II Corintios 1 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 24 versitos |
1 De Pablo, por voluntad de Dios apóstol del Mesías Jesús, y del hermano Timoteo, a la Iglesia de Dios de Corinto y a todos los consagrados de la provincia entera de Acaya:
2 Gracia y paz a vosotros de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
3 Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre compasivo y Dios de todo consuelo,
4 que nos consuela en cualquier tribulación, para que nosotros, en virtud del consuelo que recibimos de Dios, podamos consolar a los que pasan cualquier tribulación.
5 Pues como abundan nuestros sufrimientos por el Mesías, así por el Mesías abunda nuestro consuelo.
6 Pues si sufrimos tribulaciones, es para vuestro consuelo y salvación; si recibimos consuelos, es para vuestro consuelo, que os da fuerzas para soportar lo que nosotros soportamos.
7 Nuestra esperanza acerca de vosotros es firme, pues sabemos que como compartís nuestros sufrimientos, así compartiréis nuestro consuelo.
8 No quisiera, hermanos, que ignoraseis lo que tuvimos que aguantar en la provincia de Asia: algo que nos abrumó tan por encima de nuestras fuerzas, que no esperábamos salir con vida.
9 Dentro de nosotros llevábamos la sentencia de muerte; para que no confiáramos en nosotros, sino en Dios que resucita a los muertos.
10 Él nos libró de tan grave peligro de muerte y nos seguirá librando. Estoy seguro de que nos librará de nuevo
11 si colaboráis vosotros rezando por nosotros. Así, siendo muchos los que me alcancen este favor, serán muchos los que lo agradezcan.
12 Nuestro orgullo consiste en el testimonio de nuestra conciencia. A saber, que por la gracia de Dios y no por prudencia humana, me he comportado con todo el mundo, y en particular con vosotros, con la sencillez y sinceridad que Dios pide.
13 No os he escrito otra cosa que lo que leéis y comprendéis.
14 Y como lo habéis comprendido en parte, espero que lo lleguéis a comprender del todo: que el día de [nuestro Señor Jesús seremos vuestro orgullo como vosotros el nuestro.
15 Con esa confianza me propuse comenzar con vuestra visita, como nuevo obsequio,
16 seguir después a Macedonia y desde allí regresar nuevamente a vosotros, para que dispusierais mi viaje a Judea.
17 Semejante propósito, ¿era un acto de ligereza? ¿Lo decidí por motivos humanos, en vaivén entre el sí y el no?
18 Dios me es testigo de que, cuando me dirijo a vosotros, no confundo el sí y el no;
19 pues el Hijo de Dios, Jesucristo, el que nosotros con Silvano y Timoteo os predicamos, no fue un sí y un no, ya que en él se cumplió el sí;
20 porque todas las promesas de Dios en él cumplieron el sí, y así nosotros por él respondemos amén, a gloria de Dios.
21 Es Dios quien nos mantiene, a nosotros y a vosotros, fieles al Mesías; nos ha ungido,
22 nos ha sellado y ha puesto en nuestro corazón como prenda el Espíritu.
23 Juro por mi vida y pongo a Dios por testigo de que, si no fui a Corinto, fue por consideración a vosotros.
24 No somos dueños de vuestra fe, sino cooperadores de vuestro gozo, ya que en la fe os mantenéis firmes.

Patrocinio

 
 

Introducción a II Corintios

No hay comentario

Fuente:

Patrocinio

Notas

No hay notas