Hechos 15 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 41 versitos |
1 Algunos bajados de Judea enseñaban a los hermanos que, si no se circuncidaban al uso mosaico, no podían salvarse.
2 Lo cual provocó una fuerte oposición de Pablo y Bernabé y una discusión con ellos; de modo que se decidió que Pablo y Bernabé con algunos más acudieran a Jerusalén, para tratar el asunto con los apóstoles y los ancianos.
3 Los enviados por la comunidad atravesaron Fenicia y Samaría, contando a los hermanos la conversión de los paganos y llenándolos de alegría.
4 Llegados a Jerusalén y recibidos por la comunidad, los apóstoles y los ancianos, les contaron lo que Dios había hecho por su medio.
5 Pero algunos convertidos de la secta farisea se levantaron y dijeron que había que circuncidarlos y ordenarlos observar la ley de Moisés.
6 Los apóstoles y los ancianos se reunieron para examinar el asunto.
7 Y, como arreciaba la discusión, se alzó Pedro y les dijo: Hermanos, vosotros sabéis que desde el principio me eligió Dios entre vosotros, para que por mi medio los paganos escucharan la Buena Noticia y creyeran.
8 Dios, que conoce los corazones, dio testimonio a su favor dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros,
9 sin hacer distinción entre unos y otros y purificándolos con la fe.
10 Pues ahora, ¿por qué tentáis a Dios imponiendo al cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos sido capaces de soportar?
11 Pues creemos haber sido salvados, lo mismo que ellos, por la gracia del Señor Jesús.
12 Toda la asamblea en silencio se dispuso a escuchar a Bernabé y Pablo, que les contaron los milagros y señales que Dios había obrado por su medio entre los paganos.
13 Cuando se callaron, les contestó Santiago: Escuchadme, hermanos.
14 Simón ha descrito la primera vez que Dios proveyó a elegir de los paganos un pueblo que llevase su nombre.
15 Eso concuerda con lo que anunciaron los profetas, como está escrito:
16 De nuevo reconstruiré la choza caída de David, la reconstruiré levantando sus ruinas,
17 para que el resto de los hombres busque al Señor, y todas las naciones sobre las que se ha invocado mi nombre dice el Señor ,
18 que da a conocer todo esto desde antiguo.
19 Por tanto pienso que no hay que poner obstáculos a los paganos que se conviertan a Dios.
20 Basta encargarles que se abstengan de contaminarse con los ídolos, de la fornicación y de comer carne de animales estrangulados o sangre.
21 Pues Moisés tiene desde antiguo en cada población predicadores que lo leen los sábados en las sinagogas.
22 Entonces los apóstoles, los ancianos y la comunidad entera decidieron escoger algunos dirigentes de los hermanos, para enviarlos con Pablo, Bernabé, Judas, por sobrenombre Barsabas, y Silas a Antioquía.
23 Les dieron una carta autógrafa que decía: Los hermanos apóstoles y ancianos saludan a los hermanos convertidos del paganismo de Antioquía, Siria y Cilicia:
24 Nos hemos enterado de que algunos de los nuestros, sin nuestra autorización, han ido a turbaros y angustiaros con sus discursos.
25 Por eso hemos decidido unánimemente escoger algunos y enviároslos con nuestros queridos Bernabé y Pablo,
26 hombres que han entregado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo.
27 Os enviamos a Judas y Silas, que les explicarán esto de palabra.
28 Es decisión del Espíritu Santo y nuestra no imponeros más carga que estas cosas indispensables:
29 absteneos de alimentos ofrecidos a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de la fornicación. Harés bien en absteneros de ellos. Adiós.
30 Ellos se despidieron, bajaron a Antioquía, reunieron a la comunidad y les entregaron la carta.
31 Cuando la leyeron, se alegraron por los ánimos que les daba.
32 Judas y Silas, que también eran profetas, animaron y confirmaron a los hermanos.
33 Pasada una temporada, se despidieron de los hermanos con la paz y se volvieron a los que los habían enviado.
34 [[Pero a Silas le pareció bien quedarse allí.
35 Pablo y Bernabé se quedaron en Antioquía, donde con otros muchos, enseñaban y anunciaban la Palabra de Dios.
36 Pasados unos días Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos de cada población donde hemos anunciado la Palabra del Señor, a ver cómo se encuentran.
37 Bernabé quería llevar consigo a Juan, de sobrenombre Marcos.
38 Pablo juzgaba que no debían llevar consigo a uno que los había abandonado en Panfilia y no los había acompañado en la tarea.
39 La disensión resultó tan violenta que se separaron, y Bernabé, tomando a Marcos, se embarcó para Chipre.
40 Pablo eligió a Silas y partió, encomendado al favor del Señor por los hermanos.
41 Atravesó Siria y Cilicia confirmando a las comunidades.

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