I Crónicas 22 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 19 versitos |
1 Dijo David: Aquí se alzará el templo del Señor Dios y el altar de los holocaustos de Israel.
2 Luego mandó reunir a los extranjeros que residían en tierra de Israel y los hizo canteros para labrar sillares con los que construir el templo de Dios.
3 Reunió también gran cantidad de hierro para hacer clavos y grapas para las puertas, y un montón enorme de bronce
4 y una cantidad incalculable de madera de cedro que los sidonios y tirios le traían en abundancia.
5 David pensó: Salomón, mi hijo, es todavía joven y débil. Y el templo que hay que construir al Señor debe ser grandioso, para que su fama y gloria se extienda por todos los países. Voy a comenzar los preparativos. Y así lo hizo generosamente antes de morir.
6 Luego llamó a su hijo Salomón y le mandó construir un templo al Señor, Dios de Israel,
7 diciéndole: Hijo mío, yo tenía pensado edificar un templo en honor del Señor, mi Dios.
8 Pero él me dijo: Has derramado mucha sangre y has combatido en grandes batallas. No edificarás un templo en mi honor porque has derramado mucha sangre en mi presencia.
9 Pero tendrás un hijo que será un hombre pacífico y le haré vivir en paz con todos los enemigos de alrededor. Su nombre será Salomón, y en sus días concederé paz y tranquilidad a Israel.
10 Él edificará un templo en mi honor; será para mí un hijo, yo seré para él un padre, y consolidaré por siempre su trono real en Israel.
11 Hijo mío, que el Señor esté contigo y te ayude a construir un templo al Señor, tu Dios, según sus designios sobre ti.
12 Basta que el Señor te conceda sensatez y prudencia para gobernar a Israel, cumpliendo la ley del Señor, tu Dios.
13 Tu éxito depende de que pongas por obra los mandatos y preceptos que el Señor mandó a Israel por medio de Moisés. ¡Ánimo, sé valiente! ¡No te asustes ni te acobardes!
14 Mira, con grandes sacrificios he ido reuniendo para el templo del Señor treinta y cuatro mil toneladas de oro, trescientas cuarenta mil toneladas de plata, bronce y hierro en cantidad incalculable; además, madera y piedra. Tú añadirás aún más.
15 Dispones también de gran cantidad de artesanos: canteros, albañiles, carpinteros y obreros de todas las especialidades.
16 Hay oro, plata, bronce y hierro de sobra. Pon manos a la obra y que el Señor te acompañe.
17 David ordenó que todas las autoridades de Israel ayudasen a su hijo Salomón. Les dijo:
18 El Señor, vuestro Dios, está con vosotros y os ha dado paz en las fronteras después de poner en mis manos a los habitantes de esta tierra, que ahora se halla sometida al Señor y a su pueblo.
19 Ahora, en cuerpo y alma, a servir al Señor y a construir un santuario, para colocar el arca de la alianza del Señor y los objetos sagrados en ese templo construido en honor del Señor.

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Introducción a I Crónicas

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