Isaías 65 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 25 versitos |
1 Yo ofrecía respuesta a los que no preguntaban, salía al encuentro de los que no me buscaban; decía: Aquí estoy, aquí estoy al pueblo que no invocaba mi Nombre.
2 Tenía mis manos extendidas todo el día hacia un pueblo rebelde, que andaba por el mal camino, siguiendo sus antojos,
3 pueblo que me provocaba en la cara continuamente, que sacrificaba en los jardines y ofrecía incienso sobre los ladrillos,
4 que se sentaba en los sepulcros y pernoctaba en las grutas, que comía la carne de cerdo y caldo abominable en las tazas;
5 que decía: Retírate, no te acerques, que estoy consagrado. Eso hace humear mi cólera como fuego que arde todo el día.
6 Lo tengo escrito delante y no descansaré hasta que os pague
7 vuestras culpas y las de vuestros padres, todas juntas dice el Señor . Porque ofrecían incienso en las alturas y me afrentaban en los collados, les mediré su paga y se la echaré encima.
8 Así dice el Señor: Como al encontrar zumo en un racimo se dice: No lo eches a perder, que es una bendición, así haré yo en atención a mis siervos: no lo echaré a perder todo.
9 Sacaré descendencia de Jacob, de Judá, quienes posean mis montañas: las poseerán mis elegidos y mis siervos habitarán allí.
10 El Sarón será el aprisco de ovejas, y el Valle de Acor, pastizal de vacas, para mi pueblo que me ha buscado.
11 Pero a vosotros que abandonasteis al Señor olvidando mi Monte Santo, que preparabais la mesa a la Fortuna y llevabais la copa para el Destino,
12 yo os destino a la espada, y todos os encorvaréis para el degüello: porque llamé y no respondisteis, hablé y no escuchasteis, hicisteis lo que no me agrada, escogisteis lo que no quiero.
13 Por eso, así dice el Señor: Mirad: mis siervos comerán, y vosotros pasaréis hambre; mirad: mis siervos beberán, y vosotros tendréis sed; mirad: mis siervos estarán alegres, y vosotros avergonzados;
14 mirad: mis siervos cantarán de puro contento, y vosotros gritaréis de puro dolor y aullaréis con el corazón desgarrado.
15 Legaréis vuestro nombre a mis elegidos como fórmula de imprecación. A vosotros el Señor os dará muerte, y a sus siervos les dará otro nombre.
16 El que quiera felicitarse en el país, se felicitará con el Dios veraz; el que quiera jurar en el país, jurará por el Dios veraz. Sí, se olvidarán las angustias del pasado y hasta de mi vista desaparecerán.
17 Mirad, yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva; de lo pasado no haya recuerdo ni venga pensamiento,
18 más bien gozad y alegraos siempre por lo que voy a crear; mirad, voy a transformar a Jerusalén en alegría y a su población en gozo;
19 me alegraré de Jerusalén y me gozaré de mi pueblo, y ya no se oirán en ella gemidos ni llantos;
20 ya no habrá allí niños malogrados ni adultos que no colmen sus años, pues será joven el que muera a los cien años, y el que no los alcance se tendrá por maldito.
21 Construirán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán sus frutos,
22 no construirán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque los años de mi pueblo serán los de un árbol y mis elegidos podrán gastar lo que sus manos fabriquen.
23 No se fatigarán en vano, no engendrarán hijos para la catástrofe; porque serán la estirpe de los benditos del Señor, y como ellos, sus retoños.
24 Antes de que me llamen yo les responderé, aún estarán hablando y los habré escuchado.
25 El lobo y el cordero pastarán juntos, el león como el buey comerá paja. No harán daño ni estrago por todo mi Monte Santo dice el Señor .

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Introducción a Isaías

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