Cantares  7 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 14 versitos |
1 Vuélvete, vuélvete Sulamita; vuélvete, vuélvete, para que te veamos. ¿Qué miráis en la Sulamita cuando danza en medio de dos coros?
2 Tus pies hermosos en las sandalias, hija de príncipes; la curva de tus caderas una alhaja, labor artesana de un orfebre;
3 tu ombligo, copa redonda rebosando licor, y tu vientre, montón de trigo rodeado de azucenas;
4 tus pechos, crías mellizas de gacela;
5 tu cuello, torre de marfil; tus ojos, dos albercas de Jesbón, junto a la Puerta Mayor; tu nariz, saliente del Líbano que mira hacia Damasco;
6 tu cabeza se yergue semejante al Carmelo; tus cabellos de púrpura, con sus trenzas, cautivan a un rey.
7 ¡Qué hermosa estás, qué bella, amor en medio de las delicias!
8 Tu talle es de palmera; tus pechos, los racimos.
9 Yo pensé: treparé a la palmera a recoger sus dátiles; son para mí tus pechos racimos de uvas, tu aliento, aroma de manzanas,
10 ¡Ay, tu boca es vino generoso que fluye acariciando y me moja los labios y los dientes!
11 Yo soy de mi amado y él me busca con pasión.
12 Amado mío, ven, vamos al campo, al abrigo de enebros pasaremos la noche,
13 madrugaremos para ver las viñas, para ver si las vides ya florecen, si ya se abren las yemas y si echan flores los granados, y allí te daré mi amor...
14 Perfuman las mandrágoras y a la puerta hay mil frutas deleitosas, frutas secas y frescas que he guardado, mi amado, para ti.

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Introducción a Cantares 

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