Efesios  2 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 22 versitos |
1 También vosotros un tiempo estabais muertos por vuestros pecados y transgresiones.
2 Seguíais la conducta de este mundo y los dictados del jefe que manda en el aire, el espíritu que actúa en los rebeldes.
3 Lo mismo que ellos, también nosotros seguíamos los impulsos del instinto, ejecutábamos los deseos y pensamientos del instinto, y naturalmente, éramos objeto de ira como los demás.
4 Pero Dios, rico en misericordia, por el gran amor que nos tuvo,
5 estando nosotros muertos por nuestros pecados, nos hizo revivir con el Mesías ¡de balde os han salvado! ;
6 con el Mesías Jesús nos resucitó y nos sentó en el cielo,
7 para que se revele a los siglos venideros la extraordinaria riqueza de su gracia y la bondad con que nos trató por medio del Mesías Jesús.
8 De balde os han salvado por la fe, no por mérito vuestro, sino por don de Dios;
9 no por las obras, para que nadie se jacte.
10 Somos obra suya, creados por medio del Mesías Jesús para realizar las buenas acciones que Dios nos había asignado como tarea.
11 Por tanto, vosotros los que un tiempo erais paganos de cuerpo, llamados incircuncisos por los que se llamaban circuncisos de cuerpo, recordad
12 que entonces vivíais sin Mesías, excluidos de la ciudadanía de Israel, ajenos a la alianza y sus promesas, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
13 Ahora, gracias al Mesías Jesús y en virtud de su sangre, los que un tiempo estabais lejos, estáis cerca.
14 Él es nuestra paz, el que de dos hizo uno, derribando con su cuerpo el muro divisorio, la hostilidad;
15 anulando la ley con sus preceptos y cláusulas, creando así en su persona, de dos una sola y nueva humanidad, haciendo las paces.
16 Por medio de la cruz, dando muerte en su persona a la hostilidad, reconcilió a los dos con Dios, haciéndolos un solo cuerpo.
17 Vino y anunció la paz a vosotros, los lejanos, la paz a los cercanos.
18 Ambos con el mismo Espíritu y por medio de él tenemos acceso al Padre.
19 De modo que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los consagrados y de la familia de Dios;
20 edificados sobre el cimiento de los apóstoles, con el Mesías Jesús como piedra angular.
21 Por él todo el edificio bien trabado crece hasta ser templo consagrado al Señor,
22 por él vosotros entráis con los otros en la construcción para ser morada espiritual de Dios.

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