Judas 1 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 25 versitos |
1 De Judas, siervo de Jesucristo, hermano de Santiago, a los elegidos que Dios Padre ama y Jesucristo custodia:
2 misericordia, paz y amor abundantes.
3 Queridos, en mi empeño por escribiros acerca de nuestra salvación compartida, juzgué necesario escribiros exhortándoos a luchar por la fe que los santos recibieron de una vez para siempre.
4 Pues se han insinuado unos individuos, hace tiempo fichados para esta sentencia: hombres sin religión, que traducen el favor de nuestro Dios en desenfreno y reniegan de nuestro único amo, nuestro Señor Jesucristo.
5 Quiero recordaros lo que aprendisteis de una vez para siempre: el salvador sacó de Egipto al pueblo, pero después acabó con los incrédulos.
6 A los ángeles que no conservaron su rango y abandonaron su morada los tiene guardados en tinieblas, con cadenas perpetuas, para el juicio del gran día.
7 De modo semejante Sodoma y Gomorra y las ciudades limítrofes: fornicaron, se dieron a vicios contra la naturaleza y ahora sufren la pena de un fuego eterno para escarmiento de otros.
8 Y así, también éstos, perdidos en sus sueños, mancillan el cuerpo, desprecian la autoridad, e insultan a los Gloriosos.
9 Cuando el arcángel Miguel se disputaba con el Diablo el cuerpo de Moisés, no se atrevió a condenarlo con insultos, sino que dijo: El Señor te reprima.
10 Éstos, en cambio, maldicen lo que no conocen y, como animales irracionales, se corrompen con lo que perciben por los sentidos.
11 ¡Ay de ellos! Siguieron la senda de Caín; por la paga se entregaron al extravío de Balaán; perecieron por rebeldía como Córaj.
12 Éstos son los que contaminan vuestros convites, cebándose y apacentándose sin respetos; nubes arrastradas por los vientos sin dar agua; árboles en otoño sin fruto; remuertos y arrancados de raíz;
13 olas encrespadas del mar con la espuma de sus desvergüenzas; estrellas fugaces cuyo destino perpetuo son lóbregas tinieblas.
14 De ellos profetizó Enoc, el séptimo descendiente de Adán: Mirad que llega el Señor con sus miríadas de santos,
15 para juzgar a todos, para probar la culpa de todos los impíos, por todas las impiedades que han cometido, por todas las insolencias que han pronunciado contra él los impíos pecadores.
16 Éstos son los que protestan quejándose de su suerte y dejándose llevar de sus pasiones. Su boca profiere insolencias y si alaban a las personas, es por interés.
17 Vosotros, queridos, recordad lo que anunciaron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo:
18 En los últimos tiempos habrá hombres cínicos que seguirán sus pasiones impías.
19 Ésos son los que provocan discordias, sensuales, sin espíritu.
20 Vosotros, en cambio, queridos, edificad vuestra existencia sobre la santísima fe; orad movidos por el Espíritu Santo;
21 manteneos en el amor de Dios, esperad de la misericordia de nuestro Señor Jesucristo la vida eterna.
22 A los que dudan compadecedlos;
23 a unos salvadlos arrancándolos del fuego, a otros compadecedlos con cautela; aborreced aun la túnica contaminada por su contacto.
24 Al que puede custodiaros sin tropiezos y presentaros ante su gloria sin mancha y gozosos,
25 al Dios único, que nos salvó por Jesucristo Señor nuestro, gloria, majestad, poder y autoridad desde la eternidad, ahora y por los siglos. Amén.

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Introducción a Judas

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