Genesis 47 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 31 versitos |
1 José fue a informar al faraón: Mi padre y mis hermanos, con sus ovejas y vacas y todas sus posesiones, han venido de Canaán y se encuentran en Gosén.
2 Entre sus hermanos, escogió cinco, y se los presentó al faraón.
3 El faraón les preguntó: ¿Cuál es vuestra ocupación? Respondieron: Tus siervos son pastores de ovejas, lo mismo nosotros que nuestros padres.
4 Y añadieron: Hemos venido a residir en esta tierra, porque en Canaán aprieta el hambre y no hay pastos para los rebaños de tus siervos; permite a tus siervos establecerse en Gosén.
5 El faraón dijo a José: Cuando Jacob y sus hijos llegaron a Egipto, se enteró el faraón, rey de Egipto, y dijo a José: Tu padre y tus hermanos han llegado a verte;
6 a tierra de Egipto está a tu disposición, instala a tu padre y a tus hermanos en lo mejor de la tierra. Que se establezcan en Gosén, y si conoces entre ellos algunos con experiencia, ponlos a cargo de mi ganado.
7 José hizo venir a su padre Jacob y se lo presentó al faraón. Jacob bendijo al faraón.
8 El faraón preguntó a Jacob: ¿Cuántos años tienes?
9 Jacob contestó al faraón: Ciento treinta han sido los años de mis andanzas, pocos y malos han sido los años de mi vida, y no llegan a los años de mis padres, ni al tiempo de sus andanzas.
10 Jacob bendijo al faraón y salió de su presencia.
11 José instaló a su padre y a sus hermanos y les dio propiedades en Egipto, en lo mejor del país, en la región de Ramsés, como había mandado el faraón.
12 Y dio pan a su padre, a sus hermanos y a toda la familia de su padre, incluidos los niños.
13 En todo el país faltaba el pan, porque el hambre apretaba y agotaba la tierra de Egipto y la de Canaán.
14 José acumuló todo el dinero que había en Egipto y en Canaán a cambio de los víveres que ellos compraban, y reunió todo el dinero en casa del faraón.
15 En Egipto y en Canaán se acabó el dinero, de modo que acudían a José, diciendo: Danos pan o moriremos aquí mismo, porque se nos ha acabado el dinero.
16 José contestó: Traedme vuestro ganado y os daré pan, a cambio de él, si se os ha acabado el dinero.
17 Ellos traían el ganado a José, y éste les daba pan a cambio de caballos, de ovejas, de vacas, de asnos; durante un año los estuvo alimentando a cambio de todo su ganado.
18 Pasado aquel año, volvieron a él al año siguiente, diciendo: No podemos negar a nuestro señor que, terminado el dinero y el ganado y los animales cobrados por nuestro señor, sólo nos queda para ofrecer a nuestro señor nuestras personas y nuestros campos.
19 ¿Por qué perecer en tu presencia nosotros y nuestros campos? Tómanos a nosotros y a nuestros campos a cambio de pan, y nosotros, con nuestros campos, seremos siervos del faraón; danos semilla para que vivamos y no muramos, y nuestros campos no queden desolados.
20 José compró para el faraón toda la tierra de Egipto, pues todos los egipcios, acosados por el hambre, vendían sus campos. Así, la tierra vino a ser propiedad del faraón,
21 y a todo el pueblo lo hizo siervo, de un extremo a otro del país.
22 Sólo dejó de comprar las tierras de los sacerdotes, porque el faraón les pasaba una porción y vivían de la porción que les daba el faraón; por eso no tuvieron que vender sus campos.
23 José dijo al pueblo: Hoy os he comprado a vosotros, con vuestras tierras, para el faraón. Aquí tenéis simiente para sembrar los campos.
24 Cuando llegue la cosecha, daréis la quinta parte al faraón, las otras cuatro partes os servirán para sembrar y como alimento para vosotros, vuestras familias y niños.
25 Ellos respondieron: Nos has salvado la vida, hemos alcanzado el favor de nuestro señor; seremos siervos del faraón.
26 Y José estableció una ley en Egipto, hoy todavía en vigor: que una quinta parte es para el faraón. Solamente las tierras de los sacerdotes no pasaron a ser propiedad del faraón.
27 Israel se estableció en Egipto, en el territorio de Gosén; adquirió propiedades allí y creció y se multiplicó en gran manera.
28 Jacob vivió en Egipto diecisiete años, y toda su vida fueron ciento cuarenta y siete años.
29 Cuando se acercaba para Israel la hora de morir, llamó a su hijo José y le dijo: Si he alcanzado tu favor, coloca tu mano bajo mi muslo y promete tratarme con bondad y lealtad; no me entierres en Egipto.
30 Cuando me duerma con mis padres, sácame de Egipto y entiérrame en la sepultura con ellos. Contestó José: Haré lo que pides.
31 Insistió él: Júramelo. Y se lo juró. Entonces Israel hizo una inclinación hacia la cabecera de la cama.

Patrocinio

 
 

Introducción a Genesis

No hay comentario

Fuente:

Patrocinio

Notas

No hay notas