Salmos 140 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 14 versitos |
1 Al maestro de coro. Salmo de David.
2 Líbrame, Señor, del malvado, guárdame del hombre violento,
3 que planean maldades en su corazón y todo el día provocan contiendas.
4 Afilan la lengua como serpientes, con veneno de víboras tras los labios.
5 Defiéndeme, Señor, de la mano perversa, guárdame de los hombres violentos que planean desbaratar mis pasos;
6 soberbios que me esconden trampas, criminales que me tienden redes, por la rodera me ponen lazos.
7 Digo al Señor: Tú eres mi Dios, escucha, Señor, mis gritos de socorro.
8 Señor, dueño mío, que cubres mi cabeza cuando me armo.
9 Señor, no le concedas sus deseos al malvado, no des éxito a sus proyectos.
10 Que no alcen cabeza los que me cercan, que los cubra la perfidia de sus labios.
11 Que les lluevan encima ascuas encendidas, que caigan en hoyos y no puedan levantarse.
12 Que el deslenguado no se afirme en la tierra que al violento lo acose y lo cace la desgracia.
13 Yo sé que el Señor defiende al oprimido y hace justicia al pobre.
14 Los honrados darán gracias a tu nombre. Los rectos habitarán en tu presencia.

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