I Samuel 17 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 58 versitos |
1 Los filisteos reunieron su ejército para la guerra; se concentraron en Soco de Judá y acamparon entre Soco y Azecá, en Fesdamín.
2 Saúl y los israelitas se reunieron y acamparon en el valle de Elá, y formaron para la batalla contra los filisteos.
3 Los filisteos tenían sus posiciones en un monte y los israelitas en el otro, con el valle de por medio.
4 Del ejército filisteo se adelantó un luchador, llamado Goliat, oriundo de Gat, de casi tres metros de alto.
5 Llevaba un casco de bronce en la cabeza, una cota de malla de bronce que pesaba medio quintal,
6 grebas de bronce en las piernas y una jabalina de bronce a la espalda;
7 el asta de su lanza era como la percha de un tejedor y su punta de hierro pesaba unos seis kilos. Su escudero caminaba delante de él.
8 Goliat se detuvo y gritó a las filas de Israel: ¡No hace falta que salgáis formados a luchar! Yo soy el filisteo, vosotros los esclavos de Saúl. Elegíos uno que baje hasta mí;
9 si es capaz de pelear conmigo y me vence, seremos esclavos vuestros; pero si yo le puedo y lo venzo, seréis esclavos nuestros y nos serviréis.
10 Y siguió: ¡Yo desafío hoy al ejército de Israel! ¡Echadme uno, y lucharemos mano a mano!
11 Saúl y los israelitas oyeron el desafío de aquel filisteo y se llenaron de miedo.
12 David era hijo de un efrateo de Belén de Judá, llamado Jesé, que tenía ocho hijos, y cuando reinaba Saúl era ya viejo, de edad avanzada;
13 sus tres hijos mayores habían ido a la guerra siguiendo a Saúl; se llamaban Eliab el primero, Abinadab el segundo y Samá el tercero.
14 David era el más pequeño. Los tres mayores habían seguido a Saúl;
15 David iba y venía del frente a Belén, para guardar el rebaño de su padre.
16 El filisteo se aproximaba y se plantaba allí mañana y tarde; llevaba ya haciéndolo cuarenta días.
17 Jesé dijo a su hijo David: Toma media fanega de grano tostado y estos diez panes, y llévaselos a tus hermanos al frente,
18 y estos diez quesos llévaselos al comandante. Ve a ver cómo están tus hermanos y toma el recibo que te den.
19 Saúl está con ellos y con los soldados de Israel en el valle de Elá, luchando contra los filisteos.
20 David madrugó, dejó el rebaño al cuidado del rabadán, cargó y se marchó, según el encargo de Jesé. Cuando llegaba al cercado de los carros, los soldados salían a formar, lanzando el alarido de guerra.
21 Israelitas y filisteos formaron frente a frente.
22 David dejó su carga al cuidado de los de intendencia, corrió hacia las filas y preguntó a sus hermanos qué tal estaban.
23 Mientras hablaba con ellos, un luchador, el filisteo llamado Goliat, oriundo de Gat, subió de las filas del ejército filisteo y empezó a decir aquello. David lo oyó; los israelitas,
24 al ver a aquel hombre huyeron aterrados.
25 Uno dijo: ¿Habéis visto a ese hombre que sube? Pues, ¡Sube a desafiar a Israel! Al que lo venza, el rey lo colmará de riquezas, le dará su hija y librará de impuestos a la familia de su padre en Israel.
26 David preguntó a los que estaban con él: ¿Qué le darán al que venza a ese filisteo y salve la honra de Israel? Porque, ¿quién es ese filisteo incircunciso para desafiar al ejército del Dios vivo?
27 Los soldados le repitieron lo mismo: Al que lo venza le darán tal premio.
28 Eliab, el hermano mayor, lo oyó hablar con los soldados y se le enfadó: ¿Por qué has venido? ¿A quién dejaste aquellas cuatro ovejas en el páramo? Ya sé que eres un presumido y qué es lo que pretendes: has venido a contemplar la batalla.
