Mateo 18 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 35 versitos |
1 En aquel tiempo los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: ¿Quién es el más grande en el reino de Dios?
2 Él llamó a un niño, lo colocó en medio de ellos
3 y dijo: Os aseguro que si no os convertís y os hacéis como los niños, no entraréis en el reino de Dios.
4 Quien se humille como este niño, es el más grande en el reino de Dios.
5 Y el que acoja a uno de estos niños en atención a mí, a mí me acoge.
6 Pero a quien escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgasen al cuello una piedra de molino y lo arrojaran al fondo del mar.
7 ¡Ay del mundo por los escándalos! Es inevitable que sucedan escándalos. Pero, ¡ay del hombre por quien viene el escándalo!
8 Si tu mano o tu pie te son ocasión de caer, córtatelo y tíralo lejos de ti. Más te vale entrar en la vida manco o cojo que con dos manos o dos pies ser arrojado al fuego eterno.
9 Si tu ojo te es ocasión de caer, sácatelo y tíralo lejos de ti. Más te vale entrar en la vida tuerto que con dos ojos ser arrojado al horno de fuego.
10 Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños. Pues os digo que sus ángeles en el cielo contemplan continuamente el rostro de mi Padre del cielo.
11 [[Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que estaba perdido.
12 ¿Qué os parece? Supongamos que un hombre tiene cien ovejas y se le extravía una: ¿no dejará las noventa y nueve en la ladera para ir a buscar la extraviada?
13 Y si llega a encontrarla, os aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve no extraviadas.
14 Del mismo modo, vuestro Padre del cielo no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.
15 Si tu hermano te ofende, ve y amonéstalo, tú y él a solas. Si te escucha has ganado a tu hermano.
16 Si no te hace caso, hazte acompañar de uno o dos, para que el asunto se resuelva por dos o tres testigos.
17 Si no les hace caso, informa a la comunidad. Y si no hace caso a la comunidad considéralo un pagano o un recaudador.
18 Os aseguro que lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.
19 Os digo también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir cualquier cosa, mi Padre del cielo se la concederá.
20 Pues donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo, en medio de ellos.
21 Entonces se acercó Pedro y le preguntó: Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarle? ¿Hasta siete veces?
22 Le contestó Jesús: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
23 Pues bien, el reino de Dios se parece a un rey que decidió ajustar cuentas con sus criados.
24 Nada más empezar, le presentaron uno que le adeudaba diez mil monedas de oro.
25 Como no tenía con qué pagar, mandó el rey que vendieran a su mujer, sus hijos y todas sus posesiones para pagar la deuda.
26 El criado se prosternó ante él suplicándole: ¡Ten paciencia conmigo, que te lo pagaré todo!
27 Compadecido de aquel criado, el rey lo dejó ir y le perdonó la deuda.
28 Al salir, aquel criado tropezó con otro criado que le debía cien monedas. Lo agarró del cuello y mientras lo ahogaba le decía: ¡Págame lo que me debes!
29 Cayendo a sus pies, el compañero le suplicaba: ¡Ten paciencia conmigo y te lo pagaré!
30 Pero el otro se negó y lo hizo meter en la cárcel hasta que pagara la deuda.
31 Al ver lo sucedido, los otros criados se sintieron muy mal y fueron a contarle al rey todo lo sucedido.
32 Entonces el rey lo llamó y le dijo: ¡Criado perverso, toda aquella deuda te la perdoné porque me lo suplicaste!
33 ¿No debías tú que tener compasión de tu compañero como yo la tuve de ti?
34 E indignado, el rey lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.
35 Así os tratará mi Padre del cielo si no perdonáis de corazón cada uno a su hermano.

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