Genesis 42 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 38 versitos |
1 Al enterarse Jacob de que en Egipto había grano, dijo a sus hijos: ¿Qué hacéis pasmados?
2 He oído que hay grano en Egipto: Bajad allá y compradnos grano. Así viviremos y no moriremos.
3 Bajaron, pues, diez hermanos de José a comprar grano en Egipto.
4 Jacob no envió con sus hermanos a Benjamín, hermano de José, no le fuera a suceder alguna desgracia.
5 Los hijos de Israel llegaron en medio de otros viajeros a comprar grano, porque en el país cananeo se pasaba hambre.
6 En el país mandaba José, él vendía el grano a todo el mundo; así que los hermanos de José llegaron y se postraron ante él rostro en tierra.
7 Al ver a sus hermanos, José los reconoció, pero disimuló y les habló con dureza: ¿De dónde venís? Contestaron: De Canaán, a comprar alimentos.
8 José reconoció a sus hermanos, pero ellos no lo reconocieron.
9 Se acordó José de los sueños que había soñado sobre ellos y les dijo: ¡Sois espías! Habéis venido a inspeccionar las zonas desguarnecidas del país.
10 Le contestaron: ¡De ningún modo, señor! Tus servidores han venido a comprar alimentos.
11 Somos todos hijos de un mismo padre, gente honrada; tus servidores no son espías.
12 Replicó: ¿Cómo que no? Habéis venido a inspeccionar las zonas desguarnecidas del país.
13 Le dijeron: Éramos doce hermanos tus servidores, hijos del mismo padre, de Canaán. El menor se ha quedado con su padre, otro ha desaparecido.
14 Respondió José: Lo que yo os decía, que sois espías.
15 Os pondré a prueba: no saldréis de aquí, ¡por vida del faraón!, si no viene acá vuestro hermano menor.
16 Despachad a uno de vosotros por vuestro hermano, mientras vosotros quedáis presos. Así probaréis que habéis dicho la verdad; de lo contrario, ¡por vida del faraón!, sois espías.
17 Y los hizo encarcelar por tres días.
18 Al tercer día José les dijo: Haced lo siguiente y quedaréis con vida, que yo respeto a Dios.
19 Si sois gente honrada, uno de los hermanos quedará aquí encarcelado y los demás iréis a llevar grano a vuestras familias hambrientas.
20 Pero me traeréis a vuestro hermano menor. Así probaréis que habéis dicho la verdad y no moriréis. Ellos accedieron.
21 Y se decían: Estamos pagando el delito contra nuestro hermano: cuando lo veíamos suplicarnos angustiado y no le hicimos caso. Ahora nos toca a nosotros estar angustiados.
22 Les respondió Rubén: ¿No os decía yo que no pecaseis contra vuestro hermano? Pero no me hicisteis caso. Ahora nos piden cuentas de su sangre.
23 No sabían que José los entendía, porque había usado intérprete para hablar con ellos.
24 Él se retiró y lloró; después volvió para hablarles. Escogió a Simeón y lo hizo encadenar en su presencia.
25 José mandó que les llenaran los sacos de grano, que metieran el dinero pagado en cada saco y que les dieran provisiones para el viaje. Así se hizo.
26 Ellos cargaron el grano en los asnos y se marcharon.
27 En la posada uno de ellos abrió el saco para dar pienso al asno y descubrió el dinero en la boca del costal.
28 Y dijo a sus hermanos: ¡Me han devuelto el dinero! Se les encogió el corazón del susto y se dijeron: ¿Qué es lo que nos ha hecho Dios?
29 Llegados a casa de su padre Jacob, en Canaán, le contaron todo lo sucedido:
30 El señor del país nos habló con dureza declarándonos espías de su tierra.
31 Le contestamos que somos gente honrada, que no somos espías.
32 Que éramos doce hermanos, hijos de un padre; que uno había desaparecido y el menor se había quedado con su padre en Canaán.
33 El señor del país nos contestó: Así sabré que sois gente honrada: dejaréis conmigo a uno de los hermanos, llevaréis provisiones a vuestras familias hambrientas
34 y me traeréis a vuestro hermano menor. Así sabré que no sois espías, sino gente honrada; entonces les devolveré a vuestro hermano y podréis comerciar en mi país.
35 Cuando vaciaron los sacos, encontró cada uno una bolsa de dinero en su saco. Viendo las bolsas del dinero, ellos y su padre se asustaron.
36 Jacob, su padre, les dijo: ¡Me dejáis solo! ¡José ha desaparecido, Simeón ha desaparecido y ahora quieren llevarse a Benjamín. Todo se vuelve contra mí!
37 Rubén contestó a su padre: Da muerte a mis dos hijos si no te lo traigo. Ponlo en mis manos y te lo devolveré.
38 Contestó: ¡Mi hijo no bajará con vosotros! Su hermano ha muerto y sólo me queda él. Si le sucede una desgracia en el viaje que emprendéis, de la pena daréis con mis canas en la tumba.

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Introducción a Genesis

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