Proverbios 24 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 34 versitos |
1 No envidies a los malvados ni desees vivir con ellos,
2 su mente medita violencias, sus labios dicen maldades.
3 Con la sensatez se construye una casa, con la prudencia se consolida,
4 con el saber se llenan sus estancias de bienes, riquezas y comodidades.
5 Más vale maña que fuerza, experiencia más que vigor.
6 Con estratagemas se gana la guerra, y la victoria, a fuerza de planes.
7 La sensatez es demasiado para el necio: no abrirá la boca en público.
8 Al que medita maldades lo llamarán intrigante;
9 el que trama locuras fracasa; al insolente lo detestan los hombres.
10 ¿Has flaqueado en el peligro, te faltó el valor?
11 Libra a los que llevan a matar, detén al que está para morir.
12 Aunque digas que no lo sabías, ¿no lo va a saber el que pesa los corazones?, ¿no lo sabrá el que vigila tu vida y paga al hombre sus acciones?
13 Hijo mío, come miel, que es buena; el panal es dulce al paladar:
14 así sean saber y sensatez para tu alma; si los alcanzas tendrás un porvenir y tu esperanza no fracasará.
15 No pongas asechanzas a la dehesa del honrado ni destruyas su majada,
16 pues aunque caiga siete veces el honrado se levantará, mientras que los malvados se hundirán en la desgracia.
17 Si cae tu enemigo no te alegres; si tropieza, no lo celebres,
18 no sea que el Señor lo vea e irritado desvíe su ira de él.
19 No te exasperes por los malvados, no envidies a los que obran mal;
20 porque el perverso no tiene porvenir, la lámpara de los malvados se apagará.
21 Hijo mío, teme al Señor y al rey; no provoques a ninguno de los dos,
22 porque de repente salta su castigo, y, ¿quién conoce su furor?
23 No es justo ser parcial al juzgar:
24 a quien declara inocente al culpable la gente lo maldice y se irrita contra él;
25 los que los acusan son gratos, sobre ellos baja una bendición.
26 Besa en los labios, quien da una respuesta oportuna.
27 Dispón tus asuntos en la calle y prepáratelos en el campo, después podrás poner casa.
28 No atestigües sin motivo contra tu prójimo, no engañes con los labios.
29 No digas: Le haré lo que me hizo, me las ha de pagar.
30 Pasé por el campo de un perezoso, por la viña de un hombre sin juicio:
31 todo era espinas que crecían, los cardos cubrían su extensión, la cerca de piedras estaba derribada;
32 al verlo, reflexioné; al mirarlo, escarmenté.
33 Un rato duermes, un rato descansas, un rato cruzas los brazos y descansas,
34 y te llega la pobreza del vagabundo, la indigencia del mendigo.

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Introducción a Proverbios

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