Lucas 21 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 38 versitos |
1 Alzando la vista observó a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del templo.
2 Observó también, a una viuda pobre que echaba dos monedillas;
3 dijo: Os aseguro que esa pobre viuda ha puesto más que todos.
4 Porque todos ésos han echado donativos de lo que les sobraba; ésta, aunque necesitada, ha echado cuanto tenía para vivir.
5 A unos que ponderaban los hermosos sillares del templo y la belleza de su ornamentación les dijo:
6 Llegará un día en que todo lo que contempláis lo derribarán sin dejar piedra sobre piedra.
7 Le preguntaron: Maestro, ¿cuándo sucederá eso y cuál es la señal de que está para suceder?
8 Respondió: ¡Atención, no os dejéis engañar! Pues muchos se presentarán en mi nombre diciendo: Yo soy; ha llegado la hora. No vayáis tras ellos.
9 Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no tengáis pánico. Primero ha de suceder todo eso; pero el fin no llega enseguida.
10 Entonces les dijo: Se alzará pueblo contra pueblo, reino contra reino;
11 habrá grandes terremotos, en diversas regiones habrá hambres y pestes, y en el cielo señales grandes y terribles.
12 Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, os llevarán a las sinagogas y las cárceles, os conducirán ante reyes y magistrados a causa de mi nombre,
13 dándoos oportunidad de dar testimonio de mí.
14 Haced resolución de no preparar la defensa;
15 yo os daré una elocuencia y una prudencia que ningún adversario podrá resistir ni refutar.
16 Hasta vuestros padres y hermanos, parientes y amigos os entregarán y darán muerte a algunos de vosotros;
17 y todos os odiarán por mi nombre.
18 Sin embargo no se perderá ni un pelo de vuestra cabeza.
19 Con vuestra constancia ganaréis vuestras vidas.
20 Cuando veáis a Jerusalén cercada de ejércitos, sabed que es inminente su destrucción.
21 Entonces los que están en Judea escapen a los montes; los que estén dentro de la ciudad salgan al campo; los que están en el campo no vuelvan a la ciudad.
22 Porque es el día de la venganza, cuando se cumplirá todo lo que está escrito.
23 ¡Ay de las preñadas y de las que crían aquel día! Sobre el país vendrá una gran desgracia y sobre este pueblo la ira.
24 Caerán a filo de espada y serán llevados prisioneros a todos los países. Jerusalén será hollada por paganos, hasta que la época de los paganos se acabe.
25 Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas. En la tierra se angustiarán los pueblos, desconcertados por el estruendo del mar y del oleaje.
26 Los hombres desfallecerán de miedo, aguardando lo que se le echa encima al mundo; pues las potencias celestes se tambalearán.
27 Entonces verán al Hijo del Hombre que llega en una nube con gran poder y gloria.
28 Cuando comience a suceder todo eso, erguíos y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra liberación.
29 Y les añadió una parábola: Observad la higuera y los demás árboles:
30 cuando echan brotes, sabéis sin más que el verano está cerca.
31 Igual vosotros, cuando veáis que sucede eso, sabed que se acerca el reinado de Dios.
32 Os aseguro que no pasará esta generación antes de que suceda todo eso.
33 Cielo y tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
34 Poned atención, que no se os embote la mente con el vicio, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, de modo que aquel día no os sorprenda de repente,
35 pues caerá como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra.
36 Velad en todo momento, pidiendo poder escapar de cuanto va a suceder y presentaros ante el Hijo del Hombre.
37 De día enseñaba en el templo; de noche salía y se quedaba en el monte de los Olivos.
38 Y todo el pueblo madrugaba para escucharlo en el templo.

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Introducción a Lucas

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