Salmos 36 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 13 versitos |
1 Al director de coro. Del siervo del Señor, de David.
2 Oráculo del Delito al malvado dentro de su corazón. No tiene miedo a Dios ni en su presencia.
3 Se hace la ilusión de que su culpa no será descubierta ni aborrecida.
4 Las palabras de su boca son maldad y traición, rehúsa ser sensato y a obrar bien.
5 Acostado planea el crimen, se obstina en el mal camino no rechaza la maldad.
6 Señor, tu lealtad llega al cielo, tu fidelidad hasta las nubes;
7 tu justicia es como las altas cordilleras, tus juicios son un océano inmenso. Tú socorres a hombres y animales
8 ¡qué inapreciable es tu lealtad, oh Dios! Los humanos se acogen a la sombra de tus alas,
9 se nutren de la enjundia de tu casa, les das a beber del torrente de tus delicias;
10 porque en ti está la fuente viva y a tu luz vemos la luz.
11 Prolonga tu lealtad con los que te reconocen y tu justicia con los hombres sinceros.
12 Que no me pisotee el pie del soberbio, que no me destierre la mano del malvado.
13 Sí, han fracasado los malhechores, derribados, no se pueden levantar.

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Introducción a Salmos

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