Jeremías  33 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 26 versitos |
1 Mientras Jeremías estaba todavía detenido en el atrio de la guardia, el Señor le dirigió la palabra:
2 Así dice el Señor, que hizo la tierra, la formó y la estableció; su nombre es Señor.
3 Grítame, y te contestaré, te comunicaré cosas grandes e inaccesibles que no conoces.
4 Porque así dice el Señor de Israel a las casas de esta ciudad y a los palacios reales de Judá, ahora arrasados por el asedio y la espada:
5 Ahora vienen a pelear contra ella los caldeos, y a llenarla de cadáveres humanos; porque yo la herí con ira y cólera, oculté mi rostro a esta ciudad, por todas sus maldades.
6 Yo mismo le traeré restablecimiento y curación, y les revelaré un rebose de paz y de fidelidad.
7 Cambiaré la suerte de Judá y la suerte de Israel, y los edificaré como en otro tiempo;
8 los purificaré de todos los crímenes que cometieron contra mí, les perdonaré todos los crímenes que cometieron contra mí, rebelándose contra mí.
9 Jerusalén será título de gozo, alabanza y honor, para mí y para todas las naciones de la tierra que oigan contar todo el bien que les he hecho, y los temerán y respetarán, por todo el bien y la paz que les he dado.
10 Así dice el Señor: En este lugar del que decís que está en ruinas, sin hombres ni ganado; en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, ahora desoladas, sin hombres ni ganado,
11 todavía se escuchará la voz alegre y la voz gozosa, la voz del novio y la voz de la novia; la voz de los que cantan al entrar con acción de gracias en el templo: Dad gracias al Señor Todopoderoso, porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Porque cambiaré la suerte de esta tierra, haciéndola como antes, dice el Señor.
12 Así dice el Señor Todopoderoso: En este lugar, ahora arruinado, sin hombres ni ganado, y en todas las ciudades, todavía habrá majadas de pastores que recogen sus ovejas.
13 Por las poblaciones de la Sierra, de la Sefela, del Negueb, por el territorio de Benjamín, por el distrito de Jerusalén y por las ciudades de Judá, todavía pasarán las ovejas junto al que las cuenta -dice el Señor-.
14 Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que cumpliré la promesa que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá.
15 En aquellos días y en aquella hora suscitaré a David un vástago legítimo que hará justicia y derecho en la tierra.
16 En aquellos días se salvará Judá y en Jerusalén vivirán tranquilos, y la llamarán así: Señor-nuestra-justicia.
17 Porque así dice el Señor: No faltará a David un sucesor que se siente en el trono de la casa de Israel.
18 De los sacerdotes y levitas no faltará quien ofrezca en mi presencia holocaustos, inciense las ofrendas y haga sacrificios todos los días.
19 El Señor dirigió la palabra a Jeremías:
20 Así dice el Señor: Si puede romperse mi alianza con el día y la noche, de modo que no haya día y noche a su tiempo,
21 también se romperá la alianza con David, mi siervo, de modo que le falte sucesor en el trono, y la alianza con los sacerdotes y levitas, mis ministros.
22 Como las estrellas del cielo, incontables; como las arenas de la playa, innumerables; multiplicaré la descendencia de mi siervo David y de los levitas que me sirven.
23 El Señor dirigió la palabra a Jeremías:
24 ¿No oyes lo que dice este pueblo? Las dos familias que el Señor había elegido las ha rechazado. Así desprecian a mi pueblo y no lo consideran como nación.
25 Así dice el Señor: Como es cierto que creé el día y la noche y establecí las leyes del cielo y la tierra,
26 también es cierto que no rechazaré a la estirpe de Jacob y de mi siervo David, dejando de escoger entre su descendencia los jefes de la estirpe de Abrahán, Isaac y Jacob. Porque cambio su suerte y les tengo compasión.

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Introducción a Jeremías 

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