Salmos 139 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 24 versitos |
1 Al maestro de coro. Salmo de David. Señor, tú me sondeas y me conoces.
2 Me conoces cuando me siento o me levanto, de lejos percibes mis pensamientos.
3 Disciernes mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares.
4 No ha llegado la palabra a la boca, ya, Señor, te la sabes toda.
5 Me estrechas detrás y delante, apoyas sobre mí tu palma.
6 Tanto saber me sobrepasa, es sublime y no lo abarco.
7 ¿Adónde me alejaré de tu aliento?, ¿adónde huiré de tu presencia?
8 Si escalo el cielo, allí estás tú; si me acuesto en el abismo, ahí estás.
9 Si me traslado al ruedo de la aurora o me instalo en el confín del mar,
10 allí se apoya en mí tu izquierda y me agarra tu derecha.
11 Si digo: que me sorba la tiniebla, que luz se haga noche en torno a mí,
12 tampoco la oscuridad es oscura para ti, la noche es clara como el día: da lo mismo tiniebla o luz.
13 Tú has creado mis entrañas me has tejido en el seno materno.
14 Te doy gracias porque te has distinguido con portentos y son maravillosas tus obras. Conoces perfectamente mi aliento,
15 no se te oculta mi osamenta. Cuando me iba formando en lo oculto y entretejiendo en lo profundo de la tierra,
16 tus ojos veían mi embrión. Se escribían en tu libro se definían todos mis días, antes de llegar el primero.
17 ¡Qué admirables, Dios, tus pensamientos, qué densos sus capítulos!
18 Los cuento: son más que granos de arena; lo desmenuzo: aún me quedas tú.
19 ¡Si mataras, oh Dios, al malvado! que se aparten de mí los sanguinarios
20 que hablan de ti intrigando y juran por ti en falso.
21 A los que te odian, Señor, yo los odio, me repugnan los rebeldes contra ti.
22 Los odio con odio implacable, los tengo por enemigos.
23 Sondéame, Dios, y conoce mi corazón, ponme a prueba para conocer mis sentimientos:
24 mira si mi conducta es ofensiva y guíame por el camino eterno.

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Introducción a Salmos

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