Ezequiel  10 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 22 versitos |
1 En la plataforma que estaba sobre la cabeza de los querubines vi una especie de zafiro, en forma de trono, que sobresalía.
2 El Señor dijo al hombre vestido de lino: Métete debajo de la carroza bajo el querubín, recoge una ambuesta de brasas de entre los querubines y espárcelas por la ciudad. Y vi que se metió.
3 Al entrar este hombre, los querubines se encontraban al sur del templo, y la nube llenaba el atrio interior.
4 La Gloria del Señor se remontó sobre los querubines y se colocó en el umbral del templo; la nube llenó el templo y el resplandor de la Gloria del Señor llenó el atrio.
5 El rumor de las alas de los querubines llegó hasta el atrio exterior: era como la voz del Todopoderoso cuando habla.
6 El hombre vestido de lino, al recibir la orden de recoger fuego de debajo de la carroza, entre los querubines, se colocó al lado de una rueda.
7 El querubín alargó la mano entre los querubines hacia el fuego que estaba entre los querubines, lo recogió y se lo echó en el cuenco de las manos al hombre vestido de lino; él lo recogió y se marchó.
8 A los querubines les asomaban por debajo de las alas una especie de brazos humanos.
9 Y vi cuatro ruedas al lado de los querubines, una al lado de cada uno. El aspecto de las ruedas era como el brillo del crisólito.
10 Las cuatro tenían la misma apariencia. Su hechura era como si una rueda estuviese encajada dentro de la otra,
11 para poder rodar en las cuatro direcciones sin tener que girar al rodar, pues ya de antemano estaban orientadas en la dirección en que rodaban. No se volvían al avanzar.
12 La circunferencia de las cuatro llantas estaba llena de ojos.
13 Oí que a las ruedas las llamaban La Carroza.
14 Cada uno tenía cuatro caras: de querubín, de hombre, de león y de águila.
15 Los querubines se elevaron. Éstos eran los seres vivientes que yo había visto a orillas del río Quebar.
16 Al caminar los querubines, avanzaban a su lado las ruedas. Las ruedas no se apartaban de su lado, ni siquiera cuando los querubines levantaban las alas para remontarse del suelo.
17 Se detenían cuando se detenían ellos y junto con ellos se elevaban, porque llevaban el espíritu de los seres vivientes.
18 Luego la Gloria del Señor salió levantándose del umbral del templo y se colocó sobre los querubines.
19 Vi a los querubines levantar las alas, remontarse del suelo, sin separarse de las ruedas, y salir. Y se detuvo junto a la puerta oriental de la casa del Señor; mientras tanto, la Gloria del Dios de Israel sobresalía por encima de ellos.
20 Eran los seres vivientes que yo había visto debajo del Dios de Israel a orillas del río Quebar, y me di cuenta de que eran querubines.
21 Tenían cuatro rostros y cuatro alas cada uno, y una especie de brazos humanos debajo de las alas,
22 su fisonomía era la de los otros que yo había contemplado a orillas del río Quebar. Caminaban de frente.

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Introducción a Ezequiel 

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