Ezequiel  13 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 23 versitos |
1 Me dirigió la palabra el Señor:
2 Hijo de Adán, profetiza contra los profetas de Israel, profetiza diciéndoles: Escuchad la palabra del Señor.
3 Esto dice el Señor Dios: ¡Ay de los profetas mentecatos que se inventan profecías, cosas que nunca vieron, siguiendo su inspiración!
4 Como raposos entre ruinas son tus profetas, Israel.
5 No acudisteis a la brecha ni levantasteis cerca en torno a la Casa de Israel, para que resistiera en la batalla, el día del Señor.
6 Visionarios falsos, adivinos de embustes, que decíais oráculo del Señor cuando el Señor no os enviaba, esperando que cumpliera su palabra.
7 Vosotros habéis visto visiones vanas y habéis pronunciado oráculos falsos diciendo oráculo del Señor, cuando el Señor no hablaba.
8 Por tanto, esto dice el Señor Dios: Por haber dicho mentiras y haber visto engaños, por eso aquí estoy contra vosotros -oráculo del Señor-.
9 Extenderé mi mano contra los profetas, visionarios falsos y adivinos de embustes; no tomarán parte en el consejo de mi pueblo, ni serán inscritos en el censo de la Casa de Israel, ni entrarán en la tierra de Israel, y sabréis que yo soy el Señor Dios.
10 Sí, porque habéis extraviado a mi pueblo, anunciando paz cuando no había paz, y mientras ellos construían la tapia vosotros la ibais enluciendo.
11 Diles a los enlucidores: Vendrá una lluvia torrencial, caerá granizo, se desencadenará un vendaval.
12 Cuando la pared se derrumbe, os dirán: ¿Qué fue del enlucido que echasteis?
13 Por tanto, esto dice el Señor Dios: Con furia desencadenaré un vendaval, una lluvia torrencial mandaré con ira, y pedrisco, en el colmo de mi furia.
14 Derribaré la pared que enlucisteis, la tiraré al suelo, quedarán al desnudo sus cimientos; se desplomará y pereceréis debajo, y sabréis que yo soy el Señor.
15 Cuando agote mi cólera en el muro y en los que lo enlucieron, os dirán: ¿Qué fue del muro y de los que lo enlucieron:
16 de los profetas de Israel que profetizaban para Jerusalén, que tenían para ella visiones de paz, cuando no había paz? -oráculo del Señor Dios-.
17 Tú, Hijo de Adán, encárate con tus paisanas, metidas a profetisas por su propia cuenta, y profetiza contra ellas,
18 diciéndoles: Esto dice el Señor Dios: ¡Ay de las que cosen lazos en las muñecas y hacen capillos de todos los tamaños para cazar a la gente! Cazáis a mis paisanos, para medrar vosotras.
19 Me profanáis ante mi pueblo por un puñado de cebada y un mendrugo de pan, destinando a la muerte al que no tenía que morir, y a la vida al que no tenía que vivir; embaucáis de este modo a mi pueblo, que hace caso de vuestros embustes.
20 Por tanto, esto dice el Señor Dios: Aquí estoy yo contra los lazos con que cazáis a la gente al vuelo; se los arrancaré de los brazos a la gente que vosotras cazáis, y los soltaré para que vuelen.
21 Rasgaré vuestros capillos y libraré a mi pueblo de vuestras manos; no volverán a ser presa de vuestras manos, y sabréis que yo soy el Señor.
22 Porque habéis afligido con embustes al justo, sin que yo lo afligiera, porque habéis dado apoyo al malvado, para que no se convirtiera de su mala conducta y pudiera conservar la vida;
23 por tanto, no volveréis a ver falsedades ni a vaticinar embustes, libraré a mi pueblo de vuestras manos, y sabréis que yo soy el Señor.

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Introducción a Ezequiel 

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