Jeremías  31 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 40 versitos |
1 En aquel tiempo -oráculo del Señor- seré el Dios de todas las tribus de Israel y ellas serán mi pueblo.
2 Así dice el Señor: El pueblo escapado de la espada alcanzó favor en el desierto: Israel camina a su descanso,
3 el Señor se le apareció desde lejos. Con amor eterno te amé, por eso prolongué mi lealtad;
4 te reconstruiré y quedarás construida, capital de Israel; de nuevo saldrás enjoyada a bailar con panderos en corros;
5 de nuevo plantarás viñas en los montes de Samaría, y los que las plantan las cosecharán.
6 ¡Es de día!, gritarán los centinelas en la sierra de Efraín: en pie, a Sión, a visitar al Señor, nuestro Dios.
7 Así dice el Señor: Gritad jubilosos por Jacob, regocijaos por el primero de los pueblos, pregonad, alabad, decid: El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel.
8 Yo os traeré del país del norte, os reuniré de los rincones del mundo. Qué gran multitud retorna; entre ellos hay ciegos y cojos, preñadas y paridas;
9 si marcharon llorando, los conduciré entre consuelos, los guiaré hacia torrentes, por vía llana y sin tropiezos. Seré un padre para Israel, Efraín será mi primogénito.
10 Escuchad, pueblos, la Palabra del Señor, anunciadla, islas remotas: El que esparció a Israel lo reunirá, lo guardará como pastor a su rebaño;
11 el Señor redimió a Jacob, lo rescató de una mano más fuerte,
12 y vendrán entre aclamaciones a la altura de Sión, afluirán hacia los bienes del Señor: trigo y vino y aceite, y rebaños de vacas y ovejas; será como huerto regado, no volverán a desfallecer,
13 entonces la muchacha gozará bailando y los ancianos igual que los jóvenes; convertiré su tristeza en gozo, los consolaré y aliviaré sus penas;
14 alimentaré a los sacerdotes con enjundia y mi pueblo se saciará de mis bienes -oráculo del Señor-.
15 Así dice el Señor: Oíd, en Ramá se escuchan gemidos y llanto amargo: es Raquel, que llora inconsolable a sus hijos que ya no viven.
16 Así dice el Señor: Reprime tus sollozos, enjuga tus lágrimas -oráculo del Señor-, tu trabajo será pagado, volverán del país enemigo;
17 hay esperanza de un porvenir -oráculo del Señor-, volverán los hijos a la patria.
18 Estoy escuchando lamentarse a Efraín: Me has corregido y he escarmentado, como novillo indómito; vuélveme y me volveré, que tú eres mi Señor, mi Dios;
19 si me alejé, después me arrepentí, y al comprenderlo me di golpes de pecho; me sentía corrido y avergonzado de soportar el oprobio de mi juventud.
20 ¡Si es mi hijo querido Efraín, mi niño, mi encanto! Cada vez que lo reprendo me acuerdo de él, se me conmueven las entrañas y cedo a la compasión -oráculo del Señor-.
21 Coloca mojones, planta señales, fíjate bien en la vía por donde caminas, vuelve, doncella de Israel, vuelve a tus ciudades,
22 ¿hasta cuándo estarás indecisa, muchacha esquiva?, que el Señor crea de nuevo en el país, y la mujer abrazará al varón.
23 Así dice el Señor Todopoderoso, Dios de Israel: Cuando yo cambie su suerte, se volverá a decir en Judá y en sus poblados: El Señor te bendiga, dehesa legítima, monte santo.
24 En Judá y en sus poblados habitarán juntos los labradores y los que trashuman con el rebaño.
25 Regaré gargantas sedientas, colmaré a los muertos de hambre.
26 Yo desperté, miré y me pareció un sueño feliz.
27 Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que sembraré en Israel y en Judá simiente de hombres y simiente de animales.
28 Como vigilé sobre ellos para arrancar y arrasar, para destruir y deshacer y maltratar, así vigilaré sobre ellos para edificar y plantar -oráculo del Señor-.
29 En aquellos días ya no se dirá: Los padres comieron agraces, los hijos tuvieron dentera,
30 porque el que muera, será por su propia culpa y tendrá dentera el que coma los agraces.
31 Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que haré una alianza nueva con Israel y con Judá:
32 no será como la alianza que hice con sus padres cuando los agarré de la mano para sacarlos de Egipto; la alianza que ellos quebrantaron y yo mantuve -oráculo del Señor-;
33 así será la alianza que haré con Israel en aquel tiempo futuro -oráculo del Señor-: meteré mi ley en su pecho, la escribiré en su corazón, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo;
34 ya no tendrán que enseñarse unos a otros, mutuamente, diciendo: Tienes que conocer al Señor, porque todos, grandes y pequeños, me conocerán -oráculo del Señor-, pues yo perdono sus culpas y olvido sus pecados.
35 Así dice el Señor, que establece el sol para iluminar el día, el ciclo de la luna y las estrellas para iluminar la noche, que agita el mar y mugen sus olas -su título es Señor Todopoderoso-:
36 Cuando fallen estas leyes que yo he dado -oráculo del Señor-, la estirpe de Israel ya no será más el pueblo mío.
37 Así dice el Señor: Si puede medirse el cielo en lo alto, o escrutar en lo profundo el cimiento de la tierra, yo rechazaré a la estirpe entera de Israel, por todo lo que hizo -oráculo del Señor-.
38 Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que se edificará la ciudad del Señor, desde la torre de Hanael hasta la puerta del Ángulo.
39 La cinta de medir seguirá derecha hasta Loma de Gareb y girará hacia Goat.
40 Todo el valle de los cadáveres, el cementerio de las cenizas, hasta el valle del torrente Cedrón, y hasta la puerta de los Caballos, a oriente, estará consagrado al Señor, y ya no será arrasado ni destruido jamás.

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