Oseas  8 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 14 versitos |
1 ¡Emboca la trompeta! Que un águila se cierne sobre la casa del Señor. Porque han roto mi alianza rebelándose contra mi ley.
2 Me gritan: Te conocemos, Dios de Israel.
3 Pero Israel rechazó el bien; que el enemigo lo persiga.
4 Se nombraron reyes sin contar conmigo, se nombraron príncipes sin mi aprobación. Con su plata y su oro se hicieron ídolos para su perdición.
5 Hiede tu novillo, Samaría, ardo de ira contra él. ¿Cuándo lograréis la inocencia?
6 Porque ¿qué es ese toro?, ¿acaso un dios? Un escultor lo hizo, no es dios, se hace astillas el novillo de Samaría.
7 Siembran viento y cosechan tempestades; las mieses no echan espiga ni dan grano, y si lo dieran, extraños lo devorarían.
8 Han devorado a Israel, es ya entre las naciones un cacharro inútil.
9 Porque han marchado a Asiria como burro cimarrón. Efraín contrata su amor;
10 pues, aunque lo hayan contratado con las naciones, yo los atraparé, y empezarán a disminuir por las cargas del Rey soberano.
11 Porque Efraín multiplicó sus altares para pecar, para pecar le sirvieron sus altares.
12 Aunque les dé multitud de leyes, las consideran como de un extraño.
13 Aunque inmolen víctimas en mi honor y coman la carne, al Señor no le agradan. Tiene presentes sus culpas y castigará sus pecados: tendrán que volver a Egipto.
14 Israel olvidó a su Hacedor y construyó palacios, Judá fortificó muchas ciudades; pero yo prenderé fuego a sus ciudades y devoraré sus fortificaciones.

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Introducción a Oseas 

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