido ciego, y cuando lo encontró, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios?
36 Y el que había sido sanado contestó, y dijo: ¿Quién es, Señor mío, para que yo crea en Él?
37 Jesús le contestó: Tú lo has visto, y el que está hablando contigo Él es.
38 Entonces él dijo: Yo creo, mi Señor. Y se postró y lo adoró.
39 Luego dijo Jesús: Para juicio de este mundo he venido, para que los que no ven, vean, y los que ven, se vuelvan ciegos.
40 Y escuchando esto algunos de los fariseos que estaban con Él, le preguntaron: ¿Acaso nosotros también somos ciegos?
41 Jesús les contestó: Si fueran ciegos, no tendrían pecado. Pero ahora, por cuanto dicen: “Vemos”, su pecado permanece.


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Introducción a Juan 

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