Proverbios 1 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 33 versitos |
1 Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel,
2 para adquirir sensatez y educación, para entender máximas inteligentes,
3 para obtener una educación acertada: justicia, derecho y rectitud;
4 para enseñar sagacidad al incauto, saber y reflexión al muchacho
5 lo escucha el sensato y aumenta el saber, el inteligente adquiere destreza ;
6 para entender proverbios y refranes, máximas y enigmas.
7 Respetar al Señor es el principio del saber; los necios desprecian la sensatez y la educación.
8 Hijo mío, escucha los avisos de tu padre, no rechaces las instrucciones de tu madre,
9 pues serán hermosa diadema en tu cabeza y collar en tu garganta.
10 Hijo mío, si intentan engañarte los pervertidos, no accedas.
11 Si te dicen: Vente con nosotros a poner insidias mortales y acechar al inocente sin motivo;
12 nos lo tragaremos vivo, como el Abismo; enterito, como a los que bajan a la fosa;
13 obtendremos magníficas riquezas y llenaremos nuestra casa de botín;
14 comparte tu suerte con nosotros, tendremos una bolsa común.
15 Hijo mío, no los acompañes en su camino; retrae los pasos de su senda,
16 porque sus pies corren a la maldad y se apresuran a derramar sangre.
17 Que en vano se tiende una red a la vista de seres que vuelan.
18 Sus insidias serán mortales para ellos, acechan contra sí mismos.
19 Tal es la suerte de la codicia desmedida, que quita la vida a su dueño.
20 La sensatez pregona por las calles, en las plazas levanta la voz;
21 grita en lo más ruidoso de la ciudad, y en las plazas públicas pregona:
22 ¿Hasta cuándo, inexpertos, amaréis la inexperiencia, y vosotros, insolentes, os empeñaréis en la insolencia, y vosotros, necios, odiaréis el saber?
23 Volveos a escuchar mi represión, y os abriré el corazón comunicándoos mis palabras.
24 Os llamé y rehusasteis; extendí la mano, y no hicisteis caso;
25 rechazasteis mis consejos, no aceptasteis mi represión;
26 pues yo me reiré de vuestra desgracia, me burlaré cuando os alcance el terror.
27 Cuando os alcance como tormenta el terror, cuando os llegue como huracán la desgracia, cuando os alcance la angustia y la aflicción,
28 entonces llamarán, y no los escucharé; me buscarán, y no me encontrarán.
29 Porque aborrecieron el saber y no escogieron el respeto del Señor;
30 no aceptaron mis consejos, despreciaron mis reprensiones;
31 comerán el fruto de su conducta, y se saciarán de sus planes.
32 La rebeldía da muerte a los irreflexivos, la despreocupación acaba con los imprudentes;
33 pero el que me obedece vivirá tranquilo, seguro y sin temer mal alguno.

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Introducción a Proverbios

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