Exodo  33 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 23 versitos |
1 El Señor dijo a Moisés: Anda, marcha desde aquí con el pueblo que sacaste de Egipto a la tierra que prometí a Abrahán, Isaac y Jacob que le daría a su descendencia.
2 Enviaré por delante mi ángel para que expulse a cananeos, amorreos, hititas, fereceos, heveos y jebuseos;
3 a una tierra que mana leche y miel. Pero yo no subiré entre vosotros, porque sois un pueblo testarudo y os aniquilaría en el camino.
4 Al oír el pueblo palabras tan duras, guardó luto y nadie se puso sus joyas.
5 El Señor había dicho a Moisés: Di a los israelitas: Sois un pueblo testarudo; en sólo un momento que yo os acompañara, os aniquilaría; ahora quitaos las joyas que lleváis, y ya veré lo que hago con vosotros.
6 Los israelitas se desprendieron de sus joyas a partir del monte Horeb.
7 Moisés levantó la tienda y la plantó fuera, a distancia del campamento, y la llamó Tienda del encuentro. El que tenía que consultar al Señor, salía fuera del campamento y se dirigía a la Tienda del encuentro.
8 Cuando Moisés salía en dirección a la tienda, todo el pueblo se levantaba y esperaba a la entrada de sus tiendas, siguiendo con la vista a Moisés hasta que entraba en la tienda;
9 en cuanto él entraba, la columna de nube bajaba y se quedaba a la entrada de la tienda, mientras el Señor hablaba con Moisés.
10 Cuando el pueblo veía la columna de nube parada a la puerta de la tienda, se levantaba y se prosternaba cada uno a la entrada de su tienda.
11 El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con un amigo. Después él volvía al campamento, mientras que Josué, hijo de Nun, su joven ayudante, no se apartaba de la tienda.
12 Moisés dijo al Señor: Mira, tú me has dicho que guíe a este pueblo, pero no me has comunicado a quién me das como auxiliar, y, sin embargo, dices que me tratas personalmente y que gozo de tu favor;
13 pues, si gozo de tu favor, enséñame el camino, y así sabré que gozo de tu favor; además, ten en cuenta que esta gente es tu pueblo.
14 Respondió el Señor: Yo en persona iré caminando para llevarte al descanso.
15 Replicó Moisés: Si no vienes en persona, no nos hagas salir de aquí.
16 Pues, ¿en qué se conocerá que yo y mi pueblo gozamos de tu favor sino en el hecho de que vas con nosotros? Esto nos distinguirá a mí y a mi pueblo de los demás pueblos de la tierra.
17 El Señor le respondió: También esa petición te la concedo, porque gozas de mi favor y te trato personalmente.
18 Entonces él pidió: Enséñame tu Gloria.
19 Le respondió: Yo haré pasar ante ti toda mi riqueza y pronunciaré ante ti el nombre: Señor, porque yo me compadezco de quien quiero y favorezco a quien quiero;
20 pero mi rostro no lo puedes ver, porque nadie puede verlo y quedar con vida.
21 Y añadió: Ahí, junto a la roca, tienes un sitio donde ponerte;
22 cuando pase mi Gloria te meteré en una hendidura de la roca y te cubriré con mi palma hasta que haya pasado,
23 y cuando retire la mano podrás ver mi espalda, pero mi rostro no lo verás.

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Introducción a Exodo 

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