29 David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? Estaba preguntando.
30 Se volvió hacia otro y preguntó: ¿Qué es lo que dicen? Los soldados le respondieron lo mismo que antes.
31 Cuando se corrió lo que decía David, se lo contaron a Saúl, que lo mandó llamar.
32 David dijo a Saúl: Majestad, no os desaniméis. Este servidor tuyo irá a luchar con ese filisteo.
33 Pero Saúl respondió: No podrás acercarte a ese filisteo para luchar con él, porque eres un muchacho, y él es un guerrero desde mozo.
34 David le replicó: Tu servidor es pastor de las ovejas de mi padre, y si viene un león o un oso y se lleva una oveja del rebaño,
35 salgo tras él, lo apaleo y se la quito de la boca, y si me ataca, lo agarro por la melena y lo golpeo hasta matarlo.
36 Tu servidor ha matado leones y osos; ese filisteo incircunciso será uno más, porque ha desafiado a las huestes del Dios vivo.
37 Y añadió: El Señor, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, me librará de las manos de ese filisteo. Entonces Saúl le dijo: Anda con Dios.
38 Luego vistió a David con su uniforme, le puso un casco de bronce en la cabeza, lo puso una loriga,
39 y le ciñó su espada sobre el uniforme. David intentó en vano caminar, porque no estaba entrenado, y dijo a Saúl: Con esto no puedo caminar, porque no estoy entrenado. Entonces se quitó todo de encima,
40 agarró su cayado, escogió cinco cantos del arroyo, se los echó al zurrón, empuñó la honda y se acercó al filisteo.
41 Éste, precedido de su escudero, iba avanzando acercándose a David;
42 lo miró de arriba abajo y lo despreció, porque era un muchacho de buen color y guapo,
43 y le gritó: ¿Soy yo, acaso, un perro para que vengas a mí con un palo? Luego maldijo a David invocando a sus dioses,
44 y le dijo: Ven acá, y echaré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo.
45 Pero David le contestó: Tú vienes hacia mí armado de espada, lanza y jabalina; yo voy hacia ti en nombre del Señor Todopoderoso, Dios de las huestes de Israel, a las que has desafiado.
46 Hoy te entregará el Señor en mis manos, te venceré, te arrancaré la cabeza de los hombros y echaré tu cadáver y los del campamento filisteo a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, y todo el mundo reconocerá que hay un Dios en Israel,
47 y todos los aquí reunidos reconocerán que el Señor da la victoria sin necesidad de espadas ni lanzas, porque ésta es una guerra del Señor, y él os entregará en nuestro poder.
48 Cuando el filisteo se puso en marcha y se acercaba en dirección de David, éste salió de la formación y corrió velozmente en dirección del filisteo;
49 echó mano al zurrón, sacó una piedra disparó la honda y le pegó al filisteo en la frente: la piedra se le clavó en la frente, y cayó de bruces en tierra.
50 Así venció David al filisteo, con la honda y una piedra; lo mató de un golpe, sin empuñar espada.
51 David corrió y se paró junto al filisteo, le agarró la espada, la desenvainó y lo remató, cortándole la cabeza. Los filisteos, al ver que había muerto su guerrero, huyeron.
52 Entonces los soldados de Israel y Judá, en pie, lanzaron el alarido de guerra y persiguieron a los filisteos hasta la entrada de Gat y hasta las puertas de Ecrón; los filisteos cayeron heridos por el camino de Saaraym hasta Gat y Ecrón.
53 Los israelitas dejaron de perseguir a los filisteos y se volvieron para saquearles el campamento.
54 David agarró la cabeza del filisteo y la llevó a Jerusalén, las armas las guardó en su tienda.
55 Cuando Saúl vio a David salir al encuentro del filisteo, preguntó a Abner, general del ejército: Abner, ¿de quién es hijo ese muchacho? Abner respondió: ¡Por vuestra vida, majestad!, no lo sé.
56 El rey le dijo: Pregunta de quién es hijo el muchacho.
57 Cuando David volvió de matar al filisteo, Abner lo llevó a presentárselo a Saúl, con la cabeza del filisteo en la mano.
58 Saúl le preguntó: ¿De quién eres hijo, muchacho? David respondió: De tu servidor Jesé, el de Belén.

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